Se ha dudado bastante de la existencia de esta semi-mitológica reina de Asiria y es que su persona da para hacer dudar dado lo extraordinario de ella. Se podía pensar que los asirios adoraban a una divinidad que convirtieron en personaje histórico, pero lo que en realidad parece, vistas las fuentes y los restos arqueológicos, es que a esta reina de vida increíble la convirtieron en divinidad.
La mayoría de los especialistas sobre Asiria y Babilonia no dudan de su existencia. Está absolutamente comprobado que existió la reina Shammuramat y que a la muerte de su esposo fue regente de su hijo, como a continuación explicaremos. Gracias a una estela encontrada, podemos asegurar que fue la esposa del rey asirio Samshi Adad IV , que gobernó del 823 al 811 a. C., y que fue madre de Nirari, quien gobernó del 810 al 783 a. C.
Sólo se sabe de su nacimiento que nació en Ascalón, en la costa mediterránea, ahora Israel, antiguamente zona sirio-palestina. Se dice que fue abandonada por su madre y un pastor la acogió y le dio el nombre de Semíramis. Como era muy inteligente y de una gran belleza, cuando el gobernador de Nínive, Menones, la conoció, se enamoró de ella y la desposó. Era la mano derecha del rey Nino, a quien se atribuye (a él o a su padre) la fundación de Nínive. Cuando el rey estaba atacando a los Bactrios y no conseguía conquistar la ciudadela, Menones llamó a su mujer, de la que siempre escuchaba sus consejos. Ella se dio cuenta de un fallo en la estrategia del ataque y lo corrigió, ganando así la batalla. Nino se quedó tan impresionado que decidió convertirla en su esposa. Menones se negó, pero ante las amenazas constantes del rey acabó suicidándose.
Se convirtió en la esposa del rey y luego hay varias versiones sobre cómo se hizo ella con el poder. La cuestión es que se declaró su sucesora y reinó en solitario el resto de su vida, hasta los 62 años. Llevó a cabo empresas increíbles. Embelleció Babilonia, construyó ciudades, acueductos, carreteras, extendió su imperio. Quería someter a la enorme India y en ello puso todo su empeño. Los elefantes indios eran la fuerza mayor de su ejército, y se dice que disfrazó a cien mil camellos con pieles de bueyes para simular elefantes. La cuestión es que en el primer combate resultó victoriosa, pero luego los indios se dieron cuenta del engaño y contraatacaron, resultando ella misma herida por una flecha del rey indio. Con sus fuerzas diezmadas tuvo que cruzar el Indo.
Cuando llegaba a su reino le dijeron que su hijo conspiraba contra ella. Según una antigua predicción en la que creía firmemente, sabía que esto era su fin, así que abdicó y después se quitó la vida, pensando que obedecía los deseos de los dioses. Las leyendas dicen que se convirtió en paloma y desde entonces para los asirios fue un animal sagrado.
Como curiosidades se le atribuye la invención del cinturón de castidad, para impedir que las servidoras de palacio sedujeran a su hijo, y el historiador romano Amiano Marcelina cuenta que fue la primera persona que castró a un hombre convirtiéndolo en eunuco utilizando esta práctica con los jóvenes.