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«Hoy en día, la flexibilidad en el trabajo es crucial. Las organizaciones que puedan proporcionarla estarán en una mejor posición para retener el mejor talento en los próximos años».

Jason Phillips, vicepresidente de Recursos
Humanos de Cisco

El teletrabajo es la forma en que trabajan empleados a plena dedicación que lo hacen total o parcialmente en casa, y también se refiere a autónomos que trabajan en su casa. En algunos casos la ubicación del teletrabajo es en espacios de coworking, cafeterías o lugares similares. El teletrabajo ha ido aumentando a lo largo de los últimos años, especialmente a raíz de la crisis del coronavirus, y se calcula que durante los periodos de confinamiento del año 2020, alrededor del 70% de los empleados de muchos países han teletrabajado.

El tema del teletrabajo tiene una gran relevancia. Como muestra puede indicarse que la mayoría de las personas están interesadas en el teletrabajo. De acuerdo con un estudio de LinkedIn (2020), el 99% de las personas querrían teletrabajar, al menos algún tiempo, durante el resto de su carrera. Según Randstad (2018), el 69% de los trabajadores en España querrían teletrabajar, pero su empresa no lo permite. Según el presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles (ARHOE), José Luis Casero, el porcentaje de trabajadores que quiere teletrabajar pero la empresa no se lo permite es del 75%.

Este interés se manifiesta incluso con la predisposición a cobrar menos a cambio de teletrabajar. Según OwlLabs (2019), el 34% de los trabajadores estarían dispuestos a cobrar un 5% menos a cambio de poder teletrabajar. Otra estadística similar es la que proporciona Global Workplace Analytics (2020), que indica que el 37% de los trabajadores estarían dispuestos a cobrar un 10% menos a cambio de teletrabajar.

Antes de estallar la crisis del coronavirus, según Eurostat (figura 1) en Europa teletrabajaban alrededor del 10% de los trabajadores. El país con más teletrabajadores era Holanda, con un 14% de los trabajadores. En cambio, en Bulgaria el porcentaje era del 0,2%. En España, el porcentaje estaba en la banda baja, con un 4%.

Según el INE (2020), con datos inmediatamente anteriores a la crisis del coronavirus, las personas que teletrabajaban en España habitualmente (más del 50% de su jornada laboral) eran el 5% de la población ocupada. Este porcentaje subía hasta el 7% si también se tenía en cuenta a las personas que teletrabajaban de manera esporádica.

A lo largo de los últimos años han ido aumentando las empresas que permiten que su equipo humano teletrabaje un determinado número de horas cada semana. Según ARHOE, en España entre un 14% y un 20% de las empresas españolas ya tienen previsto implementar programas de teletrabajo. Es el caso, por ejemplo, de Ernst & Young o de Zurich Seguros, que permiten desde hace unos años que alrededor del 50% del tiempo de trabajo semanal pueda hacerse desde casa.

En Estados Unidos, el porcentaje de teletrabajadores es, actualmente, del 7%, y el 66% de las empresas tienen algún empleado que teletrabaja (US Bureau of Labor Statistics).

En América Latina, Brasil es el país con más penetración del teletrabajo, con un 12% de la población activa. Le siguen Argentina (10%), Chile (5,2%) y México (4,4%) (La República, 2020). En muchos países de la región será imprescindible mejorar la digitalización de las empresas y de los hogares para ampliar las posibilidades del teletrabajo.

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Figura 1. Porcentaje de personas que teletrabajan en 2020 antes de la crisis del coronavirus

La existencia del teletrabajo varía mucho en función de la actividad que realiza la empresa. Como se puede apreciar en la figura 2, las empresas de informática y tecnologías de la información son las más propensas. En cambio, las empresas industriales son las que utilizan menos el teletrabajo.

De acuerdo con Global Workplace Analytics (2016), los sectores con más teletrabajadores en Estados Unidos son la consultoría e investigación (12%), informática (10%), finanzas y seguros (9%) y servicios inmobiliarios (8%); y los que menos son la minería (2%), restaurantes y hoteles (2%), construcción (3%), transporte (3%), industria (3%), Administración Pública (4%) y sanidad (4%).

