CLASIFICACIÓN

Tanto las mantis como los fásmidos pertenecen al filo Artropoda, clase Insectos. Pero de aquí en adelante empiezan las diferencias: los dos grupos pertenecen de hecho a órdenes distintos (Mantodea y Phasmida, respectivamente), con diversas familias y miles de especies cada uno.

Las mantis

No existe insecto que haya ejercido sobre el hombre una fascinación mayor que las mantis. Una parte de este carisma se refleja en el mismo nombre de estos insectos: «mantis» deriva efectivamente del griego mantis (adivino, profeta), con una clara referencia a la postura habitual del insecto (los brazos captores mantenidos alineados a lo largo del tórax y debajo de la cabeza), parecida a la postura de una persona rezando.

Según las teorías más recientes —no exentas de discrepancias— las mantis religiosas pertenecen a un único orden, Mantodea, de la clase Insectos, que cuenta con alrededor de 2.000 especies, difundidas sobre todo en los trópicos.

El dimorfismo sexual es bastante marcado: las hembras son muy diferentes de los machos, más pequeños y gráciles que sus compañeras. Los jóvenes, por el contrario, son muy parecidos a los adultos; aun así, se diferencian fácilmente de ellos porque no tienen alas y llevan a menudo el abdomen encorvado sobre el tórax.

Las dimensiones son extremadamente variables: desde 1 centímetro de largo de la Mantoida tenuis se llega a gigantes de alrededor de 15 centímetros (y más) como la Macromantis o la Ischnomantis. Según algunas fuentes, existirían algunas especies de dimensiones aún superiores, pero para muchas de estas informaciones falta la validación científica.

Desde el punto de vista filogenético, las mantis son insectos primitivos y tienen un desarrollo de tipo heterometábolo (es decir, las crías salen del huevo con el semblante parecido al de los adultos): efectivamente crecen a través de una serie de mudas (entre seis y diez, según el sexo y la especie) cambiando el exoesqueleto a intervalos regulares, hasta alcanzar la edad adulta. Una vez maduras, dejan de crecer y mantienen el mismo cuerpo hasta la muerte. El ciclo vital difícilmente supera el año (a menudo tiene una duración muy inferior, sobre todo en los machos).

Todas las especies son depredadoras y se alimentan de una variedad de insectos y pequeños vertebrados que capturan casi siempre «al acecho», gracias a su aguda vista y al movimiento rapidísimo de los brazos captores. La defensa de los depredadores consta normalmente de su coloración críptica, de una rápida fuga y de unas posturas amenazadoras.

Después del apareamiento, que a veces es bastante cruento para el macho —incluso puede acabar siendo devorado—, la hembra pone los huevos en envoltorios (ootecas) de un material poroso y resistente; meses o semanas después nacerán las crías, ya preparadas para llevar una existencia independiente. No existen verdaderos cuidados paternos, aunque en algunas especies las madres protegen las ootecas de los parásitos y de los depredadores hasta el momento de la eclosión.

Este retrato de Stagmatoptera femoralis pone en evidencia los brazos captores y la cabeza triangular, característica principal de las mantis

La sistemática

La sistemática del orden Mantodea ha sido siempre bastante misteriosa. La mayoría de las veces los textos no mencionan siquiera la familia, ya que las principales son dishomogéneas y a menudo poco útiles desde el punto de vista morfológico y etológico.

Actualmente existen ocho familias, que serán brevemente descritas más adelante; las primeras tres incluyen la gran mayoría de las especies, mientras que en las restantes cinco están confinadas poquísimas formas más o menos primitivas y de pequeño tamaño.

Hynenopodidae

Familia más bien amplia cuyos límites no están muy claros: en la actualidad todavía es objeto de discusión. Contiene sin embargo muchas de las especies más variopintas, como la mantis flor y la mantis orquídea, y muchas otras especies singulares y llamativas.

Mantidae

Es la familia más grande e incluye la mayoría de las especies, desde las formas más comunes hasta las más gráciles y filiformes. Para esta familia, está en fase de realización una «reestructuración» que prevé la subdivisión en distintos grupos.

Empusidae

Comprende diversas especies elegantes y llamativas con cuerpo alargado y con machos dotados de grandes antenas peinadas. Está presente en Europa meridional con las especies Empusa pennata y Empusa fajada.

