ÍNSULA 881
MAYO 2020

Nota: este artículo empieza en la página 5 de la edición en papel. El número entre corchetes [
X] corresponde a la página de esa edición
Anthony Kerrigan (1918-1991), norteamericano de sangre irlandesa —e infancia en tierra cubana—, mantuvo durante los años sesenta doble domicilio en Palma de Mallorca y Dublín, moviéndose por los ambientes culturales de las dos ciudades. No se olvide que, por aquellos días, era Mallorca lugar de acogida de un buen número de escritores y artistas anglosajones. El señuelo se llamaba Robert Graves, residente en Deià /Deyá desde los últimos 1920, salvo el paréntesis bélico de 1936 a 1945. A su vez este poeta descubrió Mallorca gracias a Gertrude Stein, quien había residido en Palma entre 1915 y 1916, en una casa de la calle del Dos de Mayo que, cuatro décadas después, sería el hogar de Anthony y su mujer Elaine. La frase con que Gertrude Stein convenció a Graves para que se asentara en Mallorca está inscrita en bronce: «Go to Mallorca, it is paradise if you can stand it» (Waldren, 1996: 146).

Jaime Gil de Biedma con Elaine y Anthony Kerrigan. Archivo familiar Kerrigan.
Hacia los primeros cincuenta regentaba Anthony Kerrigan una galería de arte en Chicago y, de paso, escribía para diversas publicaciones. Sin embargo, en 1956 decidirá con Elaine mudarse a Mallorca, en busca de otros aires culturales: de hecho, era ya una firma muy notoria en Goya, la influyente revista promovida por la Fundación Lázaro Galdiano. La personalidad de Kerrigan fue siempre fronteriza, a la vez norteamericana, irlandesa e hispánica: un árbol con múltiples raíces, sin duda, y desplegando sus ramas por espacios dispares que, no obstante, lograba anudar muy bien. Como confesó en una ocasión, «I didn’t belong to any culture really; I was Irish and Cuban. I was lucky, too, because I had English books in a Spanish-speaking country» (Stearn, 1985: 3).
Esbozan estas palabras un Tony Kerrigan lleno de galerías interiores confluyendo unas con otras, si bien no libres de contrastes. La paradoja, la broma, el collage lingüístico constituyen, por ello, su identidad como escritor. Militante comunista en tiempos juveniles, se orientará, más tarde, hacia «un anarquismo cristiano a lo Unamuno» ( E. Kerrigan, 2018: s. p.). Ahora bien, no rompió del todo Anthony con Estados Unidos ya que enviaría crónicas a la revista The Critic, hablando principalmente sobre la vida cultural española. Estuvo en Mallorca desde 1956 hasta los primeros ochenta, cuando retorna a su país, siendo más tarde nombrado Senior Guest Scholar en la Universidad de Notre Dame. Tenía a sus espaldas una ingente labor traductora del castellano al inglés: Unamuno, Baroja (juntamente con Elaine), J. Ortega y Gasset, J. L. Borges, Rafael Alberti y C. J. Cela.
La actividad literaria de Elaine Kerrigan (1927-2014), aunque breve, no es menos notable. Trasladó al inglés —además de a Baroja— a Julio Cortázar y A. M. Matute, entre otros autores. Y tiene en su haber una antología poética de Graves, al que le dedicó también el ensayo «Robert Graves: poesía, conocimiento, mito»; ambos trabajos aparecieron en 1980. Pero sus máximos afanes eran musicales, dado que «tocaba con gran talento el piano, pues venía de una familia judía muy implicada con la música». Y «cuando Tony inició las traducciones unamunianas su ayuda fue esencial. ¡Formaban un espléndido tándem!» (E. Kerrigan, 2018: s. p.).
