Para que un jardín cuyo centro de interés es el césped dé buenos resultados, es conveniente dosificar con mucha precisión los numerosos elementos que lo componen. Lo que cuenta es que podamos encontrar en nuestro jardín el ambiente que nos seduzca y nos garantice tranquilidad y bienestar. Un jardín debe responder sobre todo a las necesidades de quienes lo frecuentan, tanto si tienen preocupaciones de carácter práctico como de orden estético o botánico.
• El césped de un jardín familiar, que suele constituir un espacio preferente para el juego, el paseo o el descanso, debe ser sencillo y despejado, con un centro claro bastante amplio y con zonas de sombra y de sol bien estudiadas.
• Si usted valora, ante todo, la tranquilidad y la presencia de una floración abundante, necesita un césped robusto, tupido, con borduras floridas y plantas que dividan la hierba en espacios reservados o en zonas verdes adornadas con sus plantas preferidas, de manera que creen cierta intimidad. No olvide incluir barreras o filtros vegetales para luchar contra el ruido ambiental.
• En cambio, si da preferencia a la elegancia y la estética, debe plantar un césped refinado, compuesto por especies herbáceas de gran delicadeza y con un verde intenso. Lo esencial es que el diseño del jardín corresponda al estilo de la casa (clásico, moderno, de campo), y se produzca un efecto de conjunto agradable a la vista. En este caso, al elaborar el proyecto, no descuide factores como la profundidad y la luz, ya que este césped se apreciará sobre todo de forma visual, pues su función es más representativa que lúdica o de descanso. No obstante, incluso en este tipo de césped, nada le impedirá jugar a la pelota.
• Por último, para los apasionados de la botánica y los coleccionistas de especies vegetales más o menos raras, un césped puede constituir un magnífico corredor, una alfombra verde que guíe los pasos de los visitantes entre las diferentes colecciones de plantas, dispuestas en borduras o en una especie de «pabellones» bien diferenciados.
De todos modos, lo que cuenta es sobre todo la buena calidad de la hierba. La superficie del césped debe ser lo bastante robusta y tupida para que se pueda pisar agradablemente y sin riesgo de dañarla.

Un césped bien cuidado es sinónimo de espacio y profundidad; proporciona al jardín un aspecto ordenado. (Fotografía de MAP-F. Didillon)
LA IMPORTANCIA DEL CÉSPED
Quien desee crear un césped debe poseer conocimientos técnicos precisos para conocer los factores que favorecen su belleza y resistencia. No es demasiado difícil realizar y mantener el césped, pero esto no significa que baste con sembrarlo y cortarlo de vez en cuando. Hay que tener nociones acerca del suelo, el agua, las especies cespitosas y las operaciones de mantenimiento más corrientes que favorecen el crecimiento y la belleza de la pradera ornamental.
Aunque todos los céspedes parecen iguales, en realidad están lejos de serlo. Por eso, antes de crear un césped, es imprescindible tener en cuenta el emplazamiento, es decir, el clima, la temperatura media y la pluviosidad de la zona. El otro punto importante es el uso previsto para este espacio. Según estos dos factores se determinará la composición del sustrato y las especies herbáceas que se deben emplear.
Un césped rústico tiene forraje y malas hierbas y flores silvestres que producirán un efecto agradable en jardines de estilo campestre. En cambio, un césped deportivo tiene que poder soportar el pisoteo de los atletas; por lo tanto, la hierba debe ser tupida, robusta y desprovista de malas hierbas y florecillas diversas.
El suelo se compone de la tierra de origen, sin ningún añadido salvo abono. Este tipo de césped es rico en materiales orgánicos vegetales del lugar, ya descompuestos. En la mayoría de los casos, el césped sigue la topografía original, tanto si el terreno es plano como si se encuentra en ligera pendiente o en terrazas. Las especies herbáceas son múltiples y rústicas, es decir, soportan bien las condiciones climáticas de la región. Las adventicias, o malas hierbas, forman parte integrante de la pradera rústica. Este césped resulta adecuado para las casas de campo, los parques públicos y la restauración de zonas degradadas. También para las orillas de ríos y para los taludes y otras superficies inclinadas, y requiere poco mantenimiento.

Césped rústico a lo largo de una calle bordeada de árboles, perfecto para pasear. (Fotografía de Maxi Media Italia - 2000)
Es un césped de gran interés estético y ornamental. Resulta conveniente para los jardines cuyo aspecto y disposición están impregnados de refinamiento.
El suelo debe modificarse respecto a su composición original. Hay que prever un aporte de arena para favorecer el drenaje del agua. Es necesario añadir, además, una buena cantidad de materia orgánica, turba por ejemplo, para mejorar la fertilidad natural e incrementar la simbiosis entre la microfauna y las plantas.
Las diferentes especies herbáceas que se empleen deberán permitir una cobertura vegetal densa a lo largo de todo el año, de un verde intenso y estable, y deben ser agradables de pisar. Por supuesto, no deben incluir malas hierbas ni otros elementos perturbadores.
Es un tipo de césped apropiado para los jardines familiares o residenciales en general, los parques públicos y los espacios verdes de las zonas urbanas, los jardines botánicos y los jardines de representación de especies comerciales. Este tipo de césped requiere un mantenimiento medio.

El césped estético se caracteriza por su refinamiento; es idóneo para jardines pequeños y grandes. (Fotografía de MAP-Noun)
Es el más alejado del prado clásico, ya que es completamente artificial, es decir, completamente reconstituido en todos sus elementos, incluyendo las capas profundas del suelo.
El terreno está formado por varias capas de materiales diversos para permitir un uso deportivo intensivo, protegiendo al mismo tiempo el desarrollo de las plantas cespitosas. Bajo el césped existen instalaciones de drenaje, de riego y, en ciertos casos, de termorregulación.
Todos los factores químicos y físicos (pH, minerales, materias orgánicas, porosidad, granulometría) han sido objeto de un atento estudio. Las especies cespitosas se han seleccionado de forma cuidadosa y deben soportar frecuentes intervenciones de mantenimiento. Las variedades utilizadas pueden ser únicas o en mezcla.
Algunos céspedes deportivos, para los campos de golf, por ejemplo, se componen de un enorme número de especies muy especializadas y apropiadas para un uso de este tipo.
Este tipo de césped requiere mucho mantenimiento.

Césped de un campo de golf: es un césped técnico estudiado hasta en los menores detalles

Un césped, diseñado en función del estilo de la casa y bien mantenido, embellecerá el jardín, ya sea pequeño o grande. (Fotografía de MAP-Yann Monel)