
(Fotografía del criadero Luisa)
El loro gris es, sin lugar a dudas, uno de los pájaros habladores más populares, si no el que más. Es el único loro africano importante. Posee una capacidad extraordinaria de imitar la voz humana y los sonidos relacionados con la vida del hombre. Por esta razón, se ha convertido en un animal de compañía muy querido. También se conoce como yaco, nombre que le dieron los marineros portugueses. En Italia recibe el nombre de pappagallo cenerino (o simplemente cenerino, en referencia al color ceniza), y en Francia se alude a la procedencia (perroquet du Gabon). Su nombre científico es Psittacus erithacus. Al igual que la mayor parte de aves, la clasificación científica de esta especie se debe al naturalista y médico sueco Karl von Linnè (1707-1778), que clasificó el mundo animal según la técnica binomial, consistente en identificar un animal con el nombre del género (Psittacus) seguido del nombre de la especie (erithacus), o en algunos casos la trinomial, en la que el género y la especie van seguidos de la subespecie (P. e. erithacus, P. e. princeps y P. e. timneh para la clasificación del loro gris).

Una característica peculiar del loro gris africano es el plumaje gris, que contrasta con el rojo intenso de la cola
En general, la clasificación de los seres vivos en el mundo científico parte de la consideración de que el reino animal tiene un subreino, el de los metazoos, que a su vez se divide en tipos, de los cuales el más evolucionado es el de los vertebrados. Los tipos se dividen en clases (y eventualmente en subclases); las clases, en órdenes; los órdenes, en familias (y eventualmente en subfamilias); las familias, en géneros; dentro de cada género se agrupan las especies, que a su vez pueden estar divididas en subespecies. Las razas y las variedades forman la base de esta pirámide.
Veamos, pues, la clasificación científica del loro gris, lo que podría considerarse su ficha técnica o DNI.
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Clasificación científica del loro gris (Psittacus erithacus) |
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Reino |
Animal |
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Subreino |
Metazoos |
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Tipo |
Vertebrados |
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Clase |
Aves |
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Subclase |
Neognatos |
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Orden |
Psitaciformes |
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Familia |
Psitácidos |
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Género |
Psittacus |
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Especie |
erithacus |
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Subespecie |
P. e. erithacus P. e. princeps P. e. timneh |
Nuestro simpático loro gris, o yaco, presenta un cuerpo robusto y un aspecto fuerte; tiene un tamaño aproximado de 35 cm.
Su coloración de base es gris, más oscura en la parte superior del cuerpo que en el pecho y en el vientre. La orla negra de las plumas contribuye a dar el aspecto brillante característico del plumaje de los ejemplares sanos, cuando está compacto y es uniforme. Junto al color gris, destaca la cola de color rojo intenso.
La cabeza presenta una coloración gris a escamas; la región periocular es más clara, carece de plumón y de pluma, y deja ver la piel clara; la tonalidad clara se prolonga a lo largo del cuello y se oscurece en la zona de las alas. El ojo es de color blanquecino en los ejemplares adultos, y es más oscuro en los jóvenes. En la parte superior del pico se encuentra la cera, la parte carente de plumas y filoplumas, en donde están los orificios nasales bien visibles. El pico es de color negro brillante, muy duro y sólido, para permitir un régimen alimentario básicamente granívoro. La mandíbula superior, bien fijada al cráneo, presenta un extremo curvado y puntiagudo que supera claramente la parte inferior, que es extraordinariamente fuerte y está curvada hacia arriba.
El pico es un instrumento perfecto para descascarillar el grano, incluso el más duro, con la ayuda de la lengua, gruesa y rugosa, que emplea para sujetar la semilla.
El pico tiene, además, otras utilidades. De hecho, actúa como una especie de tercera extremidad que le sirve para trepar por las ramas, mantener el equilibrio y, en caso de necesidad, se convierte en arma de defensa.
El cuerpo es compacto y robusto. Las alas están bien insertadas, y poseen la abertura adecuada para facilitarle unas condiciones idóneas para el vuelo.
La cola es corta, en forma de espátula, y de un color rojo intenso. Las patas son cortas, del mismo color gris que el plumaje, con ligeras escamas negras y, como todos los loros, presenta la particularidad de tener dos dedos orientados hacia delante (el primero y el cuarto) y dos hacia atrás (el segundo y el tercero). Esta posición de los dedos recibe el nombre de cigodáctil, y permite un mejor agarre a las ramas o a la percha (en la cría en cautividad). Gracias a esta característica el loro gris puede colgarse fácilmente cabeza abajo y sujetarse con un solo pie.
Los dedos terminan en unas uñas largas, fuertes y curvadas, de color negro, que el animal utiliza para sujetar la comida y así poder roerla más cómodamente. Una posición típica es la de mantener el equilibrio sujetándose con una sola pata, y servirse de la otra para llevar la comida al pico.
Si a este movimiento característico le añadimos la proverbial facilidad de palabra, se pueden establecer algunas afinidades con el hombre que hacen que este animal resulte irresistiblemente simpático. Efectivamente, este loro africano nunca dejará de sorprendernos, no sólo por sus dotes de acróbata y equilibrista —capaz de trepar y de usar las patas como si fueran manos para comer—, sino también por sus cualidades como animal de compañía, ya que se trata de un ave sensible que sabe recompensar a quien le dedica un poco de tiempo.
PARTES DEL LORO GRIS (YACO)

