
A donde me lleva la vida. Editado de forma independiente en noviembre de 1993 y reeditado en abril del año siguiente cuando el grupo firmó contrato con Polygram (ver), es el segundo disco de estudio de La Renga. El nombre fue extraído de uno de los versos de “El mambo de la botella”, séptimo tema del álbum. La portada muestra, sobre fondo negro, la foto de un bebé a punto de nacer y debajo se lee el nombre de la banda en letras cursivas y aniñadas, similar al estilo que Neil Young (ver) utilizó en Rust Never Sleeps (1979). En el interior del booklet, a cada letra le corresponde una ilustración. De las once canciones que lo integran, la autoría de todas pertenece a Chizzo excepto “Triste canción de amor”, cuyo título orginal es “Triste canción” y fue compuesta por Álex Lora, líder de El Tri (ver), para Simplemente (1984), el álbum debut del grupo mexicano. Musicalmente, A donde me lleva la vida es el disco en el que La Renga define su estética cruda y valvular, que luego consolidaría en los discos siguientes. Desde el sonido de las guitarras y, sobre todo, la voz de Chizzo, que adquiere su ronquido característico, La Renga pega un salto cualitativo respecto de Esquivando charcos (1991) y se asienta como una banda de hard rock criollo. “El rito de los corazones sangrando”, que fue la primera canción de La Renga en tener videoclip, junto a la ya mencionada “Triste canción de amor” son los temas del disco que se instalaron como clásicos y aún permanecen en el repertorio en vivo de la banda. A donde me lleva la vida lleva vendidos más de 60 mil copias (lo que equivale a al estatus disco de platino) y le dio La Renga la chance de debutar en el estadio Obras Sanitarias el 19 de noviembre de 1994. En la gira de presentación del disco, que arrancó de manera no oficial con un show en Stadium el 11 de diciembre de 1993 y terminó el 20 de julio de 1996 en el Microestadio de Morón, La Renga cruzó por primera vez las fronteras de la provincia de Buenos Aires. El 3 de junio de 1995 debutaron en Córdoba (ver) en el Club Hindú en el marco del festival Girarock, allí compartieron escenario, entre otros, con Stukas en Vuelo, Los Siete Delfines y Los Caballeros de la Quema (ver). Como invitados de La Renga subieron Andrés Ciro (ver Los Piojos) e Iván Noble. Al año siguiente, los días 3 y 8 de mayo se presentaron, respectivamente, en el estadio Francisco Cabasés, de Talleres de Córdoba y en Conga Disco, Rosario. También en 1996, el 28 de abril, La Renga tocó en el Parque Rivadavia en un festival organizado por la CORREPI (ver) en memoria de Walter Bulacio (ver).
“A la carga mi rocanrol”. (Letra y música: Gustavo “Chizzo” Nápoli). Segunda canción de Despedazado por mil partes (1996). Después del conflicto con la Embajada de Bolivia por el tema “Blues de Bolivia” (ver), el revuelo mediático en torno a la censura, “A la carga mi rocanrol” (con la castellanización del término “rock and roll” como enésima muestra de localismo y sentido de pertenencia), se convirtió en un grito de guerra contra la prensa. Con el grupo cada vez más reacio a dar notas y profundizando su hermetistmo, Chizzo canta: “Y si mi boca de dragón enciende la mecha /y no te gusta que diga una sola verdad /vas a usar tu prensa para aplastarme /y a la canción de la vida vas a desterrar”. El tema fue compuesto en la tonalidad de Sol Mayor y se estructura, indudablemente, a partir del riff de guitarra que toma por asalto el comienzo casi ricotero. Entre la enjundia del trío, el saxo que se suma para solear y calmar las aguas, solo por un instante, Chizzo masculla versos que por un lado dan visibilidad a la gran cantidad de seguidores que ya contaba el grupo por ese entonces y, por otro, se convertirían en frases inmortalizadas en banderas y grafitis: “Atrás nuestro viene un viento / que derriba todo lo que toca / porque mi canto ya tiene otras bocas / y ya nadie, nadie las puede callar”. Ya en marzo de 1996, ocho meses antes del lanzamiento de Despedazado por mil partes, el tema formaba parte de los shows de La Renga y tiene un lugar prácticamente inamovible desde entonces. Su versión en vivo más conocida es la que forma parte de En el ojo del huracán (2006). En el año 2003, un trabajo de investigación que tenía por objetivo “analizar la denominada cultura rock en Argentina, sus mundos simbólicos, componentes identitarios y su conflictiva relación con otras zonas de la esfera social” fue publicado en la edición número 17 de La revista del CCC (Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini) con el título “A la carga mi rocanrol: repensando algunos conceptos en el análisis de los conciertos de rock”; está firmado por Marisa Vigliotta, Profesora de Ciencias de la Comunicación (FSOC-UBA), Maestranda en Comunicación y Cultura (FSOC-UBA) e investigadora del Departamento de Literatura y Sociedad (CCC).
