TERRIER

¿Nacieron en Inglaterra o en Francia estas estupendas razas de zarceros? Parece ser que la palabra terrier deriva del francés y que estos perros desembarcaron en las playas de Sussex, Inglaterra, junto a los seguidores de Guillermo el Conquistador. Hallamos una definición de estas razas, o mejor dicho, del perro que quizá podría haber sido su antepasado en la antigua clasificación del doctor Caius: «Otra especie canina, además del lebrel, se emplea aquí en la caza del zorro y del tejón; nosotros llamamos a estos perros con el nombre de terrars, porque (según el método y la costumbre de los hurones) se adentran en el terreno y, sin mostrar temor alguno, se enfrentan, en cualquier condición, con el zorro o el tejón; o bien inducen a la presa a salir del cubil, para asaltarla luego en una repentina emboscada. Los terrars pueden introducirse además en las madrigueras más oscuras y levantan la pieza allí cobijada al inducirla a buscar un refugio distinto, aunque sea menos seguro. Entonces ellos, con notable agilidad, se lanzan sobre ella y la despedazan».

A partir de este texto podemos identificar muy bien el tipo de trabajo al que se sometía a aquellos perros, pero podemos saber muy poco acerca de su morfología. Como de costumbre, las hipótesis sobre el nacimiento de esta o aquella raza son divergentes y tampoco existe ninguna documentación precisa sobre los terrier. Al parecer, al menos el antiguo teckel alemán y el viejo sabueso inglés estuvieron entre los antepasados de estas razas, o al menos de la primera, a partir de la cual, gracias a los cruces con otras razas, nacieron todas las que componen el grupo de los terrier. Siempre han sido unos perros dotados de un carácter excepcional, y para recordar esta característica reproducimos una frase del doctor Still, obispo de Bath en 1570: «Dios nos ha enviado a los terrier, tan llenos de coraje, y en su corazón no ha albergado el miedo».

Fox terrier de pelo liso

Al principio, los terrier eran los perros de la plebe, no de la nobleza, y precisamente por este motivo, a diferencia de otras razas de orígenes más «nobles», son muy pocos los testimonios sobre ellos. En efecto, eran los campesinos quienes utilizaban a los terrier en sus cacerías furtivas del zorro o de la liebre, un suplemento para su escasa mesa. La fortuna de estas razas se inició cuando la caza del zorro se convirtió en Inglaterra en un deporte de enorme difusión, sobre todo entre los nobles. Esta nueva práctica cinegética requería muy a menudo, en su parte final, el uso de un perro para apresar el zorro que hubiese logrado ganar el cubil. Así, los terrier se hicieron populares muy rápidamente. Sin embargo, los cazadores se dieron cuenta de que las patas cortas no les ayudaban a seguir a los caballos y entonces comenzaron a pensar en crear razas con patas más largas. Gracias a los cruces con el foxhound y el beagle se obtuvo un perro más ágil y rápido, aunque mantenía las mismas cualidades, es decir, la testarudez en el trabajo, la combatividad y la resistencia. Así nacieron los antepasados de los actuales fox, de los airedale y de los welsh, que a través de una evolución gradual fueron adquiriendo poco a poco las características actuales.

Uno de los primeros cuadros que representa a un terrier de aspecto moderno es el del pintor holandés Hamilton, de alrededor de 1700. Es necesario llegar hasta 1859 para asistir a la presentación en una manifestación cinófila de una versión moderna de un terrier. Ello sucedió en Newcastle, Australia, con ocasión de la organización de la primera exposición canina abierta a todas las razas. Este fue el inicio de una selección que llevó a una fijación de las características de las 32 razas actuales. Nacían así los fox, los border, los lakeland, los welsh y los norwich. Tomaba vida, unos años más tarde, el bedlington. Estas razas pueden dividirse según su origen geográfico y su morfología. Tendremos así los terrier ingleses, los escoceses, los irlandeses y los galeses y, por último, los creados fuera de las Islas. Precisamente en esta última categoría podemos hallar también el deutscher jagdterrier que, junto al fox de pelo duro, es, quizá, la única raza a la que aún se somete a pruebas de trabajo y se utiliza en la caza.

