3

Preparando el terreno

(Cuestionando nuestras creencias

y percepciones)

1. «Cualquier cosa que plantes en tu mente, crecerá en abundancia.» Louise Hay

Para comenzar con nuestra aventura y como primera semilla, te invito a que reflexiones sobre qué te gustaría que creciera en tu jardín interior. ¿Qué tres emociones o estados te gustaría que abundaran en tu día a día?

Una vez lo tengas, te propongo que las apuntes en un papel o un pósit donde puedas verlas cada día, puesto que ese papel o nota se convertirá en tu hoja de ruta para no perder de vista tu compromiso y tu objetivo como jardinero emocional, y porque también lo usaremos en determinadas ocasiones.

2. «De una pequeña semilla un poderoso tronco puede crecer.» Esquilo

Se dice que los seres humanos tenemos una media de 60.000 pensamientos al día. Este dato por sí solo no es muy relevante o no nos aporta gran cosa, y es que lo que más sorprendente me resulta no es en sí esta cantidad, sino el hecho de que alrededor del 90 por ciento de estos pensamientos son repeticiones de los que hemos tenido el día anterior, es decir, que en un 90 por ciento nuestra vida a nivel psicológico y emocional se repite una y otra vez, una y otra vez. Por lo tanto, te invito a que reflexiones y te plantees qué pensamientos estás teniendo de manera repetida cada día y te alejan del jardín emocional que deseas. ¿Qué pensamientos estás arrastrando en forma de bucle y te impiden experimentar lo que verdaderamente quieres?

3. «No hay que ordenar el mundo, porque el mundo es la encarnación del orden. Somos nosotros quienes debemos ponernos al unísono con ese orden.» Henry Miller

En la semilla de hoy, te invito a que durante 5 minutos te pares a escuchar los sonidos de grande, te propongo que vayas a un parque o jardín con bastante vegetación. La idea es parar durante un momento para escuchar y sentir el profundo poder que la naturaleza tiene para ayudarnos a conectar con nosotros mismos. Cinco minutos para prestar atención al sonido del viento en las hojas de los árboles, al canto de los pájaros, al sonido de las olas o de un río. Si no te fuera posible hacerlo de esa manera, también puedes usar sonidos de la naturaleza grabados y hacer el ejercicio con ellos.

Por lo general, en las sociedades modernas solemos ir a un ritmo muy rápido que a veces nos impide conectar con lo básico, con lo esencial, y es que el simple contacto con la naturaleza hace que nuestros niveles de estrés y ansiedad bajen, y nos ayuda a conectar con nuestro yo más profundo. De hecho, la palabra humano significa etimológicamente «el que pertenece a la tierra», algo que muchos de nosotros hemos olvidado profundamente.

4. «Todo pensamiento es una semilla. Si plantas semillas podridas, no cuentes con recoger manzanas deliciosas.» Bill Meyer

«Imagínate un árbol. Supongamos que representa el árbol de la vida. En él hay frutos. En la vida, a nuestros frutos se los denomina nuestros “resultados”. Pero miramos los frutos (nuestros resultados) y no nos gustan: no hay suficientes, son demasiado pequeños o no saben bien. Entonces, ¿qué tenemos tendencia a hacer? La mayoría de nosotros pone aún más atención y concentración en los frutos, en los resultados. Pero ¿qué es lo que en realidad crea esos frutos concretos? Lo que crea esos frutos son las semillas y las raíces. Es lo que hay bajo el suelo lo que crea aquello que está por encima de este. Lo que no se ve es lo que crea lo que se ve.» T. Harv Eker

5. «Nuestro cerebro está preparado para la supervivencia y no para la felicidad.» Francisco Mora

Hoy te invito a que busques 10 minutos para estar simplemente contigo y escribas todos los pensamientos que te pasen por la cabeza. Apunta todos y cada uno de los que te vayan viniendo durante ese tiempo y, después, observa uno por uno y pregúntate:

¿Con qué emoción me conecta este pensamiento?

¿Qué emoción se esconde debajo?

¿Son nutritivos o tóxicos para mi jardín interior?

¿Me acercan o me alejan de lo que verdaderamente quiero sentir?

6. «Tu mente siempre te recuerda lo malo, lo difícil, lo negativo. Recuérdale tú a ella tu grandeza, tu pasión y tu fortaleza.» Jorge Álvarez Camacho

Hoy te propongo el siguiente juego: coge papel y bolígrafo, y escribe tres cosas positivas o buenas que creas o consideres que tienes y, por cada una, escribe un ejemplo real. Por ejemplo:

Soy una persona generosa. La semana pasada invité a comer a unos amigos.

Soy una persona cariñosa. Todas las noches le doy un beso y un abrazo a mi hija antes de acostarla.

7. «La percepción es congruente con tu elección, y según elijas, experimentarás el cielo o el infierno.» UCDM

Un juego que suelo realizar en cursos y conferencias es el de pedir a las personas que cuenten cuántas cosas de color negro hay en la sala. Después de unos segundos, las invito a cerrar los ojos y a que levanten la mano aquellas que han contado más de diez cosas. En este punto, la gran mayoría suele levantar la mano, pero la cosa no queda ahí, y, seguidamente, invito a dejar la mano levantada a aquellas que hayan contado más de diez cosas blancas. En este punto, son pocas las personas que quedan con su mano arriba. En psicología, se suele hablar del concepto de atención selectiva, esto es, que nuestra percepción filtra según nuestras experiencias pasadas y conocidas, y tiende a enfocarse en aquello que de alguna manera es relevante para nosotros. ¿Te ha pasado alguna vez que te has comprado algún modelo de zapatillas, o una marca y color de coche, y de repente empiezas a verlo por todos lados?

En esta semilla, te propongo que escojas algún problema, reto, obstáculo, conflicto o situación en la cual te estés enfocando últimamente y te preguntes: ¿De qué otra manera puedo ver esta situación?

8. «Una creencia no es simplemente una idea que la mente posee, es una idea que posee a la mente.» Robert Bolt

En esta semilla, te planteo un reto y es el siguiente: usa como plantilla la imagen que ves a continuación, coge papel y lápiz e intenta unir todos los puntos, bajo estas consignas:

Una vez pones el lápiz en el papel, tienes que dejarlo siempre en contacto con él, es decir, el lápiz siempre tiene que estar tocando el papel.

Todos los puntos tienen que quedar tocados por alguna línea y, como máximo, solo puedes hacer cuatro líneas.

El hecho de hacer dos trazos por el mismo lugar se contabiliza como líneas diferentes.

¿Lo has conseguido? Después de haber hecho este ejercicio durante años y con cientos de personas, me he encontrado que, a menos que lo conocieran de antemano, más del 95 por ciento son incapaces de dar con la respuesta y, cuando se la doy, muchos dicen frases como: «es que no sabía que se podía salir de la línea», «yo creía que tenía que ser dentro del cuadrado» o cosas por el estilo, pero, si te fijas, en ningún momento se dice que hubiera un cuadrado ni se ha hecho referencia a algún límite que pudiera o no traspasarse.

