BIENVENIDA
Te doy la bienvenida, caminante de tu territorio sagrado. Mujer que despiertas para recorrerte, conocerte y amarte, que has escuchado el llamado y sabes que llegó el momento de entregarle al mundo tu belleza reconocida, agradecida, honrada y vivida. Mi corazón palpita junto al tuyo para celebrar la decisión de reconectar con tu rosa de los vientos, la que te servirá para desplegar una senda personal que te llevará al encuentro de la visión de tu alma, la que vino contigo y que espera tu despertar para develarse.
Gracias por unirte a mí en esta aventura. El mapa de ruta lo he trazado como resultado de los tantos peregrinajes que he hecho en mi transcurrir por la vida y por haber transitado este tiempo de pandemia de la mano de mi viajera interior, siguiendo el cambio de rumbo que la vida me trazó a la hora de darle forma a este libro. Espero que para ti sea lo que fue para mí: un compañero de transformación y autocreación. Sin importar cuál sea tu punto de partida, este viaje, este reencuentro contigo misma, lo pactó tu alma. Ella sabe porque llegaste a este libro, que es tiempo de transformarnos, de recordar el poder de nuestro fuego femenino, de volver a escuchar la vida y la naturaleza. La Tierra y el cosmos están ofreciéndonos una poderosa oportunidad evolutiva para impulsar nuestras vidas más allá de los temores, las ideas alienantes y obstaculizadoras. Caminando como peregrinas por esta hermosa Tierra, haremos de cada paso un recorrido en paralelo por nuestros propios territorios internos.
En los peregrinajes que hice con grupos de mujeres por el Valle Sagrado de Perú, las islas del lago Titicaca en Bolivia, los sitios sagrados de Colombia y México, y los vórtices de Sedona, una ciudad de Arizona en Estados Unidos, nacieron las bitácoras de viaje como espacios de reflexión sobre la vida y de registro de los aprendizajes. Cada viaje era una travesía existencial en la que nuestras viajeras místicas iban surgiendo mientras explorábamos territorios desconocidos o revisábamos lo andado, buscando visión y con intención de conocer la propia naturaleza divina que se expresa en la vida a nuestro paso. La viajera mística nos recuerda que somos un alma perfecta, completa y eterna viajando en la eternidad de la existencia, con una visión para manifestar en el plano físico de la vida terrena y seguir evolucionando, decididas a dibujarnos la propia vida y a confluir con los ciclos naturales para reconocer nuestra naturaleza terrena, cósmica, humana, divina y completa.

En este peregrinaje nos acompañarán, además de nuestra viajera mística, dos fuerzas arquetípicas: la Mujer Grafito y la Mujer Moondala, ya se las presentaré. Ellas serán nuestras aliadas.
Momento de presencia plena
Quiero proponerte una práctica que realizaremos a lo largo de nuestro viaje: los momentos de presencia plena, para respirar, ¡respirarte! y estar completamente para ti. Estos te ayudarán a integrar todos tus cuerpos en la experiencia completa del camino hacia tu interior. Serán pausas conectivas en las que detendrás la lectura para abrirle espacio, en tu mente y corazón, al camino que estamos trazando. Momentos de silencio, música, aromas y poesía, que precederán ejercicios creativos de escritura y color para amarte a través de la belleza que surge cuando permitimos que nuestro corazón, conectado con la vida, manifieste el amor.
En estos espacios de introspección invitaremos a nuestra alma y a nuestros cuerpos mental, emocional, físico y espiritual a estar presentes. Nos enfocaremos en recordar que es posible ir por la vida de la mano de la viajera mística, recorriendo el cotidiano con la mirada mágica que ve lo sagrado en cada paraje, experiencia y encuentro. Hacer una pausa y desconectarte del ruido externo es una práctica que te invito a retomar cuando sientas que olvidaste escucharte. Estos momentos que crearemos juntas te mostrarán los beneficios de tomar distancias sanas y temporales de los demás, para encontrarte y fortalecer tu relación contigo misma. Esto te permitirá descubrir que puedes entregarte a la vida y a sus relaciones sin perderte en las demandas y las expectativas de los otros o del sistema.
