MOVIMIENTOS DE LA COLUMNA
VERTEBRAL
Si se quisiera valorar la cantidad de movimiento que son capaces de reproducir dos vértebras entre sí, sin el resto de sus compañeras, podría comprobarse que es escaso. Pero si se suma la acción de todo el conjunto, 24 vértebras móviles, pueden realizarse una serie de amplios movimientos gracias a las múltiples articulaciones que hay entre todas ellas. Estos 24 huesos, con sus respectivos discos intervertebrales, ofrecen la posibilidad de mover la columna en conjunto o una sola de sus regiones, como cuando se flexiona sólo la región cervical al decir “sí”.
Para el estudio de las capacidades dinámicas de la columna hay que tener en cuenta que cuando se combinan los movimientos de ésta con los de la pelvis, el resultado final es un mayor grado de desplazamiento del tronco por la suma de la acción de ambas estructuras (consultar pág. 73).
Las investigaciones realizadas por fisiólogos como Panjabi, White o Kapandji ofrecen resultados distintos en cuanto a la cantidad de movimiento que la columna puede llegar a desarrollar por sí misma. Probablemente, esta disparidad en los datos obtenidos se debe a las características de los sujetos estudiados, ya que la flexibilidad de la columna depende de factores como la constitución, la edad y la elasticidad de músculos y ligamentos.
A continuación se expone una aproximación a las amplitudes medias que suelen encontrarse en personas sanas.
— POSICIÓN ANATÓMICA –––––––––––
Posición básica a partir de la cual se estudian los movimientos que el cuerpo humano es capaz de realizar, así como las diferentes estructuras y regiones corporales.
MOVIMIENTOS DE LA COLUMNA EN CONJUNTO
MOVIMIENTOS CERVICALES
En posición anatómica, las vértebras cervicales están dispuestas ligeramente en extensión, generando la curvatura propia de esta región (lordosis).
Se considera que el grado de curvatura cervical normal oscila entre los 2º y los 25º, aunque existen discrepancias entre algunos científicos. Su medición se realiza utilizando el sistema de Cobb, en el que se toman como referencias la orientación de la primera vértebra cervical y la superficie inferior del cuerpo vertebral de C-7.
Para medir los grados de movimiento, en lugar del atlas se utiliza como referencia el plano masticatorio (puede imaginarse como una lámina de cartón sujetada con los dientes) respecto a la horizontal. Se realiza de esta manera para incluir el movimiento de la cabeza sobre la primera vértebra cervical, gracias a las articulaciones occipitoatloideas, al llevar a cabo una flexión completa.
De los 50º aproximados de flexión cervical, 15º se realizan gracias a las articulaciones occipitoatloideas, al igual que ocurre con los primeros 15º de extensión.
Cuando se realiza un movimiento de flexión, partiendo de la posición anató-mica, la lordosis inicial se endereza y posteriormente pasa a invertirse (concavidad anterior). En la extensión, simplemente aumenta la lordosis.
Durante el movimiento de retropulsión también se produce un enderezamiento de la curvatura cervical, sin llegar a invertirse. El movimiento de retropulsión de la cabeza o rectificación de la lordosis cervical puede considerarse como una flexión parcial.
En la antepulsión, las últimas vértebras cervicales se flexionan para desplazar la cabeza hacia adelante, pero las superiores se extienden (sobre todo las articulaciones occipitoatloideas) para mantener la vista orientada hacia el horizonte. Las articulaciones que unen el cráneo con el atlas son las responsables de realizar 8º hacia cada lado en los movimientos de inclinación. Las demás vértebras cervicales son las responsables de los 37º restantes.
De los 90º de rotación cervical, las articulaciones occipitoatloideas son ca-paces de desencadenar 12º, y las que unen el atlas con el axis otros 12º. Por lo que los 66º restantes se realizan mediante las articulaciones que van de C-3 a C-7.
MOVIMIENTOS DORSALES
Tomando como referencias la superficie superior del cuerpo vertebral de D-1 y la inferior de D-12, pueden trazarse dos líneas para medir la angulación de esta región de la columna. En bipedestación relajada, las vértebras dorsales están dispuestas en una posición relativa de flexión que oscila entre los 20º y 50º.
Los movimientos dorsales son reducidos en relación a los cervicales debido, por un lado, al contacto de las costillas entre sí (en la flexión e inclinación) y, por otro lado, a la compresión de las articulaciones interapofisarias (extensión –consultar pág. 47–) además de la tensión de los músculos intercostales y ligamentos.
MOVIMIENTOS LUMBARES
El ángulo de Cobb en la región lumbar oscila entre los 20º y los 70º. Cabe destacar la escasa movilidad de las vérte-bras lumbares en la inclinación y rotación debido al contacto de las facetas articulares propiciado por su orientación (consultar pág. 44).
Aunque en este apartado se hayan mostrado los movimientos de cada región por separado, las vértebras dorsales y lumbares (región dorsolumbar) actúan normalmente de manera conjunta durante los movimientos cotidianos, tal y como puede comprobarse en los apartados de “Biodinámica” y “Ejercicios posturales”.