Elaine y Tony se asentaron, por tanto, en Mallorca a finales de 1956, relacionándose muy pronto con sus núcleos intelectuales más importantes. Por un lado, los escritores que bullían en torno a Robert Graves; del otro, C. J. Cela y sus Papeles de Son Armadans. En el primer número de esta revista, impreso en julio del mismo 56, figura ya Anthony Kerrigan como autor de un inédito en prensa (sin firma, 1956: s. p.). La amistad con el creador de La colmena constituyó la clave de su conexión con el grupo Seix Barral, muy en particular J. M. Castellet, Jaime Salinas, Carlos Barral y J. Gil de Biedma —en adelante JGB—. Ello tuvo lugar con las Conversaciones Poéticas y el Coloquio Internacional sobre Novela, que se celebraron en Formentor la segunda mitad de mayo del 59.
Lo ratificará entre otros Robert Graves, quien el 15 del mismo mes anota en su Diary: «Visit from […] Cela, Dionisio Ridruejo and Tony Kerrigan about Formentor» (R. Graves, 1959: s. p.). El propio Kerrigan publicó en The Critic una «Letter from Spain» donde relata esos encuentros y transcribe, por cierto, un diálogo entre Graves y Carles Riba, en el que este último recalca —con palabras afines al canon objetivista tan del gusto de los seixbarralianos— «his belief in the poem rather than in poetry as an abstraction, and asking […] if, after all, “the poem was not man’s defense against Poetry?”» (Kerrigan, 1959: 66).
La amistad entre JGB y nuestra pareja surgió, pues, al calor de esos coloquios: una amistad que empezaría siendo muy estrecha para más tarde, por los últimos 1970, atenuarse un poco. Así lo testifican diversos documentos que reposan en el archivo al cuidado de Elie Kerrigan, entre los que destacan cinco cartas del autor de Moralidades, un autógrafo del poema «Volver» y el borrador de una misiva de Elaine Kerrigan. Tales cartas responden a estos destinatarios y fechas: 13 de mayo (a Tony Kerrigan); 5 de junio (a Elaine y Tony); 12 de junio (a Tony Kerrigan); 26 de junio (también para Tony) y, finalmente, la carta que JGB mandó a Elaine y Tony el 20 de enero de 1977. Por otra parte, el borrador de Elaine, sin datar, está dirigido a Anthony y a su hija Antonia —la futura agente literaria—. Toda esa documentación sigue inédita, salvo algún trozo perteneciente a las misivas del 13 de mayo y 5 de junio, según ha difundido hace poco un medio (Massot, 2019: 30).
Las cuatro primeras cartas se refieren al propósito de JGB de veranear en Mallorca en agosto del 63, junto a Luis Marquesán y Juan Marsé quien, a la postre, no los acompañó. El cotejo de esas misivas con alguna otra a Juan Ferraté —sin omitir los Diarios de JGB— permite dibujar con detalle dicha estancia al tiempo que la gestación de los poemas «Desembarco en Citerea» y «Volver». Así, el 13 de mayo escribe JGB a Tony Kerrigan pidiéndole un «favor»: el alquiler de una casa ubicada en Deià, «del 1 al 31 de agosto». Para informar, a continuación, que el invierno barcelonés ha sido para él «frío y solitario», por lo que son muy «intensos» sus deseos de «vida rousseauniana», anotando asimismo que Jaime Salinas ha regresado «de la feria de Corfú». Alude, aquí, JGB a los premios Internacional de Literatura y Biblioteca Breve que —con cierta polémica— se fallaron en esa ciudad entre el 29 de abril y el 3 de mayo del 63.
En la misiva escrita el 5 de junio —y dirigida a Elaine y Tony— habla JGB de una reciente estancia en Mallorca, y en casa del matrimonio, justificando entre ironías su borrachera, tras volver de la playa y «el miedo que debisteis pasar, Tony y Camilo» (este último, hijo de los Kerrigan y que se llamaba así en honor de Cela, padrino suyo). La carta, además, insiste en el proyecto de alquilar una vivienda, aludiendo a un tal «George». ¿Quién era? Probablemente el pintor George Sheridan que, por aquel tiempo, solía pasar largas temporadas en Mallorca (Massot, 2019: 30). La misiva revela, a su vez, el entusiasmo que experimentaba JGB en sus encuentros con la gente amiga: «Pasé […] dos días absolutamente felices y al llegar a Barcelona me encontraba en uno de esos estados de exaltación tan peligrosos para enfrentarse con la vida habitual de uno».

