Aunque el tema de los documentos deontológicos sobre periodismo puede resultar una novedad en México, lo cierto es que data de mucho tiempo atrás en otras latitudes. Niceto Blázquez6 y otros autores trazan a pinceladas algunas huellas dignas de tomar en cuenta:
El Credo de Benjamín Harris, aparecido en Boston en 1690, es considerado el documento pionero en la materia: refiere los conceptos de verdad, objetividad y exactitud como elementos centrales de la información periodística; condena los falsos rumores y promete rectificar los posibles errores, así como poner en práctica esos criterios morales.
En Suecia aparece, en 1901, un código de ética que no capta el menor interés.
En 1908 se da a conocer, en Missouri, Estados Unidos, El credo de los periodistas de Walter Williams, otrora decano de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Missouri.7
El primer Código de ética periodística adoptado por un organismo estatal fue el de la Asociación Editorial en Kansas, Estados Unidos, en 1910. Escrito por Willis E. Miller, condena la mentira como violación de la verdad, se opone a que el reportero asuma el rol de espías o jueces, rechaza la distorsión y los rumores. Este documento es reconocido como el más antiguo en su género porque la responsabilidad periodística es exigida no sólo a reporteros sino también a editores y publicistas.
La Federación de Asociaciones del gremio de la prensa norteamericana adopta, en 1913, el Credo de la Prensa Industrial, el cual busca la eficacia de los negocios editoriales, además de legitimar la publicidad pagada que no incurra en engaños y condenar el soborno.
El Sindicato Nacional de Periodistas de Francia hace suya, en 1918, la Carta de conducta, que sufre modificaciones en 1938 y en 1966.
La Sociedad Americana de Editores de Periódicos (ASNE) encomienda a un comité de ética la tarea de redactar el documento los Cánones del periodismo, que finalmente es adoptado en 1923. Éste fue el primer código nacional de ética impulsado y asumido por una organización periodística.8
El mismo año en Suecia salen a la luz códigos deontológicos para la publicidad y la radiodifusión, entre ellos las Reglas del Club de Publicistas.
Periodistas finlandeses publican en 1924 un Código de ética.
A instancias de la Asociación Nacional de Radiodifusión, en 1928 aparece el primer código ético para la radio estadunidense.
En los años siguientes destacan: el Código de ética de la Asociación Americana de periodistas (1934), el Código de ética de la prensa de Noruega (1936), el Código de conducta y reglas de comportamiento de la Asociación de Prensa de Jamaica (1945), los Cánones de periodismo en Japón (1946), el Código de ética del Consejo de Prensa de Israel y el Código de conducta profesional de la Unión Nacional Británica de Periodistas (1946).
Tras la Segunda Guerra Mundial, el desarrollo tecnológico y el despegue de la televisión, el sentido de responsabilidad informativa tendió a acrecentarse y con ello también las propuestas deontológicas en distintos países. Así, en 1951 aparece el Código de ética periodística belga con una extensión de 200 páginas y Polonia adopta un documento deontológico de inspiración marxista. Ese mismo año, la Sociedad Interamericana de Prensa hace suyo un pronunciamiento sobre la Ética del Periodismo de Ezequiel P. Paz, director de La Prensa de Buenos Aires, que resume las normas básicas del quehacer profesional del periodista.9
Con el afán de impulsar el tema, la ONU en 1952 aprueba un Código Internacional de Ética Periodística que reconoce la libertad de información como derecho fundamental y columna vertebral de todas las libertades consagradas en la Carta de las Naciones Unidas y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Dos años más tarde, la Federación Internacional de Periodistas publica su Declaración de principios sobre la conducta de los periodistas; en Italia aparecen los Principios de ética profesional, y en Alemania Federal el Código de ética de la Asociación de Editores de Revistas. Hacia 1958, la Asociación de periodistas de Tel Aviv publica sus Reglas de conducta profesional, el Consejo Nacional de Prensa Alemana promueve su Código de ética profesional del periodista aleman, y en Nueva Zelanda se hace público un Código de ética.10
A partir de la década de los sesenta, el avance de los códigos deontológicos del periodismo en el mundo ha ido en ascenso. A nivel internacional vale la pena resaltar:
El Código Latinoamericano de Ética Periodística, aprobado por la Federación Latinoamericana de Periodistas en 1979 y que contó con la participación de 24 organizaciones periodísticas de la zona. Fue el primer documento regional de carácter ético.11
Los Principios Internacionales de Ética Profesional del Periodista, expedidos por la UNESCO en 1983.
La Declaración de principios éticos sobre la conducta del periodismo, revisada y vuelta a adoptar por la Federación Internacional de Periodistas en 1986.
El Código europeo de ética periodística, aprobado con la resolución 1.003 en el Consejo de Europa en 1993.12
La deontología informativa ha evidenciado importantes avances en diferentes regiones y países, particularmente Europa y Estados Unidos, pero es innegable que el tema en América Latina evidencia serios rezagos. Desde luego, no puede soslayarse el impulso que la Federación Latinoamericana de Periodistas (Felap) dio al tema desde 1976, sin embargo se ha ido avanzando a pasos lerdos. Entre los documentos deontológicos latinoamericanos, y quizás el pionero en la región, vale destacar el Código de conducta y reglas de comportamiento escrito y avalado por la Asociación de Prensa de Jamaica en 1945.13 Otro documento de relevancia fue el código de ética que impulsó desde 1962 el primer Colegio de Periodistas latinoamericano, constituido en Chile en 1958.14
Pero es a partir de fines de los años setenta que comienzan a moverse mínimamente las aguas, tal vez por la incipiente influencia de la Felap sobre el tema: en 1978, la Unión de Periodistas Cubanos aprueba su código deontológico; después hacen lo propio, por un lado, la Junta Técnica del Periodismo en Panamá (1979) y, por otro, la Federación Nacional de Periodistas de Ecuador (1980).
La adopción de códigos de ética periodística en América Latina, seguiría en los siguientes años por parte del Congreso Nacional de Periodistas de Brasil (1987), la Asociación Nacional de Periodistas de Perú (1988), el Colegio de Periodistas de Perú (1990), el Círculo de Periodistas de Bogota, Colombia (1990), el Colegio de Periodistas de Costa Rica (1991), la Asociación Nacional de Periódicos de Brasil (1991), la Cámara Venezolana de la Industria de la Radiodifusión (1993, el Sindicato de Periodistas del Paraguay (1997), el Consejo Nacional de la Asociación de Periódicos de Chile, el Colegio Nacional de Periodistas de Venezuela, y el Instituto de la Prensa Filipino y el Club Nacional de Prensa de Filipinas.15