ARIES

(21 de marzo al 20 de abril)

En la antigua Babilonia, el símbolo que representaba al signo Aries era un yunque, pues en su dureza y resistencia se forjaba el mejor acero, símbolo de su personalidad intrépida y desafiante, la que incluso puede convertirse en apasionada irascibilidad. El nativo de este signo, tal como el yunque, es resistente a los embates del destino, tenaz, impulsivo y extremadamente terco, por eso jamás renuncia a lo que se ha propuesto, hasta lograrlo.

Su carácter puede ser violento, pero a la vez es compasivo, tierno e incluso cariñoso, pudiendo en un solo día transitar entre el cielo y el infierno. Este líder innato despierta entusiasmo en su entorno y con facilidad es seguido por los demás, pues cuando se propone iniciar grandes sueños, puede transformar no solo su realidad, sino también la de su entorno.

La cabeza es el punto determinante de su cuerpo, por eso los griegos usaron como su representación al carnero que, con su poderosa cornamenta, es capaz de defenderse de grandes peligros. En su aspecto positivo se destacan como emprendedores, valerosos, enérgicos, solidarios. Sin embargo en su aspecto negativo, pueden actuar de manera arrogante, violenta, terca y dominante. Se trata de un signo «cardinal», que significa que lleva la delantera, que es quien manda, de allí que el verbo que les representa es: «Yo soy». Su elemento es el fuego, su planeta regente, Marte o Ares, el dios de la guerra. Este signo, por lo tanto, suele encontrarse envuelto en conflictos, enfrentamientos o peleas de manera bastante habitual.

Las mujeres nacidas bajo este signo son sumamente enérgicas, de carácter fuerte, competitivo, y no les agrada depender del hombre ni menos obedecer órdenes; esto sin duda suele provocarles conflictos en sus relaciones amorosas, especialmente en ambientes machistas tradicionales. El hombre Aries, en tanto, es un líder natural, un guía protector, aunque al mismo tiempo le cuesta trabajo la paciencia, más todavía la tolerancia, de allí que no es extraño que pueda convertirse en un tirano.

A los niños de este signo, se les debe inculcar la realidad antes que la fantasía. Les resulta insoportable aceptar frustraciones y también les cuesta un poco respetar las ideas ajenas. Incluso tomar parte en actividades grupales puede ser complicado para ellos, pues controlar su tendencia al individualismo nunca será fácil.

Al ariano se le ha llamado «el bebé del zodíaco», pues a pesar de su dureza y potencia, se trata de personas profundamente ingenuas e inocentes, que aun cuando no saben muy bien cómo controlar su violencia, son capaces de enfrentar sin temor cualquier dificultad antes que ocultarse o actuar a espaldas de los demás.

El yunque que los representa es resistente a todo menos al fuego, lo que significa que la pasión puede vencerlos. Al mismo tiempo, el carnero se caracteriza por la dureza de su cabeza, lo que convierte a sus nativos en personas notables que difícilmente pasan inadvertidas. Al reunir estas tendencias con las de cada uno de los signos lunares, veremos cómo sus esencias se fusionan, convirtiéndose en doce nuevos personajes astrológicos.

En todas estas combinaciones observaremos que la voluntad, así como el progreso serán siempre parte de sus principales tendencias, lo mismo que la capacidad de producir resultados a partir de sus propósitos.

Su misión en la vida es la de «iniciar», por eso su carácter entusiasta, ambicioso, además de leal, llamará a los demás a seguirles con facilidad para sumarse a sus empresas. Para este signo que da la pauta al resto del zodíaco, comenzar empresas resulta una necesidad, la cual practicará desde su más tierna infancia hasta la vejez.