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1. Antecedentes: el turismo rural frente a internet
La aparición de internet y el desarrollo de la web 2.0 (O’Reilly, 2005) han alterado las estructuras clásicas de la sociedad industrial hacia una sociedad en red (Castells, 2006b), basada en una modernidad líquida y en un proceso continuo de cambio (Bauman, 2003).
En este contexto, la geografía ha evolucionado hacia una geografía global (Buzai, 2014a) y en red (Capel Sáez, 2009), que interactúa en el espacio físico y en el espacio online, ya que el territorio es la base donde se suceden estos cambios. La transformación de la sociedad está indiscutiblemente unida a la transformación del territorio, un elemento dinámico y en constante evolución en un nuevo entorno virtual denominado ciberespacio (Barbachán, 2009).
Desde hace unas décadas, el turismo rural ha sido una actividad económica con un peso creciente en los municipios rurales que, si bien no ha sustituido actividades tradicionales como la agricultura o la ganadería, sí que ha complementado algunas de estas actividades, con lo que ha logrado convertirse en un factor de desarrollo importante en muchos municipios (Solsona Monzonís, 2014).
Con la aparición de internet, el turismo ha cambiado en todos sus aspectos, tanto en la promoción de los destinos turísticos por medio de las páginas web (Díaz Luque, 2005), como en la existencia de un nuevo turista conectado que interactúa con dichos destinos en los medios sociales (Miralbell Izard y Sivera Bello, 2009), pasando por la necesaria adaptación de las empresas a este entorno y, por último, por la propia distribución turística, cada vez más heterogénea y repartida en diversas plataformas que conectan al turista online con el destino (Buhalis y Foerste, 2015).
El turista utiliza internet como fuente de información durante todas las fases del viaje (Giner Sánchez, 2017), estando conectado en todo momento con el destino. Por ello, este debe tener una presencia y un desarrollo online adecuado que le permita conectar con dicho turista.
No existen investigaciones que traten del desarrollo del turismo rural en internet de forma integrada, que lo aborden uniendo todos los aspectos, desde una perspectiva geográfica y a escala local, como en la presente investigación.
En este sentido, el desarrollo de los municipios turísticos rurales está directamente relacionado con esta nueva realidad en la que internet es la tecnología de información y comunicación esencial, por medio de la cual se conectan los turistas online con los destinos. Por tanto, se trata de un factor clave en el desarrollo de dichos municipios, siendo susceptible de ser investigado desde la ciencia geográfica.
Hay numerosas definiciones de turismo, aunque la más comúnmente aceptada es la de la Organización Mundial de Turismo (OMT), que considera que el turismo se basa en tres condiciones: un desplazamiento fuera del entorno habitual, en un periodo de tiempo inferior a un año y con la intención de hacer alguna actividad que no sea trabajar (Arnandis y Yagüe, 2012).
El entorno donde se desarrolla la actividad turística es el destino turístico, entendido como aquel espacio geográfico «al que los turistas tienen la intención de desplazarse desde un origen a través de un transporte para disfrutar de unos productos, servicios, infraestructuras y atracciones durante cierto periodo de tiempo» (Díaz Luque, 2005, pág. 48).
El objeto de esta investigación son los municipios turísticos rurales. El análisis se realiza a escala local y por tanto no se analiza el destino turístico como un espacio geográfico, sino como un espacio político-administrativo.
El otro concepto que define el objeto de esta investigación es el de interior, un concepto eminentemente geográfico (Díez Santo, 2012a) que aparece como contrapunto al modelo de turismo litoral y donde se incluyen diversas tipologías como la rural, pero también la urbana y la natural. Así, en este estudio se considera turismo de interior «todo turismo que se dirige a poblaciones no costeras» (Vera-Rebollo y otros, 2009, pág. 29).
Esta investigación se realiza en el ámbito de la geografía como ciencia y por tanto el análisis tiene un marcado carácter geográfico y, tal y como afirma Díez (2010, pág. 16), «sustituye la habitual componente productiva, por otra de tipo territorial. Por ello, el turismo de interior no es un producto turístico, sino la suma de muchos de ellos».
