
Para que un jardín cuyo centro de interés es el césped dé buenos resultados, es conveniente dosificar con mucha precisión los numerosos elementos que lo componen. Lo que cuenta es que podamos encontrar en nuestro jardín el ambiente que nos garantice tranquilidad y bienestar. Un jardín debe responder sobre todo a las necesidades de quienes lo frecuentan, tanto si tienen preocupaciones de carácter práctico como de orden estético o botánico.
_ El césped de un jardín familiar debe ser sencillo y despejado, con un centro claro bastante amplio y con zonas de sombra y de sol.
_ Si usted valora, ante todo, la tranquilidad y la presencia de una floración abundante, necesita un césped robusto, tupido, con borduras floridas y plantas que dividan la hierba en espacios reservados o en zonas verdes adornadas con sus plantas preferidas.
_ En cambio, si da preferencia a la elegancia y la estética, debe plantar un césped refinado, compuesto por especies herbáceas de gran delicadeza y con un verde intenso. Lo esencial es que el diseño del jardín corresponda al estilo de la casa (clásico, moderno, de campo), y se produzca un efecto de conjunto agradable a la vista. En este caso, al elaborar el proyecto, no descuide factores como la profundidad y la luz, ya que este césped se apreciará sobre todo de forma visual, pues su función es más representativa que lúdica o de descanso.
_ Por último, para los apasionados de la botánica y los coleccionistas de especies vegetales más o menos raras, un césped puede constituir un magnífico corredor, una alfombra verde que guíe los pasos de los visitantes entre las diferentes colecciones de plantas, dispuestas en borduras o en una especie de «pabellones» bien diferenciados.
De todos modos, lo que cuenta es sobre todo la buena calidad de la hierba. La superficie del césped debe ser lo bastante tupida para que se pueda pisar agradablemente y sin riesgo de dañarla.

Un césped bien cuidado es sinónimo de espacio y profundidad; proporciona al jardín un aspecto ordenado (MAP/D)
Aunque todos los céspedes parecen iguales, en realidad están lejos de serlo. Por eso, antes de crear un césped, es imprescindible tener en cuenta el emplazamiento, es decir, el clima, la temperatura media y la pluviosidad de la zona. El otro punto importante es el uso previsto para este espacio. Según estos dos factores se determinará la composición del sustrato y las especies herbáceas que se deben emplear. Un césped rústico tiene forraje y malas hierbas y flores silvestres que producirán un efecto agradable en jardines de estilo campestre.
En cambio, un césped deportivo tiene que poder soportar el pisoteo de los atletas; por lo tanto, la hierba debe ser tupida, robusta y desprovista de malas hierbas y florecillas diversas.
LA IMPORTANCIA DEL CÉSPED
Quien desee crear un césped debe poseer conocimientos técnicos precisos para conocer los factores que favorecen su belleza y resistencia. No es demasiado difícil realizar y mantener el césped, pero esto no significa que baste con sembrarlo y cortarlo de vez en cuando. Hay que tener nociones acerca del suelo, el agua, las especies cespitosas y las operaciones de mantenimiento más corrientes que favorecen el crecimiento y la belleza de la pradera ornamental.

El césped estético se caracteriza por su refinamiento; es idóneo para jardines pequeños y grandes (MAP/N)

Un césped, diseñado en función del estilo de la casa y bien mantenido, embellecerá el jardín (MAP/M)
EL CÉSPED RÚSTICO
El suelo se compone de la tierra de origen, sin ningún añadido salvo abono. Este tipo de césped es rico en materiales orgánicos vegetales del lugar, ya descompuestos. En la mayoría de los casos, el césped sigue la topografía original, tanto si el terreno es plano como si se encuentra en ligera pendiente o en terrazas. Las especies herbáceas son múltiples y rústicas, es decir, soportan bien las condiciones climáticas de la región. Las adventicias, o malas hierbas, forman parte integrante de la pradera rústica. Este césped resulta adecuado para las casas de campo, los parques públicos y la restauración de zonas degradadas. También para las orillas de ríos y para los taludes y otras superficies inclinadas, y requiere poco mantenimiento.
EL CÉSPED ESTÉTICO O FINO
Es un césped de gran interés estético y ornamental. Resulta conveniente para los jardines cuyo aspecto y disposición están impregnados de refinamiento. El suelo debe modificarse respecto a su composición original. Hay que prever un aporte de arena para favorecer el drenaje del agua. Es necesario añadir, además, una buena cantidad de materia orgánica, turba por ejemplo, para mejorar la fertilidad natural e incrementar la simbiosis entre la microfauna y las plantas.
Las diferentes especies herbáceas que se empleen deberán permitir una cobertura vegetal densa a lo largo de todo el año, de un verde intenso y estable, y deben ser agradables de pisar. Por supuesto, no deben incluir malas hierbas ni otros elementos perturbadores. Es un tipo de césped apropiado para los jardines familiares o residenciales en general, los parques públicos y los espacios verdes de las zonas urbanas, los jardines botánicos y los jardines de representación de especies comerciales. Este tipo de césped requiere un mantenimiento medio.
EL CÉSPED TÉCNICO Y DEPORTIVO
Es el más alejado del prado clásico, ya que es completamente artificial, es decir, completamente reconstituido en todos sus elementos, incluyendo las capas profundas del suelo. El terreno está formado por varias capas de materiales diversos para permitir un uso deportivo intensivo, protegiendo al mismo tiempo el desarrollo de las plantas cespitosas.
Bajo el césped existen instalaciones de drenaje, de riego y, en ciertos casos, de termorregulación.
Todos los factores químicos y físicos (pH, minerales, materias orgánicas, porosidad, granulometría) han sido objeto de un atento estudio. Las especies cespitosas se han seleccionado de forma cuidadosa y deben soportar frecuentes intervenciones de mantenimiento. Las variedades utilizadas pueden ser únicas o en mezcla.

Césped de un campo de golf: es un césped técnico estudiado hasta en los detalles más pequeños (AV)
La realización de un césped siempre va precedida de una fase de diseño. Tanto si se imagina un jardín nuevo como si se desea modificar el que ya existe, es aconsejable determinar con claridad lo que se espera del jardín. Además, habrá que tener en cuenta el tiempo que se le puede dedicar.
El tamaño y la forma de la superficie de que se dispone influirán también en el proyecto y el estilo que se escoja.
Desde el punto de vista ambiental, es conveniente evaluar los siguientes elementos: la exposición al sol o a la sombra, el tipo de suelo (compacto o flexible) y su alcalinidad, la presencia o ausencia de agua para el riego y los factores climáticos (véanse el enlace).
En un jardín que se desee mantener con la dedicación de un tiempo mínimo, se reservará al césped un espacio bastante restringido, y se ocupará el resto, dentro de lo razonable, con floraciones vivaces, bien delimitadas por cuerdecillas o muros bajos, así como por algunos árboles. Si se dispone de más tiempo, el césped podrá recubrir la mitad de la superficie del jardín, e incluso más. En tal caso, las flores se plantarán en borduras y se podrán prever setos alrededor del césped.
Los árboles, en bosquecillos, cumplirán una función protectora contra el sol, y la belleza de los ejemplares aislados quedará destacada.

Un césped no se improvisa. Su diseño debe tener en cuenta todas las posibles disposiciones en función de los gustos de cada cual (MAP/M)

1 zona de estar; 2 espacio para juego y descanso; 3 fuente; 4 camino de guijarros
Un cuidadoso diseño es importante si queremos organizar bien el espacio dedicado al césped y adaptarlo a nuestras necesidades. Digamos que el jardín debe resultar organizado y funcional. Podemos encargar el diseño del conjunto a un profesional o realizarlo nosotros mismos, tomando papel y lápiz y transcribiendo simplemente los espacios y elementos que deseamos integrar en el césped (zonas para los niños, zonas de sombra, zona dedicada a la barbacoa, etc.).
De este principio se deduce que el césped debe resultar:
– despejado y privado de cualquier otro vegetal;
– bien delimitado o separado del resto por arbustos, borduras, etc.;
– de un tamaño correspondiente al uso previsto;
– sin obstáculos que dificulten su mantenimiento;
– a ser posible, plano en uno o varios niveles; si no es posible, puede situarse en ligera pendiente;
– provisto de zonas de descanso, de juego y de paso, de decoración floral distinta y respetada.
Un césped bien diseñado y organizado permite utilizar mejor el espacio y destaca el conjunto del jardín.

