FEMENINA…

Y también masculina

Me interesa mucho que esto de lo femenino y lo masculino quede claro antes de seguir profundizando en todos los temas que se agolpan en mi cabeza para compartir con vosotras/os. Así me conoceréis un poco más y podremos utilizar todas/os el mismo idioma. ¡Después, seguro que la comunicación entre nosotros será aún más fácil y fluida!

Creo que necesitamos ir más allá de los tópicos de los que nos reímos las mujeres sobre si los hombres sois o no capaces de hacer dos cosas a la vez, o de reconocer que os habéis perdido y pararos a preguntar una dirección. O de si las mujeres necesitamos explicar detalladamente lo que nos pasa y los hombres tenéis el impulso de «solucionarnos» la vida (con lo que solemos acabar discutiendo porque nosotras solo queríamos que nos escucharais para poder pensar en voz alta).

De hecho, algo importante debe ser esto de lo «femenino» cuando en Google aparecen más de cincuenta y cuatro millones de resultados. Aunque, después del subidón, todos los resultados de la primera página lo son de deportes o de revistas femeninas que abordan temas tan variados y peculiares como el horóscopo, el lujo o la cocina. No creo que sea de esto de lo que va a versar nuestro diario. Miro entonces las búsquedas más frecuentes que me ofrece el pie de página…

¡Peor!: pubis, pádel, tarot, preservativo, fútbol, viagra, ¡femenino de jabalí!... y, por fin, definición. Vamos allá.

¿Qué es? Significado y concepto. Esto tiene buena pinta. Pincho y… «Del latín femininus, el término femenino se refiere a aquello que resulta propio, relativo o perteneciente a las mujeres. Se trata, por lo tanto, de algo o alguien que dispone de las características distintivas de la feminidad». No, definitivamente este no es el camino, puesto que excluye completamente la posibilidad de que los hombres también poseáis un lado femenino. Sigo buscando.

Aparece una referencia interesante: ¿Alguien me ayuda? Bueno, no, que es internet: Alguien me ayuda???? Sí, así me siento yo; pincho y… falsa alarma. Una chica que pregunta sobre no sé qué de las relaciones sexuales.

Resumo el resto copiándoos una de las definiciones más extensas:

femenino, na del lat. femininus

1. (adj.) Propio de la mujer.

2. (adj.) Que tiene rasgos o características atribuidos tradicionalmente a la mujer - una chica muy femenina.

3. (adj.) Se dice de los individuos de las especies animales y vegetales que son fecundados y alimentan y mantienen en sí a los nuevos seres.

4. (adj.) Relativo a esos individuos - órganos femeninos.

5. (adj.) Se dice del género gramatical aplicado a dichos individuos o a las cosas que se asimilan, por terminación o por uso, a este género.

6. (adj.) Relativo a este género gramatical - sustantivo femenino.

Sinónimos: mujeril, femenil, femíneo.

Antónimos: masculino, viril, varonil.

Como sigo sin encontrar lo que busco, me dirijo al diccionario online de la RAE (Real Academia Española) y aquí decido dejar de buscar. En su acepción sexta dice: «Débil, endeble».6 Está claro que, por muchos vientos de cambio de los que se hable, socialmente seguimos sin saber qué es lo femenino. ¿Y cómo podemos respetar y potenciar aquello que desconocemos?

Si os habéis quedado como yo, sin una idea clara de qué es lo femenino; si además no creéis que lo masculino sea antónimo de lo femenino, o lo femenino propio solo de las mujeres, ayudadme a levantar los mil velos que cubren lo femenino desde hace demasiados siglos.

Femenina es esa parte de nosotros mismos que busca entender la realidad en su conjunto, que aprovecha su capacidad para ver en un plano de 180 grados y entender cómo cada uno de los elementos se relaciona en la escena que percibe o el problema que considera.

Femenina es la parte de cada uno que prioriza la atención y el cuidado de las personas frente a sus intereses más egoístas. También la capacidad de renunciar a lo que queremos por el bien común.

Femenina es nuestra capacidad de expresión verbal y la necesidad de compartir nuestras inquietudes con otras personas con el único fin de que nos escuchen (y así entendernos mejor a nosotros mismos). También la capacidad de hacer lo mismo con los demás, es decir, escucharlos.

Femeninas son nuestra valentía y nuestra sabiduría para entender las emociones que sentimos, gestionarlas y expresarlas. Igual que es femenina nuestra capacidad para percibir y entender las emociones de los demás. La compasión o la capacidad de sentir con otros.

Femenina es la creatividad y la capacidad de generar vida. La sensibilidad por el arte y la belleza. En general, las funciones correspondientes al hemisferio derecho.

Femenina es nuestra intuición y nuestra capacidad para ver más allá de lo obvio, para relacionarnos con la cara oculta de la vida.

Afortunadamente, cada vez son más las mujeres que quieren deshacer los prejuicios sociales, educativos y culturales y toman las riendas de su vida; al mismo tiempo que cada vez son más los hombres que dan cabida a la sensibilidad y a lo femenino en sus vidas.

La integración de femenino y masculino en cada uno de nosotros debe ser armónica y fluida. No por reprimir una de ellas desaparece; de igual forma que tampoco significa que lo hayamos integrado cuando las mujeres sobreactuamos nuestro lado masculino o los hombres vuestro lado femenino.

Necesitamos de lo masculino tanto como de lo femenino. Abandonar ahora lo masculino en pos de lo femenino sería hacer como los políticos y los directivos que destruyen todo lo anterior a su llegada para demostrar su valía. Así, no solo no se avanza sino que se pierde un tiempo y unos recursos preciosos reinventando la rueda. Necesitamos de nuestro hemisferio izquierdo, de nuestra capacidad para el pensamiento analítico, de la determinación, de la capacidad de acción y el impulso sexual que son propios de lo masculino.

Lo femenino y lo masculino se encuentran tanto en el hombre como en la mujer y ninguno puede lograr la salud, la felicidad o el bienestar sin tener equilibrados ambos aspectos de sí mismo.

Aquí dejo yo mi escritura por hoy, mis queridos lectores. Y por una vez las reflexiones que os propongo serán diferentes para hombres y mujeres.

A ti, mi querido lector, te pido que dediques un tiempo a identificar lo femenino en ti. A dar las gracias por ello, por todos los beneficios que te aporta, y a sentirte orgulloso de ti por compartirlo con las personas que te quieren y a las que quieres.

A ti, mi querida lectora, te pido que ayudes a los hombres de tu vida a entender, conocer y valorar lo femenino desde un plano de equidad. Y en justa correspondencia, dedica un tiempo a identificar el valor y la bondad de lo masculino.

Porque ¿qué sería de lo femenino sin lo masculino

y de los hombres sin las mujeres?

Nada. No sería nada. El final.