Fox terrier

Fox terrier de pelo duro

Historia

Al parecer, el antepasado de esta magnífica raza puede ser aquel perro, denominado griffon terrier de los bretones, que el poeta griego Opiano de Apamea describió en su tratado sobre la caza, Kynegetika. Naturalmente, debería ser más antiguo el fox de pelo liso, ya que es bien sabido que la variedad de pelo duro de cualquier raza es fruto de los cruces. Nació en Inglaterra y fue inicialmente el perro de los campesinos y los cazadores furtivos, quienes lo utilizaban en sus pobres y fugaces cacerías.

El fox, sumamente hábil para la caza del zorro y de todos los animales de cubil, adoptó mayor relieve cinegético cuando comenzó a utilizarse en la fase final de aquellas cacerías a caballo que gozaron de tanta fortuna en las cortes reales de todas las épocas. Sin embargo, fue a finales del siglo pasado cuando la cría y la verdadera selección del fox comenzó a dar sus primeros frutos. El estándar se fijó en el lejano 1876, después de que en 1862 se presentaran en la exposición de Birmingham los primeros fox.

Al principio no existía ninguna diferenciación entre el pelo liso y el pelo duro, hasta 1873, año en que se comenzó a inscribir a los fox en clases separadas. El fox de pelo duro, en los primeros años, era presentado sin ningún aderezo, mientras que luego, gradualmente, superó las críticas de los viejos criadores ingleses y arraigó el acicalamiento de esta variedad, una práctica que en nuestros días ha alcanzado valores de gran elegancia y refinamiento, lo que ha contribuido aún más a hacer del fox un perro de formas elegantes y sobrias.

Elementos del estándar

Cabeza

La característica de la cabeza de un fox es su longitud, que debe ser la mayor posible. El cráneo ha de ser plano y moderadamente estrecho; el stop, poco pronunciado; los ojos, redondos de color oscuro, y las orejas, en forma de «V», nunca deben bajar hacia los lados de la cabeza, sino siempre hacia delante.

Cuerpo

El cuello debe ser largo, musculoso, de forma cónica y sin papada. El tórax ha de tener buenas medidas, profundo pero sin llegar a ser excesivamente ancho; la espalda, inclinada y larga; las extremidades anteriores, en aplomo con unos metacarpos de escasa inclinación, y los pies compactos, redondos, en forma de pie de gato.

Cola

Implantada alta, generalmente es acortada y se lleva alegremente. Siempre está en movimiento y nunca debe dirigirse hacia el dorso.

Manto

Para la variedad «lisa», el pelo debe ser bastante largo, recto y liso, siempre plano y adherente, denso y duro al tacto. Su color puede ser de diversas tonalidades pero siempre ha de predominar el blanco. Las manchas pueden ser negras, o marrones, en el cráneo y en las orejas. El atigrado y las manchas rojas son indeseables. En la variedad de pelo duro, el manto nunca debe dar la impresión de ser lanoso; es más, cuanto más hirsuto mejor. Los pelos deben ser casi siempre rectos y sólo en pocas zonas pueden existir rizos o ligeras ondulaciones. El color ha de ser el mismo que en la otra variedad.

El trabajo y las cualidades

El fox, adecuado para el trabajo tanto en cubil como sobre el terreno, es un perro apreciado por los cazadores que practican este tipo de actividad cinegética. En el trabajo en cubil, en el que debe levantar los zorros y los tejones, el fox demuestra toda su tenacidad y su inmenso coraje. Una vez que ha entrado en el cubil, solamente saldrá tras derrotar a su rival, ya sea un zorro o un tejón. Por desgracia, este magnífico perro está perdiendo parte de sus aptitudes cinegéticas, ya que se está convirtiendo cada vez más en un perro de compañía. En algunos países de Europa se le utiliza para la caza del jabalí, en la que se muestra válido tanto en la fase de acoso como en la de bloqueo, ejercicio que realiza bien aunque, a veces, su extrema agresividad le lleva a sucumbir. Gracias a su vivacidad, su inteligencia y su belleza es apreciado también como un estupendo perro de compañía.

