Una vez que desaparece la euforia inicial que provoca el descubrimiento y el deseo de tocar un instrumento nuevo, enseguida nos vemos atrapados en la rutina del aprendizaje del piano, un proceso que resulta arduo y requiere mucho tiempo. Descubrimos la dificultad de los ejercicios de solfeo y de ritmo, la complejidad de leer las notas o de desvincular una mano de la otra, algo que provoca desilusión. Algunas personas intentan encontrar la fórmula de aprendizaje que les ayude a tocar mejor y más rápido trabajando de manera razonable.
En casi todo el mundo surgen nuevas técnicas de estudio o de perfeccionamiento para piano que se basan en los acordes. Estas técnicas anteponen a todo el placer por tocar. Se basan en el reconocimiento del piano como instrumento con intervalos de notas lineales y en que la teoría de los acordes resulta más fácil de adquirir y de poner en práctica que el solfeo puro y duro, o “nota a nota”.
Este libro presenta, de manera accesible para todos, la teoría y la práctica de los acordes de piano aplicados a diferentes estilos interpretativos. También es una recopilación de acordes muy completa, ya que aparecen desde el más simple hasta el más complejo.
Esperamos que este libro ayude a los principiantes a aprender con mayor facilidad y placer. Confiamos en que aquellos que se hayan desanimado y hayan dejado de tocar el piano puedan retomar este instrumento desde una nueva perspectiva. Asimismo, esperamos que aquellos que ya conozcan los acordes por otro instrumento, como la guitarra, puedan abordar el aprendizaje del piano sobre esa base. Por último, esperamos que sirva para completar el aprendizaje tradicional de los músicos clásicos.
Ojalá que este libro permita que muchos músicos florezcan en su trabajo y disfruten del placer de tocar el piano.
Los métodos tradicionales de aprendizaje de piano suelen requerir invertir muchos años para adquirir un nivel satisfactorio. Aprender piano mediante acordes es una forma distinta de acercarse a este instrumento.
En el caso de la guitarra, a menos que optemos por un aprendizaje clásico, generalmente se empieza a aprender a tocar el instrumento mediante acordes. La gran mayoría de los estudiantes y profesores prefieren rasguear primero algunos acordes para acompañarse mientras cantan Let it be o Imagine. Es un enfoque mucho más gratificante, ya que permite domar el instrumento a la vez que se obtiene una satisfacción inmediata. Además, el aprendizaje de los acordes hace entender al alumno por qué ciertas notas se tocan al unísono, en lugar de leer mecánicamente una partitura. Al aprender guitarra, se pueden trabajar más adelante las escalas y los ejercicios técnicos para adquirir la destreza necesaria que permita ejecutar piezas clásicas complejas.
Nada impide hacer lo mismo con el piano, sobre todo porque resulta más fácil entender los acordes en este instrumento que en la guitarra, y para los dedos resulta menos duro físicamente. Más adelante, podrás decidir volver al método tradicional, esencial sobre todo para interpretar música clásica.
Si eres músico, es posible que tengas ya una predisposición para acercarte al piano a través de los acordes.
De hecho, tienes una base teórica, pero también sentido rítmico y oído musical. Por ejemplo, si eres guitarrista, conocerás los acordes, los habrás usado y sabrás leerlos, así que ya tienes recorrido medio camino.
Puede, incluso, que hayas acompañado a algún cantante o cantado mientras tocas. Si es así, el aprendizaje del piano por acordes te resultará particularmente simple y agradable. En unas cuantas semanas podrás disfrutar tocando tus primeras piezas.
Eres uno de los muchos músicos que se desanimaron con el piano y lo abandonaron. Sin embargo, aunque lleves décadas sin tocarlo, tienes nociones de teoría musical y ritmo, y estás familiarizado con el teclado y el instrumento.
Buenas noticias: no tardarás en divertirte si retomas la práctica del piano a través de los acordes. Unos días pueden ser suficientes para que puedas tocar tus primeras piezas basadas en acordes. No los subestimes: la mayoría de los pianistas clásicos que los descubren lo experimentan como una revelación.
Aunque ya toques el piano y puedas leer partituras sin demasiada dificultad, los acordes pueden representar un escollo… Al menos estaría bien que no te asustara encontrártelos en una partitura y saber ejecutarlos con cierta soltura.
Además, si alguna vez has intentado tocar partituras modernas, es posible que te hayas preguntado qué son esas anotaciones extrañas que aparecen por encima de los pentagramas.
La teoría de la construcción de acordes descrita en este libro te será de gran ayuda. Y la recopilación de acordes te servirá para ponerlos en práctica.
