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Me siento tremendamente feliz de tener la oportunidad de hablar sobre este libro que tan magistralmente ha escrito Eider Unamuno.

Debo reconocer que cuando Eider me dijo que le gustaría que fuera yo quien escribiera este prólogo, por un lado me sorprendió mucho, pero por otro me hizo una ilusión tremenda. Me sorprendió un poco porque enseguida pensé: «¿Y qué puedo aportar yo de valor sobre la odontopediatría?». Es un tema del que casi no tenía información ni conocimiento, pero ahora, después de haber leído este bello libro, debo confesar que he aprendido muchas cosas nuevas que jamás hubiese imaginado. Este libro que tienes en tus manos no solamente habla sobre la boca, los dientes, la mandíbula, el cráneo o las caries de nuestros hijos e hijas, como quizás te parezca a simple vista. Eider nos habla también, y sobre todo, de la crianza, de la conexión entre padres e hijos, de la alimentación complementaria, de lactancia, de mitos y creencias limitantes, del sueño, de la respiración, de la observación, del respeto a los ritmos biológicos, del parto, y también de la motricidad, el gateo y algunos temas más.

Y es que aunque a simple vista nos parezca imposible, todas y cada una de estas cuestiones están estrictamente relacionadas con los dientes y la boca de nuestros hijos e hijas. ¡Cuánto he aprendido!

¡Gracias Eider por esta maravillosa oportunidad!

Nunca pensé que un libro que hablara sobre odontología pudiera llegar a engancharme. Lo leí casi del tirón, y tras haberlo finalizado debo decir que recomiendo su lectura a todos los padres y madres del mundo.

Este libro es una guía imprescindible no solamente para las familias, sino para cualquier profesional de la odontología. Con bellos ejemplos y gran detalle, Eider nos explica muchas de las problemáticas que nos podemos encontrar relacionadas con la boca y cómo prevenirlas. Incluso pone ejemplos con sus propios hijos. Además, rompe brillantemente algunas falsas creencias, como, por ejemplo, que dar el pecho provoca caries, cuando precisamente es al contrario, ¡la previene!

Me gusta la forma en que, capítulo a capítulo, nos va presentando las distintas opciones para prevenir o corregir aspectos de la dentición de los pequeños de la casa. Y me encanta la invitación que nos hace para que seamos «los socorristas de la boca de nuestros hijos e hijas» y que nos cuente todo lo necesario para evitarles la ortodoncia. Personalmente, creo que la boca es una parte del cuerpo un poco olvidada. No obstante, Eider nos recuerda lo importante que es cuidar de nuestros dientes, paladar, mandíbula, etc., para el buen funcionamiento de casi todo el resto del cuerpo. Porque está todo conectado.

Otra cosa que quiero destacar del libro es una frase de Eider que me llegó al corazón: «Fui dentista antes de ser madre, pero desde que nació mi primera hija ya no soy la misma persona, ni la misma dentista». La maternidad es tan maravillosa que incluso nos puede ayudar a ser mejores personas y profesionales. Para mí, la maternidad fue mi segunda oportunidad para poder llegar a convertirme en la persona que verdaderamente vine a ser.

Y puestos a extraer perlas del libro, aquí va otra, que me hizo reflexionar profundamente: «En ninguna rama de la medicina se espera a que el problema sea mayor, a que la enfermedad sea más grave, para actuar». Y es que es cierto que, con los temas de la boca, sí hay una tendencia generalizada a esperar y esperar, a veces incluso años, antes de actuar o de afrontar un problema. Qué curioso, ¿verdad? ¿Por qué no le damos la misma importancia a la boca que a otras partes del cuerpo?

Como decía al principio, me siento muy feliz porque sé que, a partir de ahora, en los hogares de muchos lectores y en las consultas de muchos dentistas se va a producir un cambio de mirada y una profunda toma de conciencia. Gracias, gracias y gracias, Eider, por contribuir a que hagamos entre todos un mundo mejor.

YVONNE LABORDA

Terapeuta Humanista y Mentora en Crianza Consciente.

Autora del libro Dar Voz al Niño