Enero 13

Pooh, di «aaah»

—Christopher Robin dice que es hora de que me haga una revisión animal —dijo Pooh.

—¿Una revisión? —gritó Piglet—. ¡Po... po... pobre Pooh, estás malito!

—¿Malito? —preguntó Pooh—. No, estoy bien. Aunque la verdad es que la barriguita me hace ruidos.

—Iré contigo —dijo Piglet—. Te resultará más ameno si vamos los dos.

Y, así, Pooh y Piglet subieron por la escalera a casa de Búho.

—Christopher Robin, ¿por qué necesito hacerme una revisión animal? —preguntó Pooh cuando llegaron a casa de Búho.

—Osito tontorrón —dijo Christopher Robin—. No es una revisión animal, es una revisión anual. Tenemos que comprobar que estás sano y fuerte. Y Búho te pondrá una vacuna especial para que estés bien.

La barriga de Pooh gruñó.

—No pasa nada —dijo Christopher Robin—. Sólo dolerá un momentito, y la medicina de la vacuna te protegerá de paperas, sarampiones y cosas de ésas.

Conejo llamó a Pooh para entrar en la consulta de Búho. Piglet le deseó buena suerte. Cuando Pooh y Christopher Robin entraron, Búho se sorprendió al verles.

—¡Vaya, pero si es Winnie the Pooh! —exclamó—. Magnífico día para una revisión médica, ¿verdad? Bueno, ¿cómo te sientes?

—La verdad es que la barriguita me hace ruidos —dijo Pooh.

Búho le palpó la barriguita, luego el cuello y por debajo de los brazos, y todo parecía parecía estar bien. Pooh estaba contento. Entonces Búho sacó un pequeño martillo de goma de su maletín.

—Vamos a comprobar tus reflejos —dijo.

—¿Qué es un reflejo? —preguntó Pooh.

Búho le dio un golpecito en la rodilla a Pooh y su pierna dio una pequeña patada.

—¡Vaya! Hazlo otra vez —dijo Pooh —. ¡Qué divertido!

Búho golpeó la otra rodilla de Pooh y la otra pierna dio también una patada. Esto hizo que no se asustara cuando Búho le dijo:

—Siéntate en el regazo de Christopher Robin, es hora de ponerte la vacuna.

—Sé que sólo me dolerá un momento y me protegerá de panteras y champiñones —dijo Pooh con valentía.

—Son paperas y sarampiones, Pooh —dijo Búho.

Piglet entró y se sentó al lado de Pooh mientras le ponían la vacuna. Cuando Búho terminó, Conejo entró con una tirita.

—¡Vaya! —dijo Piglet—. ¡No has llorado!

—Una revisión anual no es nada para un osito tan valiente como Pooh —dijo Christopher Robin.

«Ése soy yo», pensó Pooh con una sonrisa.