Me encanta este juego porque muestra de una manera muy poderosa y sencilla los límites y los «cuadrados» mentales que muchos de nosotros nos hacemos a menudo. Y cuando tengo un problema, a mí me gusta preguntarme: ¿Hay algún «cuadrado» mental que no estoy viendo?

Puedes ir al Anexo para ver la solución.

9. «El primer problema para todos nosotros, hombres y mujeres, no es aprender, sino desaprender.» Gloria Steinem

El juego que te planteo en esta semilla es para aprender a romper patrones, y salir de lo que se conoce como zona de comodidad y entrenar tu creatividad. Para ello, te invito a que, durante una semana, hagas cada día alguna actividad cotidiana que suelas realizar introduciendo algún pequeño cambio o una manera diferente de hacerla.

Por ejemplo:

Comer a oscuras y con la luz apagada.

Ir al trabajo por un camino diferente al habitual.

Lavarte los dientes con la otra mano.

Se trata de romper pequeños patrones y abrir nuestra mente y nuestra conducta a variaciones que alimenten nuestra creatividad, saliendo de nuestra manera habitual de hacer y pensar.

10. «Tus pensamientos construyen tu vida. Elígelos bien.» Buda

Si es verdad que todas las emociones son absolutamente naturales, hay algunas que pueden convertirse en auténticos venenos que nos carcomen por dentro y nos restan energía. Una de ellas es por ejemplo la queja. En general, tenemos la creencia de que está bien quejarnos porque es una manera de desahogarnos, pero, cuidado, porque tenemos una capacidad asombrosa de autoengañarnos y de contarnos aquello que más nos interesa escuchar en cada momento. De hecho, he comprobado en varios casos como muchas personas tienen lo que yo llamo conversaciones bucle o conversaciones de bar. Esto es, argumentos que arrastran cada día en los que se quejan constantemente de situaciones que no les gustan pero que, curiosamente: 1. No hacen nada al respecto, y 2. No se dan cuenta de que el hecho de quejarse en sí no cambia nada la situación y, además, nos resta una energía y un tiempo preciosos para invertirlos de manera más beneficiosa e inteligente para nosotros. Y no me malinterpretes, no estoy diciendo que no tengas el derecho de quejarte o de que quejarse esté mal o bien. Recuerda que en este libro estamos viendo nuevas y diferentes posibilidades de incrementar nuestra inteligencia emocional, y enfocándonos en construir el jardín interior que nos gustaría disfrutar.

Es por ello que en esta semilla te propongo realizar un reto muy simple y a la vez muy complejo, y es el siguiente:

Pasa un día entero sin quejarte, y, cuando digo esto, lo que te planteo es que lleves un registro en el bloc de notas de tu teléfono móvil o una pequeña libreta, y pongas una X cada vez que te quejes de algo, por muy nimio que sea. Que te quejas porque se te escapó el autobús, una X; te quejas porque alguien se coló en el supermercado, una X; te quejas porque para ti hace mucho calor, una X, etc. Apunta cada pequeña queja para contabilizar a lo largo del día cuántas veces te estás quejando. Y repite este ejercicio durante cinco días.

Si consigues pasar un día entero sin queja, felicidades; yo todavía no lo he hecho, pero lo que sí te puedo decir es que reducir la queja en tu día a día elevará tu vibración y te sentirás infinitamente mejor. No me creas, ¡haz la prueba!

11. «Si quieres ser un verdadero buscador de la verdad, es necesario que dudes al menos una vez en tu vida, en la medida de lo posible, de todas las cosas.» René Descartes

Hace un tiempo una persona me dijo que los «por qué» no son muy buenas preguntas, puesto que la mayoría de las veces generan «porquerías», y es que, la calidad de nuestras respuestas muchas veces viene determinada por la calidad de nuestras preguntas.

Por otro lado, tenemos un cerebro que es muy hábil y rápido en la generación de juicios y búsqueda de patrones, y no debemos olvidar que esto lo hace siempre desde filtros sesgados, ya que nuestros sentidos no son capaces de recoger toda la información que ahora mismo nos rodea.

La propuesta de esta semilla es que escojas alguna persona que consideres que no te cae muy bien, y que escribas diez frases sobre opiniones que tienes de ella; diez juicios que tengas sobre las razones que poseas para pensar que esa persona no es de tu agrado. Una vez las tengas, te invito a que te hagas las siguientes preguntas:

¿Tengo la absoluta certeza de que esta persona es así?

Realmente, ¿tengo toda la información?

¿Qué motivaciones llevan a esa persona a comportarse como lo hace?

¿Cómo lo sé?

¿Qué evidencias tengo para saber que eso es así?

¿Qué opiniones tienen de ella todas las personas que se relacionan en los diferentes contextos en los que se mueve?

¿Existe alguna que tenga una opinión diferente a la mía?

¿Qué ven esas personas que no veo yo?

¿Qué me impide verla de otra forma?

¿Qué pasaría si lo hiciera?

12. «Da siempre lo mejor que tienes. Lo que plantes ahora, lo cosecharás más tarde.» Og Mandino

En esta semilla, te propongo que elijas una acción concreta que puedas llevar a cabo hoy y que te ayude a cultivar alguna de las tres emociones o estados que pusiste en la semilla número 1 en tu hoja de ruta.

Por ejemplo, si pusiste amor, podrías llamar a un ser querido que hace tiempo que no ves para preguntarle qué tal está.

Si pusiste alegría, podrías ver alguna película cómica, o realizar alguna actividad que te resulte divertida.

Se trata de realizar alguna acción concreta que te acerque y sea coherente con lo que quieres cultivar en tu interior.

13. Si no te gusta el camino por el que andas, comienza a construir otro.» Dolly Parton

En esta semilla, te voy a plantear el siguiente reto: ¿podrías decir cuál es el número de la plaza de parking que está ocupada?

Puedes ir al Anexo para ver la solución.

14. «No juzgues cada día por lo que cosechas, sino por las semillas que plantas.» Robert Louis Stevenson

Esta semilla viene acompañada con una práctica que a mí me gusta mucho. Este ejercicio fue probado con personas que tenían depresión leve o moderada y, habiéndolo hecho solo durante quince días, se descubrió que sus niveles de depresión habían descendido considerablemente, y, a la vez, su nivel de satisfacción con la vida era mucho mayor. Lo más destacable es que los resultados tuvieron impacto incluso seis meses después de haber realizado dicho ejercicio.

El reto es muy sencillo, coge un pequeño cuaderno y un bolígrafo, y tenlos en tu mesita de noche para hacerlo antes de dormir cada día durante quince días seguidos. El juego consiste en apuntar cada noche tres cosas que te hayan ido bien ese día. Tres cosas que te hayan gustado o tres cosas que de alguna manera hayan sido positivas para ti. No tienen por qué ser grandes cosas; puede ser el informe que entregaste en el trabajo, el beso que le diste a tu pareja antes de salir de casa, el desayuno que tomaste esa mañana, etc. Lo más importante es que durante quince días seguidos y antes de dormir, te tomes el tiempo y el compromiso para apuntar esas tres cosas positivas.