Si tenemos en cuenta el tamaño de la empresa, las empresas que están más preparadas para hacer teletrabajo son las grandes y las multinacionales. En cambio, solo un 14% de las pymes cuenta con el nivel necesario de digitalización para hacer teletrabajo (CEPYME, 2020).

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Figura 2. Autorización para teletrabajar en algunos de los principales sectores de la economía en 2020

Si consideramos el sexo, la proporción de teletrabajo es más elevada en el caso de las mujeres con hijos o familiares dependientes. Por ejemplo, según el United States Office of Personnel Management (2012), el 24% de las mujeres funcionarias teletrabajan, mientras que este porcentaje era del 18% en el caso de los hombres. También es más elevada en el caso de las personas que viven en grandes ciudades (Federal Reresve Bank of St. Luis, 2019).

Si tenemos en cuenta la edad de los trabajadores, según Randstad (2018) los más interesados en el teletrabajo son los que tienen entre 25 y 45 años (78%). Le siguen los trabajadores menores de 25 años (64%). Los que menos interés tienen son los mayores de 45 años (58%).

Orígenes y evolución del teletrabajo

«La pandemia del coronavirus, posiblemente, acelerará la adopción del teletrabajo».

JLL, Consultoría Inmobiliaria

Hasta el siglo XVIII cuando se produjo la primera Revolución Industrial, muchas personas trabajaban en casa. Es el caso de profesiones como carpinteros, artesanos, etc. Sin embargo, cuando llegó la primera Revolución Industrial los trabajadores pasaron a las fábricas.

Un par de siglos más tarde, con la crisis del petróleo de 1973, el teletrabajo despertó un gran interés. El aumento del coste del carburante que encareció los desplazamientos al trabajo y la elevada congestión del tráfico motivaron la necesidad de plantear alternativas a la forma de trabajar. El término «teletrabajo» lo acuñó el científico Jack M. Nilles de la University of Southern California cuando el Gobierno de Estados Unidos le encargó un proyecto de investigación sobre las posibilidades del trabajo en casa con la ayuda de las posibilidades que ofrecen las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Nilles demostró que el teletrabajo podía contribuir a resolver los problemas de congestión de tráfico y medioambientales. Desde entonces, se ha utilizado el concepto de teletrabajo (también denominado trabajo en casa y, en inglés, telework, telecommuting, flexwork o smart working). El teletrabajo también recibe otras denominaciones: trabajo en remoto o trabajo flexible. Cuando finalizó la crisis del petróleo, el interés por el teletrabajo siguió creciendo por otros motivos, como puede ser la conciliación de la vida laboral y la familiar.

Durante muchos años, el teletrabajo se limitaba a actividades de telemarketing y de servicio de atención al cliente. A finales de los setenta, algunas empresas como IBM ya empezaron a contratar programadores que teletrabajaban en un momento en el que había escasez de este tipo de profesionales. En los ochenta, el desarrollo de los ordenadores personales aumentó aún más las posibilidades del teletrabajo, ya que era posible tener la «oficina en casa». Posteriormente, a medida que han ido aumentando las posibilidades de la tecnología (internet, correo electrónico, videoconferencia, realidad virtual…) se ha ampliado el abanico de posibilidades.

En 1997, en Estados Unidos ya había unos 10.000 funcionarios federales trabajando desde casa.

En los años siguientes, la irrupción de los teléfonos móviles, las tabletas y los ordenadores portátiles hicieron posible el concepto de «oficina móvil», ya que estos nuevos dispositivos permiten que el teletrabajo pueda hacerse desde cualquier lugar que tenga conexión a internet.

En 2011, a nivel internacional, el 20% de los empleados ya teletrabajaban al menos una parte de su jornada laboral y el 10% teletrabajaban la totalidad de su tiempo de trabajo (Reaney, 2012).

En 2014, el 59% de las empresas norteamericanas ya tenían algún tipo de teletrabajo (Society for Human Resources Management, 2014).