Deutscher jagdterrier

Deutscher jagdterrier

Historia

Se trata de una raza creada y seleccionada por los cazadores alemanes a principios del siglo XX. La gran diferencia entre los fox ingleses de exposición y los de trabajo estimuló a los alemanes a plasmar, precisamente a partir de los fox de trabajo, esta nueva raza. Las primeras camadas nacieron de cruces entre fox de pelo duro y liso, especialmente escogidos por los aficionados alemanes.

Elementos del estándar

Cabeza

El cráneo ha de ser algo más ancho entre las orejas que el del fox, pero sin exagerar. El stop no debe ser pronunciado. El morro es fuerte, con las mejillas pronunciadas.

La mandíbula inferior y el mentón están bien pronunciados y son fuertes. Los ojos son oscuros, pequeños y en posición semilateral, y las orejas en forma de «V» son de arranque alto y tienen la misma forma y posición que las del fox.

Cuerpo

El cuello debe ser robusto y no demasiado largo; el lomo, fuerte con el pecho profundo; la espalda, larga e inclinada; las extremidades, en aplomo, aunque no tan rectas en los metacarpos como en el fox; la grupa ha de ser angulada y con los corvejones situados bajos, y los pies, apretados y redondos, en forma de pie de gato.

Cola

Implantada alta, debe llevarse bastante horizontal y nunca dirigida hacia delante.

Manto

El pelo es liso, denso, duro y áspero, nunca corto. Su color principal es el negro. Otros tonos son el gris y el negro mezclados, el marrón oscuro y el marrón rojizo. Se tolera una máscara oscura o clara y se admiten algunas manchas blancas en el pecho y en los dedos.

El trabajo y las cualidades

Es un perro fuerte, a veces incluso con demasiado carácter, cosa que le hace mordedor tanto con los demás perros como con las personas. Precisamente por esta naturaleza se le utiliza sobre todo para la caza en cubil, donde se suele emplear solo. Es un combatiente indomable, capaz de resistir en el cubil durante horas y horas.

A veces, el cazador se ve obligado a practicar aberturas paralelas a la entrada principal del cubil para sacar al perro, que por causas diversas ya no consigue salir, y en muchos casos lo encuentra aún aferrado a la presa, ya sea un zorro o un tejón. En algunas zonas se utiliza también para la caza del jabalí, pero a menudo dedica más tiempo a pelearse con los otros perros que a la propia caza.

En conjunto es un can inteligente, muy vivaz y, si es de buena genealogía, sabe ser también perro de compañía. Necesita mucho movimiento y paseos cotidianos.

Jack russell terrier

Jack russell terrier. (© Français-Cogis)

Historia

El jack russell terrier tiene su origen en la Inglaterra del siglo XIX, gracias al esfuerzo y el trabajo llevado a cabo por el reverendo John Russell, que creó una raza de fox terrier para satisfacer la necesidad de tener un perro que corriera con sus foxhound y pudiera sacar los zorros y otros animales salvajes de las madrigueras. Se desarrollaron dos variedades estándares muy parecidas en lo fundamental, con algunas diferencias en cuanto a la altura y las proporciones. El tipo más alto, de construcción más cuadrada, se conoce ahora con el nombre de parson russell terrier, mientas que el más bajo, y proporcionalmente un poco más largo, se conoce como jack russell terrier. A partir de estos breves datos históricos, tomados del estándar oficial de la raza, se deduce también que la raza fue creada para satisfacer las exigencias venatorias de los cazadores de zorros. Luego, con el paso del tiempo y, sobre todo, desde que Australia adoptó la raza, el jack se convirtió más en un perro de compañía que en uno de trabajo; pasó a ser un can muy difundido y se transformó casi en un símbolo de estatus, hecho que causó no pocos problemas a la raza, ya que se produjeron ejemplares no típicos y faltos de las características fundamentales que distinguen a un jack russell terrier, un terrier de trabajo fuerte, activo y ágil, un animal con mucho carácter y un cuerpo flexible de mediana longitud. Las características principales son: la longitud del tronco, que debe ser superior a la altura en la cruz; el codo, situado al 50% de la altura en la cruz, y el tórax, que ha de ser profundo hasta el nivel del codo, con un perímetro, siempre medido en el codo, de 40 a 43 cm.

