Introducción

Desde pequeña siempre me he divertido creando adornos para las fiestas, como regalo para mi madre o, simplemente, para pasar el tiempo de forma agradable. Sentía curiosidad por todo y cualquier cosa estimulaba mi fantasía; además, me gustaba mucho hacer mis «pinitos» con cola, trozos de tela y lápices de colores.

Esta afición ha pervivido en mí con el paso del tiempo, y aunque no la he podido practicar en algunos periodos, siempre ha estado presente. Comencé aprendiendo a coser, tejer, hacer ganchillo, bordar... resumiendo: a ser diestra en las labores femeninas más clásicas. Después aprendí la técnica del patchwork, y desde entonces no lo he abandonado nunca.

En España esta técnica no está todavía muy difundida, pero en el extranjero forma parte de las tradiciones de muchos países, especialmente los anglosajones.

A menudo me preguntan qué es el patchwork. El término inglés (compuesto por patch = trozo, y work = trabajo) indica que se trata de un método de trabajo basado en el empleo de distintos trozos de tela que se cosen siguiendo un diseño y después se rellenan y se bordan. Con esta técnica es posible realizar preciosas colchas, murales para la pared, cojines, etc. Mi gran pasión por el patchwork me ha llevado a ampliar mi experiencia; por este motivo he completado mi biblioteca con infinidad de libros sobre el tema y he realizado numerosos trabajos.

En la actualidad, organizo cursos para enseñar esta técnica impulsada, principalmente, por el deseo de conseguir que se conozca y se aprenda este antiguo y creativo arte de costura.

Hace algunos años una amiga mía, que volvía de un viaje a Berlín, me regaló un pequeño manual en alemán que mostraba una nueva técnica de patchwork.

La novedad consistía en el hecho de que no era necesario saber coser para lograr el efecto que produce ver tantos trozos de diferentes telas fundidos en un único objeto; de hecho sólo había que colocarlos y fijarlos en un soporte de poliéster.

Rápidamente comencé a forrar bolas para adornar mi árbol de Navidad, para continuar seguidamente con campanillas, corazones, guirnaldas y cualquier pieza que se pudiera encontrar en el mercado. Muy pronto, utilizando sólo cola y alfileres, además de las figuras y las telas, empezaron a surgir de mis manos numerosas creaciones nuevas y originales.

Actualmente, este tipo de técnica está obteniendo un gran éxito incluso en nuestro país y creo que la razón es lo rápido y fácil que resulta ponerla en práctica, a lo que hay que sumar la posibilidad de crear objetos de tela sin saber utilizar, forzosamente, la aguja y el hilo.

Todo el mundo puede practicar con poliéster, cola y telas; basta con tener un poco de fantasía y creatividad.

El objetivo principal de este nuevo libro sobre el patchwork es el de contribuir con una guía sencilla al aprendizaje de la técnica básica y el de mostrar numerosos proyectos con el fin de que surjan nuevas ideas.

Los soportes de poliéster se encuentran fácilmente en el mercado (tiendas de pintura, de manualidades y especializadas) y están al alcance de cualquier bolsillo. Para los principiantes se recomienda adquirir cierta destreza en las técnicas y los instrumentos con las formas más elementales antes de aventurarse en la realización de proyectos más personales y complejos.

He escrito este libro con la finalidad de poner mi experiencia a disposición de todos aquellos que, como a mí, les gusta crear cosas con sus propias manos, movidos siempre por el afán de nuevas experiencias y de las «ganas de hacer algo». Espero firmemente haberlo logrado y deseo a todos un buen trabajo.