Revista The Holy door, n.º 2, invierno 1965.
Esta visita de nuestro escritor fue muy breve: del sábado 1 al domingo 2 de junio, para reintegrarse el lunes a Tabacos de Filipinas. Lo avala la entrada de sus Diarios del 22 junio: «Hoy he terminado “Desembarco en Citerea”, poema cuya idea me vino durante mi estancia en Mallorca a principios de mes» (Gil de Biedma, 2015: 514). Precisamente esa carta da noticia de la semilla que irá configurando el futuro texto: «Ayer […] me puse a escribir el poema que se me ocurrió el sábado por la noche, bebiendo a solas en “El Olé”. Si lo termino se titulará El Viaje a Citerea y estará dedicado a vosotros». Y así ocurrió puesto que En favor de Venus recoge ya «Desembarco en Citerea» con la dedicatoria «A Elaine y Tony», como figurará también en las sucesivas reimpresiones —salvo la del año 1969, perteneciente a Colección particular—.
En la tercera carta, remitida el 12 de junio, desliza JGB otra alusión a George, si bien agregue que «Anteayer me llamó Jimmy D’Aulignac, diciéndome si estaríamos interesados […] en un apartamento […] a 8 Km. de Deyá». ¿Quién era este nuevo personaje? Abundan los testimonios que hablan de alguien muy popular por aquellos días: «Jimmy de Ca l’Andresa», lo apodaban. Treintañero a la altura de 1963, fue hijo del industrial francobritánico establecido en Barcelona René Anatole D’Aulignac Walther, según una esquela impresa en La Vanguardia (sin firma, 1938: 8). En los años cincuenta se retiró a Deià «to live on his investments» y acceder al círculo literario de Robert Graves (W. Graves, 2001: 108).
Finalmente, en la cuarta misiva que JGB envió a Tony y Elaine el 26 de junio hay otra referencia a George y Jimmy alusiva, por supuesto, a la vivienda donde proyectaba ir, pero decantándose por la casa del primero. Lo más sobresaliente del escrito es, no obstante, la noticia de que ha concluido «el poema dedicado a vosotros». Ahora bien, a partir de dicha carta no se conocen, por el momento, más textos epistolares pertenecientes a esa época. Habrá que esperar a 1977 cuando JGB escriba a Elaine, quien le había solicitado un ejemplar de Las palabras del verbo, impreso un año atrás. La carta resulta un poco convencional, intentando justificar el considerable retraso en responder a dicha petición, pues consta en su cabecera la fecha «20 de enero de 1977». Y concluyen las breves líneas con la fórmula «Muchos recuerdos a Tony y un abrazo muy fuerte de tu viejo amigo / Jaime».
¿Cómo transcurrió este agosto del 63 para JGB y Luis Marquesán? Apenas hay huellas epistolares y, además, aparecen con considerable retraso. Una, sin embargo, es muy relevante por su valor sociológico: escribirá JGB a J. Ferraté el 21 de octubre diciéndole que, en Deià, «la sociedad […] está organizada en ese sistema de círculos concéntricos, a lo establishment —con Graves en el centro— que hace tan fácil […] la vida al margen de ella» (Gil de Biedma, 2010: 259). Los Diarios biedmianos recogen, al contrario, alguna valiosa noticia: el 10 de septiembre confiesa el autor su enojo por no conseguir redondear el poema «Ruinas del Tercer Reich». Y crea, además, cierto clima homoerótico al evocar «nuestra noche de recién llegados, desnudos L[uis] y yo en el balcón del cuarto de los Kerrigan» (Gil de Biedma, 2015: 515). El borrador de una carta de Elaine a Tony y su hija Antonia, entonces en Dublín, y sin fechar —aunque redactado el domingo 1 de septiembre—, alude también a nuestra pareja a punto, ahora, de retornar a Barcelona: «Gil and Marquesán slept here last night, before catching the day boat today, (Sunday)».