En los espacios de interior se dan tres paradigmas de desarrollo interrelacionados, el del desarrollo local o endógeno que prioriza el desarrollo desde las estructuras y dinámicas locales, el del desarrollo integrado que implica un desarrollo transversal al territorio y que afecta a todos los sectores y agentes socioeconómicos y el desarrollo sostenible, que debe ser ecológicamente perdurable, económicamente viable y socialmente justo (Solsona Monzonís, 2010).
La importancia de uso de esta acepción en esta investigación viene dada por su carácter territorial frente al análisis desde otras perspectivas y con un concepto que puede llevar a confusión como es el del turismo rural y en el que la tipología interior, además de ampliar el ámbito de estudio, permite superar la falta de un modelo territorial del turismo rural (Díez Santo, 2012b).
Antes de definir el turismo rural es necesario hacer una referencia al desarrollo rural, el cual «puede ser entendido como la mejora de las condiciones económicas, sociales y culturales de un territorio rural, con respeto por el entorno físico y de tal forma que repercute positivamente sobre la calidad de vida de la población residente e integre el territorio en el conjunto de la sociedad» (Guinjoan y otros, 2016, pág. 197).
El turismo es una actividad económica que genera desarrollo y, por tanto, turismo rural es «la actividad turística realizada en el espacio rural y compuesta por una oferta integrada de ocio que se caracteriza por el contacto con el entorno natural y facilita la interacción con la sociedad local a través de la que se gestiona» (Arnandis y Yagüe, 2012, pág. 14). Incluso la propia definición de espacio rural es distinta en función de la escala en la que se trabaje, estando vinculada en muchas ocasiones al problema demográfico de estos espacios.
La dificultad de definir las diferencias de conceptos como espacio de interior, espacio rural y turismo rural ha sido ya estudiada por diversos autores, desde el análisis del concepto de alojamiento rural (Arnandis y Yagüe, 2012) hasta las distintas dimensiones de los espacios rurales (Ivars Baidal, 2000), pasando por la definición de turismo rural como «la actividad turística que se localiza e integra en el espacio rural» (Solsona Monzonís, 2010, pág. 51), sin poder llegar a una definición consensuada.
En esta investigación, la definición adoptada se basa en la afirmación de Vera-Rebollo y otros (2009, pág. 29), que afirman que «por turismo de interior se entiende todo turismo que se dirige a poblaciones no costeras», lo que coincide plenamente con la selección de municipios basada en los programas de ayuda Ruralter LEADER y Ruralter Paisaje, ambos con el elemento en común de hacer partícipes a todos los municipios de población de interior en contraposición a los costeros o de litoral.
Al hilo de esta reflexión hay que indicar que un problema que surge no es tan solo el de diferenciar entre turismo de interior y turismo rural desde un punto de vista científico, sino que esta dificultad se traslada también al terreno operativo, de modo que las herramientas de planificación e informes institucionales trabajan ambos conceptos.
Por tanto, se hará referencia a los municipios y espacios rurales siempre que la fuente original así lo haga, aunque al tratarse de un concepto integrado en uno mayor como son los espacios de interior, se entenderá que el concepto de turismo rural puede ser empleado en esta investigación teniendo en cuenta las consideraciones previamente indicadas.
La presente investigación se enmarca dentro de la disciplina científica de la geografía, como la ciencia que estudia las interacciones entre el ser humano y el medio en el que habita (Capel Sáez, 1981). El conjunto de la ciencia y de la sociedad está experimentando grandes cambios debido a la irrupción de internet en todos los ámbitos de la vida. Esta ciencia también se ve afectada por este hecho: la neogeografía y la nueva geografía global (Buzai, 2015b) implican un análisis de los nuevos canales de comunicación y de cómo estas deben ser estudiadas con las herramientas del geógrafo (Capel Sáez, 2009).
Desde hace décadas, los municipios rurales sufren una serie de debilidades, entre las que destaca en primer lugar el problema demográfico, del que derivan otros como son la debilidad generalizada del capital social en cuanto a la receptividad a los procesos de innovación, la facilidad de acceso para visitantes con actitudes y comportamientos poco respetuosos con este medio, la falta de apoyo a las iniciativas de desarrollo endógeno, las insuficientes conexiones en transporte público, los insuficientes procesos de liderazgo local, el déficit de dotación de determinados equipamientos, el excesivo número de municipios con población inferior a quinientos habitantes y la ausencia o poca eficacia de instrumentos de compensación territorial (Generalitat Valenciana, 2009, pág. 20).
