MORFOLOGÍA Y FISIOLOGÍA

RESUMEN DE MORFOLOGÍA GENERAL

El gato europeo es de tipo mediolíneo, o semicobby, como se dice en la jerga de los criadores. Es de talla media o grande, tiene el cuerpo bastante alargado, pero fuerte y musculoso, con el pecho ancho, la cabeza redondeada, el hocico algo más largo que ancho y las mejillas desarrolladas. Las orejas son de tamaño medio, muy separadas, la cola flexible, las patas de longitud media, y la grupa y los muslos forman, en conjunto, una superficie convexa.

FICHA INFORMATIVA

Denominación científica de la especie

Felis cattus

Clasificación científica

Clase: mamíferos.

Orden: carnívoros.

Suborden: digitígrado.

Familia: félidos.

Género: Felis.

Orígenes

Descendiente de los gatos africanos, cruzados con otras especies salvajes y asiáticas.

Tamaño (adulto)

Longitud media: 50 cm más 30 cm de cola.

Altura media: alrededor de 30 cm.

Peso

De 2 a 5 kg (con ejemplares de 10 o 12 kg).

Datos fisiológicos

Temperatura corporal: 38,5-39 ºC; ritmo cardiaco: 110-140 pulsaciones por minuto.

Duración de la gestación

De 55 a 69 días.

Duración de la lactancia

2 meses.

Madurez sexual

Alrededor de 6 meses.

Longevidad

15 años de media (con ejemplares entre los 8 a los 20 años).

MEDIDAS PRINCIPALES DEL GATO

1. Estatura, altura hasta la cruz; 2. Longitud del cuerpo; 3. Perímetro del cuello; 4. Perímetro torácico; 5. Altura del pecho; 6. Profundidad del pecho; 7. Anchura del pecho; 8. Anchura de la pelvis; 9. Altura del hombro; 10. Altura del codo; 11. Hueco bajo el esternón; 12. Extremo de la nalga; 13. Extremo de la corva; 14. Extremo del corvejón; 15. Longitud de la cola

Esqueleto

Está formado por un total de 279 huesos, generalmente finos; en cambio, son elásticos y resistentes. Los gatos carecen prácticamente de clavícula, la cual se encuentra reducida a un vestigio óseo; esto les permite el movimiento libre de las extremidades anteriores, lo que contribuye, en gran medida, al denominado reflejo de enderezamiento.

Cavidad oral

Está limitada por los maxilares superior e inferior, ambos dotados de potentes músculos. Los dientes se caracterizan por la presencia de unos caninos muy largos, con unas raíces que miden el doble que la parte visible, unos incisivos pequeños con unas raíces mínimas, unos premolares adaptados para cortar y unos molares destinados a la masticación. El cachorro tiene veintiséis dientes, que aparecen dos semanas después del nacimiento; a los sietes u ocho meses estos son sustituidos por los treinta dientes definitivos del gato adulto:

 seis incisivos, dos caninos, seis premolares y dos molares en el maxilar superior;

 seis incisivos, dos caninos, cuatro premolares y dos molares en el maxilar inferior.

Musculatura

Los músculos son elásticos, capaces de desarrollar más velocidad que resistencia. Su contracción está regulada por un eficaz sistema nervioso central, mediante el cual el gato consigue ejecutar movimientos precisos y veloces, además de rápidos cambios de dirección.

Patas

Las patas delanteras terminan en cinco dedos, que forman la mano, mientras que las posteriores finalizan con cuatro, que constituyen el pie.

Las extremidades son muy flexibles y elásticas, lo que propicia que sus movimientos sean silenciosos. Las uñas son retráctiles, curvas y largas, y están recogidas en una funda que las protege del deterioro. Son un arma veloz de gran precisión.

FISIOLOGÍA

Vista

El gato ve muy bien, incluso sin luz, gracias a la presencia del denominado tapetum lucidum, un estrato celular reflectante situado tras la retina. Las células que lo forman reflejan los rayos luminosos que no se perciben en un primer momento, y ayudan a que los conos y los bastones de la retina tengan la posibilidad de captarlos de nuevo. Por este motivo, los ojos de los gatos brillan en la oscuridad cuando una luz muy intensa incide en la pupila.

El tapetum lucidum mejora un 40 % la eficiencia de la vista de este animal. La pupila, además, puede dilatarse tanto que, de noche, la vista del gato es cinco veces superior a la del hombre; por ello resulta equiparable a la de los animales nocturnos. Los conos del gato son tricromáticos, por lo que debería distinguir los colores azul, verde y rojo. Sin embargo, aunque no se ha demostrado de manera concluyente, parece que no diferencia bien el verde, pero sí el azul, el rojo y la escala de grises. Puede seguir perfectamente a una presa que se encuentra en movimiento, porque su ángulo de visión supera incluso los 180º, pero si esta permanece inmóvil, es posible que el gato no la perciba.

Olfato

Aunque en orden de importancia ocupa el tercer puesto como órgano sensorial, por detrás de la vista y el oído, el olfato es fundamental para el gato en la comunicación con sus semejantes, además de servirle para discriminar olores y distinguir incluso las más complejas combinaciones químicas.