Eremiaphilidae

Pequeño grupo de especies ligadas a un medioambiente árido y desértico. De talla mediana, pero toscas y macizas, cazan casi siempre a ras del suelo. Su presencia en criaderos es escasa.

Amorphoscelidae

Otra pequeña familia con algunas especies toscas y primitivas. Son parecidas a las anteriores, y no existen en cautividad.

Metallycidae

Mantis de tierra que presentan un colorido metálico. Están estrechamente relacionadas con las cucarachas. Interesantes, pero no están presentes en criaderos.

Chaeteessidae y Mantoididae

Se trata de dos familias, antiguamente unidas, que comprenden poquísimas especies, todas muy parecidas. Tampoco se encuentran en criaderos.

Empusa pennata, sin duda la mantis europea más espectacular, mientras devora una pequeña libélula

Los fásmidos

Hasta hace no mucho tiempo, criar fásmidos era una actividad reservada a los biólogos, pero recientemente se ha convertido en una pasión muy difundida. Estos insectos se pueden encontrar tanto en las tiendas especializadas en la venta de reptiles, anfibios e invertebrados como en criaderos profesionales.

Puede parecer extraño tener estos animales en casa, pero hoy en día los animales domésticos no se limitan a gatos y perros, sino que comprenden también tortugas, cotorras, peces tropicales, hurones, serpientes, etc.

Hace un tiempo se encontraban muy pocas especies de estos magníficos insectos, como mucho cuatro o cinco por tipo, y sólo en tiendas de animales muy especializadas o entre entomólogos, aun tratándose de animales con formas muy sencillas y fáciles de mantener en un criadero (como la especie Carausius morosus que, al no presentar una librea particular, no es muy preciada por los aficionados).

Nos podemos considerar afortunados por la amplia posibilidad de elección que existe actualmente entre las diferentes especies de insectos; además, los fásmidos se adaptan bien a la vida en cautividad, se reproducen fácilmente y no son muy exigentes a la hora de comer. Otro elemento a favor de los potenciales nuevos criadores es el del continuo descubrimiento de especies hasta ahora desconocidas, por lo que se espera que sea posible estudiarlas y preservarlas cada vez más, y llegar incluso a criar algunas nuevas especies muy particulares.

El nombre «fásmido» deriva del griego phasma, y significa aparición o fantasma. Se estableció este nombre por la capacidad verdaderamente asombrosa que tienen estos insectos de mimetizarse con la naturaleza que los rodea, volviéndose invisibles en la espesura de los bosques tropicales o en medio de la vegetación. Posteriormente empezaron a recibir otros nombres comunes, entre los cuales es muy conocida la denominación «insecto palo», debido a la similitud de su aspecto con las ramitas de las plantas.

Los fásmidos viven en casi todas las regiones del mundo pero sobre todo en las zonas húmedas, ecuatoriales o tropicales. Su distribución parte del ecuador hasta llegar al paralelo 45º de ambos hemisferios. No sólo se encuentran en el desierto del Sahara o en el extremo sur de Argentina o Chile, existen fásmidos que viven muy cerca del mar, como la especie Bacillus atticus, o en cotas altas, como la Agathemera crassa, que puede vivir a 3.000 m de altitud.

Una hembra de Oreophoetes peruana, fásmido suramericano de vistosa coloración

Un joven ejemplar de Extatosoma tiaratum, ya mimético como los adultos

Los fásmidos estuvieron incluidos durante mucho tiempo en el orden de los Ortópteros (el de los saltamontes y los grillos), antes de pertenecer a su orden definitivo, el de los Phasmatodea. Este orden, denominado también Phasmida, comprende alrededor de 2.500 especies, subdivididas en diversas familias.

Los ejemplares más pequeños miden poco más de 1,4 cm (la Timema californicum), pero otros llegan a los 25 cm de largo. El récord lo tiene la especie Pharnacia kirby, que puede alcanzar la excepcional medida de 55 cm.

Todos los fásmidos se nutren únicamente de vegetales y son activos principalmente por la noche, aunque en algunos casos también podemos observarlos comer de día. Normalmente, en su dieta diaria se encuentran plantas muy diversas entre sí, por ejemplo hojas de zarza, de rosa, de encina, hiedra, lentisco, varios tipos de helechos, mirto, filirea, etc.

