Motivado por haber terminado la fascinante carrera de Ingeniería Matemática en la Universidad Complutense de Madrid, en la cual he aprendido una infinidad de materias relacionadas con una disciplina socialmente considerada como ‘temeraria’ (y, en muchos casos, odiada) decidí ponerme a trabajar en unos artículos en los que se combinaran dos de mis hobbies favoritos. Hablo de mis adoradas matemáticas y del ajedrez. A este último le dedicaba de pequeño horas y horas (e incluso iba a mejorar mis habilidades en el antiguo Club de Ajedrez que se ubicaba a los pies del Estadio del Rayo Vallecano, en la Calle Payaso Fofó). Y sí, he llamado hobby a las matemáticas, no es un error. Si ya en el colegio me encantaban, en el grado de cuatro años terminaron de encandilarme.
Más allá de fórmulas incomprensibles que parece que han surgido de la nada se encuentran una infinitud de teoremas y de proposiciones que ayudan a implementar el pensamiento abstracto. En la carrera, al contrario de lo que la gente piense, no se enseña sólo a aplicar más y más formulas, o por lo menos no es lo más importante. Se nos instruye en comprender de dónde procede todo lo que se ha aprendido en nuestra vida académica en relación con las matemáticas, y entender de dónde vienen dichas fórmulas. ¿Acaso nadie se ha preguntado nunca para qué sirven las propiedades asociativa, conmutativa y distributiva que nos enseñan prácticamente desde que tenemos uso de la memoria? Resulta que son esenciales en el campo del Álgebra para definir los cuerpos, y en la Teoría de Ideales. ¿Ninguno se ha preguntado de dónde sale la fórmula de la Regla de la Cadena que nos enseñan en Bachiller para derivar funciones ‘raras’ como ? Pues tiene una demostración realmente “elegante” dentro del campo del Análisis Matemático. Podríamos seguir durante un buen rato mencionando casos similares a los dos anteriores, pero por ahí no van a tratar los próximos capítulos. Mi intención es abrirle los ojos a la gente para explicarles, con el máximo rigor posible, la estrecha relación que existe, aunque a algunos pueda parecerle que no, entre el ajedrez y las matemáticas.
Y es que incluso pueden enunciarse un buen número de teoremas, proposiciones y lemas, con todas sus demostraciones de situaciones orientadas al ajedrez con el mismo rigor y la misma ‘jerga’ matemática que nos enseñan cuando nos hablan, por ejemplo, del Teorema de Bolzano. Por ello, las próximas líneas están destinadas a los futuros matemáticos que estén en plena batalla contra una carrera nada sencilla o que estén en el instituto y quieran dedicar su vida académica a las matemáticas.
Aquí se hablará en mayor o menor medida de campos tan distantes entre sí como la geometría, el cálculo, la estadística, la modelización y programación matemática, los lenguajes de programación, la lógica… junto con todas las aplicaciones que todas ellas tienen en el ajedrez en diferentes aspectos. Esto puede darnos una idea de lo tremendamente relacionadas que están ambas disciplinas.