“A tu lado”. (Letra y música: Gustavo “Chizzo” Nápoli). Primera canción de Detonador de sueños (2003). No parece casualidad que La Renga haya decidido abrir su álbum poscrisis de 2001 con el verso “Pobreza en los estómagos más pobreza en las cabezas”. Compuesto en la tonalidad de Mi Mayor, “A tu lado” comienza con dos compases de una batería atronadora a cargo de Tanque para que luego se sume el resto del grupo. Entre la descripción de un mundo “terrible y abrumado”, Chizzo se las ingenia para colar versos esperanzadores que tienen mucho de amor (“sentirte a mi lado me hará mucho mejor”) y de proclama libertaria (“Al fin seremos todos / después que solo seas uno”). La frase “En un mundo tan feliz” parece remitir a Un mundo feliz, uno de los libros más célebres de Aldous Huxley (ver Lecturas), a quien Chizzo menciona como influencia en una entrevista a la revista La Mano en noviembre de 2005. Musicalmente, el solo de guitarra que al comienzo parece coquetear con el noise destaca cierta versatilidad de Chizzo. En vivo, fue el tema elegido para abrir los shows del grupo durante la gira de presentación del disco, tal como quedó plasmado en En el ojo del huracán (2006).
“Al que he sangrado”. (Letra y música: Gustavo “Chizzo” Nápoli). Primera canción de La esquina del infinito (2000). “Es un tema muy profundo. Fue uno de los primeros que tuvimos armados. Igual cambió un poco, porque es de la primera época de este disco”, le decía Chizzo a la revista La García en agosto de 2000, el mismo mes del lanzamiento del disco. Ya en 1999, La Renga lo incluía como parte de su repertorio en vivo, como el de Huracán. El tema fue compuesto en la tonalidad de Re Mayor y consta, básicamente, de una sola sección, que es partida al medio por el solo de guitarra, en la que Chizzo le canta a un gran amor al que ha “sangrado de utopías, de locuras y agonías”. La ausencia de estribillo dota a “Al que he sangrado” de un vértigo especial y es, a excepción de la zapada final titulada “Las mismas calles”, el tema más corto del disco. En el show que La Renga dio en el teatro Caupolicán (Santiago de Chile) el 13 de julio de 2013 tuvieron que parar el tema porque se había cortado el sonido del micrófono. Una vez resuelto el inconveniente, Chizzo inició con “El rey de la triste felicidad” –el tema anterior en la lista–, apenas se dio cuenta de su equívoco dijo entre risas “Voy a resetear, no tan atrás”. Finalmente, Tanque contó cuatro y el tema llegó a buen puerto. Forma parte de Insoportablemente vivo (2001) y en los últimos años ha vuelto a ser parte de los shows.