Todo ello ha supuesto un desequilibro social, demográfico y económico en el territorio, en el que se contraponen los espacios de interior frente a los espacios litorales, una dicotomía que lleva a afirmar a algunos investigadores que las áreas rurales se constituyen como «un paradigma de los desequilibrios sociales y económicos entre territorios» (Esparcia Pérez, 2012, pág. 53).
El análisis de esta situación debe abordarse desde una dimensión eminentemente territorial, ya que el territorio es la base en la que se desarrolla el fenómeno rural. Su importancia ha sido reconocida en los últimos años tanto a escala europea como a escala regional (Esparcia y Escribano, 2012) y, de hecho, así ha sido desde que en los años noventa comenzaran las políticas europeas de apoyo al mundo rural en sus distintos programas (Esparcia Pérez, 2012).
La investigación no solo aborda los municipios rurales, sino también aquellos que son considerados turísticos, bien por haber sido declarados como tal según la normativa vigente, bien por disponer de oficinas de información turística, lo que implica una importancia relativa del turismo como actividad económica. De este modo, el turismo permite mejorar el desarrollo de los municipios, aunque hay que tener en cuenta que, de partida, existe un «mal posicionamiento de su producto turístico rural en el mercado turístico» (Solsona Monzonís, 2014). Es decir, la actividad turística requiere no solo disponer de una oferta, sino que esta se distribuya adecuadamente en dicho mercado.
En los últimos años el turista está conectado de forma continua a internet, siendo esta una de sus principales herramientas a la hora de obtener información de los destinos a los que quiere viajar. A este turista conectado se le denomina turista digital o turista online. Esta definición proviene del ámbito del marketing y hace referencia al tipo de herramientas que se utilizan para la promoción en internet. En este caso, se hace referencia al turista que usa los medios digitales y el entorno online para obtener información e interactuar con el destino. Se utilizarán indistintamente ambos conceptos en contraposición al de offline o referido a medios no conectados a internet. Así pues, el turista online se conecta con los municipios rurales por medio de los nuevos medios, entre ellos las páginas web y los medios sociales (Tascón y Cabrera, 2012).
Según el estudio «Estrategias de comunicación de las marcas de destino en España 2013», los tres elementos de la comunicación online de las marcas de destino con el turista son las páginas web, la web social y los dispositivos móviles (Universitat Pompeu Fabra, 2013). Los municipios ofrecen información por medio de sus páginas web y se comunican con los turistas por medio de la web social mediante los móviles, con lo que se produce una conexión bidireccional ente oferta y demanda:
Estos datos confirman que las herramientas básicas con las que el turista conectado interactúa con el destino son las páginas web para informarse, los medios sociales para comunicarse y la geolocalización para localizarse. Estos son exactamente los tres ejes en los que se sustenta esta investigación.
No existe ninguna investigación que unifique estas tres variables y las analice de forma global y científica, de modo que se establezca una relación entre los municipios turísticos rurales y su desarrollo en internet desde una perspectiva geográfica. La aportación principal de este trabajo es incorporar un análisis geográfico y tecnológico a un fenómeno como es el turismo 2.0 y, a una escala local, un nivel de desagregación municipal básico en la implantación de políticas de desarrollo local.
Un análisis desde la ciencia geográfica implica que el territorio y sus dinámicas sean el objeto de estudio por medio de herramientas de trabajo del geógrafo, como la estadística y la cartografía (Nieto y Cardenas, 2017), capaces de trabajar con grandes volúmenes de información y sintetizar la complejidad de las relaciones espaciales, transformándolas en conocimiento, lo que se denomina macrodatos (big data), y que guarda una relación directa tanto con la neogeografía (Bosque Sendra, 2015) como con el turismo (Invattur, 2015a).
La idea central en la que se sustenta esta investigación parte de la observación del hecho de que cada vez más el turista utiliza internet como fuente de información antes de la decisión de viajar a un destino. Por tanto, la pregunta que cabe hacerse es ¿qué capacidad tienen los municipios turísticos rurales para ofrecer la información del destino en internet y comunicarse con los turistas online por medio de los nuevos medios?