Para ello, sigue el siguiente esquema:

¿Qué momento fue o qué pasó?

¿Con quién estabas?

¿Cómo te sentiste y qué emociones experimentaste?

15. «La sabiduría tiende a crecer en proporción a la conciencia de la propia ignorancia.» Anthony de Mello

En general, a la mayoría de nosotros no nos gusta equivocarnos, fallar, perder, etc. Sin embargo, el error y el fracaso son procesos inherentes al aprendizaje. ¿Te has preguntado alguna vez cuántas veces se cae un niño antes de aprender a andar? ¿De qué manera vive cada caída?, o ¿acaso eso le impide volver a intentarlo?

En esta semilla, te propongo que busques algún momento en tu vida en el que te hayas equivocado, fracasado, hecho el ridículo y, una vez hayas recordado con el máximo lujo de detalles aquella situación, te invito a que te digas a ti mismo en voz alta la siguiente frase tres veces: «El error es necesario para mi proceso de aprendizaje».

16. «Si fallamos en nutrir nuestras almas, estas se marchitan y, sin alma, la vida deja de tener significado.» Marion Woodman

Uno de los pilares que hacen que sintamos plenitud, coherencia interna y que la vida tenga sentido para nosotros, es conocer y clarificar nuestros valores fundamentales, es decir, aquello que es realmente valioso para nosotros y vivir de acuerdo con ello.

Es muy conocida una frase de Stephen Covey que dice: «Lo importante en la vida es que lo importante sea de verdad lo más importante».

Los valores son como una brújula que nos guía y nos recuerda aquello que es valioso en nuestra vida, y el problema es que a veces no nos tomamos el tiempo para ver de qué manera estamos honrando en la práctica esos valores y, a veces, esto genera un gap entre nuestros valores pensados y nuestros valores vividos, es decir, el grado de coherencia que hay entre lo que decimos y lo que hacemos. Por otro lado, también existen personas que ni siquiera se han parado a reflexionar y explicitar directamente cuáles son sus valores, y, aunque todos los vivimos de manera más o menos intuitiva, el hecho de hacerlos conscientes y clarificarlos puede darnos un nuevo impulso o, como brújula que son, recordarnos nuestro mapa interno y orientar de esa manera nuestra energía conscientemente para honrarlos y tenerlos más presentes, viviendo así con más coherencia interior y, por tanto, con más plenitud y sentido.

En esta semilla, te invito a que escribas cuáles son tus cinco valores más importantes en este momento de tu vida, y digo en este momento porque aquello a lo que damos importancia puede ir variando con el tiempo. Te pongo un ejemplo: la importancia que puede tener la amistad en la adolescencia como un valor fundamental puede que no tenga el mismo peso en nuestra vida adulta. En cualquier caso, y más allá de este ejemplo, hay que tener en cuenta que somos seres en constante evolución y, por lo tanto, aunque ya hayamos hecho algún trabajo de clarificación de valores, es muy interesante volver cada cierto tiempo a revisarlos para ver de qué manera nuestras prioridades han cambiado o no, y también para darnos cuenta de hasta qué punto estamos siendo fieles a nuestra brújula interior y, en caso de no estar alineados con ella, hacer pequeños ajustes si así lo consideramos oportuno.

Simon L. Dolan es un investigador, profesor y escritor referente en el estudio de los valores y de la importancia de estos y su repercusión en nuestra vida. Su interés y estudio empieza en el año 1976 cuando comienza a investigar a personas que habían padecido un infarto y que cumplían dos requisitos comunes: eran menores de cincuenta años y no tenían antecedentes hereditarios.

Fruto de sus estudios e investigaciones, Simon concluyó que uno de los factores comunes en las personas de su estudio fue que sus infartos venían influidos por un alto nivel de estrés, y una de las causas principales de este era vivir una vida desalineada con sus valores más importantes.

Así que, manos a la obra. Escribe los cinco valores que consideres más importantes en tu vida en este momento. Te pongo algunos ejemplos por si te pueden servir de ayuda: austeridad, comunicación, flexibilidad, determinación, contribución, seguridad, libertad, familia, amistad, éxito, aprendizaje, lealtad, felicidad, salud, dinero, perseverancia, paciencia, calma, autoestima, innovación, justicia, generosidad, respeto, cooperación, etc.

Una vez los tengas, te propongo que:

Enumeres tus cinco valores del 1 al 5 (1 el más importante, 5 el menos importante).

Realices dos columnas por cada valor en las que puntúes del 1 al 10 (1 poco y 10 mucho) la satisfacción actual por cada uno de ellos y la satisfacción deseada.

Definas con una frase qué significa específicamente cada valor para ti.

Escogiendo el valor que sientas que tienes más desalineado (mayor distancia entre satisfacción actual y satisfacción deseada) escribas qué acción concreta puedes realizar en las próximas 48 horas para cultivar más ese valor en tu vida.

17. «Uno planta su propio jardín y decora su propia alma.» Jorge Luis Borges

En la siguiente semilla te invito a coger el papel con las tres emociones o estados que pusiste en tu hoja de ruta de la semilla número uno y te preguntes:

¿De qué manera estoy cultivando cada día mi jardín para que esas semillas crezcan?

¿Qué puedo hacer hoy para seguir cultivándolas?

18. «Nos convertimos en lo que pensamos.» Earl Nightingale

Como todo buen jardinero sabe, para recoger y cultivar una buena cosecha no solo son importantes los procesos de cultivo, sino también los periodos de barbecho o descanso.

Así que en este punto te invito a que, de manera resumida, escribas en un papel qué reflexión, qué semilla o qué mensaje te ha llamado más la atención hasta el momento.

19. «El infierno está dentro de ti, así como el paraíso.» Osho

¿Conoces el programa de televisión Gran Hermano? Me encanta usar este programa como metáfora para entender cómo funciona nuestro cerebro, y es que, en sus primeras ediciones en España, era muy recurrente escuchar a los concursantes decir cuando salían de él: «Dentro de la casa todo se magnifica», es decir, todo se hace más grande de lo que parece. En este sentido, nuestro cerebro, que está diseñado para la supervivencia, pone el foco constantemente en buscar e incluso inventar o magnificar posibles peligros. ¿No te ha pasado alguna vez que te montas una película de terror en la cabeza que nada tiene que ver con la realidad? ¿Alguna vez has sufrido por algo que al final nunca llegó a pasar?

Con respecto a esto, es muy interesante un estudio realizado por la Universidad de Harvard que concluyó que el 92 por ciento de las cosas o asuntos por los que nos preocupamos nunca llegan a suceder.

20. «La felicidad de nuestras vidas depende de la calidad de nuestros pensamientos.» Marco Aurelio

«Había una vez un anciano que pasaba los días sentado junto a un pozo a la entrada de un pueblo.

Un día, un joven se le acercó y le dijo:

—Soy nuevo por estos lugares y me gustaría hacerle una pregunta. ¿Cómo son los habitantes de esta ciudad?

Seguidamente, el anciano le respondió con otra pregunta:

—¿Cómo eran los habitantes del lugar del que vienes?