El césped dibuja un paseo entre las flores y los setos de este jardín clásico (MAP/D)

Césped con macizos de flores en mosaico en el jardín de una villa histórica (AV)

Césped de un jardín privado delimitado por borduras floridas (MAP/N)

La ausencia total de espacio verde acentúa aún más la monotonía de estos edificios (AV)

Césped de una casa unifamiliar con zona para el juego y rincón de descanso (AV)
En una región, el clima constituye un factor fundamental que influye en gran medida en el paisaje.
Del norte de la península al litoral mediterráneo, pasando por las zonas montañosas, la meseta, las zonas del sur, o las islas Baleares y las Canarias, los factores climáticos influyen no sólo en la morfología sino también en la propia esencia de las regiones, en la economía de su territorio, en los tipos de cultivos y actividades.
Es evidente que la vegetación varía según los climas. Además, el clima no basta para describir las características físicas de un lugar, sino que también debe tenerse en cuenta el microclima que reina con mayor frecuencia en la región considerada.
El microclima es una combinación local y momentánea de condiciones de temperatura, humedad, viento y presión, características de un estado pasajero de la atmósfera y que pueden observarse directamente o gracias a unos instrumentos simples.
Los tipos de microclima son combinaciones aleatorias y provisionales que afectan a determinados lugares y que pueden variar de una estación a otra. El clima, por su parte, representa la situación media de las condiciones meteorológicas que se manifiestan durante el año y que es el resultado de los tipos de tiempo que se suceden. Por consiguiente, no es posible evaluar el clima basándose en valores medios. Hay que tener en cuenta periodos más largos, extendidos a lo largo de meses, estaciones o años. Esta distinción resulta muy útil para comprender cuál es el clima predominante en la región donde se vive y poder escoger un césped adecuado para el lugar.
España está situada en la zona de la Europa templada, pero debido a su posición geográfica se ve influida por diferentes climas, desde el calor del sur o la suavidad mediterránea hasta el frío, incluso intenso, de las regiones montañosas y continentales.
Si realizamos una clasificación somera, podemos distinguir varias regiones climáticas en nuestro país.

Los factores climáticos ejercen una gran influencia en la vegetación (AV)

Césped de un jardín situado en una zona litoral: está eficazmente protegido del viento por unos setos (MAP/D)
REGIONES MONTAÑOSAS
Se trata de zonas de clima frío; verano lluvioso y fresco, invierno con precipitaciones de nieve.
Los céspedes alpinos deben estar compuestos por especies que soporten el frío; por consiguiente, están indicadas las especies microtermas de Ray-grass vivaces, gramas, cañuelas y poas, y de ellas, las variedades más resistentes al frío.
REGIONES DE LLANURA Y MESETA
Se trata de un clima continental de transición. La amplitud térmica media anual es de unos 30 °C.
La pluviometría es media en primavera y otoño, y en verano la temperatura puede ser bastante elevada con tormentas violentas. En estas zonas se utilizarán especies microtermas y macrotermas resistentes al calor.
LITORAL CANTÁBRICO
Región fresca y templada con precipitaciones en otoño y primavera. La temperatura media permite el uso de especies microtermas (un 80%) con un complemento de macrotermas.
REGIÓN MEDITERRÁNEA
Clima caracterizado por veranos cálidos y secos e inviernos suaves, con una concentración de las lluvias en invierno.
Para las regiones costeras, se aconsejan especies macrotermas.
No obstante, en el interior, a veces frío y más lluvioso, se recomienda prever aproximadamente un 30 % de especies microtermas, más resistentes al frío.
Vemos, por lo tanto, que a cada región le corresponde un tipo de césped, es decir, una gama de especies más o menos apropiadas para formar un césped ornamental o de uso deportivo que presente cierto interés estético a lo largo de todo el año.
En efecto, como todas las demás plantas, las especies cespitosas han evolucionado para adaptarse a climas específicos. En la actualidad se utilizan estas particularidades para garantizar los mejores resultados en el césped de los jardines.
Las especies cespitosas empleadas en la creación de un césped ornamental pertenecen a la familia de las Gramíneas (del latín gramen, que significa «hierba»). Un gran número de las especies pertenecientes a este género se utiliza para el césped, pero se diferencian claramente por su crecimiento y desarrollo. En las especies cespitosas usadas para la constitución de céspedes ornamentales, se busca:
– hojas finas y densas de color intenso y persistente;
– crecimiento limitado;
– buena resistencia a las enfermedades;
– gran resistencia al pisoteo.
Las Gramíneas comprenden seis subfamilias con unos 600 géneros, subdivididos a su vez en 7.500 especies.
A pesar del elevado número de especies, sólo algunas presentan las cualidades que les permiten ser utilizadas para la constitución de un césped, y esta gama se reduce aún más si se quiere obtener un césped ornamental fino o bien un césped para uso deportivo, ya que este tipo de hierba exige unas especies con excepcionales cualidades de resistencia al pisoteo sistemático.
En estos casos hay que escoger variedades apropiadas, es decir, plantas seleccionadas después de numerosos ensayos.
Las plantas herbáceas para césped se dividen en microtermas y macrotermas. Las primeras crecen bien con temperaturas primaverales frescas (entre 15 y 25 °C), mientras que las segundas experimentan un desarrollo óptimo en las regiones más cálidas con temperaturas entre 26 y 35 °C.
Durante el periodo estival, para defenderse del calor excesivo, las especies microtermas se instalan en una especie de reposo veraniego. Por consiguiente, para plantar un césped en una región mediterránea, nunca se conseguirá una alfombra verde y exuberante todo el año si sólo se ha utilizado Ray-grass vivaz, una especie del grupo microtermo. Tampoco se obtendrá un césped verde en primavera si sólo se utilizan macrotermas. En el norte de España son más adecuadas las microtermas, que soportan mejor las bajas temperaturas, mientras que en el sur se utilizan las macrotermas.

Las Gramíneas comprenden especies a la vez rústicas y finas, adecuadas para crear jardines de refinadas características estéticas (AV)

Las especies cespitosas son herbáceas totalmente adaptadas para conseguir la integración del césped en el hábitat (AV)
Estas especies se caracterizan por un crecimiento primaveral rápido y vigoroso. En las estaciones siguientes serán muy rústicas y poco exigentes.
DÓNDE Y CÓMO UTILIZAR LAS ESPECIES MICROTERMAS
Las especies microtermas se utilizan ampliamente en todo tipo de céspedes, desde los más rústicos a los más artificiales, los destinados a un uso deportivo. Las diferentes especies corresponden a selecciones para obtener variedades que posean características muy precisas. Algunas especies resisten el pisoteo, por lo que se utilizan para los campos de fútbol; otras, que presentan un crecimiento limitado y hojas finas, se plantan en los campos de golf. Por último, otras presentan un gran desarrollo vegetal y se utilizan como forraje para animales. La variedad de césped se puede dejar en manos de otros, mientras que para lo referente a géneros y especies es conveniente consultar la tabla en el siguiente enlace.
|
Género |
Especie |
Crecimiento inicial |
Densidad |
Resistencia a la sequía |
Resistencia al frío |
Resistencia al pisoteo |
Dosis siembra (g/m2) |
|
Agrostis |
stolonifera |
débil |
excelente |
buena |
excelente |
media |
15-25 |
|
Agrostis |
tenuis |
débil |
excelente |
media |
media |
buena |
15-25 |
|
Festuca |
arundinacea |
medio |
buena |
excelente |
media |
buena |
25-35 |
|
Festuca |
ovina |
bueno |
buena |
buena |
media |
buena |
40-50 |
|
Festuca |
rubra rubra |
medio |
excelente |
buena |
excelente |
media |
40-50 |
|
Lolium |
multiflorum |
excelente |
excelente |
débil |
excelente |
buena |
30-40 |
|
Lolium |
perenne |
excelente |
excelente |
media |
buena |
excelente |
30-50 |
|
Poa |
pratensis |
débil |
excelente |
buena |
excelente |
excelente |
25-35 |
|
Poa |
trivialis |
débil |
buena |
débil |
buena |
media |
25-45 |
La rapidez del desarrollo primaveral inicial debe apoyarse mediante buenas dosis de abonos minerales con nitrógeno, fósforo y potasio, con un contenido de nitrógeno más elevado.
La tabla superior indica las especies más corrientes. En algunos centros de jardinería es posible encargar una fórmula con cantidades bien definidas de una especie o de la otra, según el tipo de césped que se quiera realizar teniendo en cuenta su utilización, el tipo de suelos y el clima.

