En un cruce de la carretera hay una señal.

En un lado indica «Victoria».

En el otro, «Realización».

Debemos escoger una dirección. ¿Cuál escogeremos?

Si escogemos el camino a la Victoria,

¡el objetivo es ganar!

Experimentaremos la emoción de la competición

mientras corremos hacia la meta.

¡La multitud se reúne para animarnos!

Y, después, se acaba.

Y todo el mundo se va a casa.

(Esperamos poder hacerlo otra vez.)

Si elegimos el camino a la Realización,

el viaje será largo,

habrá ocasiones en las que debemos tener cuidado

y otras en las que nos paramos a disfrutar de las vistas,

seguimos,

seguimos.

La multitud se acerca para acompañarnos en el camino.

Y cuando nuestra vida acabe,

los que nos acompañaron en el camino a la Realización

seguirán sin nosotros e

inspirarán a otros a acompañarlos también.