Mejorarás la lectura de acordes, por lo que podrás interpretarlos con mayor fluidez. Además, podrás leer los acordes de algunas partituras modernas, lo que te permitirá tocar las canciones modernas que te gustan con más rapidez.
Asimismo, podrás diversificar tu forma de tocar leyendo las parrillas de acordes de las partituras tradicionales, útiles para el acompañamiento en grupo, para el canto y para algunos estilos, en especial, el jazz.
El objetivo de este libro es ofrecer todos los elementos necesarios para tocar los acordes de piano, presentándolos de manera simple y clara.
Encontrarás un apartado dedicado a la teoría de los acordes de piano: definición y construcción de acordes para las dos manos, explicación de los acordes enriquecidos, inversiones y variaciones de los bajos.
A este enfoque teórico seguirá un apartado práctico sobre el modo de tocar los acordes en el piano: cómo acompañar a un cantante o a otro instrumento, y cómo adaptar la forma de tocar al estilo musical que corresponda en cada momento, por ejemplo, pop, rock, balada, música clásica, piano bar, vals, blues o jazz.
Aprenderás a leer partituras basadas en acordes o en parrillas armónicas y, por último, a utilizar con eficacia los pedales al tocar acordes.
Te recomendamos que leas con atención estas dos partes, teórica y práctica, y que ensayes con los ejemplos de acompañamiento propuestos.
Este libro es una selección muy completa de los acordes para piano. Como las combinaciones son infinitas, no hemos tenido más remedio que elegir los acordes y las posiciones más frecuentes. Por lo tanto, el libro presenta el número máximo de posiciones de dedos, por acorde y por orden de frecuencia, desde las más sencillas hasta las más avanzadas. Las inversiones y los enriquecimientos que no se incluyen en esta recopilación, siempre puedes recuperarlos aplicando la parte teórica y, en última instancia, tomando como base una posición más común que aparezca en la selección propuesta.
Es un manual indispensable para que no te sientas nunca desarmado ante un acorde complejo de los que puedas encontrarte cuando aprendas piano mediante este método.
Puedes consultar el libro de manera regular mientras estés aprendiendo para comprobar la posición de las notas y de los dedos, y también para refrescar la memoria sobre la teoría o la forma de tocar los acordes en un estilo musical concreto.
No hemos incluido aspectos teóricos sobre armonía ni música en general. La teoría que te presentamos es limitada y está adaptada de manera pragmática a los acordes.
El inicio de cada serie de acordes, tanto en los indispensables como en los avanzados, se indica mediante un título subrayado antes del primer acorde en cuestión.
Cada acorde está acompañado por un título que corresponde al nombre del acorde en español y en notación internacional. Como información añadida te ofrecemos notaciones alternativas que podrías encontrarte.
En la introducción puedes leer la explicación sobre la notación internacional de los acordes. Por ejemplo: Cm7 (min7, –7) es la notación del acorde de do menor séptima. Otras notaciones para este mismo acorde serían: Cmin7 o C–7.
Existen tantas notaciones como estilos y escuelas musicales. El cifrado de las composiciones clásicas puede ser distinto al de las modernas. La notación musical también puede variar entre países o incluso según la persona que haya transcrito la partitura. Teniendo esto en cuenta, resulta imposible abarcar todos los diversos sistemas de escritura, y por esa razón presentamos solo los más comunes. ¡Que no cunda el pánico! Todas las notaciones se refieren al mismo concepto, así que pasar de una notación a otra suele ser, en general, algo intuitivo y natural.
Cada acorde va acompañado por una foto que muestra la ejecución sobre el teclado. Teniendo en cuenta que, dada la perspectiva, puede ser difícil distinguir las notas que se tocan de las que no, hemos añadido una imagen esquemática de un teclado y de las teclas que hay que tocar. Esto no solo permite ver con claridad la posición de los dedos y de la mano, sino también saber con certeza cuáles son las notas que hay que tocar.
No tiene por qué haber necesariamente una única digitación aceptada para tocar un acorde. Por lo tanto, hemos tenido que elegir una que se corresponda a una posición adoptada en el acompañamiento con acordes. Los músicos clásicos, en función del encadenamiento de los acordes y de las indicaciones de la partitura, podrán adaptar la digitación como lo consideren apropiado.
Cada acorde va también acompañado por un pentagrama en el que se recuerdan las notas tocadas. Está destinado a los músicos con nociones suficientes de solfeo como para leer partituras.
En algunos pentagramas aparecen notas en forma de X. Este símbolo representa notas que forman parte del acorde pero que no es necesario tocar, ya sea por conveniencia, o porque no aportan nada desde el punto de vista musical.
Si no sabes solfeo, no es indispensable saber leer estos pentagramas, puesto que en el texto de cada acorde recordamos las notas que lo forman, así como su posición en el teclado.
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