Césped realizado con una mezcla de especies microtermas, caracterizadas por un crecimiento óptimo en las zonas frescas y templadas (MAP/A)
|
TIPOS DE CÉSPED Y ADECUACIÓN DE LAS ESPECIES MICROTERMAS |
|||||
|
Género |
Especie |
Césped rústico |
Césped de parque público |
Césped de tipo inglés |
Césped técnico |
|
Agrostis |
stolonifera |
buena |
excelente |
buena |
débil |
|
Agrostis |
tenuis |
buena |
excelente |
excelente |
buena |
|
Festuca |
arundinacea |
buena |
buena |
débil |
buena |
|
Festuca |
ovina |
débil |
buena |
buena |
débil |
|
Festuca |
rubra rubra |
buena |
excelente |
buena |
buena |
|
Lolium |
multiflorum |
excelente |
excelente |
excelente |
buena |
|
Lolium |
perenne |
excelente |
excelente |
excelente |
excelente |
|
Poa |
pratensis |
débil |
excelente |
buena |
excelente |
|
Poa |
trivialis |
débil |
buena |
buena |
débil |
Se caracterizan por un crecimiento primaveral débil o nulo y un desarrollo importante a partir de mayo. Por ello, el mantenimiento debe programarse con la estación bastante avanzada, tanto para la aportación de abono como para los diferentes tratamientos. Si se siembran en mezcla, estas plantas se resienten muy poco del predominio de las demás especies.
En regiones mediterráneas y climas suaves donde se siembran céspedes compuestos con un alto porcentaje en especies macrotermas, es recomendable proceder a una sustancial aportación de abono en verano, una vez en junio y otra en julio, asociada con un buen riego. En la primera tabla se indican las especies más habituales.

Césped realizado con especies macrotermas, que crecen particularmente bien en verano (MAP/N)
DÓNDE Y CÓMO UTILIZAR LAS ESPECIES MACROTERMAS
Las especies macrotermas se usan ampliamente para todo tipo de céspedes ornamentales pero, sobre todo, para los destinados a usos deportivos. No se utilizan para los prados rústicos, a excepción de la especie Cynodon dactylon.
Las especies disponibles en los centros de jardinería suelen estar seleccionadas para los céspedes ornamentales y deportivos, mientras que para los demás tipos de césped se pueden escoger los géneros y especies indicados en la tabla superior en el siguiente enlace.

Un suelo bien estructurado, dotado de todos los componentes necesarios, favorecerá el desarrollo y la duración del césped (MAP/A)
|
Género |
Especie |
Crecimiento inicial |
Densidad |
Resistencia a la sequía |
Resistencia al frío |
Resistencia al pisoteo |
Dosis siembra (g/m2) |
|
Buchloe |
dactyloides |
bueno |
excelente |
buena |
media |
media |
10-20 |
|
Cynodon |
dactylon |
bueno |
media |
media |
media |
buena |
15-25 * |
|
Cynodon |
sp. |
medio |
excelente |
excelente |
media |
buena |
15-25 * |
|
Dichondra |
repens |
medio |
excelente |
buena |
excelente |
media |
20-30 |
|
Eremochloa |
opiuroides |
bueno |
buena |
buena |
media |
buena |
30-40 |
|
Paspalum |
notatum |
excelente |
excelente |
débil |
excelente |
débil |
30-40 |
|
Paspalum |
vaginatum |
excelente |
buena |
media |
buena |
débil |
30-50 |
|
Pennisetum |
clandestinum |
medio |
excelente |
buena |
excelente |
débil |
25-35 * |
|
Stenotaphrum |
secondatum |
bueno |
media |
buena |
débil |
media |
30-40 * |
|
Zoysia |
japonica y sp. |
excelente |
excelente |
buena |
media |
buena |
30-40 * |
|
TIPOS DE CÉSPED Y ADECUACIÓN DE LAS ESPECIES MACROTERMAS |
|||||
|
Género |
Especie |
Césped rústico |
Césped de parque público |
Césped de tipo inglés |
Césped técnico |
|
Buchloe |
dactyloides |
inadecuada |
excelente |
buena |
excelente |
|
Cynodon |
dactylon |
adecuada |
excelente |
débil |
buena |
|
Cynodon |
sp. |
adecuada |
buena |
débil |
buena |
|
Dichondra |
repens |
inadecuada |
buena |
buena |
buena |
|
Eremochloa |
opiuroides |
inadecuada |
buena |
buena |
débil |
|
Paspalum |
notatum |
inadecuada |
excelente |
excelente |
buena |
|
Paspalum |
vaginatum |
inadecuada |
excelente |
excelente |
excelente |
|
Pennisetum |
clandestinum |
inadecuada |
excelente |
buena |
excelente |
|
Stenotaphrum |
secondatum |
inadecuada |
buena |
buena |
buena |
|
Zoysia |
sp. |
inadecuada |
buena |
buena |
débil |
En algunos centros de jardinería es posible encargar una fórmula con cantidades definidas de una especie u otra, según el tipo de césped que se quiera obtener teniendo en cuenta su empleo, el tipo de suelo y el clima.
En general, un césped nunca está formado por una o dos especies solamente, sino por cuatro o cinco como mínimo asociadas. Por asociación se entiende el cultivo de varias especies en mezcla en un mismo espacio. Este método presenta numerosas ventajas: ritmos de crecimiento diferentes en el transcurso de las estaciones, lo que garantiza una cobertura homogénea del terreno durante todo el año; niveles diferentes de resistencia a la sequía, así como, a la exposición solar, que aseguran la posibilidad de contar con un césped verde incluso durante los periodos del año más desfavorables para la vegetación; sensibilidad diferenciada a las enfermedades (la presencia de un parásito o un insecto no puede poner en peligro todo el césped sino únicamente las especies más sensibles); por último, estas plantas presentan capacidades de adaptación diversas a microclimas diferentes (humedad, insolación, bajas temperaturas, ambientes secos, etc.).
ESPECIES Y COMBINACIONES PARA LA FORMACIÓN DE MEZCLAS
Para la realización de céspedes ornamentales y de uso deportivo, en la mayoría de los casos se recurre a la combinación de varias especies.
La elección de las especies que deben usarse en estas mezclas debe responder a las condiciones locales, tipo de suelo, exposición al sol, luminosidad, temperatura, disponibilidad de agua y humedad general. El conocimiento de estas características físicas y químicas no es muy fácil, por lo que se recomienda a los jardineros aficionados que recurran a mezclas ya preparadas, comercializadas en los centros de jardinería y otros comercios especializados.
Tal como ya hemos indicado, es preferible utilizar mezclas de especies de Lolium, Festuca y Poa.
Las especies cespitosas presentan modalidades de desarrollo y cualidades estéticas diferentes. Por ello, es necesario combinar distintas especies en las mezclas, para que el césped ofrezca el espectáculo más agradable posible durante todo el año.
La elección de especies y variedades debe realizarse sobre una base técnica. A este respecto, no existe una fórmula válida para todas las situaciones: a cada uso le corresponde un tipo de mezcla concreto. Por consiguiente, no es posible dar soluciones universales, aplicables a todos los casos; hemos presentado en este capítulo unas tablas que indican las principales características botánicas de las especies herbáceas para céspedes ornamentales y deportivos, y entre ellas deberá elegir el lector.
|
MEZCLAS PARA CÉSPEDES ORNAMENTALES |
||
|
Césped fino |
Césped ornamental de uso intensivo |
Césped ornamental para zonas sombreadas |
|
Primera solución |
Primera solución |
Agrostis tenuis 15 % |
|
Agrostis stolonifera 15 % |
Agrostis tenuis 15 % |
Festuca ovina 30 % |
|
Agrostis tenuis 25 % |
Festuca rubra rubra 25 % |
Festuca rubra commutata 15 % |
|
Festuca rubra commutata 10 % |
Lolium perenne 40 % |
Poa nemoralis 20 % |
|
Poa pratensis (dos variedades) 50 % |
Poa pratensis 20 % |
Poa pratensis 20 % |
|
Segunda solución |
Segunda solución |
|
|
Festuca rubra 20 % |
Agrostis stolonifera 15 % |
|
|
Lolium perenne (dos variedades) 40 % |
Festuca arundinacea 15 % |
|
|
Poa pratensis (dos variedades) 40 % |
Lolium perenne 40 % |
|
|
|
Poa trivialis 30 % |
|
|
MEZCLAS PARA TERRENOS DEPORTIVOS |
|
Fútbol y béisbol |
|
Lolium perenne 50-60 %, en dos variedades diferentes (por ejemplo: «Loretta», «Barklay» o «Lisabelle») |
|
Poa pratensis 40-50 %, en tres variedades (por ejemplo: «Geronimo», «Cinthya» y «Baron») |
|
Hipódromos |
|
Agrostis tenuis 15% |
|
Festuca ovina 25% |
|
Festuca rubra rubra 15% |
|
Lolium perenne 25% |
|
Poa pratensis 20% |
Es cierto que la plantación de un buen césped ornamental requiere mucho trabajo, pero sigue estando al alcance de cualquier jardinero aficionado que, no obstante, deberá dar muestras de paciencia y atención, y conocer bien las técnicas de plantación, las fases del proceso vegetativo y los materiales adecuados necesarios.
Las labores preparatorias, comunes a todos los tipos de césped, tienen gran importancia y condicionan el éxito de un buen césped. Veamos las distintas fases de dichas labores.
Para limpiar una zona recubierta de césped fino manteniendo intacto el césped (que tal vez pueda utilizarse en otra superficie) basta retirarlo con una laya cortante, junto con 3 cm de tierra. El terrón se debe dividir en amplias tiras de 30-45 cm, que deben dejarse al aire libre en una superficie llana y sombreada. Si se humedecen periódicamente, se conservan durante días.
Si no se pretende aprovechar el césped, se puede eliminar con un tratamiento herbicida a base de glifosato (a veces, el profundo sistema radical de las plantas herbáceas hace que vuelvan a brotar incluso después de la extirpación; en este caso hay que proceder a un nuevo tratamiento). A continuación, el césped eliminado debe subdividirse en terrones y rociarse con fertilizante o estiércol entre las capas. Una vez descompuesto, puede utilizarse como compost para el huerto o los parterres.