A medida que van alimentándose, su cuerpo no para de crecer, desarrollándose a través de varios estadios de crecimiento en los que las crías o jóvenes ninfas son —en cuanto a características— iguales a los ejemplares adultos (pero en miniatura), y poseen también formas miméticas que las hacen parecidas a ramitas u hojas secas. Por lo general, los fásmidos experimentan entre cuatro y siete mudas o cambios de piel; esto sucede cuando en los sujetos jóvenes la vieja piel se vuelve demasiado pequeña a causa del crecimiento continuo, y se ven por lo tanto obligados a cambiarla por una nueva y más grande: cuando alcanzan las últimas mudas, aparecen las alas, que normalmente en los machos son muy desarrolladas, mientras que en las hembras son pequeñas y atrofiadas. En algunos ejemplares adultos las alas son adecuadas incluso para pequeños vuelos. En ocasiones, la librea puede cambiar de color durante el paso de ninfa a ejemplar adulto.

Para algunas especies el dimorfismo sexual es muy evidente, tanto por la talla del macho, que es casi siempre más pequeño, como por un órgano presente en el abdomen de la hembra que le sirve para depositar los huevos; de todas formas, es muy fácil distinguir el sexo después de la tercera muda. En ocasiones ha habido errores de clasificación de los taxónomos, quienes, al describir estos insectos, han identificado macho y hembra como especies diferentes.

Un pequeño Bacillus escondido en la vegetación

En el orden Phasmida se incluyen también los extraordinarios insectos hoja, que pertenecen a la familia Phyllidae y tienen una forma idéntica a la de una hoja, reproducida con todo lujo de detalles (nervaduras, márgenes con flequillo o secos, etc.). Se descubrieron en 1758, cuando fue descrita la especie Phyllium siccifolium. Actualmente se conocen alrededor de 35 insectos pertenecientes a esta familia, muchos de las cuales viven en Malasia. En Europa, por el contrario, se encuentran los verdaderos insectos palo, representados por alrededor de una decena de especies. De los fásmidos provenientes de Nueva Zelanda, la especie Acanthoxyla se ha aclimatado ya desde hace varios años en Cornwall (Gran Bretaña). Estos ejemplares europeos no tienen alas desarrolladas y no están dotados de formas muy grandes y llamativas, como sus primos tropicales. Los más imponentes son los que pertenecen al género Bacillus, que pueden llegar a los 11 cm de largo. En Europa meridional están presentes dos géneros de fásmidos, los Bacillus y los Clonopsis, con un total de ocho subespecies diversas y algunos híbridos. El más conocido entre todos es el Bacillus rossius, ya descrito en 1790. Más recientemente, en la década de 1980, se descubrieron dos especies endémicas en los Montes Ibleos, en Sicilia: Bacillus lynceorum y Bacillus whitei.

Los fásmidos se reproducen deponiendo algunos huevos de los que luego nacen unos pequeños ya perfectamente formados y capaces de vivir de manera independiente, sin ningún cuidado de sus progenitores.

El número de huevos producidos por una hembra puede variar entre 12-15 hasta un máximo de 300-1.000, según la especie y las dimensiones. Normalmente los huevos se dejan caer al suelo, pero en algunas especies se deponen directamente sobre la tierra o bien se dejan pegados a hojas que servirán de nutrientes. Los tiempos de incubación para la eclosión de los huevos pueden variar según la especie y el clima en el que vive; por ejemplo, en las especies europeas existe un periodo de pausa invernal, por lo cual los huevos se abren sólo en primavera. Para la especie Rumulus, por el contrario, no hay que esperar más de un mes para asistir al nacimiento de las crías; en cambio, para la Heteropterix dilatata se supera incluso el año de incubación.

También en los huevos de los fásmidos se nota un mimetismo perfecto; de hecho, se parecen a pequeñas semillas de gramináceas, muy difíciles de distinguir cuando han caído al suelo. La forma de los huevos resulta muy importante, cuando no fundamental, para la clasificación de las diversas especies pertenecientes a la misma familia, donde a veces es muy difícil percatarse de las diferencias morfológicas en los ejemplares adultos.

La sistemática

La sistemática de los fásmidos es muy variada. Las familias principales, descritas brevemente a continuación, se dividen en numerosas subfamilias.

