Pero esta representación de los toltecas no es más que una pequeña parte de su extraordinario y fascinante legado. La sociedad tolteca se centró en muchos sentidos en el estudio de la mente humana para crear la mejor vida posible. Los toltecas no se limitaron simplemente a sobrevivir o a expandirse con campañas bélicas, sino que además fueron muy creativos y expresivos. En realidad, la palabra tolteca significa «artista» en náhuatl. El significado de la palabra artista no solo se refiere a una persona que pinta, esculpe o realiza formas tradicionales de arte. Los toltecas enseñaban que cada uno de nosotros es un artista, y el arte que creamos es la historia de nuestra vida. En cierto modo, se podría decir que los toltecas exploraron la psicología y el crecimiento personal en gran profundidad miles de años antes del nacimiento de Sigmund Freud o Carl Jung.
Como he señalado, los toltecas hablaban náhuatl, y me gustaría compartir una palabra muy importante en esta lengua por el papel esencial que desempeña en las ideas presentadas en este libro. La palabra es nagual, y como ocurre con muchas otras palabras, tiene dos significados. Por un lado, nagual se refiere a la energía de la fuerza vital, o la divinidad, que reside en ti, en mí y en todo. La energía del nagual es invisible y, sin embargo, nada podría existir o vivir sin ella. Y por otro lado, nagual también se refiere a las mujeres y hombres que sirven a la comunidad en la que viven como maestros espirituales, médicos, filósofos y curanderos. En este sentido, nagual significa «el que está despierto». En la actualidad, llamamos chamanes a este tipo de personas. En mi tradición tolteca me consideran un nagual, pero también me considero un chamán, porque es la palabra moderna con la que se describe la misma vocación.
También me gustaría aclarar que, como todos tenemos en nuestro interior la energía del nagual, cualquier persona puede convertirse en un nagual o chamán. En cierto modo, tú ya lo eres. Solo por el hecho de haber nacido bajo una forma humana ya significa que puedes elegir la vida que llevarás. Este hecho te convierte en un artista, en un creador de tu vida. Sin embargo, muchas personas la están creando sin saberlo, como si la estuvieran pintando mientras duermen.
En la actualidad es más importante que nunca recordar y valorar esta energía que todos poseemos, ya que podemos usarla para crear una manera mejor de existir en el mundo. En este libro comparto contigo una diversidad de rituales, prácticas y ceremonias concebidos para aprovechar esta energía creativa consciente y ayudarte a despertar a tus habilidades creativas y alcanzar tu potencial. Al realizar rituales repetidamente somos capaces de despertar.
El poder de los rituales y las ceremonias
Aunque la mayoría ya participemos en este tipo de rituales y ceremonias, los rituales de este libro se han adaptado a un aspecto de la vida totalmente distinto. Pretenden ayudarte en tu viaje del despertar. ¿A qué me refiero al decir «despertar»? He utilizado la palabra despertar porque en la tradición tolteca de mi familia decimos que los seres humanos están soñando todo el tiempo. Te lo explicaré.
En primer lugar, cada uno de nosotros está viviendo siempre lo que en la tradición tolteca se llama el Sueño Personal, que es nuestra propia perspectiva, cómo vemos el mundo de nuestro alrededor y le damos sentido a través de los relatos que nos contamos sobre lo que percibimos. Y en segundo lugar, también existe el Sueño del Planeta, o la suma de todos los Sueños Personales. Juntos forman la base de cómo creamos el mundo de nuestro alrededor y nos comunicamos unos con otros.
No estoy diciendo que los rituales y las ceremonias nos ayuden a despertar del sueño, sino que más bien nos ayudan a despertar al hecho de estar soñando. La mente lo que hace es soñar y contar relatos. No podemos dejar de soñar, lo único que podemos hacer es advertir que somos un animal soñador y trabajar con este talento de doble filo para cambiar el propio sueño. Por eso el principal objetivo de las prácticas de este libro es ayudarte a despertar al conocimiento de estar soñando y a crear tu vida en forma de un hermoso sueño.
Si miramos a nuestro alrededor, es fácil ver que muchas otras personas están viviendo una especie de pesadilla en la que sus actos surgen del miedo y no del amor incondicional. Al vivir de este modo se hacen daño a sí mismas y también se lo hacen a los demás con actos desde algunos tan pequeños como soltar comentarios crueles hasta otros tan importantes como las guerras entre países.