Al sembrar el césped, todas las labores de preparación deberán efectuarse con cuidado y regularidad. El césped de la fotografía no es uniforme debido a una siembra y una fertilización inadecuadas (AV)
EL TRABAJO EN PROFUNDIDAD
Después de la limpieza, es necesario decidir la superficie que se desea cultivar y calcular la aportación de tierra necesaria para alcanzar la configuración prevista.
La tierra aportada debe ser de una calidad adecuada para el cultivo agrario y se utilizará para tapar los agujeros o realizar nivelaciones. A continuación habrá que remover el suelo y restaurar una estructura grumosa con la intención de crear buenas condiciones para el desarrollo de las plantas. El trabajo del suelo debe efectuarse a una profundidad de 25 cm si presenta una buena estructura, pero si es la primera vez que se planta un césped en ese lugar se recomienda llegar a una profundidad de al menos 40 cm, que garantiza una buena vegetación y buenas reacciones a los factores meteorológicos desfavorables.
Si la intención es preparar el terreno para los céspedes de uso deportivo, debe trabajarse al menos a 50 cm para garantizar su durabilidad y eficiencia. En el caso de suelos muy compactos y abundantes precipitaciones que dejan presagiar riesgos de estancamiento hídrico, es preferible llegar hasta 60 cm.
El trabajo consiste en cortar verticalmente el suelo, desmenuzarlo y mezclar de nuevo los terrones para conseguir porciones de tierra cada vez más pequeñas y coherentes.
Para ello se pueden utilizar rastros, fresas o binadoras giratorias. Para que el terreno no se hunda de inmediato, hay que evitar el paso de máquinas muy pesadas, que pueden crear nuevas irregularidades en la estructura y cohesión del suelo.

El análisis del subsuelo y del suelo es fundamental antes de realizar la siembra del césped (MAP/A)
LA REGULACIÓN DEL AGUA
Durante la fase de preparación del césped, hay que pensar en la regulación del agua en el suelo mediante sistemas de drenaje.
Es necesario prever un dispositivo en profundidad y en la superficie. El rápido alejamiento del agua sobrante permite que las plantas se desarrollen en mejores condiciones y evita los riesgos de saturación y asfixia. La asfixia de las raíces debilita las plantas, lo que provoca una rarefacción de la hierba y un deterioro del estado del césped, así como la aparición de zonas hundidas y estancamientos superficiales. La presencia de agua en el suelo también tiene repercusiones negativas en el césped, que pierde densidad, de forma que los terrones se levantan con mayor facilidad. Para favorecer la salida del agua en zonas profundas se puede mejorar la estructura del suelo mediante una corrección granulométrica, aumentando el porcentaje de arena e instalando en profundidad, a un nivel fácil de alcanzar para el agua (de 50 a 60 cm aproximadamente), estructuras de desagüe denominadas drenes.
El agua se desplaza en el césped en el sentido horizontal por escorrentía y en el sentido vertical por infiltración. Para un eficaz sistema de drenaje, los dos movimientos deben efectuarse simultáneamente.
_ El drenaje vertical: con este sistema se utilizan conductos para la recogida de aguas situados a unos 50 cm de profundidad (según la constitución del suelo) y ubicados en capas muy permeables con el fin de poder recoger con la máxima facilidad el agua de infiltración.
_ El drenaje horizontal: se obtiene calculando las pendientes del suelo hacia los laterales del césped o del jardín, donde pueden situarse pequeños canales de desagüe de las aguas pluviales.
_ El drenaje combinado: resulta muy eficaz, sobre todo para los céspedes de tipo deportivo o para los utilizados de forma muy intensiva. Este sistema juega con los dos tipos de desplazamiento del agua (horizontal y vertical); se asegura a la vez por la estructura del suelo y por drenajes profundos, formando una red densa, a cuadros o a rombos, con una pendiente que va del centro del césped hacia los bordes exteriores.
Con la idea de optimizar el reflujo hídrico, es importante prever durante la construcción o la nivelación unas pendientes capaces de facilitar el desagüe de la superficie. Los sistemas tradicionales a base de caballones, constituyen en cualquier caso medios eficaces de drenaje.
EL ABONADO DE FONDO
Si queremos que el suelo de nuestro jardín tenga buenas reservas minerales y sea fértil, no debemos olvidar, durante la fase de trabajo inicial del suelo, extender un buen abono de fondo, compuesto por fertilizantes de liberación lenta, y aportar una buena cantidad de materiales nutrientes.
Este tratamiento de fondo debe efectuarse con abonos compuestos de nitrógeno, fósforo y potasio. Las dosis dependerán del estado del suelo, determinado mediante un análisis químico.
Para la buena fertilización de fondo de un suelo agrario, en condiciones normales, las dosis óptimas son:
– abono orgánico: de 2.000 a 5.000 kg/ha (es decir, de 2 a 5 kg/10 m2);
– superfosfato mineral: de 200 a 650 kg/ha;
– sulfato de potasio: de 150 a 400 kg/ha.
Las especies cespitosas precisan un pH de entre 5,5 y 7,7 aunque prefieren los suelos ligeramente ácidos. Es posible aumentar o disminuir el pH de un suelo, si no corresponde a los valores óptimos, mediante sustancias correctoras presentes en los fertilizantes, de reacción ácida o alcalina en función de las necesidades.
LOS CÉSPEDES DE USO DEPORTIVO
Los céspedes de los terrenos deportivos y de juego son de tipo técnico. Ello significa que son aún más artificiales o elaborados que los céspedes clásicos u ornamentales. La combinación de los tres factores (suelo, clima y especie vegetal) debe ser perfecta para que pueda soportar una actividad constante e intensiva. Es imprescindible garantizar un desarrollo eficaz de las plantas cespitosas aportando suficientes elementos nutritivos, asegurando un buen drenaje, incluso en caso de lluvias particularmente abundantes, y resembrando o reparando el césped. Desde hace algún tiempo, en el ámbito deportivo se aplica una ciencia del césped, basada en principios de física y química del suelo y de fisiología de las plantas. Gracias a ella ha sido posible crear ciertos sistemas de creación de césped, algunos de los cuales se han patentado. Los estadios de fútbol, béisbol u otros deportes no se realizan sobre suelos agrarios de origen sino sobre capas de mezclas de arena dotadas de instalaciones subterráneas de drenaje, irrigación y calefacción que han requerido la adopción de métodos sumamente sofisticados y tecnológicamente avanzados. No entraremos en detalles, pero si el lector se interesa por este tema puede consultar obras especializadas. No obstante, lo que hemos explicado en esta obra debería permitirle realizar excelentes céspedes ornamentales que también puedan utilizarse para el deporte.

