Introducción

Comencé a escribir este libro el viernes 18 de agosto de 2017. No sé bien cómo pude embarcarme en este proyecto en aquel momento, ya que fue muy difícil abstraerse de los atentados ocurridos un día antes en las ciudades de Barcelona y Cambrils. Una fecha difícil de olvidar y que tristemente permanece en la retina de todos los ciudadanos y de las personas que lo sufrieron directa o indirectamente.

La palabra terrorismo tiene varias acepciones, pero una de las más significativas es la que dice que “es la creación de un clima de terror e inseguridad susceptible de intimidar a los adversarios o a la población en general”. Este libro va dedicado justamente a aquellos que se sienten o se han sentido alguna vez desprotegidos o asustados, que en definitiva somos la inmensa mayoría de las personas.

Como bien se ha dicho muchas veces, el valiente no es el inconsciente desprovisto de miedo, sino quien lo sabe gestionar y canalizar, el que se mueve en una situación incómoda y la hace suya.

A mi entender, la defensa personal es una de las asignaturas pendientes en la sociedad en la que vivimos, una sociedad estructurada sobre la base de un Estado de derecho y regida por la ley. Éste es un dato muy positivo si comparamos la sociedad actual con las de tiempos pretéritos, cuando las personas estaban claramente desprotegidas y a merced de los abusos de particulares o, ya puestos, incluso del propio poder imperante, supuestamente encargado de velar por la seguridad individual. Pero esta evolución lógica y positiva tiene su lado negativo y es que nos hemos confiado y nos hemos relajado en otras cuestiones. Por poner un ejemplo sencillo: de forma muy acertada nos preocupamos por enseñarles a nuestros hijos a nadar desde que son pequeños (porque “a nadie se le ocurriría no enseñarles a nadar; ¿y si se caen al agua y no hay nadie al lado para salvarles?”), pero sólo si nos lo piden los apuntamos a practicar artes marciales, generalmente tras ver un maratón de películas de Jackie Chan y llevar semanas lanzando patadas al aire y haciendo la pose de la grulla como si no hubiera un mañana.

Lo que ocurre, y es del todo normal, es que confiamos en que la policía o un buen ciudadano nos protegerán o ayudarán en todo momento ante una hipotética agresión, al fin y al cabo ésta no es una sociedad sumida en el caos y la delincuencia, ¡no es Gotham City!, pero… ¿es aconsejable arriesgarnos a vernos sin compañía alguna y sin saber qué hacer ante una agresión? Estoy seguro de que tú solo has llegado a dar con la respuesta a esta pregunta, que es un rotundo “no”. No debemos dar opción a ser lastimados o a que otros pongan en peligro el bien más preciado que tenemos que es nuestra vida, en la que se sustenta todo lo que somos y todo lo que podemos llegar a ser.

Espero que este libro te sirva de guía y, además, que puedas llevarte una parte de las ideas o enseñanzas que pretendo transmitir, pues esto sería precisamente el mayor éxito al que puedo aspirar. Por eso te invito a que te adentres en sus páginas, no sin antes dejar aparcadas tus ideas preconcebidas acerca de lo que significa defenderse. De todo lo que leas, quédate siempre con lo que a ti te funcione, lo que veas y sientas que se ajusta a tus necesidades y, en fin, lo que creas que es realmente para ti.

LA FÁBULA DEL TÉ

Siempre me ha resultado muy interesante la historia de Nan-in —un maestro japonés que vivió durante la era Meiji—, y lo que le ocurrió con un profesor universitario que fue a visitarlo, intrigado por las historias que se contaban sobre un gran maestro que recibía en su casa a multitud de estudiantes que escuchaban sus enseñanzas sobre el camino del zen (variante japonesa del budismo).

Cuenta la leyenda que el prestigioso profesor universitario llegó con prisas, haciéndole saber de antemano al maestro que no tenía demasiado tiempo para dedicarle, ya que tenía que volver cuanto antes a atender sus obligaciones, así que saludó al maestro y sin más preámbulos le preguntó por el zen, una asignatura que él también impartía a sus alumnos en la facultad. Nan-in le ofreció un té y se lo sirvió con toda la calma del mundo, sin hacer mucho caso a las prisas del profesor.