Y el joven respondió:

—Egoístas, tacaños y envidiosos, por eso me he sentido contento de salir de allí.

—Pues tengo que decirte que los habitantes de esta ciudad también son egoístas, tacaños y envidiosos —respondió el anciano.

Un poco más tarde, ese mismo día, otro joven se acercó al anciano y le hizo la misma pregunta:

—Llego por primera vez a este lugar. ¿Podría decirme cómo son los habitantes de esta ciudad?

El anciano de nuevo le contestó con la misma pregunta:

—¿Cómo eran los habitantes del lugar de donde vienes?

—Eran altruistas, generosos y amables. Tenía tantos amigos que me ha costado mucho separarme de ellos y emprender mi nuevo viaje.

—Pues déjame decirte que los habitantes de esta ciudad también son altruistas, generosos y amables —respondió el anciano.

Una persona que había llevado sus animales a tomar agua al pozo y que había escuchado las dos conversaciones, en cuanto vio al segundo joven alejarse, le preguntó al anciano:

—¿Cómo puedes dar dos respuestas completamente diferentes a la misma pregunta?

—Te explicaré —respondió el anciano—. Cada uno lleva el universo en su corazón. Quien no ha encontrado nada bueno en su pasado tampoco lo hallará aquí. En cambio, aquel que tenía amigos en su ciudad encontrará también aquí amigos leales y fieles. Porque las personas son lo que encuentran en sí mismas; encuentran siempre lo que esperan encontrar».

21. «Si cambias la forma en que miras las cosas, las cosas que miras cambian.» Wayne Dyer

En esta semilla te invito a que juguemos. ¿Qué ves en esta imagen?:

Podrás observar que a primera vista se hace muy evidente la imagen de árbol, pero si te fijas un poco más, verás que también se hacen evidentes el perfil de dos rostros humanos. Esta imagen es una invitación a reflexionar sobre cómo esta guía de jardinería emocional nos invita a ir un poco más allá de lo más evidente para empezar a encontrar tesoros internos que están aparentemente ocultos y que se encuentran en un nivel más sutil.

22. «Tus creencias no están hechas de realidades. Es tu realidad la que está hecha de creencias.» Richard Bandler

Una creencia es una opinión o un juicio que tenemos sobre algo, y está tan arraigada o creemos que es tan cierta que ni siquiera la ponemos en duda. Hasta aquí todo perfecto. El problema aparece cuando vivimos llevando alguna creencia sin revisar que nos impide vivir la vida que realmente deseamos vivir.

Por ejemplo, imagínate que yo creo que soy malo en matemáticas y, sin embargo, quisiera ser bueno. Sin darme cuenta, estaría teniendo una creencia que se convierte en un obstáculo porque, igual el problema no es que yo sea malo, sino quizá, la manera en la que he estudiado la materia hasta el momento, alguna experiencia o comentario negativo que recibí en alguna ocasión sobre mi competencia en esa materia, etc. De esta manera y, paradójicamente, esa idea me separa de tener mejores resultados y una competencia mayor en esa área, creando un bucle negativo que se perpetúa a sí mismo. En psicología se suele llamar a este proceso la profecía autocumplida, es decir, algo que creemos que va a pasar con tanta convicción que finalmente termina ocurriendo.

Es por ello que en esta semilla me gustaría que apuntaras tres creencias que piensas que te impiden vivir la vida que realmente quieres o conseguir lo que realmente deseas, y te preguntes por cada una de ellas:

¿Cómo sé realmente que eso que pienso es verdad?

¿Hay algo que todavía no he aprendido que me pueda ayudar a trascender o transformar este pensamiento o situación?

¿Para qué persona esto que me planteo no sería un problema? ¿Qué podría aprender de ella?

¿Qué habilidades, conocimientos o competencias tendría que aprender para que esto no fuera un obstáculo?

23. «La mayor arma contra el estrés es nuestra habilidad para elegir un pensamiento sobre otro.» William James

Busca un pensamiento negativo que tengas o hayas estado teniendo de manera recurrente durante estos últimos días, escríbelo en un papel y pregúntate: ¿Por qué otro pensamiento que me aporte bienestar podría sustituirlo? Y cada vez que te venga a la cabeza ese pensamiento negativo, repítete el nuevo que has elegido.

No se trata de reprimir ni de negar el pensamiento negativo —ya que el hecho de reprimirlo o negarlo de manera consciente solo lo hará más fuerte—, sino de que, cada vez que aparezca en tu cabeza, elijas de manera consciente y amable un pensamiento nutritivo para ti. Insisto, no se trata de luchar sino de reprogramar tu mente en tu beneficio, y de poner el foco en lo que sí quieres que haya en tu jardín. Recuerda que aquello en lo que ponemos el foco es lo que se expande.

24. «Usa el dolor como una piedra en tu camino, no como una zona para acampar.» Alan Coe

Dibuja en un papel una línea horizontal. En el extremo izquierdo, escribe tu fecha de nacimiento y, en el extremo derecho, la fecha actual. Como segundo paso, marca tres momentos en la línea de tu vida que hayan sido experiencias complicadas, que tú califiques como de fracaso o de conflicto y sitúalas en la línea del tiempo escribiendo la fecha aproximada de cuándo sucedieron y, por cada una de las tres experiencias escribe:

¿Qué momento fue? Es decir, ¿qué es lo que pasó?

¿Dónde estabas?

¿Con quién estabas?

¿Qué sentiste en ese momento?

Una vez tengas esa información, te propongo contestar por cada experiencia a estas preguntas:

¿Qué has aprendido de cada una de ellas?

¿De qué manera esas experiencias te han aportado algo positivo y te han servido para crecer y evolucionar?

¿De qué manera han contribuido esos momentos a ser la persona que eres hoy?

25. «El lenguaje es el software de la mente.» Les Brown

Te invito a que vuelvas a coger tu hoja de ruta de la semilla número uno y, por cada una de las tres emociones o estados que has puesto, escribas una lista de cinco palabras o expresiones que te conecten con cada una de esas emociones o estados. Por ejemplo: si en mi hoja de ruta he puesto amor, una expresión puede ser: «merezco ser amado tal y como soy» y algunas palabras podrían ser cariño y comprensión. Se trata de que busques palabras o expresiones que te ayuden a conectarte con ese estado o emociones.

26. «El mayor obstáculo para aprender algo es la creencia de que ya lo sabes.» Proverbio zen

Hoy te invito a que reflexiones y que anotes en un papel a qué pregunta en este momento de tu vida te gustaría tener respuesta, y se la formules a tres personas de tu entorno que consideres inteligentes o sabias.

27. «No vivimos a la altura de nuestras capacidades. Vivimos a la altura de nuestras creencias.» Álex Rovira

En la siguiente semilla te reto a que cojas seis lápices iguales y que, con ellos, construyas cuatro triángulos equiláteros teniendo en cuenta las siguientes consignas:

Cada triángulo tiene que ser equilátero, es decir, cada lado igual al otro.

Los cuatro triángulos tienen que tener el mismo tamaño.