Los turistas acuden a un municipio y consumen unos productos y servicios que están situados en el territorio, que se encuentran localizados en unas coordenadas geográficas concretas. El turista online se informa en internet (medio online) sobre el viaje que va a realizar a un municipio turístico rural (medio físico) y utiliza los medios sociales como herramientas de información y comunicación con las organizaciones del destino.
Esta dinámica tiene un claro componente geográfico basado en el territorio como superficie donde se desarrolla la actividad turística, pero la conexión con el mundo online en el que interactúa el turista plantea la posibilidad de analizar cómo la geolocalización ejerce de herramienta de comunicación. Este hecho abre nuevas posibilidades de análisis del territorio uniendo el medio online al medio físico en un mundo social, local y móvil (Beltrán López, 2016b).
Por tanto, el presente trabajo se articula alrededor de dos aspectos básicos que tienen una relación muy importante en el desarrollo de los municipios turísticos rurales:
1. Internet y el entorno 2.0, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, páginas web y medios sociales, como las herramientas que permiten la conexión entre los turistas y los municipios rurales en un mundo globalizado.
2. El nuevo escenario del turismo en el que interactúan turistas, empresas y destinos, como uno de los sectores productivos que permite desarrollar económicamente los municipios turísticos rurales, dándolos a conocer por medio de internet para que los turistas acudan al territorio a visitarlo.
Todo ello se inscribe en el contexto de la nueva geografía global como marco conceptual de análisis y de la geolocalización online como herramienta de comunicación entre los turistas y los destinos, entre el espacio online y el espacio físico.
El libro se divide en ocho bloques: introducción, estado de la cuestión, metodología, caso práctico, resultados, conclusiones, tendencias y blibliografía.
1. El primer capítulo de introducción muestra los antecedentes, la justificación de esta investigación y la estructura que ha seguido. Los antecedentes contextualizan al lector en el momento de realizar esta investigación y cuál es la importancia de internet en el turismo rural. La justificación permite introducir la importancia de este fenómeno y cómo esta investigación aporta un valor añadido, en tanto que no existen trabajos similares que unan las variables de turismo, internet y municipios rurales.
2. El segundo capítulo, el estado de la cuestión, trata el marco teórico conceptual en dos ámbitos de trabajo en los que se sustenta esta investigación: internet, las páginas web y los medios sociales por una parte y el nuevo escenario del turismo por otra. A partir de una revisión bibliográfica, se identifican los trabajos más relevantes publicados hasta el momento y se aportan reflexiones para responder a los aspectos teóricos requeridos para el análisis posterior.
3. El tercer capítulo presenta el método de análisis online, con las hipótesis y los objetivos de la investigación. Se plantean dos hipótesis de trabajo y se definen los objetivos y cómo alcanzarlos definiendo los indicadores que conforman la matriz de análisis sobre la que se va a trabajar.
4. El cuarto capítulo analiza el caso práctico de la Comunitat Valenciana, cuya muestra de datos se realizó en agosto de 2013 en el caso de las páginas web y en agosto de 2015 en el caso de los medios sociales: en primer lugar, mediante la descripción de las fuentes de información empleadas, tanto externas como internas, y, en segundo lugar, mediante la selección de municipios y de organizaciones objeto de la investigación. El análisis se ha desarrollado mediante un análisis de componentes principales (ACP) y se ha visualizado en forma de mapas, mediante un sistema de información geográfica (SIG).
5. El quinto capítulo muestra un resumen de los resultados de la aplicación de la metodología a esta región, tanto desde el punto de vista de las fases de desarrollo online del modelo, como a escala espacial.
6. El capítulo sexto presenta las conclusiones basadas en el caso práctico de la Comunitat Valenciana, señalando la información más relevante obtenida, desde la respuesta a los objetivos planteados hasta la validación de las hipótesis iniciales, así como sus limitaciones.
7. El séptimo capítulo plantea futuras investigaciones y nuevas tendencias que van a determinar el futuro próximo del turismo rural en internet.
8. Por último, se incorpora un listado de acrónimos para facilitar la lectura y un apartado de bibliografía, que muestra un extenso listado de fuentes empleadas que sirve no solo como justificación científica de la investigación realizada, sino como inspiración y base de datos para otros estudiosos, interesados e investigadores.