Algún rayo. 1 (álbum). Es el décimo disco de estudio de La Renga. Consta de doce canciones compuestas íntegramente por Gustavo “Chizzo” Nápoli. Fue editado el 23 de noviembre de 2010 bajo el formato entradadisco (ver) y lanzado a la venta de manera convencional en disquerías el 19 de abril de 2012. Desde la portada hasta los títulos de las canciones (“Canibalismo galáctico”, “Destino ciudad futura”, “Lunáticos”) queda claro que se trata del trabajo más cercano a lo conceptual de La Renga. Su sonido, entre el hard y el space rock más valvular, hace de Algún rayo uno de los discos más potentes del grupo que, excepto en el tema “Cristal de zirconio”, se conformó en su formato de trío clásico. Fue grabado en La Renga Estudio y mezclado en El Abastillo por Ale Russo y contó con la asistencia de Bolsa González como drum doctor. Los dibujos, como siempre, son de Sergio “Fito” Funes y la diseñadora a cargo fue Marina Pisano. En una entrevista al diario cordobés La Voz, el 3 de febrero de 2011, Chizzo describía que el disco tenía “un toque pesado, que hace unos años venimos incorporando, pero tiene una novedad y es que trabajé mucho con cortes y nuevas melodías y esas cosas. Hay un tema lento, un blusardo de aquellos, un tema de amor, pero casi toda la lírica está basada en una cosa galáctica, tiene mucho de premonición y cosa del espacio”. Sobre el resultado final del disco, Tete le afirmó, en octubre de 2010, al programa de radio Rock Salta estar “flasheados” y que se habían tomado el tiempo “de escucharlo varias veces para saber si era lo que queríamos hacer” porque necesitaba “maduración”. La gira de presentación de Algún rayo se extendió desde el 18 de diciembre de 2010 hasta el 7 del mismo mes de 2013 y los llevó a tocar por todo el país además de Brasil, México, Colombia, Chile, Perú y Uruguay. Los temas “Poder” (con el guitarrista Nacho Smilari de invitado) y “La furia de la bestia rock” fueron los dos cortes de difusión de Algún rayo. Una revista digital de Córdoba “que te muestra todo el rock local, nacional e internacional presente en nuestra ciudad” lleva su nombre. Alerta spoiler: el packaging del disco es de una incomodidad tal que, una vez abierto, resulta casi imposible volver todo a su lugar y posiciones originales.
“Algún rayo”. 2. (canción). (Letra y música: Gustavo “Chizzo” Nápoli). Quinta canción de Algún rayo (2010). Compuesto en la tonalidad de Re Mayor, es el tema que da nombre al décimo disco de estudio de La Renga. Entre la velocidad, el cuelgue y un riff a lo Divididos, “Algún rayo” muestra de manera cabal el aura galáctico espacial que sobrevuela todo el disco. La mirada apocalíptica con un dejo esperanzador de Chizzo se deja ver en los versos iniciales del tema, donde se presenta al niño que en la vereda espera algún rayo “aunque ya no habrá mañana”. Fue uno de los temas que La Renga tocó cuando se presentó en el programa televisivo Encuentro en el estudio, emitido el jueves 20 de noviembre de 2014 por la TV Pública.
“Almohada de piedra”. (Letra y música: Gustavo “Chizzo” Nápoli). Segunda canción y uno de los cortes de difusión de Truenotierra (2006). Según hallazgos arqueológicos, hace alrededor de nueve mil años, las primeras almohadas halladas en las civilizaciones del antiguo Egipto, China y la Mesopotamia asiática estaban construidas en piedra y consistían, básicamente, en un apoyacabezas apenas redondeado. La frase “saber soñar sobre almohada de piedra” funciona como metáfora de mantener los ideales incluso en las adversidades de una sociedad conservadora que atenta contra el progreso individual. Compuesto en la tonalidad de La Mayor, el tema respeta las estructuras convencionales de la canción con un puente en Fa Menor sobre el que, en su segunda aparición, se desarrolla un caótico solo de guitarra. Es inevitable pensar que, cuando Chizzo canta “la sonrisa del alma muerta”, está retomando, de alguna manera, los versos de “El twist del pibe” donde habla de “la sonrisa de la muerte”. La canción fue tocada por primera vez en vivo en el Estadio José María Minella de Mar del Plata el 16 de diciembre de 2006. El video oficial fue grabado en vivo, con imágenes en blanco y negro, en la propia sala de ensayo de La Renga.
“Alunizando al unísono”. (Música: Gustavo “Chizzo” Nápoli). Es el primer tema del segundo disco de Truenotierra (2006). Está compuesto en la tonalidad de Mi Menor y, al igual que los temas de ese disco, se trata de una pieza totalmente instrumental. En el comienzo se escucha un in crescendo en el que el bajo lleva el riff principal mientras la guitarra suena de fondo. Paulatinamente, el tema se construye con la entrada de la batería y Chizo despliega su arsenal de distorsiones. En sus casi diez minutos de duración “Alunizando al unísono” (cuyo título cacofónico remite a “Oportunidad oportuna” y a “Cuadrado obviado”) pasea por distintos climas, siempre con la improvisación y el rock clásico como eje. A los 5:13, luego de un corte, la guitarra se hace cargo del motivo principal y, a los 6:40 el flanger le da al tema un aura de psicodelia espacial. Ese fragmento, al igual que el nombre del tema, puede tomarse como un presagio de lo que terminó siendo Algún rayo (2010), el disco posterior a Truenotierra. “Alunizando al unísono” nunca fue tocado en vivo por La Renga.