Hay que usar los seis lápices para hacerlo.

Una vez lo hayas hecho o visto la respuesta, reflexiona sobre lo que te dice este ejercicio.

Puedes ir al Anexo para ver la solución.

28. «La ignorancia provoca el caos, no el conocimiento.» De la película Lucy

En esta semilla te planteo el siguiente juego:

¿Cuál es la letra que sigue en esta correlación?

C, S, N...

¿Has encontrado la respuesta? ¿Te ha resultado sencillo?

Ahora te planteo otro juego:

¿Cuál es el siguiente número en esta correlación?

5, 7, 9...

¿Has encontrado la respuesta? ¿Te ha resultado más o menos sencillo que el anterior?

Ahora te invito a que reflexiones: ¿por qué letra empieza el número cinco? ¿Y el siete? ¿Y el nueve? Ahora te vuelvo a preguntar: ¿cuál es la siguiente letra del primer ejercicio? ¿Ya lo has averiguado?

¿Qué reflexión extraes de este juego?

Si todavía no has descubierto la respuesta, puedes ir al Anexo para ver la solución.

Durante las siguientes cinco semillas, te invito a que leas una cada día y, cuando hayas llegado a la número 30, realices la actividad correspondiente. Solo tienes que leer la frase que toca cada día. Te adelanto que uno de los aprendizajes que te propongo con este tipo de semillas es trabajar la paciencia.

29. «No digas “no puedo” ni en broma, porque el inconsciente no tiene sentido del humor. Lo tomará en serio y te lo recordará cada vez que lo intentes.» Facundo Cabral

30. «Solo hay un rincón del universo que puedes estar seguro de mejorar, y ese es tu propio ser.» Aldous Huxley

31. «Nuestra percepción de la realidad es siempre sesgada y limitada.» Jiddu Krishnamurti

32. «La vida solo puede ser comprendida mirando hacia atrás, pero ha de ser vivida mirando hacia delante.» Soren Kierkegaard

33. «La gran tragedia de la vida no es la muerte. La gran tragedia de la vida es lo que dejamos morir en nuestro interior mientras estamos vivos». Norman Cousins

¿Has sido capaz de leer solo una frase por día? Como te comentaba anteriormente, antes de la semilla 29, uno de los grandes aprendizajes que estamos invitados a hacer en la vida es el de respetar los tiempos y los ritmos, y es que la mayoría de nosotros tenemos cierta tendencia a querer y desear que las cosas sucedan cuando y como nosotros deseamos. Fíjate que en la naturaleza todo tiene su propio ritmo y, por más que queramos que un árbol dé frutos cuando a nosotros nos venga bien, este los dará cuando sea el momento; eso sí, de nosotros depende estar haciendo lo que nos toca en cada instante, pero sin olvidar que la vida en su infinita sabiduría será la última en decidir el cuándo y el cómo.

Como práctica para las últimas cinco semillas, te invito a que resumas en una palabra qué te transmite cada una de ellas, es decir, una palabra por cada una de las cinco frases.

34. «Llamamos caos al orden que todavía no comprendemos.» Edward Lorenz

¿Qué te inspira esta imagen?

35. «El tiempo no es oro, el oro no vale nada, el tiempo es vida.» José Luis Sampedro

Me gusta ver la muerte como un despertador porque, como este, a veces nos incomoda un poco, pero tiene una función muy útil, y es la de recordarnos que el tiempo es nuestro recurso más importante y valioso.

Una de las mayores expertas en el estudio de la muerte ha sido la doctora Elisabeth Kübler-Ross, quien estudió este tema durante más de 40 años. Una de las reflexiones que Elisabeth nos compartió es que las personas, antes de morir, sobre todo decimos tres palabras o expresiones. ¿Se te ocurre cuáles son?

Estas palabras son lo que yo llamo las palabras mágicas, e, imagínate, si estas son las palabras que la mayoría de nosotros decimos antes de morir, ¿qué pasaría si las incorporáramos cada día a nuestra vida?, ¿qué impacto podría suponer eso en nosotros y en las personas de nuestro entorno?

Esas palabras o expresiones, muy simples y a la vez poderosas, son las siguientes: Te quiero, lo siento y gracias. Si observas detenidamente, tienen que ver con el amor, la gratitud y la sensación de liberación que sentimos cuando soltamos una carga emocional negativa como puede ser el resentimiento, el rencor o la culpa. Da que pensar, ¿no?

36. «Aunque los seres humanos tenemos una capacidad extraordinaria para cambiar de opinión, por alguna extraña razón odiamos hacerlo.» Eduard Punset

Hace años conocí a Ricardo Gómez, un gallego de nacimiento pero afincado en Madrid, y uno de los mejores formadores a los que he tenido el privilegio de conocer. En una conversación con él, me dijo:

—Mira, Raúl, aunque en el fondo todos los seres humanos queremos ser felices, hay una cosa que nos gusta más, y es tener la razón.

Tengo que confesarte que en aquel momento estas palabras no tuvieron el sentido y la profundidad que adquirieron en mi vida más tarde, pero, ahora mismo, siento que esconden una grandísima lección de sabiduría.

En esta semilla, te invito a que, durante una semana, cuando te veas metido en alguna conversación en la que sientas o te veas en la tentación de convencer a otras personas de tus puntos de vista, o en la que otras personas estén intentando convencerte de algo, simplemente te preguntes: ante esta situación, ¿prefiero ser feliz o tener razón? Y elijas la primera. Tu ego tendrá un repertorio de argumentos inmenso para convencerte de que entres en batallas intelectuales para defender tus ideas y de que es muy importante que lo hagas, pero, como es un juego y solo te lo planteo durante una semana, elije la primera opción y experimenta a ver qué pasa y cómo te sientes. Y no se trata de darle la razón a los demás o no tener nuestros puntos de vista o ideas, sino de, durante una semana, elegir tu felicidad y paz interior por encima de entrar en luchas de ego o batallas intelectuales. Es un hábito de salud emocional y mental que, incorporado a nuestras rutinas diarias, nos reportará mucho bienestar interior.

37. «Emancipate yourselves from mental slavery; none but ourselves can free our minds.» Bob Marley (Emancipaos de vuestra esclavitud mental; nadie sino nosotros puede liberar nuestras mentes).

Si tuviera que definir con mis palabras qué entiendo yo por «despertar espiritual», sería algo así: el despertar espiritual es cuando te das cuenta de que no eres ni tus pensamientos ni tus emociones.

Te propongo un juego sencillo. Señálate a ti mismo con una mano mientras dices en voz alta la palabra Yo. ¿Adónde has señalado? ¿A la cabeza o al corazón?

Es muy curioso porque todas las personas con las que he hecho este juego se señalan al mismo sitio, al corazón. Sin embargo, cuando le preguntas a la mayoría de las personas quién eres, sus respuestas vienen de etiquetas e informaciones que proceden de su cabeza y que, paradójicamente, en muchos casos son solo ruido que nos aleja y nos hace olvidar quiénes somos realmente. Como te compartía al principio del libro en otra semilla, la invitación para conectar con nuestro ser más profundo tiene más que ver en muchas ocasiones con recordar y desaprender que con aprender. Pregúntate y escribe en un papel quién eres, qué es lo que cambia en ti, qué es lo que no cambia en ti.