ACONDICIONAMIENTO DE LA SUPERFICIE Y ACABADOS
Estas intervenciones deben realizarse con gran precisión. Recomendamos el uso de pequeñas máquinas o el trabajo manual si la superficie es reducida. De todos modos, hay que evitar pisotear y comprimir la superficie que acogerá las plantas. Para jardines pequeños, es posible indicar los niveles con un hilo tensado a la altura del plano deseado o con un nivel ubicado en un eje situado a la altura deseada. Los desplazamientos de volúmenes de tierra, para crear abultamientos, nivelaciones u otros relieves, deben efectuarse con una pala mecánica cuando el volumen es muy importante, o con una pala en los jardines pequeños.
Cuando los espacios disponibles son reducidos, trataremos de obtener la mayor superficie plana posible para aprovechar al máximo el espacio que rodea la casa. Al finalizar los trabajos, la superficie debe estar bien nivelada y finamente triturada, además de haber sido sometida a un apisonamiento moderado para garantizar una buena cohesión del suelo.
Para obtener este resultado, las últimas pasadas sobre el suelo deben efectuarse con fresas cuya velocidad de rotación media de las hojas o discos sea mediana, o bien con un rastro o un rastrillo. Por último, un rodillo permite poder dar coherencia a las partículas de superficie pero también la blandura suficiente para que puedan acoger las semillas.
Dependiendo de si el césped está destinado a un uso más o menos intensivo, el suelo podrá ser objeto de diferentes correcciones: aportación de tierra de jardín, materias orgánicas y arena. Cuando se planta un césped ornamental para un jardín destinado a un uso normal, es preciso prever una aportación de 10 cm/m2 (es decir, de 10 l/m2) de arena y materiales volcánicos inertes y 1 cm/m2 (1 l/m2) bien de turba o bien de materia orgánica.
En cuanto a la cantidad de aportación de tierra de jardín, el cálculo se realiza sobre la base de una capa de al menos unos 35 cm de tierra de calidad sobre la totalidad de la superficie.

Siembra complementaria para aumentar la densidad y resistencia del césped (MAP/NP)
Para recubrir con césped la superficie de un terreno ya preparado de forma adecuada, se pueden utilizar dos métodos: la siembra (operación muy común, pero delicada) o la colocación de placas de hierba, previamente cultivadas en un vivero especializado. Este último sistema resulta sumamente válido y se está haciendo muy popular.
El mejor periodo para la siembra viene indicado por varios factores:
– las temperaturas óptimas para la germinación, que, en las microtermas (las gramíneas adaptadas a los climas templados y frescos), están comprendidas entre los 13 y los 25 °C;
– la competencia mínima con otras plantas, en nuestro caso las antagonistas;
– la falta de semillas de malas hierbas;
– la disponibilidad de agua.
Podemos decir que en la mayoría de nuestras regiones climáticas la siembra puede efectuarse de finales de marzo a mediados de octubre. No obstante, para los céspedes ornamentales y deportivos, recomendamos sembrar, a ser posible, en otoño. En superficies amplias, se realiza una siembra mecánica; sólo se practica la siembra manual en las pequeñas superficies, con pases cruzados. Para mejorar la uniformidad de la distribución de las semillas, se recomienda mezclar la semilla con arena a partes iguales.
El segundo método es la instalación de tepes o césped en placas o en rollos. Este sistema tiene efecto inmediato y los riesgos de aparición de malas hierbas son reducidos.
Este sistema, importado de Estados Unidos, da excelentes resultados, tiene un efecto inmediato y presenta menos riesgos en lo referente a las plantas infestantes. Se practica en muchos países, y en España se está difundiendo tanto para céspedes ornamentales como para campos de deporte.
Al crear un césped con rollos de hierba, se transforma inmediatamente un suelo desnudo en una superficie verde. Además, el césped está estabilizado y es autosuficiente al cabo de tres semanas, mientras que un césped tradicional requiere de tres a cuatro meses para conseguirlo.
Las placas tienen un espesor de entre 4 y 5 cm, con raíces densas y varios centímetros de tierra blanda bien adherida a las raíces. Deben colocarse horas después de retirarse de su tierra de producción, como máximo treinta y seis horas si el lugar de almacenamiento no está bien climatizado. Deben instalarse en una mezcla de tierra y arena, húmeda y rica en materias orgánicas. Una ligera presión garantiza un buen contacto entre las placas y el suelo.
Una vez terminada la instalación, se pasará el rodillo y se llenarán los huecos entre cepellones con una mezcla de arena y turba para favorecer el desarrollo de las raíces.
Durante diez días será necesario regar con regularidad.

Aunque este procedimiento todavía es poco conocido, la colocación de tepes de césped da excelentes resultados (MAP/D)
VENTAJAS E INCONVENIENTES DE LOS DOS MÉTODOS
Siembra
_ desarrollo vegetativo lento;
_ amplia diversidad de variedades de especies cespitosas;
_ riesgos de aparición de malas hierbas al principio;
_ posible erosión del suelo y riesgo de destrucción de la sementera a causa de las lluvias;
_ coste de partida limitado, pero gastos de mantenimiento que pueden aumentar después;
_ necesidad de riego constante y regular durante muchos meses.
Colocación de césped en rollos o placas
_ desarrollo vegetativo rápido;
_ malas hierbas poco frecuentes al principio;
_ ausencia de movimiento del suelo y de erosión de superficie en caso de lluvia;
_ coste de instalación elevado pero gastos de mantenimiento más limitados;
_ riego constante durante unas semanas;
_ número limitado de variedades disponibles.

Colocación de tepes, procedimiento que se puede utilizar en cualquier momento del año. Después de la colocación hay que presionar las raíces para que se adhieran bien a la tierra (a la derecha, MAP/F; a la izquierda, MAP/A)
Las características estéticas de los céspedes pueden ayudarnos a evaluar su estado de salud, la eficacia del mantenimiento y el desarrollo de las especies que lo constituyen. Algunas características son:
_ El color: representa un indicio importante para evaluar el estado de salud y nutrición de un césped y permite determinar si el sistema de corte resulta adecuado. Varía según las estaciones.
_ La elasticidad: es la capacidad de las hojas de hierba para volver a levantarse después de someterse a presión.
_ La resistencia: es la capacidad de la hierba para soportar el pisoteo o el desgaste.
_ La uniformidad: es el aspecto regular de la superficie. Es un criterio de calidad imprescindible para los céspedes deportivos y ornamentales.
_ La densidad: es el número de plantas por metro cuadrado, pero lo importante es el carácter tupido de las hojas.
Si hemos tomado decisiones acertadas al diseñar y crear el césped y al seleccionar las especies cespitosas, todas estas condiciones deberían estar reunidas de forma natural. Pero el césped sólo conservará estas características si las operaciones de mantenimiento se efectúan con eficacia y en el momento adecuado. Un mantenimiento regular es imprescindible, y consiste en trabajos periódicos de siega, riego, fertilización y resiembra. A estas intervenciones periódicas hay que añadir ciertas operaciones de mantenimiento excepcionales. Se trata de la aplicación de fitosanitarios, el enarenado, la ventilación, la regeneración y la sustitución de las partes deterioradas de la alfombra de hierba.

Siega realizada siguiendo los contornos del arriate para darle al césped un aspecto impecable y resaltar las flores (MAP/NP)
La siega es la operación que requiere mayor tiempo y atención ya que, si se efectúa de forma demasiado rápida y negligente, la calidad y la salud del césped pueden resentirse. Cuando se siega un césped, se regula la altura de las hojas y los tallos, lo cual provoca una reacción de desarrollo y la reanudación vegetativa normal. Si se siega mal, se provocan situaciones de estrés que dan lugar al marchitamiento de los brotes y a la presencia de superficies desnudas en el césped.
La siega tiene repercusiones en los siguientes factores vegetativos:
– desarrollo de brotes;
– desarrollo de raíces;
– densidad del césped;
– profundidad de las raíces;
– presencia de malas hierbas;
– valor estético.
Cuando se siega un césped nunca hay que cortar más de un tercio de la longitud de la brizna en cada pasada. Para las especies más rústicas, se siega una longitud del 50 %.
Si la siega es más drástica provocaremos numerosos daños en las alfombras herbosas, desde un simple debilitamiento hasta la muerte de las plantas, en los periodos más calurosos.