“Anaximandro”. (Música: Gustavo “Chizzo” Nápoli). Es la cuarta canción del segundo disco de Truenotierra (2006). Está compuesto en la tonalidad de Mi Menor y, al igual que todos los temas de ese disco, se trata de una pieza totalmente instrumental. Con una duración de 15 minutos exactos, “Anaximandro” es la composición más larga de toda la discografía de La Renga. Cargado de densidad desde el arranque con la guitarra de Chizzo, el tema pasea por diferentes estados de ánimo con momentos de cuelgue que lo asemejan al stoner (ver), otros de intensidad mínima y otros de sonoridad plena. El título de la canción hace referencia a Anaximandro de Mileto, filósofo y geógrafo de la Antigua Grecia que vivió entre el 610 a.C. y el 545 a.C. Entre sus trabajos más importantes se encuentran sus estudios sobre la Tierra, desde mapas, mediciones de solsticios y equinoccios. Llegó a afirmar que la Tierra era cilíndrica, y que era el centro del Universo. Una versión de “Anaximandro” fue tocada en formato acústico el 22 de junio de 2012 en el Gimmasio Municipal Nº 1 de Trelew, provincia de Chubut.
Aprile, Rubén “Pelo”. (n. 1950). Productor y empresario musical argentino. Después de administrar su propia disquería y de editar la recopilación Exclusively for Disc Jockey-Selection by Pelo, en los 80 fundó Interdisc –sello independiente que se hizo un lugar fuerte en el mercado argentino, disputándole artistas y ventas a CBS, RCA, Microfón y Music Hall–. En la década siguiente Pelo Aprile fue presidente de las filiales locales de Polygram (ver) y de Universal Music (ver) donde potenció la carrera de artistas tan disímiles como Mercedes Sosa y La Renga. Junto a Adrián Muscari (A&R de la compañía), Pelo se acercó a Chizzo y compañía en 1995 para que se sumen a las filas de PolyGram/Universal (ver). “Daban muchas vueltas”, le dijo Pelo a la revista Rolling Stone en febrero de 2017. “Porque éramos una corporación, y ellos odiaban las corporaciones. Sobre todo Tete: creía que una corporación de música era igual al banco City”. Sin embargo, La Renga puso sus propias reglas y pidieron no tocar en televisión como parte de la campaña de prensa. “Era surrealista porque todos los músicos de otro palo me pedían televisión”. En la misma entrevista, Pelo contó cómo fueron las idas y vueltas después de que La Renga editara Despedazado por mil partes (1996), su primer disco para Polygram: “Estábamos sin contrato, era todo de palabra. Gaby (manager de la banda) me dice: ‘Pelo, vos tenés nuestra palabra de que vamos a renovar con vos’. Ok, le digo, pero esta no es mi compañía, cómo carajo le explico al directorio que tenemos un acuerdo de palabra. Entonces nos juntamos acá y les digo: ‘Pongan un número’. Gaby me mira y me dice: ‘Queremos un millón de dólares’. Pero como que les costaba decirlo. Yo les dije: ‘Está bien, pero no puedo firmar el contrato dentro del ejercicio de este año. Les pago el 2 de enero’. Estábamos en octubre y cada vez que hacíamos una reunión de marketing y de promoción, el A&R (Adrián Muscari) empezaba: ‘Me dijeron que los de La Renga están hablando con BMG’; ‘Parece que Sony está interesado’... Yo les decía: ‘Interesados están todos, pero ellos me dieron su palabra’. Un día me hinché los huevos, lo llamé a Gaby, tenía 40 personas en la sala, le dije: ‘Gaby, estoy reunido con el equipo de promoción, A&R, marketing... Hay 40 personas, te voy a poner en el speaker y te voy a repetir una pregunta que ya me contestaste, ¿puede ser? Si en enero te doy el millón de dólares, ¿firmamos el contrato?’, ‘Sí, Pelo, tenés mi palabra’. ‘¿Están negociando con alguna compañía?’. ‘Me llaman todas, pero no atiendo a ninguna’. ‘Gracias, Gaby, chau’. Los miré a todos: ‘No me rompan más las pelotas’. Lo firmamos y les di el millón de dólares”. Pelo se alejó de Universal a comienzos del 2000 y fundó su sello boutique, Pelo Music.
