Introducción:
 ¿Qué es un líder introvertido?

 

¿Ha pensado alguna vez que los extrovertidos consiguen todo lo que piden mientras que las necesidades que usted tiene se pasan por alto... o se ignoran?

¿Se siente agotado por la vida social de la empresa?

¿Piensa que nadie le escucha en las reuniones empresariales?

¿Alguna vez ha rechazado una solicitud de entrevista o una disertación?

Si es así, usted puede ser un introvertido, y no es el único. Muchos ejecutivos respetados, como Bill Gates, Warren Buffet y Andrea Jung, son naturalmente introvertidos.1 Otros líderes famosos, como la madre Teresa de Calcuta, Abraham Lincoln y Martin Luther King, se consideraban introvertidos. La difunta Katharine Graham era introvertida, y se diría que el presidente Barack Obama también lo es. La lista continúa.

Un secreto bien guardado es que, como estos prominentes y bien conocidos introvertidos, hay millones de personas que pueden experimentar un profundo malestar e inhibición en las situaciones interpersonales. No es que algo funcione mal en esas personas. Los introvertidos tienen un temperamento más reflexivo, suelen examinar sus propios estados íntimos y deben adaptarse a un mundo extrovertido, un mundo que está principalmente regido por las interacciones interpersonales. Las estadísticas dicen que casi el 50% de la población2 y el 40% de los ejecutivos son introvertidos. Por lo tanto, usted no está solo. Sin embargo, para ser un líder eficaz, tiene la responsabilidad de conectar con empleados, clientes y colegas y, como otros líderes introvertidos competentes, necesita encontrar maneras de alcanzar el éxito.

UNA VISIÓN GLOBAL DE LA INTROVERSIÓN Y LA EXTROVERSIÓN

No hay ninguna definición de la introversión o la extroversión que se pueda considerar perfecta. Se trata de un área de la personalidad que se puede explicar mejor mediante una descripción de las tendencias generales. Si usted no ha realizado el test de Myers-Briggs (MBTI) para determinar los rasgos de su personalidad, una sencilla consulta online le dará muchas pistas al respecto.

He comprobado que muchas personas parecen reconocer su introversión cuando se les presentan algunas características típicas. Examine la lista de la Figura 1 y vea qué aspectos coinciden más con usted.

Si usted se divide entre ambos lados del diagrama, no hay ningún inconveniente. Podría formularse la pregunta: «Si tuviera que ser uno de ellos durante el resto de mi vida, ¿a cuál elegiría?». Algunas personas tienen una introversión circunstancial. Hay ciertas situaciones en las que se revelan tendencias introvertidas. ¡Se dice que incluso a Oprah Winfrey se le trabó la lengua cuando se reunió por primera vez con Nelson Mandela!

 

Hay una diferencia entre introversión y timidez. La timidez está ocasionada por el temor y la ansiedad social. Si bien los síntomas pueden coincidir (por ejemplo, evitar hablar en público), la introversión es una preferencia y no debería considerarse un problema.

¿PUEDEN LOS INTROVERTIDOS SER LÍDERES?

Desde luego, los introvertidos pueden ser líderes de éxito. Yo defino a los líderes muy ampliamente. Si usted reconoce que necesita motivar a su personal para obtener resultados, entonces es un líder. Si no está satisfecho con el statu quo y desea mejorar los procesos y progresar, entonces es un líder. Si trata de ayudar a las personas, entonces es un líder. Le dejo a usted la tarea de definir el término por su cuenta. Los líderes deben asegurarse de que se lleven a cabo las tareas y también necesitan prever los cambios, formar a otros y trabajar con otras personas para obtener resultados.

Hay un argumento sólido acerca del éxito de los líderes introvertidos. Good to Great de Jim Collins se ha convertido en un libro empresarial clásico. En su estudio sobre las características de las compañías prósperas, Collins descubrió que todas las compañías analizadas tenían un líder que exhibía lo que él llamó características de «Nivel 5» durante los periodos de transición. Todos ellos parecían concentrarse en los resultados, pero, además, y quizá paradójicamente, todos ellos poseían una notable humildad personal. «Desplegaban una modestia irresistible, eran retraídos y reservados»;3 estas cualidades y esta inteligencia emocional parecen coincidir con los atributos del líder introvertido.

En un estudio publicado en CIO Magazine,4 los ejecutivos superiores decían que la falta de empatía era la principal causa de fracaso entre los líderes actuales. Estos resultados concuerdan con la investigación realizada por el gurú de la inteligencia emocional, Daniel Goleman, que descubrió que los mejores jefes tienen algo llamado alta inteligencia social. Esta forma de inteligencia está en relación recíproca con la atención y la concentración en las relaciones. Las personas con una alta inteligencia social son capaces de conectar con los otros e influir considerablemente en el desempeño de su personal.5

¿CÓMO MANEJAN LOS LÍDERES SU INTROVERSIÓN?