En cada capítulo encontrarás este espacio y será como una agradable estación de paso en tu peregrinar. Déjate llevar por la propuesta contenida en cada una. Lee primero la instrucción, después cierra el libro y tus ojos, y sigue el ejercicio de la manera en que tu memoria y tu creatividad te lo indiquen. Quizás quieras grabar una nota de voz para guiarte tú misma en la visualización. Concéntrate en tu respiración, siente el aire entrar y salir de tu cuerpo, permítete, a través de cada inhalación, el gozo de comprobar que ¡estás viva!, es decir, llena de posibilidades. Respira lento y profundo y mientras lo haces repite mentalmente:
Estoy aquí y ahora presente, tan presente como lo está mi respiración… Estoy aquí y ahora presente para mí, para este momento…
Estoy aquí y ahora… ¡Presente! Inhalo paz, exhalo amor.
Enfócate en el presente, en la luz, el aire, los sonidos, el espacio en el que te encuentras. Siente el aire recorrer todo tu cuerpo físico, de la cabeza a los pies, recorre tus órganos internos e imagina que en cada exhalación vas liberando tensiones. Entrega el peso de tu cuerpo a la silla o al piso en el que te encuentras y recuerda que tienes un lugar en la Tierra. Agradécele a la Madre Gaia por sostenerte y por el lugar que ocupas. Inhala profundamente, conectando con ella, repasando en tu memoria los lugares que has visitado, montañas, playas, valles, campos cultivados, praderas, ríos, lagos, mares. Llénate de amor y gratitud e imagina que en cada exhalación le entregas amor.
Imagina ahora que el aire entra en tu cerebro y como un amoroso viento sopla tus pensamientos alienantes, los que te distraen de tu verdadero ser. Deja que se lleve esas ideas recurrentes que te cuentan una historia equivocada sobre ti, que te desempoderan, descalifican u obstaculizan. Observa cómo se disuelven a medida que exhalas.
La siguiente respiración llévala a tu corazón y siente que ese viento cálido lo libera de emociones alienantes, perturbadoras de tu paz. Imagina que con cada inhalación sientes la bondad del amor por ti y por la vida. Exhala aliviada.
Ahora con tus cuerpos físico, mental y emocional relajados y presentes, lleva tus manos a tu corazón, inclina tu cabeza haciendo una venia ante ti, agradécete por este momento y saluda a tu ser interno, tu yo espiritual y exprésale tu amor: ¡Gracias, te amo!
Permanece un momento en silencio, sintiendo la relajación de tus cuerpos físico, mental, emocional y espiritual. Agradece la vida y disponte a conectar la propiedad creativa de tu alma: la imaginación. Con ella le daremos forma a visualizaciones que dispondrán tu mente y tu corazón para la creación de nuevas narrativas y aventuras transformadoras. Si no puedes visualizar, simplemente cuéntate lo que estás haciendo.
Visualización
Imagina que recorres algún paraje natural, observa el espacio. ¿Qué hay en él? Te encuentras con un árbol que comienza a sentir los efectos del otoño, ves cómo sus hojas secas se liberan al viento. Te le acercas, te abrazas a su tronco y te fundes con él. Permanece un momento con esa sensación, quizás puedas sentir tus raíces, tu tronco, tus ramas y las hojas. Hazte consciente de que estás unida desde tus raíces al bosque, la Tierra y experimenta con el árbol la rendición al influjo de la vida que nos enseña, a través de sus ciclos, a evolucionar. Permite que los vientos de otoño te despojen de lo que ya murió en ti.
Respira de manera consciente e imagina que el árbol y tú están desnudos, sin follaje, en medio del frío blanco del invierno. Agradece el silencio y la posibilidad de verte sin el viejo traje de las ideas que te estancaron, que detuvieron tu andar y te cargaron de dolor, temor, rabia y tristeza. Continúa respirando mientras te preguntas: ¿A qué me estoy aferrando que detiene mi crecimiento, mi desarrollo y mi evolución? ¿Qué puedo soltar para estar ligera de equipaje, abrirme a la primavera y recorrer mis parajes desconocidos? Deja que las preguntes aniden en tu corazón, siente cómo en tu tronco desnudo retoñan hojas nuevas y reverdeces, surgen nuevos brotes. Sabes que pronto estarás renovada y florecida, la alegría de un nuevo comienzo llenará tu corazón.