PERFIL DEL CRÁNEO

El pico del loro gris tiene un tamaño casi igual al resto del cráneo. El animal lo utiliza para romper las cáscaras de las semillas y de las nueces. También lo emplea, como si fuera una tercera extremidad, para trepar por las ramas
PLUMA

APARATO FONADOR

La siringe es la parte del aparato fonador de los pájaros que les permite cantar y, a algunas especies, hablar

El gesto de llevarse la comida a la boca con las patas evoca comportamientos humanos que hacen más atractivos a los loros
LAS UÑAS

Las uñas sirven para sujetar objetos y comida. Cuando se cortan, hay que respetar la curvatura natural, tal como muestra el dibujo
LA POSICIÓN DE LOS DEDOS

Gracias a la posición de los dedos —los dos centrales hacia delante y los dos laterales hacia atrás, como en los demás loros—, el yaco puede agarrarse firmemente al aseladero
EL «PIE» DE LOS YACOS

Izquierda: dedos vistos por debajo; Derecho: el «pie» realiza una fuerte sujeción
EL ESQUELETO DE LOS LOROS

Para el estudio de la distribución geográfica del loro gris tomaremos como referencia la subespecie típica Psittacus erithacus erithacus, aunque el área de difusión es tan vasta que, además de las diferencias entre la de referencia y las otras dos subespecies clasificadas, se pueden registrar diferencias entre las poblaciones aisladas geográficamente.
El loro gris es exclusivamente africano. Vive en los bosques de las tierras bajas tropicales y ecuatoriales en un área que va desde Costa de Marfil hasta el Congo, atravesando Gabón y Angola. La diferenciación entre las subespecies —un aspecto bastante controvertido— y la variación de plumaje según la zona de procedencia —también controvertida— dan origen a una interesante discusión en relación con el color y la talla. En efecto, un ejemplar de Costa de Marfil tendrá un color gris más claro que un ejemplar del Congo o de Angola; un ejemplar nacido en el Congo será más grande que otro ejemplar originario de cualquier otro lugar. Sin embargo, estas variaciones podrían estar determinadas por otros factores: el clima ecuatorial más cálido, la mayor posibilidad de encontrar alimento o los bosques más ricos y tupidos podrían estimular una mayor pigmentación de las plumas o dar lugar a un mayor tamaño.
Por lo tanto, a la hora de elegir un yaco entre un grupo de animales recién llegados de las zonas de captura habrá que fijarse mucho, porque no se puede estar seguro de que procedan todos de la misma área, y resultará difícil escogerlos en función de la talla o el color. Esto resulta especialmente relevante cuando se tiene la intención de adquirir una pareja para la reproducción.
Dado que no se pueden considerar absolutamente válidas las características en base a las cuales se determina el dimorfismo sexual del loro gris, conviene recurrir al sexaje quirúrgico, una técnica que consiste en una observación endoscópica que permite determinar el sexo de los animales sin margen de error y, al mismo tiempo, que permite valorar el estado de salud y de maduración de los órganos reproductores.
DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA DEL LORO GRIS

Una de las dos subespecies de la clasificación, Psittacus erithacus princeps, ha sido motivo de discusión entre estudiosos, ya que algunos consideran realmente exiguas las diferencias con la subespecie de referencia (difundida en toda la zona de África ecuatorial comprendida entre Kenia y Angola, el Congo y Tanzania); efectivamente, es totalmente similar, y sólo se distingue por una coloración más oscura que podría derivar en parte del aislamiento de la población que vive en las islas de Bioko (Fernando Poo) y de Príncipe, en el golfo de Guinea ecuatorial.
En cambio, Psittacus erithacus timneh, la segunda subespecie clasificada, localizada en Liberia y Sierra Leona, presenta diferencias mucho más evidentes con respecto a la de referencia: el tamaño es más pequeño, la coloración es más oscura, la cola presenta un color vino con tonalidad castaño rojiza, y la parte superior del pico, pese a tener la misma forma que en la especie de referencia, adquiere un tono rosa amarillento en la inserción.
Las diferencias morfológicas no se reflejan en modo alguno en el carácter. Todos los loros grises son igual de sociables y habladores, aunque algunas fuentes sostienen que el P. e. timneh posee unas cualidades vocales ligeramente inferiores y es más ruidoso. La única razón por la que la mayoría de los aficionados prefiere la especie de referencia es simplemente por su coloración más viva y rica en contrastes.
Antes de tomar la decisión de comprar un loro gris conviene valorar todas estas características, y tener en cuenta que los ejemplares de captura son menos dóciles que los nacidos en cautividad, más estridentes y algunas veces un poco agresivos. Por otro lado, un ejemplar de nido tiene un valor claramente superior al de un adulto.
Sea como fuere, en lo que se refiere a ruido y docilidad, los loros grises son mucho más tranquilos que los papagayos sudamericanos, algunos de los cuales tienen voces realmente fuertes (guacamayos) y otros presentan un carácter excesivamente quisquilloso (Amazonas).
La relativa facilidad con la que el loro gris ha sido criado en cautividad, en latitudes con temperaturas y condiciones ambientales muy diferentes a las de su hábitat originario, ha dado lugar a una serie de mutaciones de color, como son los individuos albinos (completamente blancos), los que presentan una especie de escamado rojizo en todo el cuerpo, los de color gris rosado o los de color rosa, con las respectivas variaciones en el color de los ojos.
Gracias a los conocimientos en el ámbito de la genética, algunos criadores están intentando fijar y estabilizar estas mutaciones ocasionales. Cruzando ejemplares con las características buscadas —por ejemplo un dibujo concreto— se puede llegar a fijar en poco tiempo una característica que en estado natural no se habría podido fijar nunca, simplemente por la escasez de probabilidades de que dos ejemplares entraran en contacto. No en vano en la naturaleza las mutaciones son hechos casuales que se consideran «rarezas».

