Dentro del arcade, el señor Litwak se agachó con incomodidad para conectar el nuevo enchufe en el multicontacto.
De pronto, una ola de emoción se apoderó de la Videoestación Central mientras todos los personajes empezaban a hablar entre sí. Todos corrieron hacia el enchufe para tratar de ver lo que había dentro.
—Oigan, Félix, Calhoun, ¿qué enchufaron? —preguntó Ralph.
—Bueno, Sonic cree que será una nueva máquina de pinball —respondió Félix y después volteó a ver a Calhoun—. ¿Tú qué crees, amor?
—Te apuesto una brillante moneda a que es una cabina de fotos —dijo Calhoun.
—Por favor, que sea un nuevo juego de carreras —imploró Vanellope.
Todos vieron fijamente cuando el letrero sobre el enchufe se iluminó por fin; decía «wifi».
—¿Guifi? ¿Güifi? —leyó Ralph en voz alta.
—De hecho, se pronuncia «guai-fai», Ralph —dijo el erizo de un juego.
—Ya lo sabía —replicó Ralph intentando defenderse.
—Y Wifi es el Internet —continuó el erizo con amabilidad—. Escuché que es una comunidad en línea en la que los humanos hacen compras, juegan y socializan. Dicen que es un lugar maravilloso, casi milagroso.
—¡Guau! ¡Suena divertido! —exclamó Vanellope.
Entonces, Regulador de Voltaje dio un paso al frente con el ceño fruncido, llamando la atención de todos.
—Oh, no, no es cierto. El letrero dice «Wifi», pero debería decir «MUERTE-Fi» —explicó Regulador antes de hacer una pausa para que la multitud se riera, pero todos se quedaron en absoluto silencio—. Fue una broma, chicos. Pero, en serio, el Internet no es algo que debamos tomar a la ligera. Es nuevo y diferente, por lo que debemos temerle. Manténgase alejados. Y vayan a trabajar, el arcade está a punto de abrir.
Cuando todo el mundo se fue, Vanellope y Ralph se quedaron atrás.
—Vaya —se quejó Vanellope—, por fin tenemos algo nuevo y ni siquiera nos permiten entrar.
—No es justo —estuvo de acuerdo Ralph.
—Un nuevo juego de carreras sería divertido —dijo encogiéndose de hombros.
—¿Tiene algo malo tu juego? —preguntó Ralph.
—No —respondió ella—. Es sólo que ya desbloqueamos todos los niveles extra y ya conozco todos los atajos. Me encantaría una nueva pista de carreras.
—¿Una nueva pista? —dijo Ralph—. Pero si ya tienes tres opciones.
—Sí, lo sé, pero ¿nunca deseas que en tu juego pase algo nuevo o diferente?
—No —respondió él de inmediato. Ni siquiera tuvo que pensarlo.
—Bueno, pues estamos de acuerdo en estar en desacuerdo —dijo Vanellope.
—No quiero estar en desacuerdo —exclamó Ralph.
—Por supuesto que no, es sólo algo que se dice para terminar con una discusión.
—¿Estamos discutiendo? Yo no quiero discutir.
—Tranquilo, tranquilo. No pasa nada; ve a trabajar. Nos vemos en la noche, traficante de estiércol —dijo Vanellope y se dio la vuelta para irse.
—Está bien —accedió Ralph y los dos se dirigieron a sus juegos, pero entonces Ralph volteó hacia atrás y pensó en lo que dijo Vanellope—. Si quiere una nueva pista eso es justo lo que tendrá. —Ralph sonrió mientras un brillante plan se dibujaba en su mente. Sabía exactamente lo que tenía que hacer.