Elementos del estándar

Cabeza

El cráneo tiene que ser plano, de anchura moderada, que disminuye gradualmente hasta los ojos. El stop está bien definido, aunque no es exageradamente pronunciado. El hocico debería ser un poco más corto que la longitud del cráneo; los labios, muy pegados y siempre pigmentados de negro. Las mandíbulas tienen que ser fuertes y profundas. El cierre de la dentadura es en tenaza. Los ojos, como en todos los terrier de trabajo, han de ser pequeños, en forma de almendra, y nunca protuberantes, con los párpados bien pigmentados de negro. Las orejas han de tener forma de rosa o ser colgantes, de buena textura y con mucha movilidad. El cuello debe ser fuerte, sin papada.

Cuerpo

El jack es un perro que parece inscrito en un rectángulo: la longitud desde la cruz hasta la raíz de la cola es ligeramente superior a la altura medida en la cruz. El tórax es más profundo que ancho y siempre ha de guardar una buena distancia del suelo. El esternón, que es la parte más baja del tórax, debe encontrarse a media altura entre la cruz y el suelo. Las costillas habrían de salir ya bien redondas desde el principio y aplanarse en los lados, de modo que el perímetro detrás de los codos pueda ser medido con ambas manos (de 40 a 43 cm). El esternón tiene que ser muy visible lateralmente, de manera que quede bien colocado por delante de la punta del hombro; la altura ideal va de 25 a 30 cm.

Cola

La cola puede colgar en reposo, pero en acción debe estar erguida. Si está amputada, la punta debería encontrarse al mismo nivel que los ojos.

Manto

El pelo puede ser liso, duro sin defensas (broken) o áspero con defensas (rough). El color blanco debe predominar, con manchas negras o de color fuego. Estas últimas pueden variar de leonado claro a intenso.

El trabajo y las cualidades

Daniele Piacentini, en su libro Lavoratori forti: i veri terriers (Trabajadores fuertes: los verdaderos terrier), describe así las características que debe tener un buen jack: «un russell puro es un perro ladrador, es decir, que cuando está con la pieza, su trabajo es hacerla salir sin contacto, el cual sólo se producirá en casos especiales y con determinados ejemplares; no se trata de un perro resolutivo». Más adelante describe perfectamente el tórax del jack, que ha de ser de «dos palmos», lo cual significa que si se sujeta con las dos manos, estas han de poder tocarse: «esta característica permite al jack russell perseguir la presa sin peligro de quedarse atrancado. El carácter es fundamental: una mezcla de bravura, predisposición para el trabajo en la madriguera, gameness y habilidad genética».

Parson russell terrier

Jack parson

Historia

El promotor de esta raza, el reverendo John Russell, nació en 1795 en Dartmounth (Devon). Se hizo cura y durante casi toda la vida ejerció en la parroquia de Swimbridge, también situada en Devon. Experto en caballos y muy buen cazador, se aficionó a la cría y selección de terrier. En 1873 tuvo lugar la fundación del Kennel Club británico, del cual fue uno de los primeros socios. Murió en 1883, a la venerable edad de 87 años. Cuando todavía era estudiante en Oxford, compró su primer terrier, una hembra blanca de pelo duro con manchas en la cabeza, que tenía unas características cercanas al estándar actual. John Russell probó varios cruces con distintos terrier de trabajo, de un color y multicolores. Su objetivo no era otro que mejorar la aptitud para la caza, sin preocuparse demasiado de uniformar el tipo. Y así continuó con este sistema de cruzar sus ejemplares con otras razas de terrier; también intentó cruces con perros de otros grupos, pero los resultados fueron desilusionantes y no siguió por este camino.

Desde el final de la segunda guerra mundial, la raza obtenida ha ganado cada vez mayor popularidad en el continente europeo, especialmente entre los cazadores y los aficionados a los caballos. El 22 de enero de 1990, el Kennel Club británico reconoció la raza y publicó un estándar oficial provisional de la raza, a la que bautizó como parson jack russell terrier. La FCI, por su parte, aceptó incluir esta raza en su lista provisional el 2 de julio de 1990 y la reconoció definitivamente el 4 de junio de 2001. El parson, a diferencia del jack, se ha mantenido más como una raza de caza que de exposición. En efecto, en las exposiciones se puede ver un buen número de jack russell terrier, pero los parson presentados son siempre muy pocos. Las proporciones importantes son las referidas a la longitud del tronco, que es ligeramente superior a la altura en la cruz, y a la longitud entre la trufa y el stop, que es un poco menor que la distancia entre este y la prominencia occipital. El parson es fundamentalmente un perro de trabajo, hábil y con capacidad de adaptación al terreno y a correr con los sabuesos. Tiene un carácter bravo y amistoso.