La subespecie Psittacus erithacus timneh se distingue de la subespecie principal en que tiene el plumaje más oscuro, una coloración rojiza en la parte superior del pico y la cola de un tono vino rojizo con matices que van del gris al marrón
En la naturaleza, el loro gris es un ave arborícola y gregaria, que pasa la mayor parte del tiempo posada en los árboles en compañía de sus semejantes. Sus lugares preferidos son los bosques frondosos con árboles de mucha altura. Cuando se dan estas condiciones, busca un lugar para anidar fuera del alcance de los depredadores, especialmente de los halcones y buitres. Suele construir un nido espartano en el interior de la grieta de un árbol o en el hueco utilizado previamente por otro animal.
En las regiones en donde establece su morada se pueden observar grandes bandadas, que al amanecer levantan el vuelo emitiendo reclamos y silbidos agudos, y sobrevuelan el bosque en busca de alimento. A veces son bandadas muy numerosas, que se desplazan en tramos cortos con un vuelo poderoso.
El loro gris, salvo en periodos en los que se ve obligado a desplazarse debido a la dificultad para encontrar comida, prefiere establecerse en un territorio, en donde se alimenta de dátiles, mango, nueces, bananas, higos o brotes de plantas. Tampoco desdeña realizar incursiones en tierras cultivadas, atraído por el maíz, el café, el mijo y el grano en general. Posee una habilidad impresionante para romper la cáscara de alimentos tan diferentes como el mijo y las nueces.
Las incursiones en los cultivos fomentan entre los agricultores el deseo de captura de estos animales, que antaño destinaban a la alimentación. Sin embargo, hoy en día obtienen un mayor beneficio a través de la venta. Actualmente, viendo la constante disminución de la población de halcones y de buitres, se puede considerar que el peor enemigo del loro gris es el hombre.
Al anochecer, los pájaros, con un vocerío característico, regresan a los grandes árboles en donde pasan la noche, no sin antes posarse en el suelo para saciar la sed. Este momento es delicado, porque en el suelo los loros son lentos y muy poco hábiles: son buenos trepadores y se desenvuelven bien en la frondosidad del bosque, e incluso también cuando no vuelan se mueven ágiles y seguros, pero en el suelo se mueven caminando (su estadio evolutivo no contempla la posibilidad de saltar). Cuando acaban de beber, emprenden el vuelo hacia los grandes árboles, en donde esperan que caiga la noche.
Viviendo en estrecho contacto con el ser humano, el loro gris pierde sus hábitos naturales, y deja de tener la necesidad de volar para procurarse el alimento. En efecto, es como si para la mayor parte de los Psitácidos el volar no fuera una diversión, sino solamente una necesidad.
Esto no justifica el uso de jaulas pequeñas, en las que todo movimiento resulta dificultoso. Sería demasiado triste para un ave tan sensible. En la pajarera puede pasar mucho tiempo alisándose el plumaje; en jaulas de buen tamaño se colgará en posiciones extrañas y se columpiará acrobáticamente. Si además le proporcionamos algún juguete, se mostrará interesado y curioso. Resulta también muy interesante observar el intercambio de afecto entre una pareja de loros grises.
Sin embargo, el mejor momento llega cuando el loro empieza a reproducir sonidos ambientales y de animales de otras especies, o a repetir palabras de nuestro lenguaje. Este ave, inteligente, sensible y dotada de una gran capacidad de aprendizaje, puede llegar a adquirir un vocabulario bastante rico.

El loro gris, ágil y veloz entre las ramas y en el aseladero, se muestra poco hábil en el suelo, especialmente en superficies lisas o resbaladizas. (Fotografía de M. Herman)

En el jardín...

... o en casa, el yaco sorprende por sus dotes de escalador y acróbata. (Fotografía de M. Herman)