El hocico del gato dispone de numerosas glándulas especiales (glándulas de Bowman), muy similares a nuestras glándulas sudoríparas; se activan y producen una secreción sólo cuando resulta necesario. Esto explica por qué el hocico de los gatos está seco o húmedo: no depende de su estado de salud, sino del interés olfativo por su entorno. Si el animal tiene hambre o está alerta, su hocico se humedece; si está en reposo o haciendo la digestión, permanece seco.

Un gato percibe los olores entre cincuenta y setenta veces mejor que nosotros. Esta capacidad reside, en primer lugar, en la posibilidad de activar las glándulas de Bowman; estas segregan una sustancia especial capaz de disolver las partículas de cualquier aroma, con lo que facilitan la percepción por parte de las terminaciones olfativas. Por otro lado, el órgano vomeronasal, que se encuentra situado en el interior del canal nasopalatino, permite al gato captar estímulos olfativos imperceptibles para nosotros.

Oído

El gato es uno de los animales con el oído más sensible. Dotado de una gran agudeza auditiva, es capaz de captar frecuencias de hasta 60 000 Hz (el hombre llega a 20 000 Hz) y distinguir una amplia gama de sonidos de muy baja intensidad.

Sus pabellones auriculares pueden moverse de manera independiente, y captan las ondas sonoras dirigiéndolas al tímpano y amplificándolas con un efecto de resonancia cuando pasan por el conducto auditivo externo. El tímpano vibra y transmite el impulso a través del martillo, el yunque y el estribo, en el oído medio, hasta el oído interno, el cual está formado por el vestíbulo y la cóclea, donde se encuentra el nervio auditivo.

Tacto

Existen múltiples receptores táctiles en el gato, comenzando por las vibrisas. Se trata de unos pelos diferenciados e inervados cuya función, básicamente, es sentir y orientarse; están situados encima del hocico (a la altura de los bigotes), en las mejillas, el mentón, las cejas y la parte posterior de los carpos.

También las almohadillas están provistas de receptores táctiles que permiten al gato percibir las vibraciones más débiles, y que utilizan durante la caza y el juego y al manipular la comida.

Formidables receptores táctiles, las vibrisas son esenciales para el equilibrio y la orientación del gato. Del mismo modo, en las almohadillas están presentes unos receptores que le permiten percibir la más mínima vibración

Gusto

Como todos los mamíferos, el gato dispone en la cavidad oral y en la lengua de células gustativas que lo ayudan, mediante cinco tipos de receptores, a reconocer otros tantos sabores:

 Dulce. Aunque lo percibe, el gato no reacciona a este sabor, incluso lo rechaza; además, parece que percibe ciertos edulcorantes como amargos.

 Amargo. En cambio, la percepción del amargo es muy fuerte para el gato y por este motivo consigue evitar la ingesta de sustancias tóxicas, que a menudo tienen este sabor.

 Ácido. Posiblemente es el sabor preferido de los gatos.

 Salado. Se trata de un sabor complejo y no se sabe en qué medida logra cuantificarlo el gato.

 Umami. Es un sabor descubierto hace algunos decenios por un investigador japonés (en japonés, umami significa «sabroso») y que todavía es objeto de estudio. Corresponde al sabor del glutamato y se evidencia gracias a la capacidad del gato (que también posee el hombre) de reconocer algunas moléculas, como el glutamato, la guanosina y la inosina, que se encuentran presentes en la naturaleza en muchos alimentos ricos en proteínas, de los que también se nutren estos felinos.

PRINCIPALES REFLEJOS

Equilibrio

Es una característica típica que se basa en la percepción absoluta y constante, aunque inconsciente, que los gatos tienen de la posición de su cabeza en el espacio. Se debe a la estructura del oído interno (sistema vestibular) y a la delicada tarea que desempeñan en conjunto los receptores tendinosos y musculares, que envían la información al cerebro; este, a su vez, corrige rápidamente el movimiento para mantener el equilibrio. Este sistema permanece siempre activo, excepto en los escasos momentos de sueño profundo.

Reflejo de enderezamiento

¿Por qué los gatos caen siempre de pie? Debido a la acción combinada de los ojos y el aparato vestibular. Esto, unido a la capacidad de amplio movimiento de las extremidades anteriores y a una columna vertebral móvil, en la que cada hueso está unido a los demás de manera bastante libre, hace que el gato que caiga de una altura de una o dos plantas apenas sufra lesiones, ya que lo hace de pie gracias a lo que se denomina reflejo de enderezamiento.

Cuando un gato cae, sus ojos y el aparato vestibular informan rápidamente al cerebro sobre la posición de la cabeza respecto al suelo. De inmediato, el cerebro reacciona ordenando a los músculos del cuello que giren la cabeza en la dirección de la caída; después, el resto del cuerpo sigue la dirección de la cabeza utilizando la cola para neutralizar la pérdida inicial de equilibrio y, de este modo, adopta una posición adecuada antes del aterrizaje, para lo que emplean las patas anteriores como muelles que absorben el golpe e impiden daños en los órganos internos.

Las diferentes fases del enderezamiento del gato en una caída: sus patas anteriores sirven como muelles y ayudan a amortiguar el impacto