La siega del césped debe realizarse periódicamente y con cuidado. Es una operación que lo hace más fuerte y tupido (MAP/NP)

Siega realizada mediante una máquina helicoidal con propulsión manual (MAP/NP)
Las siegas frecuentes permiten obtener una hierba tupida, mejoran el aspecto estético y refuerzan las plantas. En lo que respecta a los céspedes ornamentales, se tiende a limitar el número de pasadas del cortacéspedes, mientras que en los terrenos deportivos (fútbol, béisbol o golf) resulta imprescindible proceder a una siega regular; si es necesario, varias veces por semana.
Existen distintos tipos de cortacéspedes: los giratorios son los más difundidos, mientras que las máquinas helicoidales son utilizadas sobre todo en medios profesionales. La técnica giratoria, que se puede utilizar para cualquier tipo de césped, es la más difundida porque la mayoría de los cortacéspedes están provistos de una hoja giratoria. Por otra parte, actualmente son las máquinas más asequibles del mercado. Este tipo de máquina posee gran resistencia mecánica y, aunque no siega de forma muy precisa, corta la hierba a la altura deseada. No obstante, presenta algunos inconvenientes: la hoja no efectúa un corte neto. La parte de la hoja que se ha deshilachado adquiere un color amarillo que influye, por lo tanto, en la coloración del césped.
El sistema de siega helicoidal es mejor que el anterior. Las máquinas de este tipo se comercializan desde hace tiempo pero únicamente son conocidas por los profesionales. Este método permite cortar la hierba de forma limpia y lineal, lo cual garantiza una mejor cicatrización de la lesión y por lo tanto una mejor defensa contra las plagas. El césped no adquiere un color amarillento, lo que es una ventaja desde el punto de vista estético.
El sistema helicoidal está formado por una serie de hojas montadas en un cilindro que, al girar, llevan la hierba entre la hoja y una barra exterior denominada contrahoja y la cortan limpiamente como lo harían unas tijeras. Los cilindros pueden ser de dos a cinco (e incluso más para los grandes campos de golf) y cubren una amplia superficie.
|
NÚMERO DE SIEGAS AL AÑO SEGÚN EL TIPO DE CÉSPED |
||
|
Tipo de césped |
Número de siegas al año |
Altura de siega (cm) |
|
Césped rústico |
2-6 |
5-8 |
|
Césped ornamental clásico (parque) |
5-15 |
3-4,5 |
|
Césped ornamental fino |
20-35 |
1,5-2,5 |
|
Césped para campo deportivo |
25-40 |
2-4 |

Escarda y eliminación del fieltro mediante una herramienta que realiza un escarificado (MAP/NP)

Resultado de la intervención (MAP/NP)
Al final de la siega, siempre debe recogerse la hierba y transportarse a un vertedero o colocarse en un recipiente para hacer compost. Se puede dejar donde está cuando es fina y corta y, cuando el clima es muy caluroso, para frenar la transpiración. Al retirar la hierba, se evita la formación de un espeso fieltro vegetal que impide la ventilación de la capa superior del césped y puede provocar la aparición de hongos.
Con el tiempo, después de siegas reiteradas, se forma bajo el nivel del cuello de la raíz de las plantitas de hierba una capa de depósito de materiales vegetales (hojas, rizomas y estolones) en descomposición. Esta capa de depósito se denomina fieltro, y su espesor varía de unos milímetros a uno o dos centímetros. Esta acumulación de vegetales adquiere un color marrón y puede compactarse hasta el punto de transformarse en un verdadero tejido de fieltro que cubre el suelo.
Para eliminar esta capa vegetal hay que realizar un escarificado del césped, también denominado verticut. Esta operación es efectuada por una máquina dotada de rodillos con cuchillas verticales, simples o dobles, regulada según la altura del fieltro y cuya función es sacar a la superficie gran parte del depósito vegetal en descomposición. El escarificado del césped se denomina asimismo siega vertical. También se puede efectuar manualmente con herramientas similares a rastrillos, especies de zarpas provistas de dientes afilados que llevan a cabo en el césped unas incisiones verticales. No se efectúa escarificación mientras el césped es amarillo, pero a partir del segundo o tercer año es prácticamente imprescindible proceder a dicha intervención.
Para favorecer un desarrollo regular y garantizar la buena salud del césped, es necesario proporcionarle de forma permanente elementos nutritivos para reintegrar las sustancias consumidas, diseminadas en el suelo o eliminadas.
Un abono mineral completo tiene nitrógeno, fósforo y potasio (los macroelementos básicos), y oligoelementos como hierro, manganeso, magnesio y boro, entre otros, necesarios en menor cantidad.
El suelo, natural o reconstituido, tiene una fertilidad propia que se relaciona con el nivel de minerales y materia orgánica, y con la actividad biológica, que debe asegurarse al crear el césped. Todos estos elementos están destinados a disminuir con el tiempo.
El desarrollo del césped y las siegas continuadas, así como la meteorología, empobrecen poco a poco la reserva de partida. Por tanto, los nutrientes deben completarse según estos factores:
– producción de hierba que se eliminará;
– humedad del suelo;
– reservas y estabilización del suelo y necesidades de la microfauna (flora bacteriana).
No hay una receta universal aplicable a todos los céspedes. La fertilización debe responder a las necesidades específicas del césped y de la vegetación, y el tiempo y el material de que dispone el jardinero. Resulta esencial efectuar una fertilización equilibrada, es decir, repartir el abono en dosis apropiadas, correspondientes a las necesidades reales del césped y a las capacidades de absorción de las plantas. Ello significa que la fertilización varía en función de las estaciones.