El objetivo del chamanismo tolteca es llevar el amor a cualquier parte de tu sueño, sobre todo a los aspectos de tu propio sueño en los que estás sufriendo. Después de todo, el amor es el poder que transforma un mal sueño en uno bello.
Cuando los rituales y las ceremonias se realizan de manera consciente, con el propósito correcto, van más allá del reino de los simples pensamientos y manifiestan tus deseos positivos en el mundo físico. De este modo, los rituales y las ceremonias fomentan tu transformación personal, dondequiera que te encuentres en tu viaje.
También me gustaría señalar que la palabra «propósito» tiene un significado especial en la tradición tolteca. Cuando llevas tu propósito a algo en este contexto, significa que diriges tu mente centrada, serena y clara a algo en concreto, ya sea un objeto, un deseo, una situación o incluso otra persona. Tu propósito es poderoso y aprender a dirigirlo conscientemente es una de las cosas que obtendrás de este libro.
Cuando haces un ritual o una ceremonia de esta forma, también estás conectando con la poderosa energía del nagual de tu alrededor, estás llamando a esta energía para que te ayude en el camino.
Recuperar el equilibrio
¿Qué ocurrirá en el futuro? ¿Cómo podemos pasar del caos y el desequilibrio a un estado sanador de alineación? El primer paso es cambiar uno mismo y las prácticas de este libro están concebidas precisamente para ayudarte a conseguirlo.
Me gustaría compartir contigo una historia que resume el poder de los rituales:
Durante milenios, el Lobo había sido el guardián de un gran valle con bosques y campos, ríos y arroyos. Pero un día llegó al valle una figura encapuchada cubierta con una larga capa gris. La figura contempló horrorizada y aterrada al Lobo cuando este mataba a un alce. Por esta razón la figura mató al Lobo y a todas sus crías. El Lobo desapareció del lugar y, a medida que el tiempo transcurría, el valle se fue degradando. El río se volvió caótico: en una estación el agua desbordaba las orillas, y en otra el cauce se quedaba totalmente seco. Los pájaros cantores se alejaron volando hacia el cielo, y los cuervos y las águilas hicieron lo mismo. Los castores desaparecieron del lugar. Los alces y los ciervos al alimentarse sin cesar de las hojas de los árboles y la hierba, las acabaron arrasando. En cada solitaria noche reinaba el silencio y la soledad al no oírse los aullidos de la manada.
La figura de gris contempló este proceso, perpleja, hasta que una mañana un rayo de luz del alba le iluminó la cara. Fue cuando una voz le susurró que era hora de que regresara el Lobo.
La figura hizo una ofrenda para invitar al Lobo a regresar. En cuanto el Lobo volvió al hogar del valle, empezó a dedicarse a sus tareas sagradas: Aullar. Cazar. Conectar. Desplazarse. Matar. Dar.
Estos eran los rituales del Lobo. Estas fueron las formas en que manifestó su custodia sagrada del valle.
Con sus aullidos y cacerías, el Lobo obligó a los alces y ciervos a desplazarse por el valle. Los pastos prosperaron y se extendieron por el territorio. Los árboles, los matorrales y la hierba empezaron a buscar el sol y a crecer cada vez más. Los cuervos comenzaron a seguir a la manada de lobos por todo el valle, compartiendo los regalos de la carroña que les dejaban con las águilas y los osos. El castor, el cuidador de los ríos, volvió a habitar el lugar y construyó diques apilando los troncos de los árboles que talaba. Y en los diques se crearon estanques profundos de agua fresca para los peces y las ranas.
La figura cubierta con una capa estaba encantada de los cambios mientras las aguas del río volvían progresivamente a su cauce. El ritual de renovación se había completado y el miedo que la había llevado a matar al Lobo había desaparecido. Lo había reemplazado el agradecimiento por todo tal como era y todas las cosas volvieron a desempeñar su papel.
Esta parábola moderna es extraordinaria porque es cierta. Hace ochenta años los humanos (cubiertos con una capa de miedo y codicia) diezmaron la población de lobos en el Parque Nacional de Yellowstone. Más tarde, en 1995, se reintrodujo en el parque una pequeña cantidad de lobos. Esos animales sembraron una nueva vida de formas extraordinarias, restablecieron el ecosistema, repararon la ruptura de la red alimentaria, e incluso estabilizaron la estructura física del río.