“Arte infernal”. 1. (Letra y música: Gustavo “Chizzo” Nápoli). Sexta canción y uno de los cortes de difusión de La esquina del infinito (2000). Las siete notas iniciales lanzadas por un sintetizador (que luego se cuelan durante la canción) son, sin dudas, la mayor novedad de “Arte infernal”. Pero los efectos especiales no duran demasiado. En seguida, un rock and roll pesado compuesto en Mi Menor toma por asalto los parlantes. El solo de piano a cargo de Carlos Patán acerca el tema a “Mariposa Pontiac/Rock del país”, de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota (ver). Desde la letra, Chizzo echa mano a su capacidad para jugar a la ambigüedad entre la canción de amor y la arenga de autosuperación. La frase “Los tallos de esas rosas / siempre van a lastimar” puede referir a una relación amorosa que se torna tóxica pero también puede leerse como una reformulación poética del refrán: “Si te gusta el durzano, bancate la pelusa”. En Taringa (ver), el usuario “migamuerti” afirma que “Chizzo lo compuso por desamores y peleas en su relación”. Sin embargo, en una entrevista que La Renga le dio a la revista La García en agosto de 2000, Chizzo explicaba que el tema “Habla de las minas (risas). Surgió, también, a causa de un montón de desamores, de frustraciones de pareja que me llegaron y salió el tema. Una anécdota de un muchacho de una estación de servicio, que me contó su historia, tal vez escuche este tema y encuentre la respuesta. Él no tiene la menor idea, porque no lo vi nunca más”.
Arteinfernal.com 2. Es el sitio donde se vende el merchandising oficial de La Renga, incluidas las entradas para los shows.

Asado. Método de cocción, generalmente de carne, que consiste en exponer los alimentos al calor de las brasas y el fuego. Aunque en la mayoría de las ocasiones se utiliza una parrilla, otras técnicas contemplan el uso de spiedos, cruces y estacas. Si bien el origen del asado no está determinado con seguridad, se especula que los primeros hombres que descubrieron el fuego se valieron de él para dejar de comer carne cruda. En la Argentina se convirtió en la comida más popular debido a las costumbres carnívoras de sus habitantes y de la gran producción de ganado vacuno, ya desde las épocas del virreinato. En 1556, cuando llegaron las vacas al Virreinato del Río de La Plata, el asado se convirtió en una práctica común. Calixto Bustamante Carlos Inca, cronista del siglo XVIII, dio cuenta del asado y de su carácter social entre los gauchos de la siguiente manera: “Muchas veces se juntan cuatro, cinco y a veces más con pretexto de ir al campo a divertirse, no llevando más prevención para su mantenimiento que el lazo, las bolas y un cuchillo. Se convienen un día para comer la picana de una vaca o novillo; lo enlazan, derriban y bien trincado de pies y manos, le sacan, casi vivo, toda la rabadilla con su cuero, y haciéndole unas picaduras por el lado de la carne la asan mal y medio cruda se la comen, sin más aderezo que un poco de sal, si la llevan por contingencia”. Cayetano Cattaneo, un jesuita italiano del mismo siglo, también notó que “no es menos curioso el modo que tienen de comer la carne. Matan una vaca o un toro, y mientras unos lo degüellan, otros lo desuellan y otros lo descuartizan (...). Enseguida encienden en una playa una fogata y con palos se hace cada uno un asador, en el que ensartan tres o cuatro pedazos de carne que, aunque está humeando todavía, para ellos está bastante tierna. Enseguida clavan los asadores en la tierra alrededor del fuego, inclinados hacia la llama y ellos se sientan en rueda sobre el suelo. En menos de un cuarto de hora, cuando la carne apenas está tostada, se la devoran por dura que esté y por más que eche sangre por todas partes”. Con el paso de los años, el asado se convirtió en la comida identitaria de los argentinos con un peso sociocultural muy importante, y si bien su consumo es a menudo relacionado a las clases populares, su presencia es también muy fuerte entre las clases medias y altas. Es la comida preferida de los miembros de La Renga y el menú que domina gran parte de las giras cuando músicos y personal almuerzan y cenan juntos tal como se puede ver en diversos materiales de archivo de todas las épocas. En una entrevista al suplemento “Sí!” de Clarín publicada el 8 de noviembre de 2000, Tanque dijo una frase que se convertiría en icónica para el grupo: “Es mejor un asado quemado que un sushi (ver) bien preparado”. Fue a propósito de esta frase que asesores del entorno del entonces Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Carlos Ruckauf, fue bautizado como “Grupo asado”, en contraposición al “Grupo sushi” que aconsejaba a Fernando de la Rúa. Los miembros del grupo asado eran: Julio Macchi, Germán Ruckauf (hijo del gobernador) y Claudio Ambrosini.