En el archivo de los Kerrigan figura otro documento nada desdeñable puesto que, por un lado, transcribe el poema «Volver» y, por [
7]otro, ofrece alguna pista que acota mejor el primer viaje que hizo JGB a Palma. Se trata de una invitación a «Mr. Kerrigan» para asistir a un concierto, procedente del Patronato que organizó los festejos en torno al 250 aniversario del nacimiento de fray Junípero Serra. Uno de sus actos fue justamente dicho recital, que tuvo lugar el domingo 2 de junio en el convento de San Francisco. Pues bien, en el reverso de la tarjeta figura la transcripción hecha por JGB de ese poema, compuesto el 7 de mayo del mismo 63 y dedicado a su amante D[ick Schmitt], que tanto agitó la relación sentimental que mantenía con Marquesán. En la entrada con esta fecha de los Diarios puede leerse, así, que «He escrito […] un quinto poema para la serie sobre D. Se titula “Volver”» (Gil de Biedma, 2015: 512-513).
Es decir, hacia el 7 de mayo redacta JGB «Volver» y, entre el 1 y el 2 de junio, escribirá de memoria esa misma composición en el dorso del tarjetón perteneciente a Tony Kerrigan. Varios meses después —en carta del 21 de octubre— vuelve a copiar la pieza para enviársela a Juan Ferraté. Y dos años más tarde formará parte (como texto definitivo) del libro En favor de Venus, dado a la venta hacia diciembre de 1965. En ese mareo de fechas debiéramos añadir la reacción de Ferraté —27 de octubre— donde, en lo tocante a «Volver», expone que
no pensaste realmente escribir «y en tus bostezos», que, con esa proposición, aparece coordinado con la «inflexión» del verso anterior (y ambas cosas dependiendo de «algo suave») sino que pensaste solo «y tus bostezos», esto es, otra «imagen» que se añade a las anteriores de «esa expresión», «el matiz de los ojos» y «algo suave en la voz» (Ferraté, 1994: 99).
En su réplica —con fecha del 16 de noviembre— JGB asumirá tal dictamen, comentando que «efectivamente, escribí “y tus bostezos”; solo bastante después, pensando en la suavidad de movimiento de los lebreles, añadí la preposición. ¿Te parece que está mejor el verso sin ella?» (Ferraté, 1994: 99).

Poema «Volver» de Jaime Gil de Biedma.
Para una mejor visualización de esta secuencia de variantes ofrezco a cuatro columnas los versos de «Volver» que experimentaron tales enmiendas hasta llegar a la solución final. Es de notar asimismo —en los Diarios y el tarjetón de Kerrigan— que en el último octosílabo de la primera redondilla hay unos puntos suspensivos suprimidos después en la versión definitiva y, a su vez, el pronombre plural «tus ojos» que pasará a «los ojos».

Por lo dicho más arriba habrá intuido el lector que la presencia de los Kerrigan en el Dublín literario de los primeros sesenta fue muy intensa. Así lo testifican —vale reiterarlo— sus colaboraciones en las revistas Arena (1963-1965) y The Holy Door (1965-1966), cuyos máximos artífices fueron James Liddy y Brian Lynch, tan cercanos a nuestra pareja. Tony con un buen número de versos, traducciones e ímpetu mediador entre los literatos irlandeses y la cultura hispánica del siglo veinte; Elaine con la traslación de «Infancia y confesiones», además del relato «No Jew Without a Piano», de innegable sabor autobiográfico. Esas dos publicaciones estaban nutridas de jóvenes escritores que, asimismo, solían ir a Mallorca gracias a su amistad con los Kerrigan e, igualmente, hechizados por la intensa luz de Robert Graves. A su vez, Patrick Kavanagh ejerció en Dublín ese mismo papel iluminador: si Arena es título que brota del poema de Rilke «Die Tauben», The Holy Door será epígrafe derivado de los versos que cierran una composición suya y que dicen: «For most have died the day before / The opening of that holy door». En rigor, y pese a sus disparidades tipográficas, las dos revistas conforman una unidad: las firmas de Arena pasarán todas ellas a The Holy Door.