38. «La mente es muy suya y, por sí sola, puede convertir el cielo en un infierno y el infierno en el cielo.» John Milton

Una antigua historia cuenta que en un pueblo de Oriente un anciano agricultor tenía un viejo caballo para cultivar sus campos.

Un día, su caballo se escapó hacia las montañas y, cuando los vecinos de su pueblo se enteraron del suceso, fueron a su casa para decirle cuánto lamentaban su desgracia, a lo que este les contestó:

—Buena suerte, mala suerte. ¿Quién sabe?

Una semana después, su caballo volvió de las montañas trayendo consigo otros cinco caballos. Los vecinos, al enterarse de tal suceso, fueron a felicitar al agricultor por su buena suerte. A lo que este respondió:

—Buena suerte, mala suerte. ¿Quién sabe?

Una tarde, mientras el hijo del agricultor estaba domando a uno de aquellos caballos salvajes, cayó y se rompió las dos piernas. Todos sus vecinos consideraron este hecho como una desgracia; no así el agricultor, quien se limitó a decir:

—Buena suerte, mala suerte. ¿Quién sabe?

Al mes siguiente, el país entró en guerra y el ejército entró en el poblado para reclutar a todos los jóvenes que se encontraban en buenas condiciones, pero cuando vieron al hijo del agricultor con las piernas rotas, lo dejaron tranquilo. Los vecinos, ante tal acontecimiento, fueron a casa del agricultor a felicitarlo, mientras que este se limitó a contestar:

—Buena suerte, mala suerte. ¿Quién sabe?

39. «Una mente tranquila no puede crear un caos. Una mente en conflicto no puede crear nada más que eso.» Hugh Prather

¿Te ha pasado alguna vez que has estado tan metido y conectado con alguna actividad, que has sentido como si el tiempo se parase?

A ese tipo de experiencias se las conoce como flow o experiencia de flujo, un término acuñado por el psicólogo Mihály Csíkszentmihályi en la década de los 70.

El flow es un estado que experimentamos cuando estamos completamente involucrados en algo, y que nos aporta satisfacción, plenitud, significado y gozo.

En cuanto a las características de este tipo de experiencias, se encuentran las siguientes:

1. Existe una atención y un foco intenso en lo que se hace. Se vive completamente absorto en la tarea o experiencia. Estado profundo de presencia.

2. Hay una sensación de éxtasis y de placer mientras se realiza la actividad.

3. Sensación de claridad y de control; hay un objetivo concreto. Sabes lo que estás haciendo en cada momento.

4. Existe un feedback inmediato, y tus habilidades y capacidades se adecúan al reto o tarea perfectamente.

5. Hay una sensación de crecimiento, expansión y de que es posible realizar esa tarea a pesar de las dificultades.

6. Desaparece la sensación de tiempo. Experimentamos un estado de conciencia organizado que unifica pensamiento y acción.

7. Te sientes parte de algo más grande que tú.

Como actividad te propongo escribir en una hoja con qué actividades entras en flow. Escribe al menos cinco y, durante esta semana, te animo a que pongas en práctica al menos una. Si ya la tienes incorporada en tu rutina, elige otra que hace tiempo que no realizas y regálatela, porque practicar actividades que nos conecten con la sensación de flujo es una apuesta segura por nuestro autocuidado, bienestar y plenitud interior.

40. «Sé consciente de que en este momento estás creando. Estás creando tu próximo momento basado en lo que sientes y piensas. Eso es lo que es real.» Doc Childre

En esta semilla quiero ofrecerte un recurso muy poderoso que te puede ayudar y servir para conectar con el estado que desees cuando lo desees.

Este recurso es conocido como anclaje. El origen de los anclajes se lo debemos al psicólogo ruso Iván Pávlov, quien, investigando los procesos digestivos de los perros y su salivación ante la comida, se dio cuenta de que un perro salivaba incluso antes de que le pusieran el alimento, e incluso hasta con solo escuchar el sonido de los pasos de las personas encargadas de su cuidado. De esta manera, se dio cuenta de que podía crear una asociación entre un estímulo y una respuesta condicionada.

Esto es lo que en el campo de la programación neurolingüística se conoce como anclaje, es decir, asociar una respuesta interna con algún detonador del entorno o un disparador mental, y, un ancla vendría a ser el estímulo específico que dispara un estado emocional concreto, que puede ser visual, en forma de imágenes, auditivo, en forma de sonidos o cinestésico, ya sea a través de un estímulo táctil, olfativo, gustativo o una sensación.

De esta manera, podemos servirnos de un anclaje para ayudarnos a situarnos en un estado emocional determinado, o acceder a un recurso interno en un momento en el que lo necesitemos, de hecho, ya hay muchas anclas inconscientes que están funcionando en nosotros, como cuando olemos un determinado perfume y nos viene inmediatamente la imagen de una persona, o cuando escuchamos una canción y, de repente, sentimos una emoción que está asociada a su vez a una experiencia vivida con esa canción.

A continuación, te dejo en seis sencillos pasos la forma de llevarlo a la práctica y, recuerda que, a más repetición más fuerza y arraigue tendrá nuestra ancla y en consecuencia su impacto en nuestros estados internos será mayor. (Una recomendación en esta actividad es la de pedirle a alguien que te guíe en el proceso mientras tú practicas los pasos).

Paso 1. Identifica el estado emocional que deseas obtener: confianza, tranquilidad, seguridad, entusiasmo, etc. Este paso es crucial, ya que necesitas definir específicamente cómo quieres sentirte. Para ello, recuerda un momento particular de tu vida en el que te hayas sentido de la forma que deseas. Es muy importante que recorras tu pasado y evoques en tu mente los momentos en los que hayas experimentado el estado que necesitas y elijas entre ellos el más poderoso.

Paso 2. Revive la experiencia, asociándote plenamente desde tu punto de vista, es decir, en primera persona, viendo a través de tus propios ojos, escuchando a través de tus oídos, y experimentando las sensaciones en tu cuerpo. Toma conciencia y haz un inventario de dónde estás, qué haces, qué ves, qué oyes y qué sientes. Y haz un repaso de cada submodalidad, ya sea visual, auditiva o cinestésica. Por ejemplo, qué tipos de imágenes ves, su tamaño, color, brillo, si tienen movimiento o son estáticas, si las ves cerca o lejos, nítidas o borrosas. Lo mismo para los sonidos: si oyes palabras o sonidos, su volumen, tono, si son agudos o graves, si los oyes de cerca o de lejos, si su ritmo es rápido o lento. Y lo mismo también para las sensaciones: qué sientes y dónde lo sientes, si hueles o saboreas algo y, cuando hayas acabado tu inventario, deja de pensar en la experiencia y sacude el estado pensando para ello en tu fecha de nacimiento del revés.

