Enero 16

Érase una vez una flor

Érase una vez, en una tierra muy lejana, una gota de luz solar que cayó del cielo y que se transformó en una flor dorada mágica con poderes especiales de curación.

La única persona que conocía la ubicación de la flor era una mujer vanidosa y egoísta llamada

Madre Gothel. Madre Gothel mantuvo la flor en secreto y la utilizó para mantenerse joven y bella.

Pasaron los siglos, y un glorioso reino fue construido cerca del lugar donde había crecido la flor. La siempre joven Madre Gothel observaba desde las sombras, protegiendo a su preciada planta de la gente del reino.

Un día, la amada reina cayó muy enferma. Todos en el reino quisieron ayudar, habían oído historias sobre una flor mágica con poderes de curación.

Un hombre de la guardia real encontró la flor y la llevó a palacio bajo la mirada horrorizada de Madre Gothel.

La reina bebió una poción elaborada con la planta y se curó al instante. No mucho después, dio a luz a una hermosa niña.

Para celebrar el nacimiento de la princesa, los reyes y los habitantes del reino lanzaron al cielo miles de farolillos luminosos.

Una noche, la vieja y vengativa Madre Gothel entró en el cuarto del bebé, acarició el pelo de la niña, cantó suavemente y se volvió joven de nuevo. La flor mágica vivía en el pelo de la princesa.

Madre Gothel cortó con avaricia un mechón de pelo de la niña, pero el mechón perdió de inmediato su poder y se volvió castaño. La única forma de que Madre Gothel pudiera permanecer joven era tener a la niña con ella, para siempre, así que raptó al bebé y desapareció en la oscuridad de la noche.

Los habitantes del reino la buscaron, pero nadie pudo encontrar a la princesa. Los reyes estaban destrozados. Pero mantenían la esperanza de que algún día su hija volvería con ellos. Cada año, por su cumpleaños, lanzaban miles de farolillos al cielo, esperando que su luz guiara a la princesa a su casa.

Pero Madre Gothel crio a la princesa en una alta torre que se encontraba escondida en medio del valle. La llamó Rapunzel y le hizo creer que era hija suya. Quería a la niña sólo por su pelo y trataba a la pequeña como una preciada posesión.

¿Podría Rapunzel volver algún día al reino al que pertenecía?