Y ASÍ FUE COMO CONOCÍ A LOGAN
Pero en esta historia que os voy a contar, por supuesto, no estoy solo. Estoy con mis colegas de la SKUAD. Si os he dicho que YouTube y los videojuegos me han dado las cosas que más quiero en mi vida, no exagero en absoluto. Mis amigos, que son casi mi familia, ¿qué os voy a contar?, también salen de ahí, ¡faltaría más! A veces tenemos la idea equivocada de que conocer gente a través de internet no es lo mismo que conocerlos en persona en tu colegio o en tu barrio; la gente mayor, además, cree que las amistades surgidas en la red tienen menos peso o menos valor, o que pueden acabarse en cualquier momento. Por esa época, antes de ser youtuber, tenía un buen amigo llamado Daniel, ya lo he mencionado al principio. ÉRAMOS UÑA Y CARNE, nos pasábamos todo el día juntos, pero a él lo de YouTube no le interesaba en absoluto, supongo que eso fue lo que nos hizo ir distanciándonos poco a poco... Así que puedo deciros, que en mi caso, los amigos y las amigas que me han ido apareciendo en la vida gracias a mi trabajo son tan auténticos como si me los hubieran presentado de fiesta o en la playa.
Y aquí viene información sobre mi pasado: si no lo sabíais, mi anterior canal, —que abrí para grabar vídeos con mi hermano—, estaba completamente dedicado a los juegos que os he comentado antes, y fue en él donde, gracias a un vídeo sobre cómo conseguir gemas gratis en el Clash, me convertí en una celebridad. Era un vídeo que nunca pensé que me iba a reportar grandes cosas, pero me equivocaba por completo: fue colgarlo y... al estrellato absoluto, chavales. Así que después decidí que quería que la gente me conociese un poco más, que supiesen quién era Salva realmente, alguien que no solo podía aportar cosas al mundo de los videojuegos, sino que también podía conectar con mucha gente gracias a comportarme no como un personaje, sino realmente como soy, sin fingir para gustar a los demás. Así que dejé mi antiguo nick, DualCoC, y comencé a llamarme SALVA: un nombre normal, para un chico normal, al que empezaron a ocurrirle algunas cosas raras. Que sí, os juro que toda esta historia va de algo muy raro que nos pasó y que os contaré más adelante. Antes quiero que conozcáis mi historia.
La primera cosa rara que me pasó hace mucho tiempo tal vez fue conocer a Rafa o LOGAN, es como le gusta que le llamemos. LOGAN es como yo: un tío normal que adora los videojuegos y que sabe hacer unos vídeos que conectan con muchísima gente. Nos conocimos jugando como dos flipados, era lo que más nos gustaba hacer: eso y hablar de videojuegos. Luego, más tarde, hablamos de vídeos de YouTube y de gameplays que nos flipaban y poco a poco nos fuimos haciendo buenos amigos. No hay nada que una más a dos personas que compartir aficiones, ya lo sabéis.
Sí que es cierto que pasó un tiempo antes de hablar en persona: la primera vez que nos vimos las caras de verdad fue en un evento de videojuegos en Málaga. Ya os podéis imaginar cómo son esos encuentros, ¿no? El paraíso para alguien como Logan o como yo. MOGOLLÓN DE METROS CUADRADOS DEDICADOS EXCLUSIVAMENTE A LA MEJOR INVENCIÓN DEL SER HUMANO: LOS VIDEOJUEGOS, que permiten jugar y vivir historias memorables en primera persona. Allí podías disfrutar de partidas de auténticos expertos, de charlas de creadores de videojuegos. Podías competir en directo contra otros gamers o incluso aprovecharte de su gran conexión para jugar en red partidas realmente increíbles. Si sois gamers de verdad y alguna vez tenéis ocasión de asistir a un evento así no os lo perdáis por nada del mundo. Seguro que podéis encontrar a vuestro Logan allí, como yo encontré al mío: UN GRAN AMIGO CON EL QUE COMPARTIR MUCHAS AFICIONES Y VIVIR MUCHAS AVENTURAS.
Como os decía, allí participamos juntos en varios torneos, a veces nos tocaba jugar juntos y arrasábamos, y en otras ocasiones nos tocaba competir el uno contra el otro y nos picábamos como si fuésemos enemigos acérrimos. Da igual lo colega que seas de una persona: cuando tengo un mando en las manos, mi equipo y yo somos lo primero. Logan piensa exactamente lo mismo y por eso nunca nos enfadamos por culpa de una partida. Los piques siempre son divertidos, pero hay que saber que una vez que se acaba la partida, se queda todo ahí. Y mira que nos hemos picado fuerte jugando, pero nada más apagar, nos damos un abrazo de hermanos y volvemos a nuestra vida real.
Aquellos días, entre las viciadas y las conversaciones con más risas de nuestra vida, realmente nos dimos cuenta de que nos habíamos hecho muy buenos amigos, prácticamente bros. La amistad de verdad es algo que cuesta mucho conseguir, pero hubo una conversación con LOGAN que lo definió todo; así es, tuvimos una charla en la que los dos nos abrimos y dijimos en voz alta lo que sentíamos:
—Tío, ¿tú crees que toda la vida vamos a poder estar jugando a videojuegos o en algún momento algo lo va a joder todo? —me preguntó Logan.
—Yo creo que no TENEMOS QUE PENSAR EN EL FUTURO, BRO. Las cosas van y vienen, y nosotros poco podemos hacer. Hay que disfrutar el momento.
—Yo no quiero que esto se acabe nunca. No sabes el coraje que me da tener que volver al curro mañana.
—Y a mí a la universidad, tío.
—Molaría poder vivir de esto, pero tienes que trabajar muy duro para llegar a ser un grande. Quien piense que es solo jugar y divertirse se equivoca: hay que currar muchas horas.
—Totalmente de acuerdo, pero es mi sueño y lucharé por él.
—¡YO TAMBIÉN!
—Algún día, LOGAN, lo lograremos. Estoy seguro.
—Los dos juntos, bro.
Creo que gracias a esa conversación nos pusimos manos a la obra con nuestra vida, pusimos en palabras lo que de verdad queríamos hacer en el futuro. Como si fuésemos adivinos, visualizamos con exactitud milimétrica lo que queríamos llegar a ser cuando solo éramos dos jugones más en un salón de videojuegos. Logan y yo lo sabíamos entonces y por eso sé que podríamos definir a Rafa con una sola palabra: épico. Pero bueno, eso ya se lo dice él solito, ¿eh? Todo el día con la palabra «épico» en la boca. No me extraña que SHOOTER se metiese tanto con él. Demasiado.