PRESENTACIÓN

La versión castellana de la BIBLIA DE JERUSALÉN, entre las versiones de las Sagradas Escrituras en nuestra lengua, tiene un sólido prestigio por la calidad de su traducción y por la profundidad de sus introducciones, notas y comentarios, de tal manera que es muy útil para la formación bíblica tanto de seminaristas, como de religiosos y laicos.

Por otra parte, la Editorial Desclée De Brouwer, S.A., la empresa editorial que publica la BIBLIA DE JERUSALÉN, que tiene su sede en Bilbao, España, siempre ha mantenido un doble interés pastoral: el de hacer ediciones populares, como la de letra grande para personas mayores, y el de acercarse a los católicos latinoamericanos; así, por ejemplo, con motivo de la celebración del V Centenario del inicio de la Evangelización de América, lanzó una Edición Conmemorativa, con el apoyo del Consejo Episcopal Latinoamericano —CELAM—, edición pastoral con «Guía de Lectura» y nuevas introducciones, entre ellas una de carácter bíblico-catequético realizada por el Instituto Teológico-Pastoral del CELAM.

Ahora ha querido dar un paso más y es el de preparar una versión latinoamericana, con un lenguaje más adaptado a nuestra manera de hablar el castellano, sin perder el toque de elegancia ni la precisión terminológica, y sin caer en los particularismos de una determinada región del subcontinente y para eso ha escogido a Bogotá, en donde ha habido una larga tradición de buen castellano.

La persona escogida por la editorial para preparar esta nueva versión es el Padre Enrique Castillo Corrales, quien fue secretario adjunto del CELAM (1984-1989) y, por lo mismo, conocedor de América Latina; actualmente es el párroco de Santa Bárbara, en Bogotá, y colabora en la Curia Arquidiocesana. Con el Padre Castillo han trabajado dos equipos, uno en México y otro en España.

La Editorial ha presentado a la Conferencia Episcopal de Colombia la solicitud de aprobación de esta versión latinoamericana y el pasado primero de diciembre, después de conocer el parecer de un perito designado, ha obtenido de la misma Conferencia Episcopal Colombiana la autorización correspondiente, por lo cual, como Arzobispo de Bogotá, concedo gustoso el Imprimatur.

El Señor Jesucristo bendiga este esfuerzo que ayudará, sin duda, a la Nueva Evangelización en América Latina para «conocer y anunciar la Palabra de Dios de manera explícita y viva que suscite y alimente la fe, ilumine la existencia y sea fundamento de toda vida eclesial» (VI Sínodo Arquidiocesano de Bogotá, 1998).

Ponemos esta versión en las manos amorosas de María Nuestra Madre, Estrella de la Primera y de la Nueva Evangelización, cuando celebramos la advocación de Nuestra Señora de Guadalupe, Patrona y Emperatriz de América.

Pedro Rubiano Sáenz
Arzobispo de Bogotá, Primado de Colombia
Bogotá D.C., 12 de diciembre del Año Santo 2000