Elementos del estándar

Cabeza

El cráneo es plano, medianamente ancho, y se estrecha gradualmente hacia los ojos. La depresión del stop existe pero no es muy marcada. El hocico presenta una trufa negra y unas mandíbulas fuertes y musculosas. La dentadura ha de tener un cierre en tijera perfecto y completo. Los ojos tienen forma de almendra, están bastante hundidos y son oscuros, con una expresión penetrante. Las orejas tienen que ser pequeñas, en forma de V, caídas hacia delante, y deben llevarse adheridas a la cabeza; la punta ha de llegar hasta el ángulo del ojo y el pliegue no debe superar el vértice del cráneo. El cuello tiene un grosor moderado y carece de papada; es musculoso y largo, y se ensancha gradualmente hacia los hombros.

Cuerpo

El cuerpo debe ser bien proporcionado, con una longitud un poco superior a la altura en la cruz. El tórax tiene una profundidad moderada y no debe sobrepasar la punta de los codos. Sujetado por detrás de los hombros, ha de poder medirse con dos manos de talla mediana. Las costillas no son excesivamente redondeadas. Los machos tienen una altura ideal en la cruz de 36 cm, y las hembras de 33 cm. Se admite una variación de 2 cm de más o de menos.

Cola

La cola generalmente se amputa, y en este caso tiene una longitud que completa la línea del cuerpo y permite un buen agarre con la mano. Si se deja entera, es de longitud moderada y lo más recta posible; es gruesa en la raíz y se afina hacia la punta, con lo que da un aspecto equilibrado al perro. La inserción es moderadamente alta, y el porte en movimiento también lo es.

Manto

El pelo es duro, tupido y denso, tanto si es áspero como si es liso. El vientre y las partes de debajo de los flancos deben estar bien recubiertos de pelo. El color es totalmente blanco o bien blanco dominante con manchas de fuego, limón, negras o cualquier combinación de estos colores, a ser posible limitadas a la cabeza y/o a la raíz de la cola.

El trabajo y las cualidades

Con toda seguridad encontraremos las mismas cualidades del jack russell.

Border terrier

Border terrier

Se trata de una raza rústica, pequeña y compacta, que debe dar siempre la impresión de ser muy luchadora y trabajadora. Fuera de Inglaterra se ha usado más como animal de compañía que como de perro de caza, hecho que con el paso del tiempo ha ido diluyendo sus cualidades cinegéticas. El reconocimiento del border ha sido bastante tardío. El estándar se oficializó en 1987, pero su historia es sin duda mucho más antigua, como demuestra el hecho de que en 1913 fuera inscrito el primer ejemplar en el Kennel Club. El estándar inglés data de 1920. Su cría se concentraba en la zona limítrofe entre Inglaterra y Escocia, donde había granjas y los campesinos lo utilizaban para controlar la población de zorros, a la que se temía por sus ataques a los animales domesticados. Su característico pelo duro y abundante, con un subpelo espeso que lo protegía cuando tenía que pasar horas y horas bajo la lluvia, le permitía estar al aire libre y acompañar sin fatigarse, gracias a sus largas patas, a los cazadores que cazaban el zorro a caballo. Si este animal se refugiaba en una madriguera, el border sabía esperar pacientemente a que saliera, y luego lo inmovilizaba con sus fuertes mandíbulas. Morfológicamente, su característica más marcada es la cabeza, que debe asemejarse a la de una nutria, con el cráneo moderadamente ancho y el hocico corto y robusto; las orejas son pequeñas, en forma de V y caídas hacia delante, a los lados de las mejillas. El border también ha de ser un perro «de dos palmos», es decir, que se le debe poder rodear el tórax con ambas manos. El experto en terrier de trabajo Daniele Piacentini escribe en su libro Lavoratori forti: i veri terriers: «El border terrier es un trabajador fuerte y obstinado que, tiempo atrás, debido a que había ejemplares demasiado resolutivos, se utilizaba poco para cazar el zorro con las jaurías de hounds; en efecto, nadie los quería porque tenían la costumbre de matar al zorro dentro de la madriguera, en lugar de hacerlo salir. Posteriormente, hubo unos criadores especializados en terrier que mejoraron su trabajo y crearon líneas que reunían una buena gameness con la aptitud de ladrar a la pieza; esta cualidad permitía trabajar mejor y con éxito incluso con el tejón, sin que los perros se dejaran matar inútilmente».