Al igual que la lección de esta historia, los rituales y las ceremonias nos enseñan a actuar motivados por el amor en lugar de por el miedo, ya que esta es la forma de recuperar el equilibrio.
La adicción de la mente al sufrimiento
Como cuando digo que uno de los mayores problemas de la humanidad es la adicción de la mente al sufrimiento la gente a veces se muestra confundida o incrédula, te lo explicaré con más detalle.
Considera todas las formas en que nos causamos sufrimiento. Trabajamos y luchamos para adquirir objetos que no necesitamos y después nos enojamos o entristecemos si no los obtenemos. Cuando los demás no se comportan como creemos que deberían hacerlo, los juzgamos y los castigamos privándolos de nuestro amor (ocurre de maneras importantes y pequeñas). Y, por supuesto, hacemos sufrir a los demás y a nosotros mismos con la violencia física y las guerras.
Esta lista sin embargo no incluye la forma más habitual con la que nos causamos sufrimiento, es decir, el sufrimiento generado con nuestros propios pensamientos. Somos el único animal del planeta que se rechaza a sí mismo. Nos decimos que no somos lo bastante buenos, que no nos merecemos que nos amen. Y nos contamos una y otra vez relatos de remordimientos por el pasado o de miedos por lo que pueda sucedernos en el futuro.
Nuestra mente le da vueltas a esos juicios, miedos y remordimientos en cualquier momento, a menudo cuando algo activa un recuerdo o una preocupación arraigada. Entregada al parloteo de los relatos negativos que nos contamos —comparando, juzgando y buscando problemas—, nuestra mente crea la mayoría del sufrimiento que sentimos.
Cada momento puede ser delicioso. Sin embargo, la mente está tan enganchada al sufrimiento que en su lugar crea desdicha, con frecuencia de la nada, llamando y manteniendo una especie de caos interior que nos deja sin energía y nos desconecta de la fuerza vital que nos rodea y apoya.
También me gustaría aclarar que no se trata de un fallo personal, todos tenemos esta adicción al sufrimiento en un grado u otro. Si adviertes esta tendencia en ti, no la uses como un argumento para machacarte más aún, reconócela simplemente como un hábito mental. El primer paso para eliminar esta adicción es advertir que existe y ver que tú eres el único que puede cambiarla. El viaje para liberarte de este sufrimiento consiste en despertar, y durante muchas generaciones mi familia ha estado enseñando este camino. Hemos sido maestros, guías y amigos de la humanidad, desde mi abuela, Sarita, y mi padre, don Miguel Ruiz.
Pero siempre lo hemos hecho (como todos los chamanes) sabiendo que cada uno debe encontrar su propio camino en el viaje. Después de todo, estamos creando nuestro sueño individual. La mente está hecha para soñar, no podemos dejar de hacerlo, pero en cuanto despertamos a esta verdad, advertimos cómo hilvanamos nuestros sueños con la negatividad. Los rituales y las ceremonias de este libro te ayudarán a reorientar la mente contadora de relatos hacia el amor y a alejarla del miedo.
¿Y si te dijera que en este viaje puedes llevar alrededor del cuello, cerca del corazón, una herramienta antigua muy poderosa? La bolsa medicinal es esa herramienta en sentido literal y figurado.
En el sentido literal, una bolsa medicinal es una bolsita, del tamaño de la mano, que se lleva colgada del cuello, aunque también se puede llevar en el bolsillo, en la mochila o en el bolso. Puede variar de tamaño, material y contenidos. Ten en cuenta que este tipo de bolsa la han estado usando miles de personas antes que tú mientras progresaban por su viaje del despertar. Puede contener oraciones escritas, tallos, huesos, piedras, plumas o conchas marinas. O también algún objeto que simbolice una visión, un elemento de la naturaleza de un lugar significativo o un talismán de un animal totémico. El contenido de la bolsa medicinal es una representación física que guía a quien la lleva consigo en su viaje interior. En el siguiente capítulo explicaré con detalle cómo puedes elegir tu bolsa medicinal, y en los restantes describiré cómo crear o elegir los objetos que contendrá para que te ayude en tu viaje.
En el sentido figurado, todos tenemos una bolsa medicinal que hemos estado llevando con nosotros la mayor parte de nuestra vida. Si lo ignorábamos es probablemente porque no se nos había ocurrido preguntarnos cuáles son las herramientas que hemos estado acarreando. Me refiero a las herramientas que usamos de manera automática: los juicios, las reacciones airadas, los remordimientos, los miedos y otras parecidas. Con estas herramientas creamos realidades negativas tanto para nosotros mismos como para los demás al intentar constantemente alimentar la adicción de la mente al sufrimiento.
