1

Habilidades básicas de tolerancia al malestar

Habilidades de tolerancia al malestar: ¿qué son?

En algún momento de nuestras vidas, todos nos hemos enfrentado a la angustia y al dolor. Ya sea físico, como la picadura de una abeja o un brazo roto, o emocional, como la tristeza o la ira. En ambos casos, el dolor suele ser inevitable e impredecible. Uno no puede anticipar siempre cuándo lo va a picar la abeja ni cuándo alguna cosa lo va a poner triste. En general, lo mejor que se puede hacer es utilizar las técnicas de afrontamiento de que se dispone y esperar que den resultado.

Pero para algunas personas, el dolor físico y emocional resulta más intenso y le afecta con más frecuencia que al resto de la gente. Su dolor surge más rápido y se experimenta como una ola arrolladora. Muchas veces, parece que esas situaciones no van a acabar nunca y la gente que las experimenta no sabe cómo enfrentarse a la gravedad de su dolor. A efectos de este libro, a este tipo de problema le vamos a llamar emociones arrolladoras. (Pero recuerda: el dolor físico y el emocional suelen ocurrir juntos).

La gente que lucha con emociones arrolladoras suele hacer frente a su dolor de formas muy insanas y muy poco efectivas porque no sabe qué otra cosa puede hacer. Es comprensible. Cuando una persona está sufriendo emocionalmente, es difícil ser racional y pensar en una buena solución. Sin embargo, muchas de las estrategias de afrontamiento utilizadas por la gente con emociones arrolladoras solo sirven para agravar su problema.

Veamos una lista de las estrategias de afrontamiento utilizadas por la gente con este tipo de problema. Marca las que tú utilices para enfrentarte a tus situaciones de estrés:

_____

Te pasas mucho tiempo pensando en los sufrimientos, errores y problemas del pasado.

_____

Te pones ansioso o ansiosa preocupándote por posibles futuros sufrimientos, errores y problemas.

_____

Te aíslas de la gente y evitas las situaciones estresantes.

_____

Te embotas recurriendo al alcohol o a drogas.

_____

Descargas tus sentimientos sobre los demás mostrándote excesivamente enfadado o enfadada con ellos o intentando controlarlos.

_____

Realizas conductas peligrosas tales como cortarte, golpearte, pincharte o quemarte o tirarte del pelo.

_____

Realizas actividades sexuales poco seguras tales como tener sexo con desconocidos o tener relaciones sexuales frecuentes sin protección.

_____

Evitas tratar las causas de tus problemas, tales como una relación abusiva o disfuncional.

_____

Utilizas la comida para castigarte y controlarte a ti misma, a ti mismo, comiendo demasiado o no comiendo nada o vomitando lo que comes.

_____

Intentas suicidarte o realizas actividades de alto riesgo, como conducir descuidadamente o tomar cantidades peligrosas de alcohol o drogas.

_____

Evitas actividades agradables, como reuniones sociales y ejercicio, tal vez porque piensas que no mereces sentirte mejor.

_____

Te rindes a tu dolor y te resignas a vivir una vida infeliz e insatisfactoria.

Todas estas estrategias son sendas que conducen a un dolor emocional todavía más profundo porque aún las estrategias que ofrecen un alivio temporal solo terminan provocando más sufrimiento en el futuro. Utiliza la hoja de anotaciones de “Coste de las Estrategias Autodestructivas de Afrontamiento” para comprobar de qué manera ocurre esto. Date cuenta de las estrategias que utilizas así como de su coste y, luego, añade cualquier coste adicional que se te ocurra. Al final de la hoja de anotaciones, puedes añadir cualquier estrategia personal que no esté incluida, así como el coste que conlleva.

COSTE DE LAS ESTRATEGIAS AUTODESTRUCTIVAS DE AFRONTAMIENTO

Estrategia autodestructiva de afrontamiento

Posibles costes

1. Te pasas mucho tiempo pensando en el sufrimiento, errores y problemas del pasado.

Pérdida de cosas buena que podrían ocurrir ahora y, luego, lamentar también esas cosas; depresión por el pasado.

Otros:




2. Te pones ansioso/a por posibles futuros sufrimientos, errores y problemas.

Pérdida de cosas buenas que podrían ocurrir ahora; ansiedad por el futuro.

Otros:




3. Te aíslas a ti mismo/a para evitar un posible sufrimiento.

Pasar más tiempo solo/a y, como resultado, sentirte aún más deprimido/a.

Otros:




4. Utilizas alcohol y drogas para anularte a ti mismo/a.

Adicción; pérdida de dinero; problemas en el trabajo; problemas legales; problemas de relación; repercusión en la salud.

Otros:




5. Descargas tus sentimientos negativos sobre los demás.

Pérdida de amigos, de relaciones románticas y de miembros de la familia; los demás te evitan; soledad; sentirte mal por herir a otras personas; consecuencias legales por tus actividades.

Otros:




6. Te metes en comportamientos peligrosos como cortarte, arrancarte el pelo y automutilación.

Posibilidad de muerte; infección; cicatrices; desfiguramiento; vergüenza; dolor físico.

Otros:




7. Te implicas en actividades sexuales inseguras, como sexo sin protección o sexo frecuente con desconocidos.

Enfermedades de transmisión sexual, algunas con riesgo de muerte; embarazo; vergüenza; bochorno.

Otros:




8. Evitas enfrentarte a las causas de tus problemas

Soportar relaciones destructivas; quemarte haciendo cosas para otros; no ver cumplida ninguna de tus necesidades; depresión.

Otros:




9. Comes demasiado, restringes lo que comes o vomitas lo que ingieres.

Aumento de peso; anorexia; bulimia; consecuencias para la salud; tratamiento médico; bochorno, vergüenza; depresión.

Otros:




10. Has intentando suicidarte o te has metido en otras actividades de consecuencias casi fatales.

Posible muerte; hospitalización; bochorno; vergüenza; depresión; complicaciones médicas a largo plazo.

Otros:




11. Evitas actividades agradables, como acontecimientos sociales y ejercicio

Falta de disfrute; falta de ejercicio; depresión; vergüenza; aislamiento.

Otros:




12. Te rindes a tu sufrimiento y vives una vida insatisfactoria.

Mucho dolor y angustia; lamentaciones por tu vida; depresión.

Otros:




13.

 

 

 

 

 

14.

 

 

 

 

 

Los costes de estas estrategias autodestructivas están claros. Todos ellos te llevan a que tu dolor se prolongue en un sufrimiento a largo plazo. Recuerda: a veces, no es posible evitar el dolor pero muchas veces sí se puede evitar el sufrimiento.

Imagina, por ejemplo, una discusión entre amigas, María y Sandra. Para María que no tiene emociones arrolladoras, la discusión fue, en principio, dolorosa. Pero después de unas horas empezó a darse cuenta de que tanto ella como Sandra tenían la culpa de haber discutido. Así que, al día siguiente, María ya no estaba molesta ni enfadada con Sandra. Pero Sandra, que lucha con emociones arrolladoras, siguió dándole vueltas a la discusión en su cabeza una y otra vez, durante tres días. Recordaba cada palabra y cada gesto como un insulto de María. Así que, la siguiente vez, tres días más tarde, Sandra todavía estaba enfadada y empezó otra vez la discusión justo donde la habían dejado. Las dos mujeres sintieron el dolor inicial de la riña pero solo sufrió Sandra. Claramente, Sandra llevó consigo su dolor emocional durante días, lo que convirtió su vida en una lucha mayor. Aunque no siempre podemos controlar el dolor en nuestras vidas, sí que podemos controlar la cantidad de sufrimiento que experimentamos como respuesta a ese dolor.