Ocurrió que aunque la taza del invitado ya estaba llena, el maestro siguió echando más té. El profesor, al ver que el líquido se derramaba, no pudo menos que decirle:

—Pero ¿no se da cuenta de que la taza está completamente llena? ¡Ya no cabe ni una gota más!

—Al igual que esta taza —respondió Nan-in sin perder la compostura ni abandonar su amable sonrisa—, usted está lleno de sus opiniones e ideas. ¿Cómo podría mostrarle lo que es el camino del zen si primero no vacía su taza?

Esta fábula viene a decir, querido lector, que debes iniciar este libro como si fueras esa taza vacía y debes estar dispuesto a llenarte de lo que te explicaré a lo largo de sus diferentes partes. Picotea de sus capítulos si así lo deseas. Aunque yo te recomiendo que lo leas en orden, eres muy libre de hacerlo según tus inquietudes, ir hacia adelante y hacia atrás, tomar notas, poner pósits o todo lo que se te ocurra. Considera este libro como una hoja de ruta. Eso sí, sea de la forma que sea, intenta divertirte a la vez que aprendes; procura evadirte con las fábulas que incluyo y, por último, ten paciencia con mi tendencia a la broma o a la situación absurda, no por eso mi propuesta es menos eficaz… Al fin y al cabo, la vida no deja de ser a veces absurda, genial y aterradora. ¡Todo a la vez y sin mesura!

Acerca de este libro

Dicen que el comienzo de un libro es determinante para que un lector se interese por él, y en diferentes ámbitos usamos mucho la expresión de “quedar enganchados”, por lo que para mí este comienzo es una gran presión.

Este libro no es, lógicamente, una novela, aunque sería genial que te “engancharas” como si lo fuera. Asimismo, éste no pretende ser otro libro más del montón, en el que el autor suelta un rollo teórico tremendo y acaba hablando para sí mismo o para un grupo de personas versadas en la materia. Tampoco es un libro de dibujos y gráficos sin más. Por el contrario, se trata de una guía de la defensa personal, una obra eminentemente práctica y eficaz, muy en la línea a la que nos tiene acostumbrados la colección Para Dummies, porque en el fondo todos somos un poco dummies, a la espera de que nos indiquen y nos orienten en aquello que desconocemos.

La receta fundamental del libro es que está escrito desde la humildad de quien no pretende ser conocedor de todo lo relativo a la defensa personal, aunque los años que llevo practicando me han servido para profundizar en la línea y el arte marcial que me gustaba, sin dejar por ello de investigar en lo que cualquiera (con buen criterio y técnica, eso sí) ha querido y ha tenido a bien mostrarme.

Trataré de ordenar un tema tan recurrente y amplio como es la defensa, ya sea personal o colectiva, aunque me centraré principalmente en el primer aspecto. Ofreceré mi personal visión de las cautelas y determinaciones que debes afrontar en tu vida cotidiana para mantenerte a salvo. También analizaré las amenazas y las clases de atacantes, daré pautas y explicaré las técnicas, las tácticas y los medios personales de los que todos disponemos, al margen de nuestras capacidades físicas, del sexo o la edad.

Éstas son, a modo de ejemplo, algunas de las ideas que te ofrezco en lo que refiere a la autodefensa y que iré desarrollando a lo largo del libro:

NO EXISTE EL GOLPE SECRETO DEL DRAGÓN
A TRAVÉS DE LO SIMPLE SE LLEGA A LA EFICACIA
TRABAJA LOS CIMIENTOS
SÉ MOLDEABLE, EVITA LA RIGIDEZ MENTAL Y FÍSICA
TU CUERPO ES UN TEMPLO
EL LENGUAJE CORPORAL NO SÓLO SIRVE PARA LIGAR
SÉ RESPONSABLE

A quién va dirigido este libro

El libro que ahora tienes en las manos es el resultado de plasmar una serie de habilidades que en la actualidad sigo practicando y perfeccionando. A estas alturas del camino puedo decir que todavía me sorprenden nuevas formas de afrontar las amenazas en materia de autodefensa; todas ellas pueden ser muy válidas, aunque como dice Luis Núñez, 5.º dan de aikido y uno de mis maestros, “lo importante no es el arte marcial sino el artista”, lo que equivale a decir que cada uno debe buscar lo que mejor se adapta a sus necesidades y trabajarlo, porque eso será lo que le funcione. (Soy de los que piensan que de todo se puede sacar una enseñanza y nunca se debe despreciar lo que no se conoce, menos aún si da resultados.)

