Capítulo uno

¿Qué es la Cábala?

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ORA LEGE LEGE LEGE RELEGE LABORA ET INVENIES

(Reza, lee, lee, lee, relee, trabaja y encontrarás)  

Mutus Liber



Definir la Cábala es imposible, pero trataré de dar diferentes ideas para captar el sentido de esta palabra.

Cábala viene del hebreo kibel, 'recibir'. Se dice que Moisés “kibel” las tablas de la ley en el monte Sinaí.

Es una disciplina mística transmitida por tradición oral a lo largo de milenios. Se podría decir que históricamente la Cábala es la piedra fundamental de la tradición occidental de los Misterios. Los místicos cristianos, islámicos y judíos tienen fuentes comunes: Sumeria, Acadia y Egipto, y están unidos por la Biblia. 

La Cábala es la revelación que se obtiene del estudio profundo de las Sagradas Escrituras.

En palabras poéticas diríamos:

Es un camino, una escala al mundo superior. 

Nos permite captar los “destellos” que emanan de las mansiones divinas. 

La Cábala realmente no se puede enseñar, hay que experimentarla. 

La Cábala es de naturaleza divina.

La Cábala no es un libro.

Es una forma de vida que busca una conexión con Dios y conocer la creación cuyos elementos intrínsecos quedan más allá de la capacidad de entender del intelecto. 

La Cábala se revela de boca a oído. Es una tradición que se traspasa de padres a hijos, de maestros a discípulos. Es una sabiduría espiritual atemporal. 

Si bien por la historia y las metáforas que usa constituye una forma espiritual judía, la experiencia cabalística es universal en el esfuerzo por comprender la irrealidad —la nada— de todas las cosas.

Según Gershom Scholem2 “La Cábala es un fenómeno único y no debería identificarse con lo que se conoce en la historia de la religión como misticismo. Es, en efecto, un misticismo, pero al mismo tiempo es esoterismo y teosofía”.

Toda la experiencia cabalista se realiza sobre sí mismo, en sí mismo. Es una actividad individual que ocurre en el interior, se apoya en la certeza que tiene el místico de la trascendencia de Dios. El entendimiento intelectual en la Cábala es un fenómeno místico. A través de los estudios de las escrituras aumenta la luz interior. 

Si no es trabajada y estudiada la Cábala no llega al alma. Es como tener una semilla, la tierra y el agua; pero para comer pan hace falta el trabajo de arar, plantar, cosechar y hornear.

El cabalista aprende en el estudio profundo de las escrituras acerca de sí mismo, quién es y cómo es y lo que debe hacer etapa por etapa, paso a paso para llegar al “reino”. Es similar a las transformaciones del alma que el alquimista experimenta mientras lee, estudia, reza y trabajaba en su Opus (obra).

El modo más claro de percibir al propio Dios es a través de la introspección.  

La Cábala es un acto de amor con el mundo supremo donde se mezclan la sensualidad y la divinidad. Es un juego de amor entre el Creador y la creación. 

En cuanto a su forma, se convirtió en gran medida en una doctrina esotérica. Es un conocimiento que solo puede expresarse mediante símbolos y metáforas. Como en los Evangelios, Jesús enseñó a través de parábolas. 

Desde sus orígenes estas enseñanzas han estado llenas de restricciones para recibirlas: tener cuarenta años, poseer el alumno la calidad ética apropiada y hacer votos de guardar secretamente las revelaciones. 

La Cábala adoptó al comienzo un carácter esotérico muy afín al espíritu de la Gnosis, que no se limitaba a ser una instrucción sobre la vía mística, sino que incluía también ideas sobre cosmología, angelología y magia. Con el contacto con la filosofía judía medieval, se convirtió la Cábala en una “teología mística”, más o menos elaborada en un sistema. Este proceso trajo consigo una separación de los elementos místicos, especulativos, de los elementos ocultos y especialmente de los mágicos, divergencia que era a veces muy clara sin llegar a ser total. Se expresa en el uso diferenciado de (‘Cábala filosófica’) (‘Cábala práctica’).”

Para los cabalistas, los padres de esta tradición fueron Abraham, David, los profetas y los esenios. 

La Cábala se ocupa de temas místicos, filosóficos y teosóficos, como por ejemplo:

La Divina Providencia, el Mesías, el misterio de la Creación, la redención, los sueños, los guías espirituales, la sanación, el desarrollo de la intuición y la profecía, la vida después de la muerte, el más allá, el Golem, el aura, la reencarnación, el destino, los ciclos cósmicos y otros temas más relacionados con la vida cotidiana como la sexualidad, la alimentación y la purificación. 

Las principales fuentes de los estudios están en el Génesis, la Visión de Ezequiel, los Salmos, el Cantar de los Cantares y el Libro de Daniel.

El estudio de la Cábala requiere de un mapa que se llama Árbol de la Vida que está compuesto por diez Sefirot, veintidós letras del alfabeto hebreo y cuatro mundos o dimensiones de la realidad y del alma. 

La Cábala ofrece más de un punto de analogía con las ideas de Platón y Spinoza; algunas veces adquiere el tono de la poesía religiosa para penetrar más íntimamente en el sentido de los libros sagrados.

Se ha desarrollado y propagado en el más profundo misterio. Es  una ciencia única,  destinada a contactarnos con las más recónditas profundidades de la naturaleza divina y la verdadera esencia que une todas las cosas.