Las plantas suculentas pueden encontrarse prácticamente en todo el mundo. Gracias a su extraordinaria capacidad de adaptación, viven en lugares muy distintos, algunos de los cuales son a todas luces inhabitables para muchas otras especies animales y vegetales. Podemos encontrarlas en el desierto africano, en los fríos desiertos montañosos sudamericanos, en las áridas llanuras centroamericanas, en la selva amazónica, en la región alpina o en las zonas mediterráneas.
En Europa se pueden encontrar también varias especies de suculentas características de hábitats pobres pero no necesariamente cálidos y áridos. A muchas especies de Sedum, Saxifraga y Sempervivum les gusta el frío intenso de los picos alpinos y se adaptan bien a los climas severos.
Para cultivar en condiciones óptimas una planta crasa, antes de elegirla en el vivero conviene saber su procedencia, para poder reproducir, en la medida de lo posible, un clima parecido al original.

Euphorbia enopla.
Plantas en peligro de extinción
En la naturaleza, muchas especies de suculentas están tendiendo a desaparecer, a menudo por ignorancia y falta de cuidados por parte del hombre. Las áreas de difusión cada vez más limitadas, la escasa capacidad reproductora, la imposibilidad de competir con otros organismos vegetales más agresivos y muchas veces el crecimiento lento dificultan la supervivencia de muchas especies.
La situación es tan delicada que la Convención de Washington o CITES (Convention on International Trade in Endangered Species on Wild Fauna and Flora) —un tratado de 1973 para la salvaguarda de las especies animales y vegetales de ámbito mundial— decretó para las suculentas en peligro de extinción la prohibición absoluta de obtenerlas en el medio natural y comercializarlas. Afortunadamente, para muchas especies en peligro de extinción el cultivo no es difícil y el comercio no está prohibido, de modo que plantas raras pueden reproducirse y difundirse con éxito.