Pare evitar este tipo de sufrimiento a largo plazo, los capítulos 1 y 2 te enseñarán habilidades de tolerancia al malestar. Estas técnicas te ayudarán a soportar y hacer frente a tu malestar de una forma nueva y más saludable de manera que no te arrastre al sufrimiento. El nuevo plan esbozado en estos en dos capítulos te enseñará a “distraerte, relajarte y afrontar”.

Sobre este capítulo

Las primeras técnicas de tolerancia frente al malestar que vas a aprender en este capítulo te van a ayudar a distraerte de situaciones que te estén causando un sufrimiento emocional. Las destrezas de distracción son importantes porque (1) pueden evitar temporalmente que pienses en tu sufrimiento y, como resultado, (2) te dan tiempo para que encuentres una respuesta de afrontamiento adecuada. ¿Recuerdas cómo cargó Sandra con su dolor durante tres días? Ella no podía dejar de pensar en su discusión con María. La distracción te puede ayudar a soltar el dolor ayudándote a pensar en otra cosa. La distracción también te proporciona tiempo para que tus emociones puedan serenarse antes de que emprendas la acción para enfrentarte a la situación angustiante.

Sin embargo, no confundas distracción con evitación. Cuando evitas una situación angustiante, decides no enfrentarte a ella. Pero cuando te distraes de una situación angustiante, sigues intentando hacerle frente en el futuro, una vez que tus emociones se hayan calmado hasta un nivel tolerable.

El segundo grupo de destrezas de tolerancia frente a la angustia que vas a aprender en este capítulo son técnicas de autotranquilización (Johnson, 1985; Linehan, 1993b). Muchas veces es necesario que uno se tranquilice antes de enfrentarse a la propia angustia porque las emociones podrían estar demasiado “caldeadas”. Mucha gente con emociones arrolladoras siente pánico cuando se enfrenta a una discusión, un rechazo, un fallo u otra situación dolorosa. Antes de que puedas encarar esos problemas con tus nuevas habilidades de regulación emocional (capítulos 6 y 7) o con tus nuevas destrezas de eficacia interpersonal (capítulos 8 y 9), va a ser conveniente que te tranquilices a ti misma, a ti mismo, para recuperar tu energía. En situaciones de este tipo, las habilidades de tolerancia son comparables al hecho de llenar el depósito de gasolina de tu coche para que puedas seguir la marcha. La autotranquilización pretende aportarte una carga de paz y alivio de tu sufrimiento para que puedas proyectar lo que vas a hacer a continuación.

Las destrezas de autotranquilización también cumplen otra función: Te van a ayudar a que te trates a ti mismo, a ti misma, de forma compasiva. Mucha gente con emociones arrolladoras ha sufrido abusos o abandono en la infancia. Como resultado, ha aprendido más a hacerse daño que a ayudarse a sí misma. El segundo propósito de las habilidades de autotranquilización, por lo tanto, es enseñarte a que te trates con amabilidad y cariño.

Como utilizar este capítulo

A medida que lees los siguientes grupos de habilidades, señala las que te sean útiles. Esto te ayudará a hacerte un plan de distracción para emergencias cuando llegues al final de este capítulo. También verás cómo hacer una lista de técnicas de relajación que te ayude a tranquilizarte, tanto en casa como cuando estés fuera. Luego, en el capítulo siguiente, aprenderás más habilidades avanzadas de tolerancia al malestar.

Aceptación radical

El fortalecimiento de tu capacidad para tolerar el sufrimiento empieza con un cambio en tu actitud. Vas a necesitar algo llamado aceptación radical (Linehan, 1993a). Se trata de una nueva forma de considerar tu vida. En el próximo capítulo se te brindarán algunas preguntas para ayudarte a examinar tu experiencia en el uso de la aceptación radical. Pero, de momento, bastará con que examinemos este concepto brevemente.

Por lo general, cuando una persona está sufriendo, su primera reacción es enfadarse, incomodarse o culpar a alguien como causa de su malestar. Pero, desgraciadamente, culpes a quien culpes de tu sufrimiento, tu dolor continúa activo y tú sigues sufriendo. De hecho, en algunos casos, cuanto más te enfades, peor vas a sentir tu malestar (Greenwood, Thurston, Rumble, Waters y Keefe, 2003; Kerns, Rosenberg y Jacob, 1994).

Enfadarse o molestarse por una situación también nos impide ver lo que está ocurriendo en realidad. ¿Has oído alguna vez la expresión “estar ciego de ira”? Eso es lo que les suele suceder a las personas con emociones arrolladoras. Censurarse a uno mismo continuamente o ser demasiado crítico en una situación es como llevar puestas gafas de sol oscuras en un lugar cerrado. Al hacerlo, te estás perdiendo los detalles y no estás viendo las cosas como son realmente. Al enfadarte y pensar que determinada situación no debería haber ocurrido, estás perdiendo de vista que, de hecho, ha ocurrido y que tienes que enfrentarte a ella.

Ser demasiado crítico o crítica sobre una situación te impide que hagas nada para cambiar esa situación. No se puede cambiar el pasado. Y si pasas tu tiempo luchando con el pasado –imaginando que tu ira va a cambiar el resultado de algo que ya ha ocurrido– te vas a quedar paralizado, indefensa. En consecuencia, nada va a mejorar.

Entonces, para repasar: ser demasiado crítico, demasiado crítica, con una situación o con uno mismo, por lo general, da como resultado más dolor, pérdida de detalles y parálisis. Evidentemente, enfadarse, molestarse o criticar no mejora la situación. De modo que, ¿qué otra cosa puedes hacer?

La otra opción que sugiere la aceptación radical consiste en que reconozcas tu situación actual, sea la que sea, sin juzgar los acontecimientos ni criticarte. En vez de eso, intenta reconocer que tu situación actual existe debido a una larga cadena de acontecimientos que empezaron en el pasado. Por ejemplo, hace algún tiempo, tú (u otra persona) pensaste que necesitabas ayuda para el sufrimiento emocional que estabas experimentando. Entonces, unos días más tarde, entraste en una librería y compraste este libro. Ahora, hoy, pensaste leer este capítulo y, finalmente, te sentaste, abriste el libro y empezaste a leer. Ahora, has llegado a las palabras que ves aquí. Negar esta cadena de acontecimiento no va a cambiar lo que ya ha ocurrido. Intentar discutir este momento o decir que no debería ser, solo te lleva a un sufrimiento mayor. Aceptación radical significa que te mires a ti misma, a ti mismo, y a la situación y que la veas tal como es en realidad.

Recuerda que aceptación radical no significa que perdones ni que estés de acuerdo con la conducta del resto de la gente. Lo que significa es que has dejado de intentar cambiar lo que ha ocurrido a base de enfadarte y culpar a la situación. Por ejemplo, si estás en una relación abusiva y necesitas dejarla, entonces déjala. No malgastes el tiempo ni sigas sufriendo culpándote a ti o a la otra persona. Eso no te va a ayudar. Redirige tu atención hacia lo que puedes hacer ahora. Eso te permitirá pensar con mayor claridad e imaginar un modo mejor de enfrentarte a tu sufrimiento.

Frases de afrontamiento de aceptación radical

Para ayudarte a empezar a utilizar la aceptación radical, muchas veces es útil utilizar una frase de superación que te lo recuerde. A continuación, hay algunos ejemplos y espacios para que hagas las tuyas propias. Señala las frases que quieras utilizar para recordarte a ti misma, a ti mismo, que deberías aceptar el momento presente y la cadena de acontecimientos que lo crearon. Luego, en el siguiente ejercicio, vas a empezar a utilizar las frases que tú elijas.