Esa presencia de lo hispánico irá extendiéndose por las sucesivas entregas de ambas revistas. Tony Kerrigan, casi sobra mencionarlo, fue decisivo para tal afianzamiento: constituye el «Arena’s best friend» (sin firma, 1965: 44). Destacan así, entre otros nombres, Juan Ramón Jiménez, Miguel Hernández, Joan Puig i Ferreter, Unamuno —en versión del mismo Kerrigan—, Pablo Neruda y, por supuesto, JGB. Lo español y lo iberoamericano, en suma, como modelo a seguir por el vitalismo, por la «passion» que entrañan, a diferencia de la literatura inglesa donde reina la «sad intelligence», según alega The Holy Door en su presentación al público (sin firma, 1965: 2).
No hay, que yo sepa, ninguna referencia a esa traducción de «Infancia y confesiones» realizada por Elaine e impresa en la segunda entrega de The Holy Door: hasta hoy no han aparecido documentos [
8]en el archivo de la familia Kerrigan que hablen de ella. Tampoco existe ningún rastro en los escritos de JGB que han visto la luz estos últimos tiempos. Y nada recuerda Brian Lynch, director de la revista: «I have to confess that after some 53 years I can’t remember the Gil de Biedma poem and don’t have a copy of the magazine at hand» (Lynch, 2018: s. p.). Es hora, pues, de ofrecer esos versos vertidos al inglés por Elaine, aunque sin confrontarlos con el original castellano: el lector puede hacerlo acudiendo a una de sus muchas reimpresiones. Dicen así:

Jaime Salinas con Elaine Kerrigan. Archivo familiar Kerrigan.
CHILHOOD AND CONFESSIONS
by Jaime Gil de Biedma
to Goytisolo
When I was younger
(but, actually, it would be better if I said
very young)
a few years before
we knew one another,
and when I had
just arrived in the city,
I would often think about life.
My family
was rich enough, and I, a student.
My childhood was just so many recollections,
of a house, with a school and a pantry and a key
in the closet,
of when well-off families,
as their names indicated,
forever summered
in the Villa Estefania or La Torre
del Mirador
and further on, the world went its way,
with gravel paths and rustic arbors,
decorated with pompous hydrangeas,
everything slightly selfish and decrepit.
I was born (pardon me)
in the age of tennis and the pergola.
Life, however, has certain limits
and what is even stranger, a certain
intractable tendency.
Painful stories were recounted,
inexplicable events
one didn’t know where, sad faces,
basements cold as temples.
Something muffled
lingered long in the distance
and it was possible —they said so at home—
to turn blind from a chill.
From my small and prosperous kingdom
this habit of warmth has become mine,
as well as an impossible predilection toward myth.
translated by Elaine Kerrigan. (Gil de Biedma, 1965a: 28).
Para su traducción Elaine se basa en la edición de Compañeros de viaje, impresa por Joaquín Horta el «22 de septiembre de 1959», y donde figura dicho poema (Gil de Biedma, 1959: s. p.). Desde un ángulo tipográfico cabe destacar que las cursivas existentes en esa edición pasan a ser ahora palabras subrayadas. Le explicación no encierra dificultad alguna: The Holy Door «was a very small magazine and very cheap too», siendo sus textos ciclostilados por «an old-fashioned Gestetner» (Lynch, 2018). Por otro lado, es de notar que la dedicatoria «A Juan Goytisolo» cambie a «to Goytisolo» (Gil de Biedma, 1959: 43). No se olvide que esa dedicatoria constituye uno de los resortes —quizá el principal— que facilitaron la escritura del poema. Dicho en breve, el motivo del hortus conclusus que J. Goytisolo desarrolló con singular talento en Juegos de manos: el «jardín cerrado» aristocrático-burgués, hermoso pero, a la vez, ajeno a las vibraciones de la Historia. En suma, caduco, sin apenas vida ya.