Inhala profundo, agradece la visión del árbol, intenta conservar la sensación de unión con él y trae tu mente al momento presente. Cuando estés lista abre los ojos.
Vuelve al libro y lee en voz alta estas estrofas del Poema 14 de Pablo Neruda (hace parte del libro Veinte poemas de amor y una canción desesperada). Hazlo como si el poeta las hubiese escrito para ti, regálate sus palabras:
A nadie te pareces desde que yo te amo.
Déjame tenderte entre guirnaldas amarillas.
¿Quién escribe tu nombre con letras de humo entre las estrellas del sur?
Ah déjame recordarte cómo eras entonces, cuando aún no existías.
Mis palabras llovieron sobre ti acariciándote.
Amé desde hace tiempo tu cuerpo de
nácar soleado.
Hasta te creo dueña del universo.
Te traeré de las montañas flores alegres,
copihues,
avellanas oscuras, y cestas silvestres
de besos.
Quiero hacer contigo
lo que la primavera hace con
los cerezos…

Deja que estas últimas líneas queden como un eco que seduce tu ser. En ellas está contenida mi invitación central para ti a través de este libro:
Que tu ser femenino florezca en todo su esplendor, gracias al amor que te das, al tiempo que te regalas para conocerte y a la voluntad de trazarte tu propia senda de autorrealización.
Que florezcas con fuerza desbordada, que ninguna expresión de tu belleza continúe guardada y que te decidas a bendecir tu vida y la vida en todas sus expresiones y en todas tus relaciones, siendo tú, en toda tu dimensión.
Que tu camino tenga corazón y su palpitar sea el tambor que la existencia escuche, que tu caminante active las memorias antiguas de tu senda sagrada y tu visión de nacimiento.
Que el cielo te guie y la Madre Gaia te sostenga y te nutra.
Que el amor por ti seduzca tu fuerza creativa y salvaje y te crees.
Invocación para el camino
Ritualizar la vida, crear en el cotidiano momentos sagrados, es expresarnos desde nuestra esencia femenina que se relaciona amorosa y naturalmente con la magia de la existencia. Un ritual es la suma de gestos y elementos a los que les damos la función y el poder de sacralizar la vida, a través de ellos accedemos al lenguaje simbólico y nos conectamos con la dimensión de lo espiritual. La vivencia de lo cotidiano se transforma en una celebración de la vida, así el acto adquiere más valor y se impregna del poder de lo simbólico.
En los rituales invocamos y evocamos, infundimos la fuerza de nuestro corazón y del amor creador al momento y a las acciones alrededor de las cuales nos reunimos para dar forma a nuestro vivir en conexión con lo trascendente. Cuando creas ritos de conexión, tú misma te unes de manera profunda con tu naturaleza sagrada y tu creatividad, ahondas en tu peregrinar existencial y te conoces con tu viajera mística, la que hace de tu trasegar una aventura trascendente en la que evolucionas y realizas tu visión de nacimiento.
Desde mi experiencia poner un rezo, sembrar una oración, orar, es el tiempo que dedicamos para vibrar en amor por la vida, por nuestros sueños, por los anhelos que mueven nuestro corazón y hacen palpitar la vida. Orar es recordar el poder creador de nuestra palabra consciente, en un acto de religación con la divinidad que vive en nosotras y con la que vamos creando la vida. Cuando oramos asumimos que es nuestra consciencia cotidiana la que da forma a la vida. Para los antiguos orar no era un ruego, era una manera de conectar el poder creativo personal de crear vida en sincronía con la divinidad.