Diapheromeridae

Los fásmidos pertenecientes a esta familia se encuentran prácticamente en casi todo el mundo excepto en Europa, desde los ambientes secos hasta los bosques tropicales húmedos. Algunos son muy coloreados y llamativos, como la Oreophoetes peruana, que presenta en los machos una hermosa librea de un bonito color rojo intenso.

Phasmatidae

Se trata tal vez de la familia más amplia en cuanto a número de ejemplares, con la mayor variedad de formas y colores. Los insectos que pertenecen a esta familia pueden encontrarse en diversos ambientes, tanto en los climas secos como en los más húmedos.

Timematidae

No se conoce muy bien esta familia de insectos; presenta individuos a menudo de pequeñas dimensiones y de colores metálicos. La forma es parecida a la de un cortaúñas.

Bacillidae

En esta familia se incluyen especies como el Bacillus rossius, pero también otras especies particulares de formas muy extrañas y muy apreciadas por los criadores, como el género Heteropterix.

Aschiphasmatidae

Se conoce muy poco de estos insectos que viven exclusivamente en Asia. Sus huevos están cubiertos por un vello tupido y los adultos no tienen formas llamativas; por lo general, el macho está dotado de alas muy largas y su coloración es idéntica a la de las ramitas secas de las plantas.

Pseudophasmatidae

Muchos fásmidos pertenecientes a esta familia poseen la particularidad de expeler líquidos irritantes para defenderse. Su difusión se reduce exclusivamente al continente americano; no tienen grandes dimensiones y sus cuerpos son toscos y lisos, con coloraciones verdaderamente interesantes.

Phyllidae

Son los fásmidos más bellos y llamativos. Tienen formas parecidas a hojas envejecidas por el tiempo, con cuerpos anchos y aplastados. Viven en zonas muy húmedas y son los más solicitados por los apasionados de los insectos.

MANTIS Y FÁSMIDOS, PARIENTES LEJANOS

Como ya dijimos en la introducción, puede parecer extraño aunar estos dos grupos de insectos que a primera vista parecen diferentes, las mantis cazadoras y los fásmidos somnolientos comedores de hojas. Sin embargo, no es sólo la facilidad de adaptación a la vida en cautividad donde son muy parecidos, sino que hay otro aspecto importante que podría definirse «de parentesco». Efectivamente, resulta que las mantis y los fásmidos son realmente «primos»: en 2002 fue descubierto un nuevo orden de insectos denominado Matofasmoideos, en inglés Heelwalkers, que significa «los que andan sobre los talones», porque poseen una particularidad en sus movimientos: andan manteniendo levantados los últimos segmentos de los tarsos. Viven exclusivamente en África austral, en las montañas de Brandberg, en Namibia; se esconden en la hierba que crece entre las rocas; miden 4 cm de largo y son carnívoros ápteros (o sea, sin alas) que se alimentan de pequeños insectos. Los entomólogos los han llamado también «gladiadores» por su aspecto combativo (como las mantis), pero también por la espesa cutícula que los envuelve, la cual constituye una verdadera coraza, exactamente como en los fásmidos. Son depredadores muy fuertes, pueden nutrirse incluso de insectos muy grandes, de su mismo tamaño. Todo esto hace pensar que hay todavía mucho por descubrir sobre la maravillosa naturaleza que nos rodea.

 