Paso 3. Ahora, selecciona un autoancla única; en este caso, te invito a usar un ancla cinestésica, es decir, alguna parte del cuerpo. Para ello, identifica algún lugar en la parte superior de tu cuerpo que sea fácil para ti tocar pero que no sea tocada habitualmente durante las interacciones diarias. Este aspecto es muy importante, puesto que la unicidad del estímulo hace que las anclas sean mejores y duren más.

Paso 4. Vuelve a acceder a la experiencia y, cuando sientas que el estado está a punto de alcanzar su intensidad máxima, toca o aprieta la parte de tu cuerpo que hayas escogido, y ajusta la presión a la intensidad del sentimiento del estado recurso. Cuando lo hayas hecho durante unos segundos, deja de pensar en la experiencia y sacude el estado (repite tu DNI del revés). Es muy importante que asocies el estímulo del ancla justo antes de la máxima intensidad del estado o sensación.

Paso 5. Repite el paso 4 varias veces, cada vez mejorando tu experiencia del estado, como por ejemplo, amplificando cada submodalidad, es decir, haciendo más grandes y más coloridas las imágenes, jugando con el ritmo y la velocidad de los sonidos, haciendo más intensas las sensaciones cinestésicas, etc. Siempre buscando que la sensación o estado se haga más presente y poderoso para ti.

Paso 6. Comprueba el ancla pensando en otra cosa totalmente diferente y luego apretando la zona de tu autoancla. La experiencia asociada de tu estado recurso debería emerger de forma espontánea sin ningún esfuerzo consciente. Si no es así, continúa repitiendo los pasos 4 y 5 hasta que puedas acceder con facilidad a tu estado recurso.

41. «La vida no consiste en encontrar refugio en la tormenta; consiste en aprender a bailar bajo la lluvia.» Sherrilyn Kenyon

En esta semilla te voy a invitar a que te conectes con algún momento o experiencia que al recordar te despierte emociones como la rabia, la tristeza, el resentimiento, etc. Una vez conectes con ello, te propongo que pongas una música que sientas acorde con esa emoción. Por ejemplo, igual sientes ira y te puede servir música de tambores africanos. El juego que te planteo es que durante 10 minutos bailes esa emoción; es decir, déjate llevar por la música y usa tu cuerpo para poner expresión y forma a eso que sientes a través del movimiento. También puedes gritar o cantar si lo necesitas. Te invito a que lo hagas en un lugar cómodo y amplio donde nadie pueda verte o escucharte, y a que la actitud que tengas ante esta actividad sea la de bailar como si bailaras el último baile de tu vida. Y como si, a nivel energético, quisieras ir dejando marchar esa energía o emoción que te resulta molesta, y la fueras soltando y sacando de ti.

42. «La perseverancia no es una carrera larga; son muchas carreras cortas, una tras otra.» Walter Elliot

¿Qué vas a hacer hoy para cultivar tu jardín interior? Escribe dos pequeñas acciones y llévalas a cabo.

43. «No podemos elegir nuestras circunstancias externas, pero siempre podemos elegir cómo responder a ellas.» Epicteto

«Les cuento mi parábola preferida, la que me ha enseñado la vida: la oración del estiércol. Para hacer crecer hermosas flores en un jardín hace falta estiércol. Es nuestro pasado. Dios se vale de él para hacernos crecer. Cuando el cagajón sale del culo del caballo, está demasiado caliente, es demasiado ácido y demasiado pesado. Apesta, da asco. Si lo extiendes inmediatamente sobre las flores y sobre las semillas, las quema y las aplasta. Es preciso dejar reposar el estiércol, esperar a que seque, a que se descomponga lentamente. Con el tiempo se convierte en algo maleable, inodoro, ligero y fértil. Entonces da las flores más bellas y los brotes más hermosos. Dios se vale de nuestro pasado como si fuera estiércol para nuestras vidas. Para hacernos crecer.» Tim Guénard

44. «Siempre que te encuentres del lado de la mayoría, es hora de hacer una pausa y reflexionar.» Mark Twain

«La utopía está en el horizonte. Yo me acerco dos pasos y ella se aleja dos pasos. Entonces, ¿para qué sirve la utopía? Sirve para eso, para avanzar.» Eduardo Galeano

45. «La mente es un maravilloso siervo, pero un amo terrible.» Robin S. Sharma

Busca la última vez que tuviste un pensamiento que te hizo conectar con un estado negativo, de bloqueo, estrés, etc. Investiga y apunta en un papel lo que te propongo a continuación. (Para este ejercicio puedes ayudarte de una persona que te vaya haciendo las preguntas mientras tú estás conectado a la experiencia que quieres explorar y transformar.)

¿Qué recuerdo o experiencia te viene a la cabeza?

¿Qué imágenes ves? Recrea el momento con todo lujo de detalles asociándote como si lo estuvieras viviendo.

¿Esas imágenes son grandes o pequeñas?

¿Las ves en color o en blanco y negro?

¿Las ves claras y nítidas o borrosas?

¿Las ves cerca o lejos?

¿Son estáticas o tienen movimiento?

¿Oyes algún sonido?

Si existe sonido, ¿es grave o agudo?

¿Tiene un volumen alto o bajo?

¿Lo oyes lejos o cerca?

¿Tiene un ritmo rápido o lento?

¿Hay algo que te dices en ese momento? Es decir, ¿existe algún tipo de diálogo interior? Si lo hubiese, ¿qué te dices?

Y en cuanto a las sensaciones corporales, ¿qué sientes?, ¿dónde lo sientes?

Ahora te invito a que salgas de ese estado dando algunos pasos mientras te estiras y contestas a la pregunta ¿qué comiste ayer para cenar?

A continuación, te invito a que busques otra situación, pero esta vez, una que te conecte con un estado positivo como plenitud, confianza, seguridad, amor, etc. Realiza las mismas preguntas e investiga cómo es la experiencia interna de ese momento.

Cuando lo hayas hecho, observa si hay diferencias en la manera en que vives esos dos momentos y, si existen diferencias significativas, vuelve a conectar con el primer momento y juega a cambiar las imágenes, sonidos y sensaciones para que se parezcan lo máximo posible a las de la segunda situación. Por ejemplo, si en la situación de bloqueo te das cuenta de que las imágenes son estáticas y en la situación positiva están en movimiento, cuando estés reviviendo la situación de bloqueo ponle movimiento a esas imágenes. Si lo que ves en la primera situación son imágenes muy grandes y en la segunda son pequeñas, disminuye el tamaño en la primera situación, etc.

Una vez lo hayas hecho, observa cómo es tu sensación interna con los cambios ya realizados.

46. «No es signo de buena salud el estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma.» Jiddu Krishnamurti

Durante esta semana, te propongo que busques alguna causa que te importe, algún problema que creas que como sociedad podríamos solucionar, y que hagas una contribución o una acción para ello. Puede ser desde una aportación económica a una contribución en tiempo, no tiene por qué ser algo muy grande, puede ser comprarle un bocadillo a alguien que vive en la calle, o donar 5 a una ONG. Lo importante en este sentido es que hagas esta semana una pequeña contribución que acerque este mundo un poquito más al mundo que te gustaría. (Si ya contribuyes con varias causas, te planteo que, de manera puntual, esta semana lo hagas con otro proyecto o causa diferente.) Después, experimenta cómo te sientes.