Actualmente, nuevas tecnologías como la información en la nube ya permiten la «oficina virtual». Imaginemos qué habría ocurrido hace treinta años (cuando internet no existía) si se hubiese producido una crisis como la del coronavirus. Sin internet no se podrían realizar la mayor parte de las actividades que ahora se pueden realizar en remoto. En la actualidad, el teletrabajo se hace comunicándose con la empresa ya sea a través del teléfono, el correo electrónico o internet.

A medida que se han ido produciendo avances tecnológicos, el teletrabajo ha ido aumentando su peso (ver figura 3).

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Figura 3. Porcentaje de personas que teletrabajan en Estados Unidos de 2000 a 2018

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Figura 4. Evolución del porcentaje de personas que teletrabajan en el sector privado y en el sector público en Estados Unidos de 2010 a 2019

En la figura 4 se comprueba que el teletrabajo está más extendido en el sector privado que en el público.

Por otro lado, el teletrabajo está más extendido a medida que el nivel salarial es más elevado (ver figura 5).

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Figura 5. Porcentaje de personas que teletrabajan en función del nivel salarial en Estados Unidos de 2010 a 2019

El teletrabajo se puede realizar en múltiples profesiones. Según Forbes, el 70% de las profesiones son susceptibles de hacerse en teletrabajo. En la figura 6 se listan las 20 actividades que generan más puestos de teletrabajo.

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Figura 6. 20 profesiones más demandadas para teletrabajo en Estados Unidos en 2018 y tasa de crecimiento anual

Características del teletrabajo

El teletrabajo se hace normalmente desde casa (84% de los casos según Buffer.com), pero también se utilizan espacios de coworking, cafeterías y bibliotecas. En la figura 7 se relacionan las principales características de las diferentes modalidades de teletrabajo.

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Figura 7. Características del teletrabajo

En los capítulos siguientes del libro se analizan con más detalle las implicaciones que supone el trabajo, en temas tales como gestión del tiempo, gestión de reuniones, gestión de equipos, equilibrio profesional-personal-familiar, aspectos tecnológicos y aspectos legales, entre otros.

Ventajas e inconvenientes

«El teletrabajo ocasional debería verse como una opción beneficiosa para todas las partes».

Miguel Valdivieso, director de Randstad
Human Capital Consulting

El teletrabajo tiene importantes ventajas, como se puede comprobar en la figura 8, aunque también tiene inconvenientes. Por otro lado, las ventajas que ofrece el teletrabajo son valoradas de manera diferente según el sexo. Así, de acuerdo con LinkedinTalent Solutions (2020), el 36% de las mujeres consideran que la posibilidad de teletrabajar es un elemento muy importante a la hora de considerar un empleo. Este porcentaje es del 29% en los hombres.

Como ejemplos de ventaja en lo que se refiere a la conciliación familiar del teletrabajo podemos mencionar a Luis Martínez, responsable de análisis y control de trading de Repsol, que explica que «teletrabaja casi siempre los martes para concluir a las 18 horas y llevar al niño a natación».

Según la United States Office of Personnel Management (2012), el 75% de los funcionarios que teletrabajan están satisfechos con su trabajo; en cambio, este porcentaje es del 68% en el caso de los funcionarios que no teletrabajan.

A pesar de las ventajas mencionadas, conviene seguir determinadas pautas. Así, el director de recursos humanos de Roche Farma, Luis Manuel González, señala que «el día de teletrabajo es perfecto para hacer videoconferencias internacionales o preparar presentaciones» y añade: «Yo no suelo teletrabajar en pijama o ropa deportiva, sino que me afeito y me visto de calle» (citado en La Vanguardia del 14 de marzo de 2020).