LAS MANTIS DE CRIADERO MÁS COMUNES

Especie

Familia

Lugar de origen

Tipología

Talla hembra adulta

Acanthops falcata

Hymenopodidae

América tropical

Mantis hoja

3-4 cm

Ameles decolor, A. spallanzania

Mantidae

Europa meridional

Convencional, pequeña y tosca

5-6 cm

Blepharopsis mendica

Empusidae

Oriente Medio

Convencional, pero ornamentada

7-8 cm

Creoboter gemmatus, C. pictipennis

Hymenopodidae

Asia suroriental

Mantis flor

4-5 cm

Deroplatys dessicata, D. lobata

Mantidae

Asia suroriental

Mantis hoja

7-9 cm

Empusa pennata

Empusidae

Europa meridional

Alargada y ornamentada

6 cm

Gongylus gongyloides

Empusidae

India

Alargada y ornamentada

8-10 cm

Hestiasula brunneriana

Hymenopodidae

Sri Lanka

Mantis hoja

4-5 cm

Heterochaeta strachani

Mantidae

África occidental

Mantis palo, grande

12-14 cm

Hierodula membranacea, H. grandis, H. patellifera

Mantidae

Asia tropical

Convencional, grande

8-10 cm

Hymenopus coronatus

Hymenopodidae

Asia suroriental

Mantis orquídea

6-7 cm

Iris oratoria

Mantidae

Europa meridional

Convencional, pequeña

4-5 cm

Mantis religiosa

Mantidae

Europa meridional y Estados Unidos

Convencional

7-8 cm

Myomantis paykulli

Mantidae

Norte de África

Convencional, pequeña

3-4 cm

Neodanuria boleana

Mantidae

África occidental

Mantis palo

8-10 cm

Orthodera novaezealandese

Hymenopodidae

Nueva Zelanda

Convencional, pequeña y coloreada

3-4 cm

Phyllocrania paradoxa

Mantidae

África meridional

Mantis hoja

5-6 cm

Plistopilota guineensis

Mantidae

África occidental

Convencional, muy grande

10-12 cm

Polisphilota aeruginosa

Mantidae

Madagascar

Convencional

7-8 cm

Popa batesi

Mantidae

África meridional

Mantis palo

6-7 cm

Pseudocreoboter whalbergii, P. ocellata

Hymenopodidae

África

Mantis flor

4-5 cm

Sphodromantis lineola, S. viridis

Mantidae

África

Convencional

7-8 cm

Theopropus elegans

Hymenopodidae

Malasia

Mantis flor

4-5 cm

Una dramática imagen de Idolomantis diabolica, una de las mantis más fascinantes

LOS FÁSMIDOS DE CRIADERO MÁS COMUNES

Especie

Familia

Lugar de origen

Tipología

Talla hembra adulta

Acrophylla welfingi

Phasmatidae

Australia

Convencional, grande

19-20 cm

Anisomorpha bupretoides

Pseudophasma-tidae

América, Florida

Convencional, mediana

7 cm

Areaton asperrimus

Bacillidae

Borneo

Medio espinosa

8 cm

Bacillus rossius

Bacillidae

Italia, Francia, España

Convencional, pequeña

10 cm

Rumulus thai

Phasmatidae

Tailandia

Fásmido palo

10-13 cm

Carausius morosus

Diapheromeridae

India meridional, Europa

Convencional, mediana

8-9 cm

Clonopsis gallica

Bacillidae

Francia

Convencional, pequeña

7 cm

Epidares nolimetangere

Bacillidae

Oceanía

Pequeña, espinosa, coloreada

4-5 cm

Eurycanhta calcarata

Phasmatidae

Papúa Nueva Guinea

Grande, espinosa

12-15 cm

Extatosoma tiaratum

Phasmatidae

Australia

Grande, espinosa

14-16 cm

Heteropteryx dilatata

Bacillidae

Malasia

Grande, espinosa

15 cm

Lamponius guerini

Phasmatidae

Guadalupe

Convencional, coloreada

8-9 cm

Neohirasea maerens

Diapheromeridae

Vietnam

Fásmido oloroso

9 cm

Oreophoetes peruana

Diapheromeridae

Perú, Ecuador

Convencional, coloreada

8 cm

Pharnacia biceps

Phasmatidae

Java

Convencional, grande

16-18 cm

Phasma gigas

Phasmatidae

Nueva Guinea

Convencional, grande

18-19 cm

Phobaetious serratipes

Phasmatidae

Malasia

Convencional, enorme

25-27 cm

Phylium celebicum

Phyllidae

Tailandia

Fásmido hoja

8-9 cm

Proscopia scabra

Orthoptere

Guayana francesa

Fásmido inusual

15-18 cm

Raphiderus scabrosus

Phasmatidae

Islas Mauricio

Convencional coloreada

8-9 cm

Rumulus saussure

Phasmatidae

India

Fásmido palo

14-15 cm

Sipyloidea sipylus

Diapheromeridae

Madagascar

Convencional, con alas

8,5 cm

Sungaya inexpectata

Bacillidae

Filipinas

Medio espinosa

8 cm

Joven ejemplar de Phyllium giganteum, perfectamente mimetizado en una hoja