Justamente la traducción de una voz española tan rica en expresividad como caduco debió constituir para Elaine un obstáculo nada fácil de resolver. Ese jardín cerrado «ligeramente egoísta y caduco» (Gil de Biedma, 1959: 44) será puesto en inglés como «slightly selfish and decrepit». Sin duda decrepit es adjetivo correctísimo aun cuando no se ajuste del todo al equivalente castellano: resulta en exceso dramático y orgánico. Hace alusión a algo, o alguien, en completa ruina a diferencia del aire, entre abstracto e irónico, que desprende el verso biedmiano. Había otras posibles soluciones aunque no alcancen tampoco la anchura semántica del término caduco: perishable, faded, antiquated, decadent o outdated…
Ello refleja una vez más que el oficio de la traducción es, en buena medida, un acto de violencia: entran en tensión dos lenguas, esto es, dos sistemas morfosintácticos, fónicos y semánticos dispares… No obstante, la versión realizada por Elaine Kerrigan es, en todo momento, atenta y respetuosa, consiguiendo trasladar al inglés el difícil arte biedmiano del ritmo, las pausas, las alusiones y las elusiones en el fluir de los versos. Un arte donde la temporalidad es otra de sus cualidades esenciales: acaso la más sutil, conforme demuestra «Infancia y confesiones». A saber, el vaivén entre el pasado y el presente como dos polos antagónicos que, sin embargo, se atraen uno al otro, y henchidos de nostalgia, melancolía, protesta e intimidad.
Como complemento al artículo ofrezco la transcripción de las cuatro primeras cartas autógrafas que JGB envió al matrimonio Kerrigan (solo he corregido algún desliz ortográfico, adaptando además el texto [
9]a las actuales normas de la RAE). Quisiera, asimismo, agradecer la generosidad con que me han obsequiado los profesores Akiko Tsuchiya, Nicholas Wolters e Irene Duque, el poeta irlandés Brian Lynch y, por supuesto, Elie Kerrigan. Gracias a ellos estas páginas han llegado finalmente a buen puerto.
Barcelona, 13 de mayo [de 1963]
Querido Tony,
Lamento escribirte, después de bastante tiempo de no vernos, para pediros un favor, pero la vida es una cosa tan mal organizada que uno acaba viéndose condenado a no acudir a los amigos ausentes más que por motivos egoístas. Espero, sinceramente, que el favor que voy a pediros a Elaine y a ti no os resulte demasiado complicado.
Se trata de lo siguiente: Juan Marsé, Luis Marquesán y yo estamos pensando en pasar las vacaciones del mes de agosto en Mallorca (ya tenemos los billetes), en algún sitio que no esté demasiado invadido por el turismo y que no resulte excesivamente caro. Nos han dicho que Deyá reúne esas condiciones, y que allí no sería difícil alquilar, a precio relativamente barato, un piso o una casa donde cupiésemos los tres, del 1 al 31 de agosto. Un amigo nuestro se había ofrecido a encargarse de ello, pero hasta ahora no hemos obtenido ninguna respuesta, y como el tiempo apremia, se me ha ocurrido acudir a vosotros, que seguramente conocéis mucha gente en Deyá. ¿Seríais tan amables de encargaros de esa gestión y apalabrarnos con algún landlord —o lady— local algo relativamente habitable y relativamente módico? Si es necesario enviar todo o parte del dinero por anticipado, lo haremos inmediatamente.
En caso de que Deyá no resultara posible, ¿podríais sugerirnos algún sitio de características parecidas?
Este invierno no habéis venido nada por aquí. Ha sido horriblemente frío y solitario, y mis deseos de sol y de vida rousseauniana son intensos. Jaime Salinas, a quien vi ayer noche —de regreso, ya, de la feria de Corfú— os envía recuerdos.
