Nos pasamos la vida, o mejor dicho, desperdiciamos la vida... buscando. Buscando con avidez. Nos proyectamos en lugares que son meros espejismos, buscamos en el futuro, buscamos en el mundo, buscamos y nos proyectamos en el tener, en el conseguir, en el alcanzar y cuanto más nos afanamos en buscar, más nos alejamos de encontrar.
En este libro, acompañados por Raúl, encontraréis un camino de encuentro, saciaréis vuestra búsqueda insaciable y ávida a partir de un reencuentro.
La metáfora del jardín os invita a un reconocimiento y recogimiento, allí donde se halla todo lo que anhelamos y demandamos. Raúl os ayuda a través de sus reflexiones, prácticas y ejercicios, a facilitaros este anhelado reencuentro. Nos hemos perdido, buscamos la casa y como más buscamos, más nos alejamos de ese lugar. Necesitamos reencontrar los rastros que nos devuelven hacia nuestra intimidad, hacia nuestro origen, hacia lo más profundo.
Hemos de aprender a cultivar este jardín interior, un jardín interior que como tan detalladamente describe nuestro amigo Raúl, requiere preparar el terreno, requiere que cultives y siembres, te pide también que lo cuides y acompañes, que disfrutes de como florece, que coseches los frutos de ese florecimiento, y que todo eso lo puedas compartir, qué interesante y qué adecuada esta metáfora del jardín.
Tened en cuenta, porque así es, que lo más importante de un jardín es aquello que no se ve, las raíces enterradas y las semillas donde se encuentra todo aquello que va a florecer. Es fundamental el aspecto de lo no visible para poder vivir de un modo armonioso y pleno aquello que se hace visible, por eso es tan importante, y en este libro lo encontraréis, el reconocimiento de vuestro potencial, de vuestra semilla, darse cuenta que sois semilla y reconocer ese poder y el potencial de esa semilla. Es importante que la cuidéis, porque si la semilla no se cuida adecuadamente, no florecerá, no dará sus frutos.
Necesitamos el encuentro, no en una búsqueda hacia fuera, proyectada en el tiempo y en el espacio, si no, el encuentro de lo más interno e íntimo. Allí se halla la semilla. Reconocer su poder, su verdad latente, y desde esa latencia, desde esa potencialidad, desde esa semilla, el impulso a florecer, recobrar ese impulso natural hacia el florecimiento, y desde ese florecimiento también el goce y el disfrute, disfrute-disfruto de los frutos, los frutos propios de ese florecer.
Goza, disfruta y comparte, comparte porque esos frutos son de todos, ese jardín es un jardín común, un jardín que está sostenido por el mismo y único poder, ese símil acompañado por todas las dinámicas que os propone Raúl os irá guiando hacia lo que realmente importa, la experiencia, la experiencia real de la semilla, la experiencia del florecimiento, del gozo, del compartir, todos estamos anhelando volver a eso que es nuestra naturaleza, volver a esa luminosidad, a esa luz de la conciencia que somos, a ese amor y a esa unidad que nos constituye, a ese poder que nos sostiene, a ese gozo que nos llena, a esa alegría y a esa belleza que irradia el jardín y la vida, y todo eso está ahí latente, en tu latencia, en tu intimidad, bucea en ella, conócete, todo lo que vas a encontrar en este libro está destinado a que te conozcas, a que te reconozcas, a que redescubras el amor que eres y la luz que brilla en ti, el poder que anida en lo más hondo de ti mismo, aprovéchalo, vívelo, compártelo, disfrútalo y que esto se convierta en algo que forme parte de tu vida, no es una mera lectura para tener unos instantes de inspiración, sino es una invitación a vivir desde otro lugar.
Querido Raúl, tuvimos la fortuna de conocernos hace algunos años en aquel maravilloso retiro, desde entonces ha habido un vínculo activo y profundo. Un anhelo de compartir ese reconocimiento de lo verdadero. Qué gusto produce que cada vez más se vaya iluminando y extendiendo el sabor de esta verdad, de este bien, el sabor de la vida. Disfrutemos de todo ello.
ANTONIO JORGE LARRUY