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Figura 8. Principales ventajas e inconvenientes del teletrabajo

Detractores

A pesar de las enormes ventajas que presenta el teletrabajo, también tiene detractores. De acuerdo con la United States Office of Personnel Management (2012), las principales barreras de la empresa al teletrabajo son las reticencias de la dirección de la empresa, las necesidades tecnológicas, los riesgos de seguridad y la desconfianza entre el empleado y su supervisor. En 2013, por ejemplo, Marissa Mayer, consejera delegada de Yahoo, prohibió el teletrabajo en su empresa con el fin de promover la innovación y la colaboración entre los trabajadores. En ese mismo año, Hubert Joly, consejero delegado de Best Buy, tomó la misma medida con el fin de mejorar los malos resultados que estaba obteniendo la compañía.

De acuerdo con Gao y Hitt (2003), los directivos más propensos a permitir el teletrabajo serán aquellos que confíen más en la capacidad de sus empleados para cumplir los objetivos. También señalan que es importante que la persona que empieza a teletrabajar ya lleve más de seis meses en la empresa.

Economía del teletrabajo: inversión y ahorro

El teletrabajo supone, por un lado, una inversión, pero, por otro lado, puede generar un importante ahorro de costes para la empresa.

En relación con la inversión que se necesita en equipamiento informático y software por teletrabajador, CEPYME (2020) estima en 22.400 euros los costes iniciales para una empresa de 10 empleados y unos 50 euros al mes por teletrabajador de costes de licencias informáticas.

En materia de ahorro de costes, hay diversos elementos a tener en cuenta. Como muestra de la mayor productividad de los teletrabajadores, podemos hacer referencia al estudio de Airtasker (2019), que encuestó a 1.004 empleados a tiempo completo, de los cuales 505 eran teletrabajadores. Los principales resultados del estudio son:

Los teletrabajadores trabajan 1.4 días más adicionales por mes que el resto de los empleados, lo que equivale a casi 17 días laborales adicionales al año.

Los teletrabajadores toman descansos más largos en promedio que el resto de los empleados (22 minutos versus 18 minutos, respectivamente), pero trabajan 10 minutos adicionales al día.

Los teletrabajadores son improductivos durante 27 minutos al día, sin incluir almuerzos o descansos. En cambio, el resto de los empleados son improductivos durante un promedio de 37 minutos al día.

El 15% de los teletrabajadores dijo que su jefe los distrajo del trabajo, que es menos del 22% del resto de los empleados.

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Figura 9. Estimación de los ahorros que produce un teletrabajador por año (datos en euros)

En otro estudio, Nicholas Bloom, de la Universidad de Stanford (2017), concluyó que la mejora de la productividad de los teletrabajadores es equivalente a 50 días más de trabajo al año, ya que están menos días enfermos y pierden menos tiempo mientras trabajan. Y el ahorro de espacio de oficina puede situarse entre 2.000 y 10.000 dólares por empleado y año. Según EY, que en 2019 tuvo un 65% de la plantilla que hizo una parte de su jornada en teletrabajo, mejoró la productividad en un 15%.

Se han realizado múltiples estudios sobre el ahorro que genera el teletrabajo. Empresas como Cepsa, por ejemplo, están realquilando espacios en sus oficinas tras implantar de forma generalizada el teletrabajo. En la figura 9 se comprueba que el ahorro de un teletrabajador se sitúa entre 7.870 euros/año u 16.740 euros/año.

El ejemplo de Dell Computer

De acuerdo con Mohammed Chahdi, director de Recursos Humanos de Dell: «El trabajo es lo que haces y no el lugar al que vas. Nuestra propuesta de valor es clara y simple: permitimos a los miembros de nuestro equipo hacer su mejor trabajo independientemente de dónde y cuándo lo hacen».

Actualmente, Dell tiene un 60% de sus empleados que teletrabajan. Esto les permite ahorrar 12 millones de dólares anuales al necesitar menos espacio de oficinas. Además, los empleados que teletrabajan tienen un nivel más elevado de motivación.

El caso del Gobierno norteamericano

En 2012, la United States Office of Personnel Management publicó un estudio cuantificando los ahorros que se producirían si el 50% de los funcionarios de la Administración hicieran teletrabajo, y el ahorro total se estimó en 5.400 millones de dólares/año (que representa un ahorro del 6,67% sobre el total de los salarios de los funcionarios) (figura 10).