_____

“Así es como tiene que ser”.

_____

“Todos los acontecimientos han conducido hasta aquí”.

_____

“No puedo cambiar lo que ya ha ocurrido”.

_____

“No tiene sentido luchar con el pasado”.

_____

“Luchar con el pasado solo me impide ver mi presente”.

_____

“El presente es el único momento sobre el que tengo control”.

_____

“Es una pérdida de tiempo luchar con lo que ya ha ocurrido”.

_____

“El momento presente es perfecto, aunque no me guste lo que está pasando”.

_____

“Este momento es, justamente, como tendría que ser, dado lo que ha ocurrido anteriormente”.

_____

“Este momento es el resultado de un millón de otras decisiones”.

_____

Otras ideas:

Ejercicio: Aceptación Radical

Ahora, utilizando las frases de afrontamiento que has marcado, empieza a aceptar radicalmente distintos momento de tu vida sin juzgarlos. Naturalmente, te va a resultar difícil aceptar situaciones muy dolorosas, así que empieza con acontecimientos más pequeños. Aquí tienes algunos consejos: Marca los que estés dispuesto, dispuesta, a poner en práctica y añade cualquier idea que se te ocurra. Luego, utiliza las frases de afrontamiento para aceptar radicalmente la situación sin juzgar ni ser crítico.

_____

Lee una historia polémica en el periódico sin juzgar lo que ha ocurrido.

_____

La próxima vez que te quedes atrapado/a en un atasco de tráfico, espera sin mostrarte crítico/a.

_____

Mira las noticias del mundo en televisión sin criticar lo que ha ocurrido.

_____

Escucha un reportaje o un comentario político en la radio sin juzgar.

_____

Recuerda un suceso que no sea desagradable que te haya ocurrido hace muchos años y utiliza la aceptación radical para recordar el acontecimiento sin juzgarlo.

_____

Otras ideas:

Distráete frente a comportamientos autodestructivos

Uno de los propósitos más importantes de la Terapia Dialéctico Conductual es ayudarte a que dejes de realizar conductas autodestructivas tales como cortarte, quemarte, arañarte y mutilarte (Linehan, 1993a). Nadie puede negar la cantidad de dolor que tienes cuando llevas a cabo alguna de esas conductas. Algunas personas con emociones arrolladoras dicen que el provocarse daño a sí mismas las alivia temporalmente de parte del dolor que están sintiendo. Puede que sea verdad, pero también es verdad que esas acciones pueden causar importantes daños permanentes e incluso la muerte si se llevan a un extremo.

Piensa en el dolor que ya has experimentado a lo largo de tu vida. Piensa en toda la gente que te ha hecho daño ya sea física, sexual, emocional o verbalmente. ¿Tiene sentido que sigas haciéndote sufrir aún más en el presente? ¿No tiene más sentido que empieces a sanarte a ti y a tus heridas? Si realmente te quieres recuperar del dolor que ya has sufrido, el primer paso que debes dar será dejar esas conductas autodestructivas. Puede que resulte muy duro. Podrías tener adicción al torrente de analgésicos naturales llamados endorfinas que se liberan cuando te infliges un daño. Sin embargo, ese tipo de acciones autodestructivas son muy peligrosas y, desde luego, se merecen tu máximo esfuerzo para que las controles.

Ejercicio: Distráete frente a conductas autodestructivas

Aquí tienes algunas acciones más seguras que puedes utilizar para distraerte frente a tus emociones y pensamientos autodestructivos. Marca las que estés dispuesta o dispuesto a poner en práctica y, luego, añade otras actividades saludables e inocuas que se te ocurran:

_____

En vez de hacerte daño, toma un cubito de hielo en la mano y apriétalo. La sensación de frío es entumecedora y muy distractiva.

_____

Escribe sobre tu cuerpo con un rotulador rojo en vez de cortarte. Señala justo donde te gustaría cortarte. Utiliza pintura roja o laca de uñas para imitar el sangrado. Luego márcate puntos de sutura con un rotulador negro. Si quieres hacerlo aún más entretenido, aprieta, al mismo tiempo, un cubito de hielo en la otra mano.

_____

Date un “latigazo” en la muñeca con una goma elástica cada vez que tengas ganas de hacerte daño. Resulta bastante doloroso pero causa mucho menos daño permanente que cortarse, quemarse o mutilarse uno mismo.

_____

Clávate las uñas en el brazo, pero sin dañar la piel.

_____

Dibuja las caras de la gente que odies sobre globos y, luego, explótalos.

_____

Escribe cartas a la gente que odies o a la gente que te haya hecho daño. Cuéntales lo que te hicieron y diles que los odias. Luego, tira las cartas o guárdalas para más adelante.

_____

Lanza contra la pared pelotas de gomaespuma, calcetines enrollados o cojines, lo más fuerte que puedas.

_____

Grita lo más que puedas contra una almohada o en algún lugar en el que no llames la atención de otras personas, como en un concierto o dentro del coche.

_____

Clava alfileres en un muñeco de vudú en vez de hacerte daño a ti misma, a ti mismo. Puedes hacer un muñeco de vudú con calcetines enrollados o con una pelota de gomaespuma y unos rotuladores. O te lo puedes comprar en una tienda donde los vendan ya preparados para clavarles alfileres. Cómprate uno que sea blando y fácil de pinchar.

_____

Llora. A veces, la gente hace otras cosas en vez de llorar porque tiene miedo de no poder parar si empieza a llorar. Eso no ocurre nunca. De hecho, la verdad es que llorar hace que uno se sienta mejor porque libera hormonas del estrés.

_____

Otras ideas saludables y no perjudiciales:

A continuación hay un ejemplo de utilización de acciones alternativas para distraerse de las emociones autodestructivas. Lucy, solía hacerse cortes cuando se sentía molesta o enfadada. Tenía docenas de cicatrices en sus muñecas y antebrazos. Utilizaba camisas de manga larga hasta en pleno verano porque sentía vergüenza cuando otra gente veía lo que se había hecho. Pero después de sacar algunas ideas de este libro de ejercicios, elaboró un plan de distracción. De ese modo, la siguiente vez que se sintió enfadada consigo misma y con ganas de hacerse un corte, miró su plan de acciones alternativas. Había anotado la idea de pintarse con un rotulador rojo. Trazó una línea justo donde se habría dado el corte. Incluso utilizó pintura roja para hacer el efecto de sangrado. Se pasó el resto del día con la marca en el brazo para recordarse lo triste y desbordada que se sentía. Pero, luego, antes de irse a dormir, pudo borrar la “cicatriz” y la “sangre” de su brazo a diferencia del resto de marcas de sus heridas permanentes.

Distráete con actividades agradables

A veces, hacer lo que a uno le apetece es la mejor manera de distraerse de las emociones dolorosas. Pero recuerda, para hacer esas actividades no tienes que esperar hasta que te sientas desbordado, abrumada, por emociones negativas. También ayuda llevar a cabo ese tipo de actividades de manera habitual. De hecho, deberías procurar hacer algo agradable cada día. El ejercicio es también especialmente importante porque no solo es bueno para tu salud física, en general, sino que, además, se ha demostrado que es un tratamiento eficaz para la depresión en algunos casos (Babyak et al., 2000). Además, el ejercicio hace que te sientas mejor casi al momento, al liberar en tu organismo unos analgésicos naturales que se denominan endorfinas (los mismos analgésicos que se liberan cuando te produces cortes).