Además, he descubierto que existe una base que se puede aprender y que es común a muchos sistemas de defensa (que, en mi caso, con los años he podido profundizar). Y aunque sólo con la práctica constante y responsable se puede llegar a la maestría, también es cierto que no necesitamos ser maestros de artes marciales para saber defendernos, es suficiente con tener unos conocimientos básicos que puedan aplicarse en cualquier momento y en cualquier situación, y que estén al alcance de todo aquel que se interese por entrar en este mundo. Alguien como tú, querido lector, que no quiera estar a merced de las estadísticas o de la mala suerte, que las personas traducimos en el famoso “estar en el lugar y en el momento equivocados”.

Igualmente, debes tener presente que nunca es tarde para interesarse en aprender a defenderte, así que no debes tirar la toalla antes de empezar, víctima de tus propios prejuicios. No vale pensar que eres demasiado bajo, demasiado mayor, demasiado débil o demasiado “lo que sea” para aprender esto. El primer “no” nunca debes decirlo tú, ni tampoco dejar que nadie te lo imponga, porque puestos a designar a un experto sobre ti, ¿quién mejor que tú mismo para tal tarea? Todos dependemos en mayor o menor medida de la mirada de los demás, pero es menester cambiar esa mirada hacia fuera por una mirada hacia dentro, en la que puedas valorar tus propias posibilidades y apostar por ti.

Si algo te ha llamado a abrir las páginas de este libro y a hojearlo, es que posiblemente ya has comenzado a apostar por ti. También es posible que le hayas estado dando vueltas a la idea de ponerte a caminar en la senda de la autodefensa.

Por mi parte, más que imaginar un tipo de persona concreta que pueda interesarse por esta lectura, se me hace complicado imaginar quién no podría estarlo. No sé de marketing (quizás deba hacerme con un ejemplar de Marketing para Dummies), pero creo que, como dice un antiguo proverbio zen: “Cuando el alumno está preparado, aparece el maestro”. Y si el maestro es un texto en forma de libro, en cuya cubierta resalta el característico color amarillo fosforito, ¡bienvenido sea! Estoy seguro de que este libro te sorprenderá, sólo te pido que abras tu mente y me acompañes durante el viaje.

Cómo está organizado este libro

Como es habitual en todos los libros de esta colección, Defensa personal para Dummies está organizado de una manera sencilla y accesible, de modo que el lector encuentre fácilmente el tema que más le interesa. La obra está dividida en cuatro partes y cada una de ellas trata diferentes aspectos de la defensa personal. A su vez, cada parte se divide en capítulos y cada capítulo en secciones. A continuación haré un breve apunte de lo que puedes encontrar en cada una de las partes.

Parte I. La ley y la defensa personal

Tratar un tema como la defensa personal nos obliga a plantearnos qué ocurre después de habernos defendido. Una vez que has podido repeler la agresión, que ha de ser tu preocupación principal, se te plantearán muchas preguntas. No basta con saber defenderse, también importa el cómo te has defendido.

La sociedad en la que vivimos, y las normas por las que nos regimos, determina si nuestra conducta y los medios utilizados en la defensa son acordes, o no, con el ordenamiento jurídico vigente. Debes saber dónde están las líneas rojas que no se pueden traspasar para no pasar de ser víctimas a verdugos. La idea no es ser ni uno ni lo otro, así que en los dos capítulos que conforman esta parte haré un repaso por la violencia en todas sus manifestaciones, o al menos en las que atañen a la defensa personal: sus orígenes, de qué manera se ha tratado de minimizar y la exigencia de actuar proporcionalmente para quedar exentos de culpa. También se plantearán ejemplos prácticos que aclaren una visión, aún hoy muy distorsionada, de lo que podemos hacer y lo que no para evitar comparecer ante la justicia.

