La península de El Labrador es una región geográfica de Canadá bañada por el océano y situada casi frente a las costas de Terranova, de las que está separada por un estrecho brazo de mar. En estas tierras creció el llamado perro de Saint John (que también es un nombre geográfico, porque Saint John’s es una ciudad situada en la isla de Terranova), que fue descrito de esta manera por el marinero Aron Thomas en su diario de a bordo en el año 1794: «Existen en este lugar perros de pelo raso y denso de color oscuro, que trabajan en la recuperación de las merluzas que se escapan de las redes de los pescadores en la costa. Estos perros no dudan en lanzarse al agua para atrapar las presas que traen las barcas. Al finalizar su trabajo son izados a bordo con la ayuda de gruesas cuerdas».
De aquellos perros de trabajo descienden, casi con toda seguridad, los actuales labrador y terranova, aunque, en realidad, no estamos en condiciones de saber cuándo y por qué las dos razas se diferenciaron.
Disponemos de un texto, escrito en 1814 por el coronel Hawker, que ya separaba dos razas y llamaba a una terranova y a la otra saint john. Esta es la descripción que hizo de este segundo perro: «Es excelente para cualquier tipo de caza, tiene el manto casi siempre negro y no es más grande que un pointer. Es muy veloz en la carrera y en el agua, tiene extremidades potentes, pelo corto y su cola no es tan rizada como la del terranova». Otros autores de la misma época, sin embargo, utilizaron indistintamente los términos «terranova» y «labrador» para referirse a los perros que vivían en las costas canadienses.
Esto dio origen a una teoría según la cual el labrador procedería de un cruce casual entre los perros utilizados en los pesqueros canadienses. No obstante, otros autores, entre ellos la criadora Mary Roslin-Williams, han contestado esta teoría diciendo que habría sido imposible seleccionar el manto negro puro (el único color admitido originalmente para la raza) y la actitud como perro de caza mediante cruces casuales, y eso aceptando que gentes rudas, pertenecientes al sector pesquero, como eran en la época los habitantes de la isla de Terranova, hubiesen tenido interés en la selección de ejemplares y en las características puramente «estéticas» como el color.
Existe también una segunda teoría que situaría al labrador como descendiente del can portugués cao de castro laboreiro (que todavía existe y es semejante al labrador… hasta en el nombre).
Este perro habría llegado hasta la isla de Terranova llevado por los portugueses del norte, dedicados al comercio marítimo, y por los pescadores canadienses que, incapaces de pronunciar correctamente su nombre extranjero, lo llamaron con el nombre de la región cercana.
En realidad, el cao de castro laboreiro no tiene el manto negro, sino de color gris muy oscuro (debe recordar el color del lobo), a menudo con manchas atigradas. Consecuentemente, habría sido más difícil seleccionar el negro puro desde esa raza.
Durante casi todo el siglo XIX el labrador y el terranova fueron juzgados conjuntamente, hasta el punto de que en un artículo de 1870, escrito después de una exposición canina, se puede leer: «Se propone realizar la división en dos clases diferentes y separadas una para el más conocido terranova y otra para el labrador de manto negro carbón». En efecto —al menos a juzgar por la iconografía disponible— las diferencias iniciales entre las dos razas eran mínimas: el labrador sólo era ligeramente más pequeño que el terranova de entonces, tenía el pelo un poco más corto y la cola un poco menos rizada.
Es obligado admitir, no obstante, que no tenemos ninguna certeza sobre el origen más remoto del labrador, y que durante gran parte del siglo XIX aún hubo cierta confusión entre terranova y labrador, incluso en Gran Bretaña.
Es bien conocida, en cambio, su historia reciente, que se ha desarrollado por completo en Inglaterra y comenzó con la importación del primer perro (Buccleuch Avon, nacido en el año 1885) realizada por por Lord Malmesbury.

No tenemos ninguna certeza sobre los orígenes más lejanos del labrador

La cola de nutria es una de las características más típicas del labrador
Desde finales de ese siglo la división ha pasado a ser más clara y en el labrador han sido seleccionadas características precisas, como la «cola de nutria» (ya presente en Buccleuch Avon), que hoy es uno de los principales caracteres de tipicidad. El Kennel Club reconoció oficialmente la raza en el año 1904 y en 1916 nació el primer club especializado.
Al primer criador, lord Malmesbury, le siguieron lady Howe, con el afijo Blanchory y la señora Broadley con el afijo Sandylans, destinado a convertirse en el más importante de la historia de la raza con más de setenta campeones conseguidos.
Lady Howe ganó, además, tres títulos al mejor de la exposición (Best in Show) en Crufts, la exposición inglesa de más prestigio internacional, en los años 1932,1933 y 1937.
Los dos primeros fueron ganados por Bramshaw Bob, uno de los campeones más destacados de la época (y no sólo de ella), y el tercero por Cheverella Ben of Banchory.
A todo esto… los perros eran siempre sólo de color negro.
Los perros de manto amarillo aparecían en alguna camada, pero eran inmediatamente eliminados porque se les consideraba «defectuosos».
Un criador de excepción de esta raza fue el rey Jorge, que en el año 1938 presentó en el Cruft’s un labrador nacido con el afijo real Sandringham.
Parece que fue uno de los hijos de C. J. Radclyffe, criador que había comprado sus perros al capitán Hawker, quien crió el primer ejemplar de manto amarillo; pero fue la señora Wormald, titular del afijo Knaight, la que tuvo el valor de presentar este color en el ring.
Nadie había visto nunca ejemplares amarillos adultos, dado que eran eliminados al nacer, por lo que la sorpresa fue realmente impactante… es decir, ¡tuvo un éxito clamoroso!
Mientras los puristas de la raza arrugaban la nariz, el público quedó encantado con este color y, dado que ya entonces era el público el que decidía la suerte de una raza a través de las peticiones de cachorros, el amarillo fue admitido en el estándar.
En el año 1925 nació, finalmente, un club reservado exclusivamente a esta variedad de color. Un poco después fue reconocido también el manto de color chocolate (inicialmente llamado «hígado»): la primera campeona de este color fue Cookridge Tango, criada por la señora Pauling.

El color chocolate ha sido el último en aparecer