Su vida con el hombre

Vivaracho, inteligente y juguetón, el hurón entra cada vez más a menudo en nuestras casas como alternativa al perro, que necesita más cuidados. Por otra parte, su alianza con el hombre existe en realidad desde hace mucho tiempo.

A lo mejor no se le puede comparar con el gato, que vive con el hombre desde hace 6.000 años, y mucho menos con el perro, que entró en nuestros hogares hace nada menos que 12.000 años, pero los más de tres mil años que llevan los hurones con nosotros no son nada despreciables.

De cazador...

Parece ser que los primeros hurones fueron domesticados en el Antiguo Egipto, alrededor del año 1300 a. de C. Su función era la de eliminar a los roedores, aunque más tarde fueron sustituidos por los gatos, que soportaban mejor el clima cálido.

El hurón actual tiene su origen en la domesticación de la mofeta europea, a la que este simpático animal se le parece mucho. Hace aproximadamente 2.000 años los griegos y los romanos lo utilizaban sobre todo para la caza, aprovechando su agilidad que le permitía meterse en refugios y galerías excavados por los animales salvajes, logrando sacarlos de sus madrigueras.

Es difícil resistirse a un morrito así. Y además, cuando se acostumbra a vivir con el hombre, se hace muy «casero», como un perro o un gato

Le encanta dejarse acariciar y mimar y, eliminando el hedor que emanan sus congéneres salvajes, huele como... una flor

... a animal de compañía

Sin embargo, su popularidad como animales de compañía es reciente y se debe al descubrimiento de que con la esterilización (la misma operación que se realiza en los machos y hembras de otras especies) se elimina para siempre su olor característico, que los convertiría sin ningún género de dudas en unos animales poco apropiados para la vida en un piso.

Sus parientes

Comadreja

Gracias a sus diminutas dimensiones y a su grandísima agilidad, consigue meterse en los agujeros hechos por los ratones y acabar con ellos. En el pasado se originaron muchas leyendas sobre este gracioso animal, al que consideraban insaciable y dotado de poderes mágicos. Algunos pensaban que al pronunciar su nombre provocaban terribles desgracias o traían suerte.

Armiño

Pequeño y muy elegante, con su morrito perspicaz y sus ojos avispados inspira inmediatamente simpatía. En invierno es de color blanco inmaculado, excepto la punta de la cola que es negra; en verano, el dorso se vuelve marrón claro, con matices avellana o rosados, mientras que la barriga es de color hueso. Parece como si, dependiendo de la estación del año, llevase el «vestido de camuflaje» más adecuado.

Glotón

Parecido a un osito, vive en Europa, Asia y América, en los bosques del Norte. Es un animal más bien solitario. Cuando cae la tarde, con sus robustas patas dotadas de potentes garras, excava una madriguera donde pasará la noche. Es un carnívoro que ataca a sus presas en campo abierto, quedándose a menudo «con las manos vacías», porque casi siempre se le escapan.

Marta

Corre, trepa, da saltos de 2 o 3 metros, se arrastra, nada... Este agilísimo «duende» de los bosques tiene un físico perfecto para la caza. Preguntadle a una ardilla cuál es el depredador al que más teme: la marta.

Un bellísimo ejemplar de visón

Mofeta

Todo el mundo la evita por el olor fortísimo y desagradable que desprende, pero que es tan sólo un arma para defenderse de los posibles enemigos. En realidad este mustélido, que se caracteriza por una simpática máscara blanca alrededor de los ojos, es pacífico y prudente, aunque tenga un valor extraordinario que la lleva a atacar animales mucho más grandes que ella.

Tejón

Tímido y receloso, espera la puesta de sol para desplazarse con extrema desconfianza, moviéndose torpemente en busca de algún que otro bocado (raíces, tubérculos, frutos salvajes y miel «robada» a las abejas). Además, la luz del sol no le sirve de mucho porque es más bien…miope. Tiene en cambio un olfato y un oído muy finos y es un excelente minero, ya que excava madrigueras enmarañadísimas que a menudo comparte con el zorro.

Visón

En estado salvaje vive preferentemente en lugares frescos situados cerca de lagos, ríos, torrentes..., no sólo porque le gusta mucho nadar, sino también porque en el agua encuentra su comida favorita: el pescado. Cuando se mueve sobre el suelo es un buen corredor y es capaz de trepar a los árboles para hacerse con huevos y pajaritos.

En Estados Unidos quieren mucho a este simpático animal y se cuentan millones de hurones domésticos. No sólo eso: existen clubes y asociaciones de aficionados, refugios para hurones abandonados, revistas especializadas, páginas web, empresas que fabrican jaulas y juguetes sólo para ellos.

En resumen, después de siglos de vida con el hombre, el hurón es un animal «casero», tan dependiente de nosotros y de nuestros cuidados que ya no podría arreglárselas solo.