A continuación, viene una lista de más de cien actividades agradables que puedes utilizar para distraerte.

La gran lista de actividades agradables

Marca las que estés dispuesto/a a poner en práctica y añade otras actividades que se te ocurran

_____

Hablar con un amigo por teléfono.

_____

Salir a visitar a un amigo.

___

Invitar a un amigo a venir a casa.

_____

Mandar un mensaje a los amigos.

_____

Organizar una fiesta

_____

Ejercicio.

_____

Hacer pesas.

_____

Hacer yoga, tai chi o Pilates o buscar una clase para aprender.

_____

Hacer estiramientos.

_____

Dar un largo paseo por el parque o por algún sitio especial que sea tranquilo.

_____

Salir a contemplar las nubes.

_____

Hacer jogging.

_____

Montar en bicicleta.

___

Hacer senderismo.

_____

Hacer algo apasionante como surf, escalada, esquiar, paracaidismo, montar en moto hacer kayak, o aprender a hacer alguna de esas cosas.

_____

Ir al campo de juego y unirse a algún partido o ver cómo juegan.

_____

Ir a jugar a algo que puedas hacer sola/o si no hay nadie a mano, como baloncesto, bolos, balonmano, minigolf, billar o jugar al tenis contra una pared.

_____

Que te den un masaje; esto también te puede ayudar a calmar tus emociones.

_____

Preparar tu plato o comida favorito.

_____

Cocinar una receta que no hayas hecho antes.

_____

Ir a clase de cocina.

_____

Salir a comer algo.

_____

Salir a jugar con tu mascota.

_____

Pedirle el perro a un amigo y llevarlo de paseo al parque.

_____

Darse un baño.

_____

Bañar a tu mascota.

_____

Salir a observar pájaros y otros animales.

_____

Buscar algo divertido que hacer, como leer un cómic.

_____

Ver una película cómica (empezar a coleccionar películas cómicas para ver cuando te sientas desbordado/a por el dolor).

_____

Ir al cine a ver qué están poniendo.

_____

Ver la televisión.

_____

Escuchar la radio.

_____

Ir a algún acontecimiento deportivo, como un partido de baloncesto o de fútbol.

_____

Jugar a algo con un amigo.

_____

Hacer un solitario.

_____

Jugar videojuegos

_____

Chatear por Internet.

_____

Visitar tus páginas Web favoritas.

_____

Visitar páginas Web absurdas y empezar a hacer una lista de ellas.

_____

Salir de casa, aunque sea para quedarte sentado/a fuera.

_____

Dar un paseo en tu coche o darte una vuelta en un transporte público.

_____

Planear un viaje a un lugar donde nunca antes hayas estado.

_____

Dormir o echarte una siesta.

_____

Comer chocolate (¡es bueno para ti!) o comer algo que realmente te guste.

_____

Comer tu helado preferido.

_____

Ir a un spa.

_____

Ir a la biblioteca.

_____

Ir a una librería a leer.

_____

Ir a tomarte un café o un té a tu cafetería favorita.

_____

Visitar un museo o una galería de arte en tu zona.

_____

Ir a un mercado o al parque a ver a otras personas; intentar imaginar lo que están haciendo.

_____

Rezar o meditar.

_____

Ir a tu iglesia, sinagoga, templo u otro lugar de oración.

_____

Unirte a un grupo de oración de tu localidad.

_____

Escribir una carta a Dios.

_____

Llamar a alguien de tu familia con quien no hayas hablado hace mucho tiempo.

_____

Aprender un idioma nuevo.

_____

Cantar o aprender a cantar.

_____

Tocar un instrumento musical o aprender a tocarlo.

_____

Escribir una canción

_____

Crear tu propia página Web.

_____

Crear tu propio blog.

_____

Apuntarte a un servicio de citas por Internet.

_____

Vender algo que no quieras por Internet.

_____

Comprar algo por Internet.

_____

Hacer un puzle con muchas piezas

_____

Llamar al Teléfono de la Esperanza para hablar con alguien.

_____

Ir de compras

_____

Ir a cortarse el pelo.

_____

Matricularte en un curso que te apetezca en una facultad, centro de adultos u online.

_____

Leer tu libro, revista, periódico o poema favorito.

_____

Leer una revista de cotilleo sobre gente famosa.

_____

Escribir una carta a un amigo o a un miembro de tu familia.

_____

Escribir cosas que te gusten sobre ti mismo/a, en un dibujo de tu cuerpo o pintarlas sobre una fotografía tuya.

_____

Escribir un poema, historia, película u obra de teatro sobre tu vida o la vida de otra persona.

_____

Escribir en tu diario lo que te ha pasado hoy.

_____

Escribirte una carta de amor a ti misma/o cuando te sientas bien y llevarla contigo para leerla cuando te sientas mal.

_____

Hacer una lista de diez cosas que se te dan bien o que te gustan de ti mismo/a y guardarla para leerla cuando te sientas mal.

_____

Escuchar música optimista, alegre (empezar a coleccionar canciones alegres para cuando te sientas abrumado/a.

_____

Poner música fuerte y bailar en tu habitación.

_____

Aprenderte de memoria párrafos de tu película, obra o canción favorita.

_____

Hacer una película o video con tu videocámara.

_____

Hacer fotografías.

_____

Unirte a un grupo para hablar en público y escribir un discurso.

_____

Participar en un grupo de teatro local.

_____

Cantar en un coro local.

_____

Unirte a un club

_____

Cultivar un jardín

_____

Darte un baño de burbujas o una ducha

_____

Hacer algún arreglo en tu coche, camión, moto o bicicleta

_____

Pintar un cuadro.

_____

Pintar un cuadro con un pincel o con los dedos.

_____

Masturbarte.

_____

Tener sexo con alguien que te importe.

_____

Hacer una lista de gente que admiras y a la que te gustaría parecerte. Puede ser un personaje histórico real o ficticio. Describe lo que admiras de esa gente.

_____

Escribir una historia sobre la cosa más absurda, divertida o sexy que te haya sucedido.

_____

Hacer una lista de diez cosas que te gustaría hacer antes de morir.

_____

Hacer una lista de diez personas famosas con las que te gustaría tener sexo antes de morir.

_____

Escribir una carta a alguien que haya hecho que tu vida sea mejor y explícale por qué (no tienes que enviar la carta si no quieres)

_____

Hacer tu propia lista de actividades agradables

Aquí tienes un ejemplo de utilización de actividades agradables para distraerse. Karen se sentía sola y no tenía nada que hacer. Cuando se sentaba a solas en casa, empezaba a pensar en lo sola que había estado toda su vida y en todo el daño que le había hecho su padre durante su desarrollo. Inmediatamente, Karen se sentía abrumada con emociones muy dolorosas. De hecho, los recuerdos también le desencadenaban dolor físico en los hombros. Karen se ponía a gritar y no sabía qué hacer. Afortunadamente, recordaba el plan de distracción que había creado. El ejercicio era también una importante herramienta para Karen, así que se iba a dar un largo paseo por el parque mientras escuchaba su música favorita. La actividad no borraba sus recuerdos ni hacía desaparecer del todo su dolor, pero el largo paseo la tranquilizaba y le evitaba sentirse desbordada por la tristeza.

Distraerse prestando atención a otra persona

Otra manera muy buena de distraerse del propio dolor consiste en prestar atención a otra persona. Aquí hay algunos ejemplos. Marca los que estés dispuesto o dispuesta a poner en práctica y, luego, añade cualquier otra actividad que se te ocurra.