Parte del viaje que haremos juntos en este libro consistirá en eliminar las prácticas y las creencias negativas de tu bolsa medicinal, y en reemplazarlas por virtudes como la confianza en uno mismo, la fe, la paz, el valor, la intuición y, lo más importante, el amor por ti mismo y por los demás. El amor es la herramienta más importante de tu bolsa medicinal interior. En realidad, es de donde surge cualquier otra herramienta positiva que puedas llegar a poseer.
El contenido de tu bolsa medicinal exterior tiene la misteriosa habilidad de fomentar la transformación de tu bolsa medicinal interior. Los objetos significativos, las oraciones y los símbolos del mundo natural te ayudan a recurrir a la fuerza del nagual de tu interior y de tu alrededor. Además, los rituales y las ceremonias de estas páginas están diseñados para acceder a poderosos conceptos y habilidades, como descubrir tu divinidad, la intuición, la autosanación y la conciencia plena. Aunque tu mente siga soñando un sueño tan convincente, por medio de estos rituales reconoces la verdad de que todo ya es perfecto —como debe ser—, incluido tú.
Cómo usar este libro
Por esta razón, imagina que sostienes entre las manos una especie de libro de cocina lleno de ideas inspiradoras, técnicas y recetas. Como ocurre con los libros de cocina, quizá desees probar los rituales de este libro, recrearlos, adaptarlos y, lo más importante, aplicarlos en tu vida. Algunos, como es natural, te atraerán más que otros. Solo debes probar los que te parezcan bien, e incluso puedes adaptarlos como consideres conveniente para tu camino personal.
El camino del chamán —el nagual— es un camino individual. Del mismo modo, los rituales que hagas deben ser únicos; adáptalos, si lo deseas, a tus circunstancias personales. Los rituales de este libro están concebidos para que cada chamán los practique con una intención creativa, ya que los chamanes siguen su verdad interior y no la autoridad ni la tradición de otros en su propio beneficio.
Puedes leer los capítulos de este libro siguiendo el orden en que aparecen o ir directamente al que te atraiga más. Pero tanto si eliges lo primero como lo segundo, te recomiendo que leas el capítulo uno, ya que es donde se explica la importancia de la autosanación y cómo puedes crear dos herramientas importantes que irán apareciendo a lo largo del libro: la bolsa medicinal y el altar personal.
También me gustaría hablar un poco sobre la preparación de un ritual o una ceremonia. Cuando prepares y reúnas lo que necesitas para las prácticas de este libro, procura hacerlo con una intención sagrada. No es simplemente un «tiempo de preparación», sino que también forma parte de la ceremonia. En cierto modo, el tiempo de preparación puede ser tan poderoso como la propia ceremonia, o incluso más poderoso aún.
Por ejemplo, una amiga mía fue en una ocasión a la casa de otra amiga para celebrar un ritual de cambio de estación. Cuando llegó se pasaron más de una hora preparando el altar y haciendo pequeños cambios en él: dispusieron las ofrendas en la mesa y las volvieron a colocar para que quedaran mejor, fueron también al jardín a cortar flores para ofrecerlas, se contaron historias de otras celebraciones, y escucharon música y bailaron un poco. Cuando terminaron, el altar irradiaba amor y celebración… y ya no era necesario hacer nada más. La preparación se había convertido en la propia ceremonia.
Cuando prepares y reúnas lo que necesitas para una ceremonia, no lo hagas apresuradamente sino con calma, siendo consciente de tus movimientos. Deja que tu corazón y tu mente vivan el presente, así le indicas a tu parte más profunda que es un momento especial del día que te has reservado para ti.
Y, por último, me gustaría señalar que una bolsa medicinal sirve sobre todo, como su nombre sugiere, para sanar, y lo cierto es que cuando nos sanamos a nosotros mismos, nos transformamos en el proceso. Cuando queremos transformarnos es a menudo porque estamos sufriendo. Nuestra adicción al sufrimiento es una especie de enfermedad, y cuando tomamos la medicina que necesitamos para sanar, el resultado es la transformación. El amor es siempre la medicina, y cada vez que lo elegimos, se da una y otra vez el ciclo de la autosanación al alinearnos con la energía del nagual de nuestro interior.