Después de estudiar a las personas, las relaciones humanas y las interacciones empresariales, me ha sorprendido cómo algunos logran unos resultados mucho más espectaculares que otros con lo que parecen exactamente los mismos ingredientes.

En empresas en que los trabajadores tienen productos y recursos idénticos, a algunos les cuesta encontrar clientes mientras que otros no paran de tener éxito. A pesar de que sus actitudes y esfuerzos son distintos, me he dado cuenta de que estos triunfadores tienen algo en común: saben exactamente qué decir, cómo decirlo y cómo lograr que tenga un efecto.

Gracias a ello me ha fascinado la diferencia que un sutil cambio de palabras puede tener en el resultado de una conversación, y ha motivado mi estudio de los detonantes clave que provocan un cambio en el sistema de creencias de una persona.

En 2012, publiqué un breve libro llamado Magic Words en el que transcribí las palabras que solía decir en mis conferencias y cursos de formación. Es un libro del que estoy realmente orgulloso, y no solo porque se incluyera en muchas listas de superventas. Lo importante de verdad fue que quienes lo compraron se lo leyeron, aprovecharon lo que aprendieron y obtuvieron grandes resultados al aplicar cambios sencillos en su elección de palabras.

Permíteme explicar un poco qué son estas Palabras Mágicas.

Las Palabras Mágicas con series de palabras que van directas al cerebro subconsciente. El cerebro subconsciente es una herramienta muy importante en la toma de decisiones porque está preprogramado con condicionantes para tomar decisiones sin tener que analizarlas demasiado. Funciona un poco como un ordenador: solo tiene las opciones de «sí» o «no» y nunca puede aceptar el «quizás». Es fuerte, decisivo y actúa rápido. Utilizar palabras que tienen un efecto en el área del cerebro que no admite «quizás» y que reacciona de forma refleja nos da una ventaja en la conversación y nos ayudará a que logremos lo que deseamos con más frecuencia.