_____

Haz algo por otra persona. Llama a tus amigos y pregúntales si necesitan ayuda en alguna cosa, como en alguna tarea, ir a comprar a la tienda o a hacer la limpieza de casa. Pregunta a tus padres, abuelos o hermanos si los puedes ayudar en algo. Diles que estás aburrido o aburrida y que estás deseando hacer algo. Llama a alguien que conozcas y ofrécete a prepararle la comida. Sal y da dinero a la primera persona necesitada que veas. Si puedes prever por anticipado cuándo vas a tener momentos como estos cuando estés abrumado o desbordada por el dolor, llama al comedor social, albergue de transeúntes u organización de voluntarios de tu zona. Planifica participar en actividades que ayuden a otras personas. Únete a un grupo de actividades políticas, a un grupo ecologista o a otra organización local e implícate en la ayuda de otras personas.

_____

Desvía tu atención de ti mismo, de ti misma. Ve a un comercio, a unos grandes almacenes, a una librería o a un parque que tengas a mano. Simplemente, siéntate y mira a la gente o camina a su alrededor. Mira lo que hace. Observa cómo visten. Escucha sus conversaciones. Cuenta el número de botones que llevan en la camisa. Observa todos los detalles que puedas de esas personas. Cuenta el número de personas con ojos azules y el de personas con ojos oscuros. Cuando tu pensamiento regrese a tu sufrimiento, vuelve a centrarte en los detalles de la gente que estás observando.

_____

Piensa en alguien que te importe. Lleva una foto de esas personas en tu cartera o en tu monedero. Podría ser tu marido, tu mujer, padre o madre, novio, novia, hijos o amigos, o podría ser alguien a quien admires, como la Madre Teresa, Gandhi, Jesús, el Dalai Lama, Ganesha, etc. Hasta podría ser una estrella de cine, un deportista o alguien a quien nunca hayas conocido. Entonces, cuando te sientas angustiado, angustiada, saca la foto e imagina una tranquila conversación sanadora que te gustaría tener con esa persona si pudieras hablar con ella en ese momento en el que te estás sintiendo vulnerable. ¿Qué te dirían que pudiera ayudarte a sentirte mejor? Imagínalos dirigiéndote esas palabras.

_____

Otras ideas:

A continuación hay un ejemplo de cómo distraerse prestando atención a otra persona. Louis se enfadó por una pelea que tuvo con su novio, Roger. Inmediatamente, Louis se vio abrumado de tristeza cuando empezó a recordar todas las peleas anteriores que Roger y él habían tenido en el pasado. Louis fue a su escritorio, donde guardaba una foto de su madre. Se sentó y empezó a hablar con su madre como si ella estuviera allí, con él. Le pidió fuerza y consejo para manejar la situación con Roger. Luego, imaginó lo que ella le diría y empezó a sentirse mejor Más tarde, cuando fue capaz de pensar con más claridad, volvió a centrarse en lo que necesitaba hacer ese día.

Distrae tus pensamientos

El cerebro humano es una máquina maravillosa de producción de pensamientos. Le da la vuelta a un millón de pensamientos al día. La mayoría de las veces, esto hace que nuestras vidas sean más fáciles. Pero, lamentablemente, no podemos controlar totalmente lo que piensa nuestro cerebro. Veamos un ejemplo. Imagina una imagen de tu personaje favorito de dibujos animados, como Bugs Bunny, Snoopy, Superman, o el que sea. Cierra los ojos y, con los ojos de tu mente, ve a tu personaje con todo detalle. Recuerda exactamente cómo es. Piensa en ese personaje durante unos quince segundos. ¿Lo tienes? Ahora, durante los próximos treinta segundos, procura no pensar en ese personaje. Intenta bloquear a ese personaje en tus pensamientos. Pero sé honesto contigo mismo y date cuenta de cuántas veces vuelve ese personaje a tus pensamientos. Es imposible no pensar en el personaje. De hecho, cuanto más intentes no pensar en él, más fuerza le das a la imagen y más sigue tu cerebro metiéndolo en tus pensamientos. Es casi como si cuanto más intentas olvidar algo, más se empeñara tu cerebro en recordártelo. Por eso es por lo que resulta imposible que te obligues a ti misma, a ti mismo, a olvidar algo que te haya pasado. Es también por lo que no puedes, sencillamente, obligarte a librarte de emociones que no quieras.

De manera que, en vez de empeñarte en olvidar un recuerdo o un pensamiento, intenta distraer tus pensamientos con otros recuerdos o imágenes creativas. He aquí algunos ejemplos. Marca los que estés dispuesto o dispuesta a poner en práctica y añade cualquier otra cosa que se te ocurra:

_____

Recordar acontecimientos de tu pasado que fueron agradables, alegres o emocionantes. Intenta recordar tantos detalles como puedas de esos recuerdos felices. ¿Qué hacías? ¿Con quién estabas? ¿Qué sucedía?

_____

Imagina pensamientos eróticos que te estimulen. Inventa fantasías sexuales que te incluyan a ti y a alguien a quien conozcas o te gustaría conocer. Intenta imaginarlo con tantos detalles como puedas. ¿Qué sucede que es tan estimulante?

_____

Mira hacia fuera, al mundo natural que te rodea. Observa las flores, árboles, cielo y paisaje tan cerca como puedas. Observa cualquier animal que esté por ahí. Escucha el sonido que hace. O, si vives en una ciudad sin demasiada naturaleza a tu alrededor, trata de observar lo mejor que puedas o bien cierra los ojos e imagina una escena que hayas observado en el pasado.

_____

Imagínate como a un héroe o heroína corrigiendo algún acontecimiento pasado o futuro de tu vida. ¿Cómo lo harías? ¿Qué te diría la gente?

_____

Imagínate siendo alabado por alguien cuya opinión te importa. ¿Qué fue lo que hiciste? ¿Qué te dice esa persona? ¿Por qué te importa la opinión de esa persona?

_____

Imagina que tu fantasía más descabellada se hace realidad. ¿Cómo sería? ¿Quién más estaría implicado? ¿Qué harías tú después?

_____

Guarda contigo una copia de tu oración o de tu frase favorita. Luego, cuando te sientas angustiado, angustiada, sácala y léetela para ti. Imagina las palabras calmándote y serenándote. Utiliza alguna imagen (como una luz bajando del cielo o del universo) que te tranquilice mientras lees las palabras.

_____

Otras ideas:

Veamos un ejemplo de utilización de pensamientos distractores. Joel estaba en una mala relación que solía recordarle cómo lo había tratado su madre. Ella siempre lo estaba criticando y diciéndole que estaba equivocado. Cuando esos recuerdos lo abrumaban, Joel nunca sabía qué hacer. A veces, les gritaba a sus amigos o a quien tuviera alrededor. Pero después de crear un plan de distracción, Joel pensó en otras ideas. La siguiente vez que le vino un recuerdo de su madre regañándole, fue a su habitación a tumbarse. Luego, empezó a imaginarse a sí mismo, de niño, enfrentándose a su madre por su lenguaje abusivo. Le decía todas las cosas que le hubiera gustado haberle dicho, años atrás. Le decía que estaba equivocada y que debería dejar de criticarlo. Joel organizó los detalles de la fantasía para ajustarlos a cómo que le gustaría que hubiera ocurrido años atrás. Después, poco a poco, se sintió mejor. Había escapado del círculo de dejar que sus emociones dolorosas lo sobrepasaran.