Una muestra del interés que ha despertado el teletrabajo a raíz de la crisis del coronavirus es que de enero a marzo de 2020, las acciones de las empresas que ofrecen servicios relacionados con el teletrabajo han aumentado mucho su cotización. En la figura 11 se acompaña la cotización de la empresa Zoom, que ha visto aumentar su cotización más de un 100% en tres meses.

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Figura 10. Estimación de los ahorros que se producirían en Estados Unidos si la mitad de los funcionarios del Gobierno Federal teletrabajasen

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Figura 11. Evolución de la cotización de Zoom Video Communications Inc. De abril de 2019 a abril de 2020

Resumen de puntos clave

El teletrabajo ha tenido un gran desarrollo en los últimos años gracias a los avances tecnológicos.

La crisis del coronavirus ha multiplicado el interés por el teletrabajo.

La mayoría de los trabajadores teletrabajaría si pudiera.

En las actividades profesionales relacionadas con informática, consultoría, educación, investigación y similares, el potencial del teletrabajo es mucho más elevado.

La principal inversión que ha de hacer la empresa es en ordenadores, dispositivos móviles, software (videoconferencia, correo electrónico…) y acceso a internet o wifi.

Los ahorros que genera el teletrabajo se centran esencialmente en el menor requerimiento de espacio de oficina, los costes de desplazamiento, la mejora de la productividad y la reducción del absentismo.

Para evitar la dispersión es fundamental que la empresa establezca objetivos a cumplir, calendario y un sistema de control.

Para los teletrabajadores las principales ventajas son la reducción del tiempo de desplazamiento, la conciliación de la vida laboral y la familiar; y el ahorro en comida y locomoción.

Para la sociedad, los efectos beneficiosos del teletrabajo se centran en los aspectos medioambientales y la reducción de las congestiones de tráfico.

Conclusiones

«La pandemia va a romper la barrera de los directivos y mandos intermedios hacia el teletrabajo».

José Luis Casero, presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios

El teletrabajo no es el futuro del trabajo, sino el presente. Por tanto, no se trata de una moda, ya que está aquí para quedarse y aumentar exponencialmente en los próximos años. Las grandes ventajas que puede aportar en reducción de costes, incremento de la motivación y productividad de los empleados y también su impacto beneficioso para el medioambiente, explican que muchas empresas hoy día se estén planteando incrementar su apuesta por esta forma de trabajar. Esto se ve aún más potenciado por las posibilidades crecientes que ofrece la tecnología. Además, el hecho de que millones de empresas y de personas hayan tenido que teletrabajar a la fuerza a causa del coronavirus aún lo ha popularizado más.

Bibliografía

Gao, G. y Lorin, M. (2003): The Economics of Telecommuting: Theory and Evidence, The Wharton School, University of Pennsylvania.

Lorin M. Hitt Linkedin Talent Solutions (2020): Global Talent Trends 2019.

Nicklin, J.M. (2016): Telecommuting: What? Why? When? and How?, en J. Lee (ed.): The impact of ICT on work, Springer Science+Business Media.

OIT (2016): Challenges and opportunities of teleworking for workers and employers in the ICTS and financial services sectors, Issues Paper for the Global Dialogue Forum on the Challenges and Opportunities of Teleworking for Workers and Employers in the ICTS and Financial Services Sectors, Ginebra.

OwlLabs (2019): State of remote work, https://www.owllabs.com/state-of-remote-work/2019

Reaney, P. (2012). About 20 percent of global workers telecommute: Poll. Retrieved from http://www.huffingtonpost.com/2012/01/24/workers-telecommute_n_1228004.html

Society for Human Resource Management . (2014). 2014 employee benefits: An overview of employee benefit offerings in the U.S.

United States Office of Personnel Management (2012): 2012 Status of Telework in the Federal Government, Report to the Congress.

United States Office of Personnel Management (2018): 2017 Status of Telework in the Federal Government, Report to the Congress