INTRODUCCIÓN
Hay una gran diferencia entre ser rico y tener grandes cantidades de dinero, y entre ser pobre y estar mal de plata o pelado o andar sin cinco, como se dice. Es posible tener muchas deudas que, si se suman todas, podrían superar varias veces el nivel de ingresos o salario mensual, y a pesar de ello ser rico. También es posible tener un alto nivel de ingresos, quizás ganar decenas de millones de pesos, pero no poder evitar la quiebra o todos los saldos en rojo. El bienestar económico no depende entonces del nivel de ingresos, ni tener deudas quiere decir que tenga los bolsillos rotos y “andemos en la mala”. La prosperidad y la tranquilidad financiera dependen de cómo cada persona administra su dinero, sus propiedades, bienes y también lo que debe; en pocas palabras, de cómo cada quien maneja sus finanzas personales.
La educación financiera es la única forma de triunfar económicamente o tener al menos cierta tranquilidad sobre cómo está manejando el dinero. Sus tres principales objetivos son enseñar, clarificar y motivar. Una mínima educación financiera sirve para llenar varios vacíos teóricos sobre cómo funciona el sistema financiero, cómo puede aprovecharse mejor el dinero como lo que es: un recurso o medio para hacer o conseguir cosas. ¿Cómo se enseña esto o cómo se aprende? Hay muchas opciones disponibles: este libro es una ayuda para hacerlo. En internet también se puede encontrar mucho material o en publicaciones seriadas que han realizado especiales; sobre el tema también las entidades financieras, bancos, gremios o superintendencias han diseñado programas para que la gente aprenda a manejar mejor su dinero.
Sin importar la edad, el género, el lugar de origen, la actividad que ejerza y el estrato socioeconómico al que pertenezca, es valioso contar con educación financiera. Es como saber manejar un carro, montar en bicicleta, nadar, saber primeros auxilios, casi que leer y escribir. Es también un reto, y como con todo reto hay dos formas de tomarlo: con miedo y pereza o con buena actitud y como una oportunidad para crecer. Este libro tiene como objetivo lo segundo: ser un aporte a su educación financiera para que después no pueda decir que no le advirtieron o que no tenía información a la mano.
Esto es precisamente lo que busca este libro: ser una guía práctica para aprender a dominar las finanzas personales y no angustiarse cuando tenga los bolsillos rotos. En otras palabras, dominar el dinero y no que el dinero lo domine a usted. La educación financiera no hay que aprenderla en forma teórica y abstracta, sino a partir de casos de la vida real, en los verdaderos escenarios y circunstancias en las que tendrá que ponerse a prueba este conocimiento.
Lo que acá denominaremos “impulsos de idiotez” son uno de estos ejemplos: por más educado y formado que sea alguien, siempre será posible que cometa imprudencias económicas si se deja llevar por sus pasiones. Son variables que hay que reconocer y aceptar, pues tienen efectos y repercusiones tangibles dentro de la vida de las personas. De ahí que para enseñar y aprender las finanzas personales necesitamos partir desde el principio más básico: somos seres humanos.
Por esto, todo el contenido del libro se construyó y estructuró a partir de problemas de la vida real, los más cotidianos, de esos que surgen durante almuerzos con los familiares o amigos: “Se me acabó el sueldo y falta una semana para que paguen”; “ya ni sé cuánto le debo a la tarjeta de crédito”; “¿será que tengo declarar renta este año?”; “estoy cansado de vivir con mis papás”; “ando sin cinco, estoy en los rines”; “fulanito perdió la casa porque se colgó en los pagos”; “tengo que ver qué ponerme a hacer porque la plata no me alcanza”, y así sucesiva mente.
Este no es un libro para iniciados en la materia; tampoco para que usted se convierta en un experto financiero. El propósito es darle herramientas para enfrentar esos pequeños retos financieros que se presentan a diario para que no se vuelvan dolores de cabeza; impulsarlo para que cree la base financiera que le permita construir los sueños materiales que tenga o alcanzar las metas académicas que se haya propuesto, entre tantas facetas de la vida que requieren dinero, poco o mucho, para realizarse. Con pequeñas acciones y cambios de pensamiento, las finanzas pasarán de ser un problema a ser el mejor de los aliados. Dominar las finanzas personales es dominar una parte muy importante de la vida.