Distráete marchándote

A veces, lo mejor que puedes hacer es marcharte. Si estás en una situación muy dolorosa con alguien y reconoces que tus emociones te van a sobrepasar y que, posiblemente, van a poner la situación peor de lo que está, entonces, muchas veces, será mejor que te vayas. Recuerda, si ya estás abrumado por tus emociones, será más difícil para ti pensar en una solución positiva a tu problema. Tal vez sea mejor poner distancia entre la situación y tú para que tengas tiempo de serenar tus emociones y pensar qué hacer a continuación. Simplemente, aléjate si eso es lo mejor que puedes hacer. Será mejor que añadir leña al fuego emocional.

Aquí hay un ejemplo de marcharse para distraerse. Ana estaba en unos grandes almacenes comprando una blusa. Quería que una de las dependientas la ayudara a encontrar su talla pero aquella dependienta estaba ocupada con otros clientes. Ana esperó todo lo que pudo y siguió intentando llamar la atención de la dependienta pero no lo conseguía. Ana reconoció que se estaba poniendo enfadada muy rápidamente. Sentía ganas de rasgar la blusa al medio. No sabía qué otra cosa hacer. En el pasado, se hubiera quedado en la tienda y su enfado hubiera aumentado aún más, pero esta vez se acordó de salir. Salió de los almacenes, hizo unas compras en otros sitios y, más tarde, volvió a por la blusa, cuando la tienda estaba menos abarrotada y cuando ella notó que tenía un mayor control de sus actos.

Distraerse con tareas y quehaceres

Curiosamente, mucha gente no programa tiempo suficiente para ocuparse de sí misma o de su entorno vital. Como resultado, muchas tareas y quehaceres quedan sin terminar. Aquí tenemos, por lo tanto, una oportunidad perfecta para que hagas algo para ocuparte de ti y de tu entorno. La próxima vez que estés en una situación en la que tus emociones se vuelvan demasiado dolorosas, distráete temporalmente implicándote en alguna de las siguientes actividades. Marca aquellas que estés dispuesto a llevar a cabo y, luego, añade cualquier actividad que se te ocurra.

_____

Fregar los platos.

_____

Llamar por teléfono a gente con la que no has hablado últimamente pero no a alguien con quien estés enfadado o enfadada.

_____

Limpiar tu habitación o tu casa o ayudar a un amigo con su limpieza o con su proyecto de jardinería.

_____

Redecorar una habitación o, por lo menos, las paredes.

_____

Organizar tus libros, CD, ordenador, etc.

_____

Hacer un plan para conseguir un trabajo, si es que no tienes, o hacer un plan para conseguir un trabajo mejor.

_____

Ir a la peluquería.

_____

Hacerte la manicura, pedicura o ambas.

_____

Hacerte dar un masaje.

_____

Lavar el propio coche o el de otro.

_____

Cortar el césped.

_____

Limpiar el garaje.

_____

Hacer la colada.

_____

Hacer las tareas de casa.

_____

Hacer las tareas que te hayas traído a casa del trabajo.

_____

Limpiar los zapatos.

_____

Limpiar las joyas.

_____

Limpiar la bañera y, luego, darte un baño.

_____

Regar las plantas o trabajar en el jardín.

_____

Cocinar para ti y para los amigos.

_____

Pagar las facturas.

_____

Asistir a un grupo de apoyo, al estilo de Alcohólicos Anónimos, Jugadores Anónimos o similar.

_____

Otras ideas:

A continuación viene un ejemplo de cómo utilizar tareas y quehaceres para distraerse. Mike llamó a su novia Michelle para ir al cine. Michelle ya había hecho planes con sus amigas para hacer otras cosas. Mike se sintió terriblemente rechazado y abandonado. Empezó a gritarle a Michelle, que le colgó el teléfono. Eso hizo que Mike se sintiera aún peor. No sabía qué hacer. Pronto empezó a sentirse aturdido y confuso y sus emociones se volvieron muy violentas. Pero, esta vez, en lugar de volver a llamar a Michelle para seguir discutiendo, abrió su cartera y sacó el plan de distracción que había elaborado (y que tú también vas a elaborar al final de este capítulo). Él había anotado “cortarse el pelo” así que caminó un kilómetro y medio hasta su peluquero. Salir de casa le ayudó a serenar su furia y, cuando volvió a casa, se había tranquilizado lo bastante para llamar a Michelle para ver si iba a estar ocupada al día siguiente.

Distraerse contando

Contar es una habilidad sencilla que, realmente, puede mantener tu mente ocupada para ayudarte a que te centres en otra cosa distinta de tu dolor. He aquí unos ejemplos. Marca los que estés dispuesto o dispuesta a poner en práctica y, luego, añade cualquier otra actividad que se te ocurra:

_____

Contar respiraciones. Siéntate en una silla cómoda, pon una mano sobre tu vientre y haz respiraciones lentas y suaves. Imagina que respiras con tu estómago en lugar de hacerlo con los pulmones. Siente tu vientre expandiéndose como un globo con cada inhalación. Empieza a contar tus respiraciones. Cuando, inevitablemente, empieces a pensar en lo que te esté provocando tu sufrimiento, vuelve a centrarte en contar respiraciones.

_____

Contar cualquier cosa. Si estás demasiado centrado en tus emociones, simplemente, cuenta los sonidos que estés escuchando. Esto dirigirá tu atención fuera de ti. O intenta contar el número de coches que están pasando, el número de sensaciones que estás sintiendo o cualquier otra cosa que puedas enumerar, como las ramas de un árbol que estés viendo.

_____

Cuenta o resta de siete en siete. Por ejemplo, empieza en cien y réstale siete. Luego, a esa respuesta quítale otros siete. Continúa así. Esta actividad, ciertamente, te distraerá de tus emociones porque requiere atención y concentración extra.

_____

Otras ideas para contar:

A continuación, tienes un ejemplo de utilización del conteo para distraerte. Dawn se sintió molesta porque su madre le pidió que le ayudara a poner la mesa para cenar. “Siempre me está diciendo lo que tengo que hacer”, pensó Dawn. Podía sentir su irritación cada vez más intensa, así que se fue a su habitación y recordó que la última vez que le había pasado eso, el contar respiraciones la había ayudado a calmar sus emociones. Se sentó y lo hizo otra vez. Al cabo de diez minutos, se sintió más tranquila, así que volvió al comedor.

Organiza tu plan de distracción

Ahora, identifica las tácticas que estás dispuesta o dispuesto a utilizar la próxima vez que te encuentres en una situación que te ocasione sufrimiento y malestar. Esas técnicas que selecciones van a constituir tu plan de distracción. Recuerda, esos son los primeros pasos que vas a utilizar en tu plan para distraerte, relajarte y afrontar. Anota, a continuación, tus técnicas elegidas de distracción. Cuando lo hayas hecho, vuelve a escribirlas en una tarjeta de unos 8 x 12 centímetros, o en una nota autoadhesiva, para llevarlas contigo en tu cartera o monedero. Luego, la próxima vez que estés en una situación estresante, puedes sacar la tarjeta para recordarte tu plan de distracción.

1.


2.


3.


4.


5.


6.


7.


8.


9.


10.


Relájate y tranquilízate

Ahora que ya has aprendido algunas formas saludables y efectivas de distraerte cuando te sientas arrollado, desbordada, por emociones dolorosas, vas a tener que aprender nuevas formas de ayudarte a tranquilizarte (Johnson, 1985, Linehan, 1993b). Recuerda, estas nuevas técnicas te van a brindar el paso siguiente de tu plan para distraerte, relajarte y afrontar. Las actividades de esta sección te ayudarán a relajarte. Luego, en próximos capítulos aprenderás habilidades específicas para hacer frente a situaciones problemáticas. Dichos aprendizajes incluyen habilidades de regulación emocional, habilidades de mindfulness y habilidades de eficacia interpersonal.