Lakeland terrier

Lakeland terrier

Los ejemplares de esta raza son en su gran mayoría intrépidos, bravos e incansables, y poseen una mordedura fuerte y tenaz. Debido a su talla y a su agilidad, se trata de un perro muy estimado para cazar en zonas rocosas, en las que se requieren movimientos ágiles para saltar de roca en roca. Esta raza fue reconocida en 1928. Se criaba en la zona de los lagos, situada entre los condados de Yorkshire, Cumberland y Westmoreland. Procede de cruces entre antiguos terrier del norte y el bedlington de caza, una raza que no tiene nada que ver con los ejemplares que conocemos hoy en día. El lakeland terrier también recibía el nombre de fell terrier, «terrier de las colinas», y era el preferido del Sr. Dobson, el propietario de las jaurías de Eskdale y Ennerdale.

El lakeland es un perro despierto, trabajador, bien equilibrado y compacto. Es alegre, de temperamento valeroso, rápido en la acción, siempre expectante, astuto, amistoso y seguro de sí mismo. Se trata de un can pequeño de pelo duro, cuyo color va del negro y fuego al rojo y al trigo. La cabeza presenta un hocico ligeramente más corto que el cráneo, con unas orejas en forma de V que lleva muy pegadas a la cabeza y dirigidas hacia delante, aunque no de manera exagerada. Los ojos son oscuros y pequeños, nunca saltones. El cuello es fuerte, bien arqueado y sin papada. El pelo es fuerte, denso, duro y resistente a los efectos de la intemperie, siempre con subpelo. Este rasgo característico del pelo le permite permanecer mucho tiempo en el exterior, aunque le aprisiona en la madriguera de tejones y zorros, que son los predadores para los cuales ha sido seleccionado.

Su utilidad en la caza ha modelado su estructura. La cabeza debe ser fuerte y las mandíbulas, robustas y con dientes grandes y sanos. El lakeland, que una persona no experta podría confundir a primera vista con un fox terrier de pelo áspero o con un welsh, tiene una serie de características propias, como la altura, por ejemplo, o la inserción de los ojos, que es más baja que en el fox terrier, o también el hocico, que no es tan largo. Las manchas de color fuego son menos intensas que las del welsh.

Patterdale terrier (Raza no reconocida)

Esta raza es una de las más utilizadas por los cazadores ingleses, hasta el punto que, como escribe Daniele Piacentini en su libro Lavoratori forti: i veri terriers: «los terriermen, que los usan constantemente, han logrado crear con los años líneas realmente buenas; normalmente no venden sus perros, de modo que es muy difícil adquirir un buen animal. Seleccionan los perros para utilizarlos y no para comercializarlos».

Esta raza toma el nombre del valle de Patterdale, en el norte de Inglaterra, donde los criadores de la época utilizaron lakeland, border y bull terrier del tipo antiguo y lancashire terrier, una raza ya desaparecida, para obtener un perro valiente y tenaz, con una estructura que permite usarlo satisfactoriamente en terrenos ásperos y rocosos en los que no era posible cazar a caballo por motivos obvios. Esta raza da ejemplares muy precoces, que se empiezan a utilizar a los diez meses para cazar el zorro, y al año para cazar el tejón. Tiene un carácter muy decidido y es muy combativo, hasta el punto que las cicatrices y las pérdidas de dientes causadas en accidentes de caza son un motivo de orgullo para los propietarios de estos perros, que se han ganado un notable aprecio en esta difícil disciplina venatoria. Citaremos una vez más a Daniele Piacentini en su libro Lavoratori forti: i veri terriers: «El patterdale trabaja con seriedad y determinación, ladra constantemente a la pieza y efectúa ataques violentos; su mordida es letal».