Fertilización manual y delimitada (MAP/D)
|
TIPOS DE ABONO Y NÚMERO DE INTERVENCIONES |
||||
|
|
Primavera |
Verano |
Otoño |
Invierno |
|
tipo de abono fórmula N – P – K |
30-10-20 o bien 30-10-10 |
15-15-15 o bien 10-20-30 |
20-10-20 |
30-10-20 |
|
césped ornamental |
1 (mayo) |
1 (finales de junio) |
1 (septiembre) |
1 (mediados de marzo) |
|
césped fino ornamental |
2 (abril y mayo) |
1 (junio) |
2 (septiembre y mediados de noviembre) |
1 (mediados de marzo) |
|
césped de uso deportivo |
2 (abril y mayo) |
2 (junio y julio) |
2 (septiembre y octubre) |
1 (marzo) |
|
NOTA: Las indicaciones dadas en la tabla son válidas para los céspedes situados en regiones templadas con diferencias térmicas importantes entre el verano y el invierno, y formados por una mezcla de especies macrotermas y microtermas que crecen en suelos de textura media, con arena y turba. La aportación de abono siempre debe asociarse con un buen riego. |
||||
¿CUÁNDO ES NECESARIO ABONAR?
Para determinar el momento adecuado en el que proceder a la fertilización, hay que tener en cuenta los siguientes parámetros:
– el ritmo de crecimiento vegetativo de la planta: partes aéreas (cañas y hojas) y raíces;
– las temperaturas mínimas y máximas que regulan la asimilación de las raíces.
El desarrollo vegetal de las láminas foliares de la planta se reanuda en el mes de marzo y la curva de crecimiento culmina en mayo, momento en el que se alcanza el más alto grado de desarrollo. Durante este periodo, el césped debe contar con abonos que favorezcan el arranque vegetativo y la continuación del crecimiento (en mayo y junio) para satisfacer las necesidades elevadas de elementos nutritivos relacionadas con la formación de cañas y hojas. Por consiguiente, en los meses de marzo, abril y mayo, hay que realizar una fertilización abundante con porcentajes elevados de nitrógeno, que es el elemento más beneficioso para el desarrollo de la vegetación.
En julio y agosto el césped frena su desarrollo, que se reanuda a finales de agosto y principios de septiembre. Durante este periodo es imprescindible que el césped disponga de reservas nutritivas. El crecimiento de las raíces sigue la misma evolución que el de las hojas, pero es más lento. Este crecimiento estival es menos vigoroso que el de la primavera, cuando la vitalidad de la planta alcanza todo su apogeo.
Por lo tanto, la primavera es el periodo más importante para el desarrollo del césped ornamental. También es así en el caso de los céspedes deportivos, sometidos a un uso intensivo y a un gran desgaste durante el periodo invernal, en el que tienen lugar las actividades deportivas.
A finales del otoño hay que aportar abonos de liberación lenta, que estarán disponibles para las plantas a comienzos de la primavera. A continuación, durante la primavera, también será necesario fertilizar.
Para sostener las especies herbáceas de crecimiento estival, también es esencial fertilizar en mayo y junio y en agosto y septiembre. Es el desarrollo de las especies estivales el que garantizará un verde intenso durante el verano.
|
NECESIDADES ANUALES DE MINERALES SEGÚN LOS TIPOS DE CÉSPED (g/m2) |
|||
|
|
N (nitrógeno) |
P2O5 (anhídrido fosfórico) |
K2 (óxido de potasio) |
|
Césped rústico |
10-15 |
5 |
8 |
|
Césped ornamental |
15-20 |
8-10 |
2 |
|
Césped ornamental fino |
20-25 |
8-10 |
2 |
|
Césped de uso deportivo de exigencia media |
20-28 |
8-12 |
3 |
|
Césped de uso deportivo exigente |
25-35 |
10-14 |
4 |
|
Césped de uso deportivo muy exigente |
30-40 |
12-16 |
5 |
|
NECESIDADES DE MINERALES DE LAS PRINCIPALES ESPECIES USADAS PARA CÉSPEDES ORNAMENTALES Y DE USO DEPORTIVO |
|||
|
|
Necesidades bajas |
Necesidades medias |
Necesidades elevadas |
|
N |
Festuca arundinacea Festuca ovina Poa nemoralis Poa trivialis |
Agrostis tenuis Festuca rubra commutata Festuca rubra rubra Zoysia japonica |
Agrostis stolonifera Lolium perenne Poa pratensis |
|
P |
Festuca ovina Poa nemoralis Poa trivialis |
Festuca rubra commutata Festuca rubra rubra Poa pratensis |
Agrostis stolonifera Agrostis tenuis Lolium perenne |
|
K |
Agrostis tenuis Festuca ovina |
Festuca rubra Poa pratensis |
Agrostis stolonifera Lolium perenne |
El uso normal de los céspedes lleva al terreno a comprimirse bajo el peso de quienes caminan sobre él. Para limitar este fenómeno de compresión del suelo, es necesario añadirle una buena cantidad de arena al realizar el césped. La arena, aunque se comprima, conlleva siempre porosidad, ya que sus partículas son más gruesas que las del limo o la arcilla. Un remedio eficaz puede ser la práctica de la ventilación, una operación que, a medida que se realiza, el suelo mejora y favorece la penetración del aire.
Para mejorar el césped del jardín, se airea el suelo utilizando instrumentos simples y practicando orificios en el césped con una horca de tres o cuatro púas en toda la superficie, o caminando con un calzado especial dotado de suelas de hierro y de puntas que penetran en el suelo.
En grandes superficies se efectúa la ventilación del suelo mediante la extracción de testigos, que consiste en practicar orificios en el suelo y recoger pequeños cilindros de tierra de una altura de entre 5 y 12 cm. Para esta operación se utilizan aireadores mecánicos, con un rodillo giratorio que se clava en el suelo a intervalos regulares. La recogida de una parte del suelo y el llenado de los orificios así creados, con arena o una mezcla de arena y turba (con una proporción del 80 al 90 % de arena y del 20 al 10 % de turba), permiten devolverle al suelo un porcentaje más elevado de macroporos. La ventilación tiene efectos beneficiosos en el césped, ya que favorece el crecimiento y la extensión de las raíces; mejora la actividad microbiológica y la asimilación de la materia orgánica en el suelo; además, permite una mejor penetración del agua y una mayor permeabilidad del suelo, evitando el estancamiento de agua en la superficie; por último, evita la asfixia de las raíces y disminuye su sensibilidad a las enfermedades criptogámicas. El espesor del suelo que debe perforarse depende del desarrollo de las raíces y del apisonamiento, del contenido de arcilla y de la capa de fieltro. Las raíces se desarrollan en una capa de una altura aproximada de 10 a 15 cm. Por tanto, basta con practicar orificios a esa profundidad.
El mejor momento es el de la reanudación vegetativa: entre marzo y abril; y en otoño, en septiembre u octubre; los efectos de esta última ventilación se sumarán a los de las heladas invernales, y después del deshielo mejorará la macroporosidad del suelo. Se recomienda efectuar dos intervenciones (en primavera y otoño) para ventilar los céspedes ornamentales de los jardines y parques, mientras que para los céspedes de uso deportivo así como para todos aquellos sometidos a un uso particularmente intensivo, hay que proceder a esta intervención varias veces al año, al menos una vez por temporada.

Aireación del césped mediante extracción de testigos en un césped de uso deportivo (AV)

Aireación realizada mediante un calzado con suela de hierro provista de tacos (MAP/NP)
Para compensar los huecos creados por los orificios realizados con la horca o la extracción de testigos se efectúa una operación de enarenado (o top dressing), es decir, la distribución de arena silícea de río tamizada y lavada. Esta operación se puede efectuar sin aireación previa, ya que tiene el objetivo de poder aumentar el porcentaje de arena en la capa superficial del suelo, favorecer la permeabilidad y aclarar la capa de fieltro vegetal.
Además, gracias a esta adición de arena es posible mejorar la configuración y nivelación de la superficie del césped en los lugares en que se han formado hondonadas o surcos y aumentar las capacidades de drenaje.
Esta operación, que no presenta dificultades técnicas particulares, permite mejorar el estado de los céspedes ornamentales y de uso deportivo, y resolver cierto número de problemas relacionados con su mantenimiento. El enarenado anual también es beneficioso en los jardines pequeños donde el césped se utiliza, sobre todo, desde el punto de vista estético. Para ello es necesario escoger arena que posea las siguientes características:
– granulometría entre 0,2 y 1 mm;
– nivel de cal (CaCo3) muy bajo, inferior al 5 %;
– pH similar al del suelo;
– arena bien lavada de la que se han eliminado completamente el limo y la arcilla.
Se extenderá de manera uniforme en toda la superficie una capa de medio centímetro de arena al menos, y luego se pasará el rastrillo para favorecer la penetración en profundidad. El enarenado mejora visiblemente el estado del césped. Además, su aplicación es beneficiosa para todos los tipos de césped.

Adición de arena para mejorar la porosidad y la estructura del césped (MAP/NP)
Las plantas cespitosas son vivaces, pero al cabo de algún tiempo pierden su vigor y empiezan a formar matas gruesas. Por ello hay que prever, cada tres años, una renovación progresiva de las plantas que conforman el césped.
Por lo tanto, paralelamente a las operaciones de mantenimiento como el escarificado y el enarenado habrá que proceder a una resiembra destinada a renovar la vegetación del césped y a llenar eventuales huecos en el césped. La resiembra se efectúa al mismo tiempo que el enarenado, ya que la simiente debe recubrirse y protegerse con arena o turba para evitar que la disperse el viento y ayudarla a germinar. Recomendamos sembrar de 15 a 20 gramos de semillas por metro cuadrado de césped. Las semillas usadas para renovar el césped deben ser las mismas que se emplearon al crearlo. Para los céspedes con un uso muy intensivo, se podrán escoger las siguientes dosificaciones: un tercio de Lolium perenne, un tercio de Poa pratensis y un tercio de Festuca. Si la hierba presenta graves defectos de desarrollo no conviene proceder a arreglos mediante resiembra, sino quitar la hierba y eliminar todo el césped antes de crear uno nuevo.