Aprender a relajarse a y tranquilizarse es muy importante por muchas razones. Cuando estás relajada, sereno, tu cuerpo se siente mejor. También funciona de una manera más saludable. En un estado de relajación, tu corazón late más lentamente y la presión sanguínea disminuye. Tu cuerpo no está en un estado de alerta constante, preparándose para hacer frente a una situación estresante o para escapar de ella. Como resultado, a tu cerebro le resulta más fácil pensar formas más saludables de hacer frente a tus problemas.

Aquí se incluyen algunas muestras de actividades de relajación y tranquilización que utilizan tus cinco sentidos de olfato, vista, oído, gusto y tacto. Estas actividades pretenden aportar un poco de paz a tu vida. Así que, si alguna de esas actividades no te ayuda a que te sientas relajado o hace que te sientas peor, no la hagas. Intenta alguna otra cosa. Y recuerda, cada cual es diferente. Por ejemplo, algunas personas se relajan más oyendo música mientras que otras se encontrarán con que lo que les da resultado es darse un baño caliente de burbujas. A medida que exploras esta lista, piensa en lo que a ti te resulta mejor y estate dispuesto a probar algo nuevo si te parece emocionante.

Tranquilízate utilizando tu olfato

El olfato es un sentido muy fuerte que, muchas veces, puede activar recuerdos y hacer que sientas de una forma determinada. Por lo tanto, es muy importante que identifiques los olores que te hacen sentir bien, no mal. Aquí hay algunas ideas. Marca las que estés dispuesto a poner en práctica y, luego, añade cualquier actividad que se te ocurra:

_____

Encender velas perfumadas o incienso en tu habitación o en tu casa. Busca un aroma que te resulte agradable.

_____

Utilizar aceites esenciales, perfume o colonia que hagan que te sientas feliz, confiada o confiado y sexy.

_____

Recortar tarjetas perfumadas de revistas para llevarlas contigo en el bolso o la cartera.

_____

Ir a lugares cuyo olor te resulte agradable, como panaderías o restaurantes.

_____

Hacer tu propia comida que esté llena de olores, como galletas con chispas de chocolate.

_____

Tumbarte en el parque de tu localidad y oler la hierba y los olores del ambiente.

_____

Comprar flores recién cortadas o buscar flores en el vecindario.

_____

Abrazar a alguien cuyo olor te tranquilice.

_____

Otras ideas:

Tranquilízate utilizando tu sentido de la vista

La vista es muy importante para los humanos. De hecho, una gran proporción de nuestro cerebro está dedicada solo a nuestro sentido de la vista. Las cosas a las que miras, muchas veces, pueden tener efectos muy intensos sobre ti, para bien o para mal. Por eso es importante encontrar imágenes que te produzcan un efecto muy tranquilizador. Y en esto, como siempre, cada cual tiene sus propios gustos y preferencias. A continuación aparecen algunas ideas. Marca las que estés dispuesto a poner en práctica y, luego, añade cualquier otra actividad que se te ocurra.

_____

Hojear revistas y libros para cortar dibujos que te gusten. Haz un collage con ellos para colgar en tu pared o para guardarte algunos en tu bolso o cartera.

_____

Encontrar un lugar cuya vista te resulte relajante, como un parque o un museo. O encontrar una foto de un lugar cuya vista te resulte tranquilizadora, como un atardecer en el mar.

_____

Ir a la librería y buscar una colección de fotografías o dibujos que te resulten relajantes, como las fotografías de naturaleza de Ansel Adams.

_____

Dibujar o pintar tu propia imagen de algo que te resulte agradable.

_____

Llevar un dibujo o fotografía de alguien a quien ames, alguien a quien encuentres atractivo o alguien a quien admires.

_____

Otras ideas:

Tranquilízate utilizando tu sentido del oído

Algunos sonidos pueden tranquilizarnos. Escuchar música suave, por ejemplo, puede resultar relajante. De hecho, todo este capítulo fue escrito mientras escuchaba música clásica. Sin embargo, cada uno de nosotros tiene sus propios gustos. Tú tienes que averiguar lo que funciona para ti. Utiliza estos ejemplos para identificar los sonidos que te ayudan a relajarte. Marca los que estés dispuestos a poner en práctica y, luego, añade cualquier otra actividad que se te ocurra.

_____

Escuchar música relajante. Puede ser música clásica, ópera, viejas canciones, música new age, música negra, jazz, música celta, africana o cualquier otra que te sirva. Podría ser música con letra o sin ella. Ve a una tienda de música donde puedas escuchar las canciones antes de comprar y escucha una amplia variedad de estilos para determinar lo que te ayuda a que te relajes. Si tienes una radio portátil o un MP3, llévalo contigo para escuchar música cuando estés fuera de casa.

_____

Escucha libros grabados en cinta o en CD. Muchas bibliotecas públicas te facilitarán libros grabados. Llévate algunos para ver si eso te ayuda a relajarte. Ni siquiera tienes que prestar atención al argumento. A veces, solo escuchar la voz de alguien hablando puede resultar muy relajante. Una vez más, lleva algunas de esas grabaciones contigo en tu coche o cargada en tu reproductor de música portátil.

_____

Enciende la televisión solo para escuchar. Busca un programa que sea aburrido o sosegado, no algo como “Sálvame” que te puede poner de mal humor. Siéntate en una silla cómoda o túmbate y, luego, cierra los ojos para escuchar solamente. Asegúrate de bajar el volumen a un nivel que no sea demasiado alto. Hace años, había un programa en la televisión presentado por un actor de doblaje llamado Constantino Romero. Su voz era tan tranquilizadora y relajante que mucha gente decía que se quedaba dormida mientras lo veía. Busca un programa parecido que te ayude a relajarte.

_____

Escucha una tertulia tranquila en la radio. Recuerda: Una tertulia tranquila, no algo que te vaya a irritar o a enfadarte. Deja fuera las tertulias políticas y las noticias. Busca algo neutro, como algún programa sobre mecánica o jardinería. Recuerda que, a veces, el simple hecho de escuchar a alguien hablando puede ser relajante. Lleva contigo tu radio portátil para escucharla cuando te sientas molesto o enfadada.

_____

Abre la ventana y escucha los tranquilos sonidos del exterior. O, si vives en un lugar sin sonidos tranquilos fuera, ve a visitar un lugar con sonidos relajantes, como, por ejemplo, un parque.

_____

Escucha una grabación de sonidos de la naturaleza, como pájaros u otros animales silvestres. Es posible comprar este tipo de grabaciones en tiendas de música y llevártelas contigo para escucharlas en tu reproductor portátil de CD, reproductor de casetes o MP3.

_____

Escucha un generador de ruido blanco. Ruido blanco es un sonido que bloquea otros sonidos distractores. Puedes comprar un aparato que produzca ruido blanco mediante aire circulante o puedes poner en marcha un ventilador para bloquear los sonidos distractores. Otros generadores de ruido blanco contienen sonidos grabados, como el sonido de pájaros, cascadas y bosques. A mucha gente estos aparatos le parecen muy relajantes.

_____

Escucha el sonido de una fuente personal. Estas pequeñas fuentes electrónicas se pueden comprar en muchas áreas comerciales y a mucha gente el sonido del agua cayendo le resulta muy relajante.