Asistentes. Se conoce con el nombre de “Asistentes” o “Plomos” al staff de personas que trabajan alrededor de una banda o artista ya sea en la producción de un recital en vivo como en la grabación de un disco. A lo largo de la historia, las bandas de rock han delegado estas tareas a gente de confianza, que tratan de mantener durante largos períodos de tiempo una vez el engranaje funciona correctamente. Tanto cuando se los nombra como cuando se los consigna en los créditos de un disco, es costumbre que los asistentes sean nombrados por sus apodos. La Renga es una de las bandas que ha formado uno de los cuerpos de asistentes más estables en el rock argentino y sus integrantes son, por lo general, allegados al grupo y amigos de los músicos. Los asistentes más famosos de La Renga son: Fito (encargado de la escenografía), Primo (asistente de guitarra), “Negro” Adrián y Dani (puertas), Stanly, Vikingo, Miyo, Chevy y Toraba. A todos ellos se los puede ver en material de archivo y entrevistas realizadas en la intimidad del grupo, especialmente en backstage. En una nota realizada a asistentes de La Renga y Los Piojos en el suplemento “Sí!” de Clarín publicada el 3 de noviembre de 2000, Pablo Pratto explicaba cómo era trabajar con el grupo de Mataderos: “Nosotros le podemos dedicar hasta 24 horas pero acá nadie dice ‘laburar’. Eso es hacer algo para afuera. Esto, aunque ganamos plata, lo hacemos por compromiso y por placer”. En la misma nota, Fernando Vera, amigo personal de Chizzo con quien coescribió Estaciones de tinta negra (ver), decía: “Todos, la banda y nosotros arrancamos como amateurs. Nuestro compromiso no tiene que ver con la responsabilidad del laburo sino con la de la amistad”.
Auténticos Decadentes, Los. Banda de rock argentino formada en 1986. Llevan grabados diez discos de estudio y se caracterizan por combinar elementos del reggae, el ska, la cumbia y otros ritmos caribeños en sus canciones. Gracias a ese eclecticismo, recuperan el costado festivo del género y gozan de prestigio en toda Latinoamérica. Algunos de sus éxitos son: “(Loco) Tu forma de ser”, “Vení Raquel”, “La guitarra”, “El pajaro vio el cielo y se voló”, “Corazón”, “Pendeviejo” y “Un osito de peluche de Taiwán”. En sus años formativos, que incluyen los dos primeros discos de estudio (El milagro argentino, 1989, y ¡Supersónico!,1991), Gabriel “Chiflo” Sánchez fue miembro estable de Los Auténticos Decadentes pero luego abandonaría el grupo para establecerse como músico de La Renga. Los percusionistas Martín “Mosca” Lorenzo, Gastón “Francés” Bernardou y Eduardo “Animal” Trípodi se sumaron como invitados de La Renga para “Blues de Bolivia” en el show que el grupo dio en Obras Sanitarias el 30 de julio de 1995, que luego se vería reflejado en su primer disco en vivo: Bailando en una pata (1995).

Autódromo Juan y Oscar Gálvez. Emplazado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires e inaugurado el 9 de marzo de 1952, debe su nombre a los hermanos Juan y Oscar Gálvez, figuras del automovilismo argentino durante las décadas del 40, 50 y 60. Con 4,259 km de longitud fue sede del Gran Premio de Argentina de Fórmula 1 en 20 oportunidades y del Campeonato Mundial de Motociclismo en diez. El 17 de noviembre de 2007, La Renga brindó allí el show más convocante que haya dado una banda de rock en Capital Federal, tocando para 100 mil personas. En la reseña del show publicada en la revista Rolling Stone de 2007, se indicaba: “La Renga está ofreciendo el recital récord de la historia del espectáculo: nunca tanta gente pagó para estar en el mismo lugar y a la misma hora, y terminar siendo socia de un rito de invocación”. El recital tuvo a dos invitados: Luciano Napolitano en “Viva Pappo” y Kutxi Romero (de la banda española Marea) en “Panic Show”. Ese recital significó además el último de La Renga en Capital antes de que el Gobierno de la Ciudad le denegara el permiso para tocar durante diez años, y pudieran volver recién en 2017 con una seguidilla de shows en Huracán.