Paso del rodillo para eliminar cualquier desnivel (MAP/NP)

El mantenimiento del césped consiste en algunas intervenciones planificadas y otras ocasionales, realizadas en momentos de descanso (MAP/NP)
El riego es una de las operaciones de mantenimiento del césped más comunes y frecuentes durante el periodo que se extiende desde la primavera hasta mediados del otoño. No se excluye que en invierno también sea necesario regar algunos céspedes ornamentales, ya que en las regiones cálidas o templadas algunos inviernos pueden ser muy soleados, lo que puede provocar una germinación precoz del césped. En tal caso, hay que intervenir para responder a las necesidades de las jóvenes plantas, para flexibilizar el suelo y eliminar las costras de tierra que se han formado en la superficie. El riego tiene el objetivo de aportar a la capa superficial del suelo la cantidad de agua que se ha perdido por asimilación y transpiración de las plantas herbáceas, para que el terreno conserve el grado de humedad necesario y un buen estado estructural. El agua está presente en el suelo en cantidades suficientes, salvo en ciertas regiones más secas o durante las estaciones particularmente calurosas. No obstante, la mayoría de los céspedes ornamentales están forzados, llevados al límite, para que la vegetación sea muy densa y resulte lo más agradable posible a la vista. Para obtener este efecto, es necesario proceder a riegos y fertilizaciones que permitan a las plantas ir más allá de lo que las condiciones naturales del lugar permitirían. Por ello, hay que lograr que las plantas aprovechen al máximo el agua disponible facilitando su movimiento ascendente por capilaridad y favoreciendo la constitución de reservas hídricas en el suelo, gracias a la mejora del terreno.
Aunque no lo parezca, el riego de un césped es un trabajo delicado y representa un arma de doble filo. En efecto, el agua favorece el desarrollo de las especies cespitosas, hace a la hierba más tupida e intensifica la coloración y la robustez general de la planta, de las hojas a las raíces, pero también tiene efectos benéficos en las malas hierbas, esos huéspedes indeseables de nuestros jardines. Además, el agua sobrante provoca el desarrollo de hongos a finales del verano y en otoño. Hay que tener en cuenta que la presencia de malas hierbas en los céspedes ornamentales y de uso deportivo se ve favorecida a menudo por la realización inapropiada del riego.
UN AGUA DE BUENA CALIDAD
Para el riego de jardines y huertos suele utilizarse agua potable. Por desgracia, no es una práctica recomendable en todos los casos, ya que en muchas regiones contiene cloro, elemento perjudicial para las plantas, y carbonato de calcio (cal), que estropea los sistemas de riego. Siempre hay que decantar el agua, de manera que se produzca una sedimentación de la cal, y el cloro se evapore por calentamiento.
Para los céspedes ornamentales de grandes dimensiones, se recomienda prever un estanque de recogida de aguas de lluvia que proporcione la cantidad suficiente y no nos haga depender de la red colectiva de distribución.
La cantidad de sales disueltas en el agua puede variar dentro de límites comprendidos entre 100 y 1.500 ppm (partes por millón). Un nivel de sales solubles superior a 2.000 ppm puede provocar graves daños en el césped.
¿CUÁNDO ES NECESARIO REGAR?
Cuando sobrevienen los primeros calores del final de la primavera y el comienzo del verano, en el momento en que se puede esperar un estrés o marchitamiento de la vegetación, el jardinero se siente tentado a menudo de aportar mayores cantidades de agua o, algo peor, regar con frecuencia pero en pequeñas cantidades, lo que favorece el desarrollo de las malas hierbas macrotermas (con temperatura mínima de germinación de unos 20 °C).
Para un buen riego es conveniente tener en cuenta los siguientes factores:
– un suelo compuesto de mayor cantidad de arena necesita más agua que un suelo limoso y arcilloso, ya que la arena es un filtro mejor;
– la situación geográfica y el clima resultan fundamentales (número de precipitaciones medias anuales);
– el uso del césped;
– el riego resulta necesario cuando el verde es demasiado claro o si quedan huellas en la alfombra herbosa.
En las zonas del litoral mediterráneo, las precipitaciones no son suficientes para satisfacer las necesidades de los céspedes ornamentales y, en particular, los de uso deportivo. La dosis media diaria para una alfombra de hierba es de 3 a 4 l/m2. Varía a lo largo del año, pasando de 1 o 2 l en primavera y otoño a 5 o 7 l en verano. En cuanto a los céspedes de uso deportivo y ornamentales, se considera que una administración de agua entre 10 y 20 l/m2 en un intervalo de entre 3 y 6 días es óptimo, teniendo en cuenta las condiciones climáticas, la naturaleza del terreno y su utilización. Los mejores momentos para regar son las horas menos calurosas pero con cierta luminosidad; una intensa insolación y la presencia de viento limitan la eficacia del riego, debido a la transpiración y la dispersión del agua. Se recomienda regar durante la mañana y a última hora de la tarde mejor que por la noche, puesto que de noche las plantas beben poco porque necesitan luz para estar activas. Por último, para regar correctamente un césped deben respetarse tres criterios:
– la distribución de cantidades iguales de agua en toda la superficie;
– la cobertura total del césped, sin dejar partes secas;
– las intervenciones diferenciadas según las posibilidades de transpiración y evaporación (zonas soleadas o sombreadas), y permeabilidad (zonas arenosas o arcillosas).
Las técnicas de riego manuales y automáticas son equivalentes. En la actualidad, los sistemas de riego automático son cada vez más habituales, incluso en jardines privados. Las más adecuadas son las instalaciones fijas automáticas, programadas para una distribución controlada, mientras que los sistemas de riego mediante conductos con irrigadores de chorro de agua oscilante o de pulsaciones son también útiles pero dejan unas zonas empapadas y otras secas, con disparidades muy evidentes. Para el césped, el sistema de riego más adecuado es un riego en lluvia, con un agua finamente pulverizada por aspersores. En algunos casos, el riego puede resultar desaconsejable: si la superficie del césped está seca en 2 o 3 cm, no es grave, puesto que una hierba con una mínima falta de agua se encuentra menos sometida a ciertos problemas (enfermedades de las raíces, malas hierbas, etc.). Muchos jardines han tenido problemas en los árboles, en particular las coníferas, como los cedros, los tejos y los cipreses, a causa de un riego excesivo del césped. Nunca hay que regar de forma exagerada por querer que la hierba esté siempre verde. El color no es el único indicio de la buena salud de un césped; cambia según las estaciones y el ciclo vegetativo, y un tono más claro puede explicarse por otros motivos que no sean la falta de agua. Por último, no debemos olvidar que también la calidad del agua puede tener consecuencias positivas o negativas en el césped.

El riego restituye al suelo el agua perdida por asimilación y evapotranspiración (MAP/NP)
LAS PRINCIPALES MALAS HIERBAS
_ Dicotiledóneas (plantas de hojas anchas, vivaces): Agropyron repens, Bellis perennis, Capsella bursa pastoris, Cirsium arvense, Convolvulus arvensis, Euphorbia supina, Lamium sp., Lotus curniculatus, Oxalis sp., Plantago major, Portulaca oleracea, Ranunculus repens, Rumex acetosella, Taraxacum officinale, Trifolium sp., Veronica filiformis.
_ Monocotiledóneas (gramíneas anuales y vivaces): Digitaria sanguinalis, Panicum crusgalli, Poa annua, Setaria glauca (anuales); Agrorypon repens, Cynodon dactilon, Cyperus esculentum (vivaces).
La aplicación del herbicida depende del ciclo vegetativo anual de las adventicias:
– preventiva, al principio de la germinación de los plantones, en primavera;
– efectiva, cuando las plantas están en el ciclo vegetativo avanzado, en verano.
Además de no armonizar con el resto del césped, las malas hierbas modifican la densidad de las plantas y la configuración de la superficie. Al ser rústicas y muy competitivas (absorben grandes cantidades de sustancias nutritivas), comprometen la uniformidad del color y del aspecto del césped. Su presencia se explica sobre todo por errores cometidos al efectuar la plantación, en particular en lo que se refiere a la elección del periodo de siembra. También puede deberse al uso de una tierra que contenía raíces de malas hierbas, al uso de agua de riego procedente de canales agrícolas o a la falta de mantenimiento periódico.
Es posible limitar su proliferación gracias a operaciones de siega, fertilización, riego y ventilación efectuadas en el momento adecuado. Sin embargo, en algunos casos es imprescindible recurrir a un herbicida químico para eliminarlas. En tal caso, por supuesto, será necesario demostrar la mayor prudencia y moderación.

El desherbado manual es una operación importante y beneficiosa para el medio (MAP/NP)
SECCIÓN DE UN CÉSPED ORNAMENTAL DE JARDÍN

Un jardín está compuesto por elementos ornamentales, árboles, arbustos, macizos de flores e instalaciones subterráneas
A. Sección del suelo con:
1. capa superficial rica en arena, mantillo, turba, y fertilizante
2. capa de soporte compuesta de arcilla, arena y grava
3. suelo original
B. Sección de drenaje compuesta de una capa de grava y un conducto perforado (B1) que recoge el agua sobrante
C. Aspersor regulado por electroválvula
D. Puntos de iluminación
E. Iluminación de las mejores zonas del jardín mediante un proyector de luz blanca
INTERVENCIONES ANUALES DE MANTENIMIENTO