_____

Escucha una grabación de un ejercicio de relajación. Este tipo de ejercicios te ayudará a imaginarte relajándote de diferentes maneras. Otros ejercicios grabados pueden, incluso, enseñarte técnicas de auto-hipnosis para ayudarte a relajarte. Este tipo de grabaciones se pueden comprar en algunas librerías y online, a editoriales de autoayuda. Así, puedes llevarte contigo los programas para escucharlos cuando te estés sintiendo desbordado o abrumada.

_____

Escucha el sonido de agua corriendo o cayendo. Tal vez en el parque de tu localidad haya una cascada o, quizás, el centro comercial de tu vecindario tenga una fuente. O, simplemente, siéntate en el cuarto de baño con el agua corriendo.

_____

Otras ideas:

Tranquilízate utilizando tu sentido del gusto

El gusto es también un sentido muy importante. Nuestra lengua tiene distintas zonas de papilas gustativas para diferenciar sabores y gustos de alimentos. Estas sensaciones también pueden activar recuerdos y sentimientos, de manera que, por esto, es importante que busques sabores que te agraden. Sin embargo, si comer te supone un problema, como comer demasiado, hacerlo compulsivamente o restringir lo que comes, habla con un consejero profesional sobre la posibilidad de conseguir algún tipo de ayuda. Si el proceso de comer puede hacer que te sientas molesta o que te pongas nervioso, utiliza tus otros sentidos para calmarte. Pero si la comida te tranquiliza, utiliza algunas de estas sugerencias. Marca aquellas que tú decidas poner en práctica y, luego, añade cualquier otra actividad que se te ocurra:

_____

Disfruta de tu comida favorita, sea cual sea. Come despacio para que puedas disfrutar de su sabor.

_____

Lleva contigo piruletas, chicle u otros chuches que puedas comer cuando te estés sintiendo mal.

_____

Come algo suave, como un helado, chocolate, pudding o alguna otra cosa que te haga sentir bien.

_____

Bebe algo suave como té, café o chocolate caliente. Esfuérzate en tomarlo despacio para poder disfrutar de todo su sabor.

_____

Chupa un cubito de hielo o un polo, sobre todo si estás sintiendo que tienes calor, y disfruta de su sabor mientras se funde en tu boca.

_____

Compra una fruta madura y jugosa y cómetela despacio.

_____

Otras ideas:

Tranquilízate utilizando tu sentido del tacto

Muchas veces nos olvidamos de nuestro sentido del tacto y, sin embargo, siempre estamos tocando algo, como la ropa que llevamos o la silla en la que estamos sentados. Nuestra piel es nuestro órgano más extenso y está completamente cubierto de nervios que llevan sensaciones a nuestro cerebro. Algunas sensaciones táctiles pueden ser agradables, como acariciar a un perro suave, mientras que otras sensaciones son chocantes o dolorosas para comunicar peligro, como tocar una estufa caliente. Como siempre, cada uno de nosotros tiene preferencia por distintas sensaciones. Tú tienes que encontrar las que te resulten más agradables. A continuación vienen algunas sugerencias. Marca las que estés dispuesta, dispuesto, a poner en práctica y, luego, añade cualquier otra actividad que se te ocurra:

_____

Llevar algo suave o aterciopelado en el bolsillo para tocarlo cuando lo necesites, como un trozo de tela.

_____

Darte una ducha caliente, o fría, y disfrutar de la sensación del agua cayendo sobre tu piel.

_____

Darte un baño caliente de burbujas o con aceites de baño y disfrutar de las suaves sensaciones sobre tu piel.

_____

Darte un masaje. Mucha gente que ha sufrido abusos físicos o sexuales no quiere que nadie la toque. Es comprensible. Pero no todos los tipos de masaje requieren que te quites la ropa. Algunas técnicas, como el masaje shiatsu tradicional japonés, solo requieren que lleves ropas flojas. Un masaje de hombros y cuello, recibido mientras permaneces en una silla de masaje, también se puede realizar sin que te saques ninguna prenda. Si eso te preocupa, pregúntale al terapeuta masajista qué tipo de masaje sería el mejor sin que tengas que desvestirte.

_____

Date tú mismo, tú misma, un masaje. A veces, simplemente frotarte los músculos que te duelan es muy agradable.

_____

Juega con tu mascota. Tener una mascota puede tener muchos beneficios para la salud. Los dueños de mascotas suelen tener más baja la presión sanguínea, niveles más bajos de colesterol y menos riesgo de problemas cardíacos (Anderson, Reid y Jennings, 1992), y experimentan otros beneficios de salud en general (Serpell, 1991). Además, jugar con tu mascota y acariciar el pelo o la piel del animal, te puede proporcionar una experiencia táctil relajante. Si no tienes mascota, considera la posibilidad de hacerte con una. O si no te lo puedes permitir, visita a un amigo que tenga mascota o hazte voluntario en el refugio de animales de tu localidad, donde puedes jugar con animales rescatados.

_____

Utiliza la ropa más cómoda, como tu camiseta usada favorita, chándal ancho o vaqueros viejos.

_____

Otras ideas:

Créate un plan de relajación

Ahora que has leído las sugerencias para ayudarte a relajarte y tranquilizarte utilizando tus cinco sentidos, elabora una lista de técnicas que estés dispuesto a utilizar. Para buscar ideas, repasa las actividades que has marcado. Sé específico sobre lo que vas a hacer. Haz una lista de ideas para probar en casa y otra de ideas que puedas llevar contigo cuando estés fuera de casa.

Técnicas de relajación y tranquilización para utilizar en casa

1.


2.


3.


4.


5.


6.


7.


8.


9.


10.


Guarda esta lista en un lugar conveniente que te resulte fácil de recordar. Incluso podrías hacer copias de la lista para colocarlas en lugares donde puedas tenerlas siempre a la vista, como el frigorífico, encima de tu escritorio, en el espejo del cuarto de baño o junto a tu cama. De este modo, te servirá de recordatorio de que debes relajarte lo más a menudo que puedas. También te resultará más sencillo serenarte cuando tus emociones dolorosas te agobien y te impidan pensar con claridad.

Ahora, haz otra lista parecida para utilizar cuando estés fuera de casa. Como siempre, repasa las técnicas de relajación que marcaste en las últimas páginas para tener ideas. Pero asegúrate de que te sea posible utilizar esas técnicas cuando estés fuera de casa. Por ejemplo, no anotes: “tomar un baño caliente” porque, lo más probable, es que no tengas un baño caliente a mano cuando no estés en casa.

Técnicas de relajación y tranquilización para utilizar cuando estés fuera de casa

1.


2.


3.


4.


5.


6.


7.


8.


9.


10.


Ahora, copia estas últimas diez ideas en una tarjeta para acordarte de qué hacer cuando estés fuera de casa. Guarda esa lista contigo, en el coche, en la cartera o en el bolso. Luego, asegúrate de que llevas contigo todo lo que necesitas, como dulces, una radio portátil, fotografías, etc. De este modo, puedes practicar relajación cuando no estés en casa, sobre todo, cuando sientas que tus emociones dolorosas te desbordan y no te dejan pensar con claridad.

Conclusión

Has aprendido algunas técnicas básicas de distracción y de relajación. Deberías empezar a utilizar estas habilidades en el mismo momento en que te sientas desbordado, abrumada, por emociones dolorosas. El siguiente capítulo se va a basar en estas habilidades y te va a ensañar otras habilidades de distracción y relajación más avanzadas.