Convierta un punto débil en un punto fuerte

A lo largo de los años, en mis consultas con ejecutivos empresariales de éxito, he conocido a muchos que han sido cándidamente honestos acerca de su introversión. De hecho, suelen conversar mucho acerca del tema, como si nunca les hubieran preguntado sobre este «secreto». Abordan la introversión como si fuera cualquier otro problema empresarial desafiante y tratan de entender qué conductas surten efecto y cuáles no. Luego, desarrollan una estrategia y ejecutan un plan.

El líder introvertido de éxito convierte lo que se podría considerar una debilidad en una virtud. Un director muy respetado recibió un informe sobre su gestión en el que se sugería que era demasiado «discreto». En su futuro papel como líder superior transformó a este personaje reservado en una «presencia». De este modo, tuvo una gran capacidad para proyectar una serena confianza, una sensación de calma y aplomo, y una seguridad en sí mismo que transmitió a todos los que le rodeaban.

Otro líder convirtió su desdén hacia las reuniones sociales numerosas en una oportunidad para transmitir su visión al equipo de diferentes maneras. Apoyándose en su preferencia por las conversaciones individuales, llegó a conocer a cada uno de sus empleados, infundió confianza y desarrolló canales de comunicación claros.

Estos líderes han descubierto maneras creativas de adaptarse. Su conducta dentro y fuera de los diferentes ámbitos de trabajo, en las reuniones personales y grupales, en los intercambios con los clientes y colegas, es lo que produce resultados y, finalmente, manifiesta si usted es o no creíble y respetado como líder, colega y empleado.

Aunque está lejos de ser un modelo de líder, Miranda Priestly, la terrible (¿y quizá introvertida?) jefa de la película The Devil Wears Prada, usa una técnica que le resulta muy útil. Sus dos asistentes memorizan los nombres, las fotografías y otras trivialidades acerca de todos los invitados a su fiesta, que luego susurran discretamente en su oído antes de cada encuentro.

Un consejero delegado que entrevisté me dijo que, para gestionar su ansiedad en las reuniones con los subordinados, apuntaba con detalle todo lo que se trataba. Esto le ayudaba increíblemente cuando meses más tarde necesitaba disponer de esta información.

El silencio es otro recurso que puede convertirse en una virtud. Muchas personas no se sienten cómodas con el silencio y tratan de llenar los vacíos con comentarios inoportunos, mientras que las observaciones hechas por el introvertido pueden ser más reflexivas. Sid Milstein, vicepresidente de Global Business Process Outsourcing en EDS, una compañía de Hewlett Packard, me decía que cuando uno «considera los hechos y problemas antes de hablar», transmite a sus colegas y jefes una impresión de ponderación.

Cuando su mente está serena, los introvertidos pueden acceder a una mayor sabiduría. De este modo, pueden elegir correcta y cuidadosamente sus palabras. Un coach ejecutivo que había trabajado con muchos directivos famosos me dijo una vez que, cuando estos líderes reflexivos hablan, lo que ponen en evidencia es muy poderoso. Judy Gray, presidenta y consejera delegada de Florida Society Association of Executives (FSAE), me comentó: «El fenómeno del liderazgo reservado pero eficaz merece ser reconocido y apreciado. El líder apasionado, eufórico o carismático puede cautivar al principio los corazones y las mentes de las personas, pero eso no es suficiente para generar un progreso sostenible ni un cambio significativo». Un astuto graduado de una de las universidades más prestigiosas del noreste de Estados Unidos le comentó hace algunos años que «la persona con más poder en la sala de reuniones es la más reservada».

La pausa y la reflexión también ayudan a los líderes introvertidos a evitar meter la pata. Una persona que entrevisté, que trabaja en la política, expresó su satisfacción por ser capaz de callar en los momentos oportunos. Donde él trabaja, una palabra inapropiada puede costarle su empleo.

Un introvertido también tiene más tiempo para observar y entender a la gente. Mary Toland, una directora de proyectos senior, ha sido capaz de desarrollar el talento en su equipo a través del coaching de los miembros más retraídos, que se mantienen en un segundo plano. Ha desarrollado empatía con los líderes introvertidos emergentes y comparte una visión realista de lo que se requiere para ascender en las jerarquías y tener éxito en su organización. Ahora Mary está transmitiendo este conocimiento.

Este libro le mostrará las diferentes maneras en que usted puede adaptar su estilo de liderazgo ahora y en el futuro. Así como podemos rellenar un sudoku o aprender un nuevo idioma para ejercitar nuestro cerebro, también podemos adquirir herramientas prácticas de eficacia probada para desarrollar nuestra fuerza silenciosa. En el próximo capítulo explicaré los retos tangibles que probablemente usted afrontará mientras persiga el objetivo de ser un líder introvertido competente.