Orígenes e historia

Todo empezó en Devon, al sur de Inglaterra, a finales del siglo XVIII. Como todos sabemos, los ingleses de aquella época eran grandes cinófilos; pero no cinófilos esnobs, sino de su tiempo, que consideraban que el perro tenía su lugar social en la familia, que estaba ahí para guardar la granja, para proteger bienes, personas y animales, para prestar asistencia al cabeza de familia cuando salía de caza...

Nacieron así todas las razas de terriers modernos que todavía existen en la actualidad: desde el más grande, el perro de nutria, el airedale terrier, hasta el más pequeño, el yorkshire terrier, pasando por todas las razas que llevan por nombre bedlington, dandie dinmont, sealyham, scottish, cairn, irish, lakeland, welsh, fox, kerry blue, soft coated o west highland white terrier.

Cualquiera que sea su talla, todos estos terriers eran en su origen auténticos perros de caza y granja, mordedores y de carácter particularmente templado.

Desgraciadamente, casi todos se han convertido a lo largo del tiempo en perros de salón, salvo el fox (de pelo duro) y el airedale, cuyo carácter original redescubren poco a poco ciertos criadores especializados.

El Jack Russell terrier... (© Labat/Cogis)

... y las demás razas de terriers: el airedale terrier. (© Vedie/Cogis)

El yorkshire terrier. (© Labat/Cogis)

El bedlington terrier. (© DR/Cogis)

El dandie dinmont terrier. (© Hermeline/Cogis)

El sealyham terrier. (© Hermeline/Cogis)

El scottish terrier. (© Français/Cogis)

El cairn terrier. (© Labat/Cogis)

El irish terrier. (© Gauzargues/Cogis)

El lakeland terrier. (© Français/Cogis)

El welsh terrier. (© Lanceau/Cogis)

El fox terrier. (© Hermeline/Cogis)

El kerry blue terrier. (© Hermeline/Cogis)

El soft coated terrier. (© Lanceau/Cogis)

El west highland white terrier. (© Hermeline/Cogis)

ZONAS DE ORIGEN DEL JACK RUSSELL TERRIER

¡Y entonces apareció el Jack Russell!

Si consideramos las religiones como sectas que han alcanzado el éxito, las razas caninas son, por analogía, ¡cruces de bastardos que han acabado dándose a conocer y luego siendo reconocidos! El Jack Russell terrier nunca habría existido si un día, un pastor (parson en inglés), el célebre John, llamado «Jack» Russell (1795-1883), no hubiese dedicado más tiempo a la cría de sus fox terriers que a sus parroquianos.

Nuestro hombre de iglesia, nacido en Darnmouth, en el sur de Devon, descubrió los perros de caza hacia 1814 gracias a los Cazadores Mayores de la ciudad de Tiverton, donde residía. Durante su paso por Oxford, donde estudió teología (1815-1819), compró a la famosa Trump, que sería origen de su futuro criadero. De esta perra, adquirida a su lechero, descendieron a la vez fox terriers y unos perros de patas más cortas que darían origen a nuestros actuales Jack Russell terriers.

John Russell describía a su perra de la siguiente forma: «Es blanca casi por completo con manchas leonadas encima de los ojos y una pequeña marca leonada (the decimal point) en la raíz de la cola. Tiene un pelaje de textura lisa, pero con una línea de pelos duros a lo largo del lomo, y patas de longitud mediana».

Su cría comenzó de verdad durante su instalación en Swymbridge, donde permaneció de 1826 a 1876. Allí, separó las dos castas: una casta alta creada a partir de cinco perros, que se convertiría con el paso de los años en el fox terrier; y una casta baja, de patas más cortas, que no superaba el peso de quince libras y que se convertiría mucho más tarde en el Jack Russell terrier.

Lo sorprendente es que, sin saberlo, John Russell fue, gracias a los perros, uno de los inventores del marketing. En efecto, se dio cuenta muy pronto de que el fox terrier era una raza solicitada por la aristocracia británica, lo cual generaba beneficios para el criador, mientras que el animal que más tarde se convertiría en el Jack constituía un perro de granja o de campo poco solicitado. Russell llegó a ser un héroe nacional para la cinofilia del otro lado del canal de La Mancha gracias al fox, lo cual le valió ser uno de los creadores del célebre Kennel Club.

Mientras desarrolla al fox por razones económicas, guarda para sí al Jack Russell terrier, que sólo desarrolla para sus amigos los cazadores. Ello explica el estándar de origen: menos de quince libras, blanco para localizarlo mejor a la salida del cubil y, sobre todo, capaz de mantenerse en equilibrio sobre el pomo de la silla durante la caza del zorro. Ahora se entiende mejor por qué el Jack se lleva tan bien con los caballos: ¡conoce el olor del estiércol desde hace mucho tiempo!

Cuenta la leyenda que John Russell sacrificaba a los perros que no guardaban el equilibrio sobre el pomo de la silla... No tenemos que creérnoslo, aunque ¡siempre hay algo de verdad en las leyendas!

El Jack Russell terrier no habría existido si un pastor, el célebre John llamado «Jack» Russell, no hubiese pasado más tiempo con sus perros que con sus feligreses. (© Français/Cogis)

¡Hacia los Jack Russell terriers modernos!

La raza, concentrada sobre todo en Devon, se mantuvo prácticamente clandestina hasta 1976, es decir, cerca de cien años después de su creación.

Considerados los Jack Russell terriers durante mucho tiempo como pandilla de bastardos, la raza debe su salvación a algunos aficionados que redactaron el primer estándar oficioso en mayo de 1990, antes de que el Kennel Club publicase su estándar oficial en julio de 1990 y la Federación Cinológica Internacional (FCI) el suyo en enero de 1991. ¡La espera de cien años bien valía tres estándares!

Desde entonces, el Jack Russell terrier se ha convertido en un perro de moda. Si esto es bueno o malo, sólo el futuro nos lo dirá.

Lo cierto es que el Jack Russell terrier es, y debe seguir siendo, un perro de caza, un depredador del cerdo, un intransigente cazador bajo tierra, un «gritón», un protestón de gran corazón.

Pareja de Jack Russell terriers. (© Français/Cogis)