Un abrazo fuerte a los dos, y gracias anticipadas de vuestro amigo
Jaime
* * *
Barcelona, 5 de junio de 1963
Queridos Elaine y Tony,
Espero que recibiríais mi telegrama de feliz llegada al aeropuerto de Son San Juan. Nunca olvidaré la expresión de terror de Elaine, tras mis dos intentos de arrancar el coche marcha atrás. Estaba, efectivamente, muy bebido y, al pensar en ello, me atormenta un poco el miedo que debisteis pasar, Tony y Camilo, en el trayecto de regreso desde la playa a Palma. La verdad, resulta un tanto asombroso que pudiera alcanzar el aeropuerto, a tiempo y sin accidente.
Querido Tony, te incluyo la carta para George. ¿Crees que sirve? Ignoro si el tono y el tenor de mi petición son lo suficientemente simpáticos y correctos. Ponle tú una carta, por favor, que remedie las deficiencias de la mía y explique más las cosas, que no sé si las dejo del todo claras.
Pasé con vosotros dos días absolutamente felices y al llegar a Barcelona me encontraba en uno de esos estados de exaltación tan peligrosos para enfrentarse con la vida habitual de uno. Espero no haberos dado demasiada guerra, a Elaine en el trabajo de la casa, y a ti, Tony, sacándote de tus labores literarias y llevándote a beber por ahí. Os prometo que la próxima vez que me veáis me portaré mucho mejor.
Ayer no os escribí porque me encontraba en desastroso estado de ánimo. Para combatirlo me puse a escribir el poema que se me ocurrió el sábado por la noche, bebiendo a solas en «El Olé». Si lo termino se titulará El viaje a Citerea y estará dedicado a vosotros.
Muchas gracias a los dos y un abrazo muy fuerte de vuestro amigo
Jaime
* * *
Barcelona, 12 de junio de 1963
Querido Tony,
Lo lamento por ti, pero no tengo más remedio que pedirte consejo en tu calidad de mejor conocedor del terreno y de las posibilidades que tengo de conseguir la casa de George.
Anteayer me llamó Jimmy D’Aulignac, diciéndome si estaríamos interesados, para agosto, en un apartamento, situado en una casa a 3 km de Deyá, que iba a dejar libre un pintor francés. Dice que la vista sobre el mar es muy bonita y que aunque está lejos, teniendo coche no importa demasiado. Yo quedé, en principio, en darle una contestación alrededor del 18 o 20 de este mes de junio.
¿Crees que para esas fechas podré haber sabido algo de George y de su decisión acerca de mi solicitud? Desde luego, preferiría con mucho la casa que visitamos juntos, pero tampoco quiero exponerme a que, por esperar al uno y no contestar al otro, nos quedemos finalmente sin nada.
Te quedaría agradecidísimo, pues, si en cuanto tuvieses alguna idea de la reacción de George me la comunicaras.
Mi poema sobre Mallorca está a falta únicamente de la estrofa final, y espero enviároslo dentro de pocos días.
Recuerdos a Elaine, y un abrazo muy fuerte a los dos
Jaime
Muchas gracias —y perdona.
* * *
Barcelona, 26 de junio de 1963
Queridos Elaine y Tony,
Gracias por vuestra carta de 14 de junio y por el telegrama. Por fin, ante la falta de noticias de George, me decidí a contestar definitivamente a Jimmy D. y en estos días estoy esperando confirmación de que la cosa está hecha.
De todos modos, si a última hora se arreglase lo de George, creo que me decidiría a perder lo que tenga que anticipar de alquiler del otro apartamento, pues lo desconozco, mientras que la casa me gustó mucho. Además, está más cerca del poblado.
Os envío por completo, el poema dedicado a vosotros, que espero os guste.
¿Cómo estáis? Por lo que dice Elaine, Mallorca está llena de poetas.
Gracias otra vez. Gracias por todo, y un abrazo hasta que nos veamos, de vuestro amigo
Jaime
L. B.—UNIVERSITAT DE BARCELONA
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