Te propongo iniciar tu conexión con tu yo ritual creando un sencillo altar, que será el punto de partida de la travesía interior propuesta en este libro/diario, y a través del cual le daremos la condición de peregrinaje simbólico hacia tu centro. Elementos sugeridos para tu altar: una tela especial, flores frescas como ofrenda, semillas para invocar a la Tierra y tu despertar, un recipiente con agua para honrar tu vínculo emocional con la existencia, una vela para llamar al fuego y a tu propio fuego interior, y una pluma para simbolizar el viento e invitarlo a mover tus alas. Si quieres incluye otros elementos que sean simbólicos de tu conexión con la vida como cuarzos, fotos, dibujos, mandalas o piedras que hayas encontrado.
Quiero proponerte que en este altar coloques una mochila1, de cualquier tamaño y forma, ella será el contenedor simbólico del equipaje que llevarás en esta travesía y en la que irás guardando lo que vayas descubriendo. Si puedes dejar tu altar permanente, perfecto, solo recuerda que lo tienes desplegado y cuídalo. Si necesitas recogerlo, hazlo después de terminar el tiempo de interacción con tu diario de viaje. Guárdalo en la mochila hasta que vuelvas a conectarte con él.
Siéntate mirando hacia el oriente, la dirección del sol naciente, de los nuevos comienzos. Antes de comenzar, enciende la vela en un gesto ritual que activa el poder del fuego y lo intencional:
Gracias doy al fuego que al encender esta vela, enciende mi propia luz para iluminar y potenciar mi creatividad. Invoco para mí las bendiciones de los ciclos naturales y recibo el influjo de mi primavera interior. Que el corazón me guie, las estrellas y la luna me acompañen iluminando la noche de mi exploración interior. ¡Que el sol caliente mi Tierra y se desborde de flores!

Plegaria
Repítela mientras coloreas el mandala de la siguiente página, en el que encontrarás una representación simbólica de la mujer que emprende este camino para abrazarse a sí misma y desplegar las alas de su amor por ella y por la existencia, se hace una con el árbol de la vida y desde ahí ensueña su existencia:
Madre Tierra, dadora y guardiana de la vida, recibe la potencialidad de mi semilla y acompáñame a caminar la senda de mi despertar.
Padre sol, fuerza vital que sostiene la vida, activa tu fuerza en mí mientras camino la senda sagrada de mi florecimiento.
Abuela luna, lléname de magia y alumbra la noche que me lleva al amanecer de mi propio sol.
Ángeles y arcángeles protejan cada paso que daré y guíenme en mi intención de caminar los mundos internos de mi ser.
Gran misterio de la vida ayúdame a develar los secretos que en mi corazón guardé para este momento de mi vida.
Ancestros de la humanidad bendigo y agradezco sus pasos, los incorporo con gratitud en mi propio caminar y me abro a su sabiduría.
Guardianes de las cuatro direcciones en las que mi alma se desplaza, soplen sus vientos sobre mí y abran las puertas que custodian la memoria antigua del camino de regreso al corazón.
Alma mía, que me acompañas en esta travesía humana y que cuidas mi visión de nacimiento, despiértame y apóyame a recordarla para crear mi leyenda personal.
La nueva mujer se dibuja
En esta parte del libro te entregaré diez mandalas simbólicos a través de los cuales le daremos intención al recorrido de la Mujer Grafito y anclaremos sus experiencias en el camino que recorreremos. Usaremos el nuevo como una analogía del periodo de gestación. Cada mandala irá marcando la evolución de la Mujer Grafito y su autocreación.
Más adelante profundizaremos en el mandala y su simbología, por ahora, te pido que intuitivamente permitas que el diseño intencionado, de cada uno de estos, active tu conexión interior y deje que surjan dentro de ti memorias, ideas, decisiones, anhelos, que movilicen tu transformación. En este mandala tu intención será fortalecer las alas que empiezan a surgir de tu corazón, conociéndote, amándote, fundiéndote con el árbol de la vida para aprender de él a vivir los ciclos naturales, conectándote con la luna para recordar tu propia esencia cíclica.
Mandala uno

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1 La mochila es para las culturas nativas “la que camina contigo”, es un elemento ritual y simbólico de conexión con el camino y el trasegar por la vida. Las mujeres indígenas plasman en su tejido la vida, lo cotidiano, el pensamiento, la tradición de un pueblo que se expresa a través de él.