Me siento profundamente agradecida a todas las personas que se han cruzado en mi vida y que me han inspirado, conmovido e iluminado con su presencia.
También quisiera expresar mi reconocimiento y mi gratitud a las siguientes personas por su extraordinario apoyo y sus contribuciones en mi viaje y en la creación de este libro:
Por compartir generosamente su sabiduría, amor y divinidad rindo homenaje a los coautores de El Secreto: John Assaraf, Michael Bernard Beckwith, Lee Brower, Jack Canfield, el doctor John Demartini, Marie Diamond, Mike Dooley, Bob Doyle, Hale Dwoskin, Morris Goodman, los doctores John Gray y John Hagelin, Bill Harris, el doctor Ben Johnson, Loral Langemeier, Lisa Nichols, Bob Proctor, James Ray, David Schirmer, Marci Shimoff, los doctores Joe Vitale y Denis Waitley, Neale Donald Walsch y el doctor Fred Alan Wolf.
A los extraordinarios seres humanos que forman el equipo de producción de El Secreto: Paul Harrington, Glenda Bell, Skye Byrne y Nic George. También Drew Heriot, Daniel Kerr, Damian Corboy y todos aquellos que nos acompañaron en la creación de la película El Secreto.
A James Armstrong, Shamus Hoare y Andy Lewis de Gozer Media, por la creación de las soberbias imágenes y por conseguir impregnarlas de la esencia de El Secreto.
Al director ejecutivo de El Secreto, Bob Rainone, que nos llegó caído del cielo.
Michael Gardiner y al gabinete de asesoramiento financiero y legal en Australia y en Estados Unidos.
Al equipo de la página web de El Secreto: Dan Hollings, John Herren y a todos los miembros de Powerful Intentions que dirigen el Foro de El Secreto y a todas las personas maravillosas que participan en él.
A los grandes avatares y grandes maestros del pasado, cuyos escritos encendieron el poderoso fuego del deseo en mi interior. He caminado a la sombra de su grandeza y honro a cada uno de ellos. Mi más especial agradecimiento a Robert Collier y a Robert Collier Publications, a Wallace Wattles, Charles Haanel, Joseph Campbell, a la Joseph Campbell Foundation, a Prentice Mulford y Genevieve Behrend, así como a Charles Fillmore.
A Richard Cohn y a Cynthia Black de Beyond Words y a Judith Curr de Simon & Schuster, por abrirme sus corazones y acoger El Secreto. A Henry Covi y Julie Steigerwaldt por su trabajo de corrección del texto.
A Cathy Goodman; Susan y Colin Sloate; Susan Morrice, directora de Belize Natural Energy; Jeannie MacKay y Joe Sugarman, por su generosidad al compartir sus historias.
Al doctor Robert Anthony, Jerry y Esther Hicks y las enseñanzas de Abraham, David Cameron Gikandi, John Harricharan, Catherine Ponder, Gay y Katie Hendricks, Stephen MR Covey, Eckhart Tolle y Debbie Ford, por sus inspiradoras enseñanzas. A Chris y Janet Attwood, Marcia Martin, miembros del Transformational Leaders Council, al Spiritual Cinema Circle, al personal de Agape Spiritual Center y a los ayudantes de todos los maestros que aparecen en El Secreto, por su generosa ayuda.
A mis queridos amigos, por su amor y apoyo: Marcy Koltun-Crilley, Margaret Rainone, Athena Golianis y John Walker, Elaine Bate, Andrea Keir y Michael y Kendra Abay. Y a mi sorprendente familia: Peter Byrne; mis queridísimas hermanas: Jan Child, por su valiosa ayuda en la creación de este libro; Pauline Vernon, Kaye Izon (fallecida) y Glenda Bell, que siempre ha estado a mi lado y cuyo amor y apoyo no tienen límites. A mi valiente y hermosa madre, Irene Izon, y a la memoria de mi padre, Ronald Izon, cuya luz y amor siguen iluminando nuestras vidas.
Por último, a mis hijas, Hayley y Skye Byrne. A Hayley, a quien debo el comienzo de mi vida y de este viaje, y a Skye, que siguió mis pasos en la creación de este libro y que corrigió y transformó brillantemente mis palabras. Mis hijas son las joyas más valiosas de mi vida y con su mera existencia me impregnan de luz cada vez que respiro.