Introducción
El texto que tienes entre manos surge a la luz de dos premisas. Por un lado, la necesidad urgente de ampliar los materiales disponibles de calidad y específicos sobre Comunicación Interna, un asunto que pudimos comprobar a la hora de lanzar nuestro libro anterior, Guía fundamental de la comunicación interna, que intenta recoger las bases o el abecé de la disciplina para aquellos que están empezando a andar por este universo. Pero aquella edición buscaba llegar al alumnado, a los iniciantes, a los nuevos interesados. Sabíamos que era hora de interpelar a un lector más avezado, ávido de nuevos materiales.
Por otro lado, la segunda cuestión tiene que ver con la necesidad de conectar lo poco que hay escrito desde el mundo académico con lo que circula en el mundo profesional. Para hacer esa conexión, recorrimos un largo camino: estas páginas fueron elaboradas a partir de experiencias reales, de un trabajo de campo, de investigaciones propias, de cientos de horas de vuelo en aulas reales y virtuales, de ingentes lecturas sobre investigaciones y estudios de diferentes ámbitos, de decenas de eventos, conferencias, debates y foros, y, sobre todo, de experiencias vividas con otros profesionales. Muchos de ellos colaboraron en estas páginas.
Este es un libro polifónico. Como tal, como recolector de múltiples voces, también busca incorporar conocimientos de otros ámbitos. Así, encontrarás aquí reflexiones iluminadas por variadas disciplinas: las relaciones públicas, la comunicación social, la semiótica, el análisis del discurso, las relaciones laborales o la administración de empresas.
Hay una tercera cuestión que hace necesario un libro que reflexione sobre la materia y que contribuya al camino profesionalizador de la comunicación interna, es lo central, pues estamos hablando de personas, con personas y para personas: los colaboradores. Ellos y ellas invierten gran parte de su tiempo vital, su talento, sus competencias y sus capacidades, a la vez que proyectan sus ambiciones en las organizaciones en las que trabajan. Y, en ellas, la comunicación interna influye (y mucho).
Desde nuestra praxis podemos dar lugar a nuevas o ampliadas percepciones, porque, al final, la forma en que entendemos el mundo lo tiñe todo, nuestras creencias, nuestras maneras de hacer, nuestras experiencias e, inclusive, nuestras potencialidades. De esta manera, la comunicación interna lo modifica todo, pues influye en las culturas organizacionales, les da forma, moldea las maneras de relacionarse. Todo indica que tenemos entre manos una gran responsabilidad: la calidad de vida de todos aquellos que conforman la organización en la que estamos trabajando.
Pero no termina ahí, creemos firmemente que la comunicación interna es una herramienta del management, porque dichas formas de trabajar, esas culturas, esas relaciones, pueden aportar positiva o negativamente a los resultados de una empresa. Es momento de ir ganando ese lugar de confianza, ese lugar clave en el seno de las organizaciones, para ser parte de las estrategias corporativas desde su génesis. ¿Cómo? Pues solo podemos hacerlo con información, con conocimiento, con divulgación. Por eso, también, aquí están estas líneas. Para repensar la forma en que entendemos la disciplina y la gestionamos, para entenderla de manera integral y para dar cuenta de las posibilidades que nos ofrece. En otras palabras, para poder hablar de una comunicación interna total.
Esperamos, comunicador, que tengas una buena lectura.
¡Que empiece la aventura!