Parte II. Aliados invisibles en la defensa personal

En ningún momento dejaré de hacer alusión a los aspectos internos y personales que rodean la amenaza y su defensa; me parece muy necesario saber lo que nos ocurre en este sentido para poder identificar la situación y saber reaccionar adecuadamente. En esta parte abordaré con más intensidad estos sentimientos y sensaciones y, en definitiva, todo aquello que nos asalta a la hora de defendernos. Reconducir los aspectos negativos y mantener una calma tensa ayudará a la hora de conseguir los objetivos.

También indicaré cómo funciona nuestro organismo en situaciones de estrés, y aportaré ejercicios para regresar a la calma una vez superado el problema. Introduciré por primera vez el tema de la autoprotección y las cautelas y medidas que debes seguir para prevenir un ataque. En este contexto, haré un repaso del lenguaje corporal y cómo éste puede afectar positiva o negativamente en el origen de una amenaza.

Parte III. Si vis pacem fac bellum (Si deseas la paz, prepárate para la guerra)

En esta parte entraré de lleno en los aspectos más físicos de la defensa: las guardias, los golpes, las técnicas y todo lo necesario para poder defenderte durante un posible enfrentamiento. Incluiré un amplio abanico de golpes y detallaré cómo realizarlos, pues no debemos perder de vista que el que se defiende no es un saco de arena a la espera de ser agredido, sino que, por el contrario, es una persona que mantiene intacta su capacidad de iniciativa. Asimismo, desglosaré los pasos en los que se dividen las técnicas utilizadas ante diferentes ataques, para hacerlas comprensibles y didácticas. También añadiré un pequeño apartado dedicado a la defensa ante una amenaza sobrevenida y colectiva, y haré un repaso por lo que recomiendan los protocolos de actuación ante ataques terroristas.

Parte IV. Los decálogos

Todos los libros de la colección Para Dummies incluyen en la última parte listas útiles, o como mínimo curiosas, que completan la visión del tema principal del libro, en este caso la defensa personal. Pues bien, Defensa personal para Dummies no es una excepción, por lo que en esta sección encontrarás dos temas compuestos cada uno por diez curiosidades o ideas, para que acabes de sacarle el máximo partido a todo lo que he ido explicando. Primero expondré diez puntos vitales y fácilmente identificables de la anatomía humana, y para finalizar haré alusión a las formas de defenderte mediante objetos o utensilios, así como a técnicas en las que intervengan armas peligrosas (recomiendo que estas últimas técnicas sólo sean realizadas por personas expertas en la materia).

Iconos utilizados en este libro

Utilizo este icono para resaltar la información clave, o para resumir la idea principal de un capítulo o una sección. Si por algún motivo decides saltarte alguna página, al menos lee los fragmentos marcados con este signo para no dejarte nada importante.

Cuando sea posible elegir entre diferentes opciones, o se me ocurra algo que puedas hacer para mejorar tu acción, te lo indicaré con este icono. Y, claro, te diré lo que yo haría en tu lugar.

Extrema las precauciones cuando te topes con este icono. El hecho de cometer errores a la hora de realizar alguna técnica puede acarrear dos consecuencias: bien poner en peligro tu integridad física al ejecutar la técnica de modo incorrecto, o bien causar un gran daño al oponente por realizarla desproporcionadamente y de forma innecesaria. Este icono también puede indicar que es posible interpretar algo de forma errónea por la omisión de algún detalle o por desconocimiento, así que ¡presta atención!

Aunque trataré de escribir de forma sencilla y amena, en ocasiones me extenderé en algún detalle para aquellos que quieran profundizar en algún aspecto. Tú decides si detenerte o continuar la lectura, yo te lo advertiré con este icono.

Por último, bajo este icono incluiré fábulas, datos históricos, citas y curiosidades.