
El auténtico viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos paisajes, sino en tener una nueva mirada.
MARCEL PROUST
Hay personas que simplemente dedican un rato cada día a leer las runas. Otras prefieren un enfoque más formal: encienden una vela o quizás una varilla de incienso, y se toman el tiempo necesario para relajarse. Algunos piensan que la meditación mediante la respiración es útil: notar el aire cuando se inspira y se espira, con respiraciones largas, pausadas y conectadas. Libérese de sus inquietudes y sus preocupaciones, aunque sólo sea por un momento. Quizás desee pronunciar una oración, especialmente si la situación con la que se enfrenta es intensa o turbulenta.
La concentración es importante, pero incluso si no puede disponer de ella también puede consultar las runas sin ninguna preparación formal. Su necesidad es la que activa la energía de las runas. Y recuerde que está en el terreno del juego, del juego sagrado.
Un buen momento para consultar las runas es cuando ha agotado sus recursos propios y se enfrenta a una situación de la cual posee una información incompleta. Concéntrese, ponga la mano en la bolsa y saque una runa. Como explica un practicante de runemal, «la runa correcta siempre se me pega en los dedos».
Cuando lea las runas para otra persona, pida a esa persona que piense mentalmente en el motivo de su preocupación de forma clara, pero sin decirlo en voz alta. Así eliminará cualquier sesgo personal inconsciente en su interpretación.
Si un amigo que vive lejos necesita una lectura de las runas, el teléfono es su aliado. Pida a su amigo que se centre en la cuestión y después saque una runa de la bolsa. La lectura de las runas es igual de eficaz a 10.000 km que cara a cara.
Si desea consultar las runas para otra persona y no puede pedirle permiso directamente, es mejor preguntar al oráculo si tal acción es oportuna y correcta. Pregunte si «sí» o si «no» poniendo la mano en la bolsa y sacando una runa. Si sale hacia arriba, significa «sí». Si sale hacia abajo, significa «no». Si saca una de las nueve runas que se leen igual en un sentido que en el otro, saque otra.
Una cuestión adecuada es cualquier cosa relacionada con una acción oportuna y correcta. Puede necesitar consejo sobre si hacer o no un cambio en su carrera, vender un negocio, hacer una inversión, mudarse, viajar a un país lejano, terminar o iniciar una relación.
Observe que hemos utilizado la palabra cuestión en lugar de pregunta. Una pregunta podría ser: «¿Debo terminar con esta relación?». Para plantear el tema como una cuestión, debería decir: «La cuestión es mi relación». En lugar de preguntar «¿Debo aceptar este nuevo trabajo?», debería decir «La cuestión es mi trabajo». Esta pequeña distinción es crucial. Cuando usted formula una pregunta y el oráculo le da la respuesta, su papel es pasivo. Sin embargo, si plantea una cuestión y el oráculo le comenta su opinión, usted puede extraer su propia respuesta y determinar por sí solo cuál es la acción correcta.
Si no tiene ninguna cuestión concreta en mente, pero se siente llevado a consultar las runas, pregunte simplemente: «¿Qué necesito saber sobre mi vida ahora?». La respuesta del oráculo siempre será oportuna e instructiva.
Ocasionalmente, comprobará que el consejo que recibe no es aplicable a su cuestión. Cuando suceda esto, considere la posibilidad de que las runas están tratando un asunto más importante que usted está evitando, o algo de lo que usted no es consciente. Estas respuestas no válidas parecen ser un dispositivo automático infalible. Asimismo, si se encuentra atascado entre dos cuestiones y no puede decidir cuál quiere plantear, no se preocupe: las runas –lo que equivale a decir su conocimiento interno– elegirán por usted proponiéndole el tema que debe tratar de forma más inmediata.
Nueve de las runas se leen del mismo modo, independientemente de cómo las saque de la bolsa. Las otras dieciséis pueden leerse del derecho o del revés.
Por ejemplo, la runa del movimiento, Ehwaz, del derecho, es (1), y del revés, (2). La lectura del revés llama su atención sobre aspectos de una situación que pueden dificultar el movimiento, o sobre el hecho de que el propio movimiento puede ser inadecuado en ese momento.

Cabe recordar que sacar una runa del revés no es motivo de alarma, sino más bien una señal de que necesita cierto cuidado y atención para que su conducta sea correcta. Una lectura del revés indica a menudo una oportunidad de cuestionar algún ámbito de su vida con el que no ha querido enfrentarse.
Tanto si saca una runa del derecho como del revés, siempre resulta buena idea leer ambas interpretaciones. Así será consciente de todos los aspectos de la situación, incluidos aquellos que no se expresan habitualmente.
Al empezar a utilizar las runas, quizás quiera comprobar su precisión. Puede hacerlo consultando dos cuestiones mediante dos instrumentos oraculares.
Cuando empecé a trabajar con las runas, planteaba a menudo la cuestión al I Ching y a las runas, para confirmar las respuestas del oráculo con las de un conocido y sabio amigo. Una y otra vez comprobé que ambos oráculos estaban de acuerdo, a veces con contenidos simbólicos idénticos, a menudo complementarios, siempre en un enriquecimiento mutuo.
Quizás desee crear su propio juego de runas. Las runas se cortan de un trozo de madera y los glifos se queman encima. Un platero navajo de Santa Fe (Nuevo México) me hizo una vez un juego especialmente bonito. Los guijarros planos pulidos por el mar o por un río pueden constituir bonitas runas. También pueden hacerse con cristal de cuarzo, amatista, jade o trozos de hueso. En una ocasión, incluso, creé al instante un juego con el cartón de una camisa, dibujando en él los glifos con un rotulador.
El primer juego de runas que encargué era de arcilla, barnizado por ambas caras, del alfarero Norman Aufrichtig de Brookfield (Connecticut). Mientras hacía el conjunto, fue sacando un poco de arcilla de cada piedra para formar después la runa en blanco, de modo que esta contuviera la esencia de todos los elementos de la vida.
Si se fabrica usted mismo las runas o realiza juegos para otros, convierta su fabricación en una meditación. La idea de meditar bloquea a mucha gente, incluso a mí mismo. Finalmente, pude liberarme de esta ansiedad por no ser capaz de meditar de manera convencional cuando escuché decir al mitólogo Joseph Campbell que su meditación consistía en subrayar frases de los libros. Quitar las malas hierbas del jardín puede ser una meditación, o lavar el coche. Fabricar sus propias runas puede constituir una profunda y satisfactoria meditación.