47. «Puedes pasar tu vida dibujando líneas. O puedes vivir tu vida cruzándolas.» Shonda Rhimes

En esta semilla, te propongo que cojas papel y lápiz, y que dibujes todas las casas que puedas en un folio durante 3 minutos.

¿Cuántas casas has podido dibujar?, ¿tienen todas la misma forma?, ¿qué tipo de casa fue la primera que te vino a la cabeza?, ¿son muy diferentes las unas de las otras?, ¿qué reflexión extraes de este ejercicio?

48. «Quejarte de tu situación actual en la vida no sirve de nada. Levántate y haz algo al respecto.» Robert Kiyosaki

Piensa en un problema o situación que te esté rondando la cabeza en estos últimos días y pregúntate:

Si mi mejor amigo estuviera pasando por esta situación y me pidiera un consejo, ¿qué le diría?

Pregúntale a cinco personas de tu entorno en las que confíes cómo podrías solucionarlo.

Busca información en internet sobre algún libro, curso o vídeo donde alguien haya tenido un problema parecido y comparta posibles soluciones.

49. «En lo que piensas, te conviertes. Lo que sientes, lo atraes. Lo que imaginas, lo creas». Buda

En esta semilla te voy a invitar a que realices durante 5 minutos una visualización de cómo te gustaría que fuera tu día de hoy. Imagínate con todo lujo de detalles (si lo haces antes de acostarte, imagínate tu rutina para el día siguiente).

¿Qué vas a hacer hoy/mañana?

¿Con quién te vas a encontrar?

¿Qué actividades o tareas vas a realizar?

¿Cómo te gustaría sentirte realizando todas esas tareas y en la relación con todas esas personas?

Vive toda la secuencia desde que te levantas hasta que terminas por la noche, imaginando como si fueran los capítulos de una serie o un libro los diferentes momentos de tu día.

50. «Desde pequeños se nos dice que aprendamos de nuestros errores, pero cómo vamos a hacer esto si los seres humanos nunca o casi nunca admitimos que nos equivocamos.» Eduard Punset

En esta semilla te propongo que pienses y apuntes en un papel tres errores o equivocaciones que hayas cometido durante el último mes. Puede ser desde lo más sutil —como decir una palabra o comentario que en realidad te hubiera gustado callar— a cosas más evidentes, como que rozas tu coche con la columna del parking. Escribe por cada uno en qué te comprometes a mejorar para que esa situación no se vuelva a dar, qué acción específica vas a poner en marcha para que, en la medida de lo posible, no vuelva a ocurrir. Albert Einstein decía que locura es querer obtener resultados diferentes haciendo siempre lo mismo, y es que el primer paso para poder mejorar y evolucionar como seres humanos es darnos cuenta de nuestras áreas de mejora y, en segundo lugar, emprender pequeñas acciones o cambios que nos lleven a conseguir otros resultados.

51. «Todos quieren cambiar el mundo, pero nadie quiere cambiarse a sí mismo.» León Tolstói

«Les comparto una de mis experiencias favoritas en Toronto con mi público. Ocurrió hace varios años, cuando un joven inocente ayudó a ilustrar una verdad eterna que todos necesitamos que se nos recuerde.

Me preparaba para hablar en una conferencia y decidí llevar una naranja al escenario, como apoyo para mi conferencia.

Entablé una conversación con un joven brillante de unos doce años, que estaba sentado en la primera fila.

—Si tuvieras que exprimir esta naranja tan fuerte como pudieras, ¿qué saldría de ella? —le pregunté. Me miró como si estuviera un poco loco y me dijo:

—Zumo, por supuesto.

—¿Crees que podría salir de ella zumo de manzana?

—No —se rio.

—¿Y zumo de pomelo?

—¡No!

—¿Qué zumo saldría de ella?

—Zumo de naranja, por supuesto.

—¿Por qué? ¿Por qué cuando exprimes una naranja sale zumo de naranja?

Es posible que estuviera ya un poco exasperado conmigo en este punto.

—Bueno, es una naranja y eso es lo que hay dentro, respondió.

—Asentí con la cabeza.

Vamos a suponer que esta naranja no es una naranja, sino que eres tú. Y alguien te aprieta, ejerce presión sobre ti, dice algo que no te gusta, te ofende. Y sale de ti ira, odio, rencor, miedo. ¿Por qué sale todo eso? La respuesta, como nuestro joven amigo dijo, es porque eso es lo que hay dentro.

Esta es una de las grandes lecciones de la vida. ¿Qué sale cuando la vida te aprieta, cuando alguien te hace daño o te ofende? Si la ira, el dolor y el miedo salen de ti, es porque eso es lo que hay dentro. No importa si el que te exprime es tu padre, tu madre, tu hermano, tus hijos, tu jefe, el Gobierno. Si alguien dice algo de ti que no te gusta, lo que sale de ti es lo que hay dentro. Y lo que hay dentro de ti es tu creación y tu elección. Cuando alguien ejerce presión sobre ti y vuelcas en otros todo menos amor, es porque eso es lo que has permitido que permanezca en tu interior». Wayne Dyer

52. «Nuestra vida es el resultado de nuestros pensamientos dominantes.» Napoleón Hill

Presta atención a tus pensamientos de hoy, ya sean positivos o negativos, y ve escribiendo los más significativos o recurrentes en un papel o en una nota en tu móvil. Esta noche, cuando llegues a casa, tómate unos minutos para repasar la lista y preguntarte: ¿con qué emoción me está conectando cada pensamiento?, ¿qué emociones están predominando en mí?, ¿a qué le estoy prestando más atención?, ¿esos pensamientos me acercan o me alejan del jardín emocional que quiero tener?

53. «El pasado es historia, el futuro es un misterio y el presente es un regalo. Por eso se llama presente.» Deepak Chopra

A veces tengo la sensación de que muchos de nosotros vivimos como el conejo blanco, ese personaje de Alicia en el País de las Maravillas que siempre iba corriendo y agobiado reloj en mano.

Dos mantras que se suelen repetir bastante a menudo en las sociedades modernas industrializadas son: «No tengo tiempo» y «Estoy estresado». De hecho, se ha estudiado que en las sociedades modernas caminamos y hablamos más rápido que hace tan solo unas décadas.

Creo que a veces no somos conscientes y que, con nuestras rutinas y responsabilidades diarias, nos olvidamos de disfrutar del regalo y el privilegio que supone estar vivos. Muy a menudo, nos enfocamos demasiado en buscar y en conseguir algo futuro obviando la magia de la vida, que siempre está ocurriendo en tiempo presente.

Hoy me gustaría invitarte a que te regales una práctica muy sencilla, y es la de parar 1 minuto para no hacer nada, nada más que para hacerte consciente de que estás respirando, de que tu corazón late, de que estar vivo es un milagro y de que cada momento es irrepetible.