Les cuento la historia de Butterfly Joe,
fantástica aventura e increíble aflicción.
Pero ¿cómo contarla en tal dirección
que se salve mi pellejo y también mi corazón?
Llamaría a una musa (pero ellas callan
desde que Cupido cambió el arco por metralla),
dejando la música de su nombre
y a diez mil escritores buscando renombre
y gloria y laureles en sus plumas,
por una historia que crece como espuma.
No. No las voy a esperar.
Simplemente lo contaré
empezando por el principio:
el primer encuentro con mi héroe
y su hermana selkie, desnuda
en las frías aguas
de las cascadas de Kaaterskill,
cerca de donde
Rip van Winkle tomó
su siesta de veinte años.
Aquí comienza la aventura
y así se cuenta mi historia...