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TODO ESTÁ
EN EL

CEREBRO

 

 

 

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El cerebro masculino

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El cerebro femenino

 

 

 

Estas ocurrentes ilustraciones del cerebro femenino y masculino nos resultan graciosas porque contienen un elemento de verdad, pero ¿cuánto? Pues más de lo que se podría pensar en un principio. En este capítulo examinaremos los últimos datos científicos provenientes de investigaciones encefálicas.

Como podrá comprobar, este capítulo le abrirá los ojos respecto a las diferencias entre sexos y, gracias al sencillo y efectivo test que hemos incluido en las últimas páginas, podrá entender por qué su cerebro funciona de la forma en que lo hace.

¿POR QUÉ SOMOS MÁS INTELIGENTES QUE LOS DEMÁS?

Observe los dibujos que se presentan a continuación y fíjese en dos diferencias notables entre los gorilas, el hombre de Neanderthal y el hombre moderno. La primera es que nuestro cerebro es, al menos, tres veces mayor que el de un gorila y un tercio mayor que el de nuestros antepasados primitivos. Las evidencias fósiles revelan que nuestro cerebro ha mantenido su tamaño actual durante los últimos cincuenta mil años, experimentando pocos cambios en sus funciones.

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La segunda diferencia es que, en contraste con el hombre de Neanderthal y el gorila, el ser humano actual presenta una frente prominente que contiene el lóbulo encefálico frontal derecho e izquierdo, responsable de muchas de las habilidades únicas del hombre, como pensar, descifrar mapas y hablar. Gracias a estas funciones somos superiores al resto de los animales.

El cerebro de la mujer y del hombre no han evolucionado idénticamente y por eso muestran diferentes puntos fuertes, talentos y habilidades. Los hombres, cuya tarea principal era la caza, necesitaban que ciertas áreas encefálicas desarrollasen el sentido de la orientación y la habilidad para crear utensilios que les permitiesen dar en un blanco a larga distancia. Los hombres no necesitaban destacar en el arte de la conversación ni ser sensibles a las emociones de los demás y, por esta razón, nunca desarrollaron su área encefálica relacionada con las habilidades interpersonales.

Por el contrario, las mujeres necesitaban tener aptitudes para orientarse en las distancias cortas, una visión periférica para controlar los alrededores, habilidad para realizar diferentes actividades al mismo tiempo, así como facultad comunicativa. Como consecuencia de estas necesidades, el cerebro femenino y el masculino desarrollaron zonas específicas que se encargaban de cada habilidad.

Hoy en día, se podría pensar que la sociedad antigua era muy sexista, pero de este tema nos encargaremos más adelante.

CÓMO DEFIENDEN NUESTROS CEREBROS EL TERRITORIO

«Es muy difícil deshacerse de viejas costumbres», dice la gente mayor.

«La memoria genética es un hecho y funciona», dicen los científicos. La memoria genética forma parte de nuestra conducta instintiva. Naturalmente, es lógico que haber estado sentados en una cueva controlando los alrededores, defendiendo el territorio y los distintos problemas de supervivencia durante miles y miles de años hayan dejado una profunda huella en los hombres actuales.

Basta con fijarse en la conducta que presentan en un restaurante. La mayoría de los hombres prefieren sentarse de espalda a la pared y de cara a la entrada del restaurante. Así se sienten cómodos, seguros y alerta. Nadie va a hacer algo que los pille desprevenidos, aunque hoy en día no se trate de un cazador, sino de la letal y astronómica cuenta. En cambio, a las mujeres les suele dar igual sentarse de espaldas a un espacio abierto, siempre y cuando no estén solas o con niños porque, de ser así, se sentarán de espaldas a la pared.

En casa, los hombres también actúan instintivamente y prefieren dormir en el lado de la cama más próximo a la puerta (un acto simbólico de defender la entrada de la cueva). Si una pareja se muda de casa o pasa la noche en un hotel en el que la puerta está más cerca del lado en el que duerme la mujer, el hombre no podrá descansar a gusto o dormir tranquilamente, aunque no sepa el porqué. Normalmente, el cambiar de lado para que él esté más cerca de la puerta suele solucionar el problema.

Los hombres suelen bromear diciendo que duermen en el lado más cercano a la puerta por si tienen que salir por pies. En realidad, se trata de su instinto.

Cuando el hombre no está en casa, la mujer suele asumir su papel protector durmiendo en su lado de la cama. Por la noche, el más mínimo sonido agudo puede despertar a una mujer porque esta lo asimila con el llanto de un bebé. Sin embargo, los hombres, para pesar de muchas mujeres, dormirán como un tronco si se trata de ruidos agudos, pero su cerebro detectará sonidos asociados con el movimiento, por lo que incluso el sonido de una rama que se cae de un árbol puede despertarle en décimas de segundo, permitiéndole prepararse para un posible ataque. Las mujeres no se suelen percatar de estos sonidos, a no ser que el hombre no esté en casa, ya que en estos casos su cerebro se programa para asumir el papel defensor del hombre y oír cualquier sonido de movimiento.

DETRÁS DE UNA IDEA BRILLANTE, SE ESCONDE UN GRAN CEREBRO

Aristóteles, el gran filósofo griego, creía que el centro del pensamiento residía en el corazón, mientras que el cerebro se encargaba de mantener templada la temperatura del cuerpo. De ahí que contemos con numerosas expresiones emotivas relacionadas con el corazón. Puede que esta teoría parezca ridícula en la actualidad, pero hasta finales del siglo XIX prestigiosos expertos seguían apoyando la teoría aristotélica.

En 1981, Roger W. Sperry ganó el Premio Nobel de Medicina por identificar que los dos hemisferios cerebrales eran responsables de funciones intelectuales diferentes. La tecnología avanzada con la que contamos hoy en día nos permite observar el funcionamiento de nuestro encéfalo, pero nuestro conocimiento de las funciones cerebrales es todavía muy básico. Se sabe que el hemisferio derecho, responsable de las funciones creativas, controla la parte izquierda del cuerpo, mientras que el hemisferio izquierdo controla la lógica, la razón, el habla y la parte derecha del cuerpo. El hemisferio izquierdo alberga, especialmente en los hombres, las áreas del lenguaje y el vocabulario, y de forma complementaria, el hemisferio derecho almacena y controla información visual.

La gente zurda suele tener mejor conexión con el hemisferio derecho, la parte creativa del cerebro. Por esta razón hay un número desproporcionado de zurdos genios en el ámbito artístico, como Leonardo Da Vinci, Picasso, Lewis Carroll, Greta Garbo, Robert De Niro o Paul McCartney. También hay evidencias de que el 90 % de la población mundial es diestra.

Las pruebas demuestran que las mujeres obtienen una puntuación un 3 % más elevada en los test de inteligencia general que los hombres.

Hasta la década de los sesenta, la mayoría de los datos que se conocían sobre el cerebro humano provenían de soldados que habían dejado sus vidas en el campo de batalla. El problema fue que la mayoría de los cerebros sobre los que se investigaba eran masculinos, por lo que solo se podía asumir que el cerebro femenino funcionaba de igual forma.

Hoy en día, las investigaciones revelan que el cerebro femenino difiere notablemente en su funcionamiento, lo que podría explicar la mayoría de los problemas que tienen las parejas. El cerebro femenino es ligeramente más pequeño que el masculino, pero los estudios demuestran que no hay diferencia en cuanto a las funciones cerebrales. En 1997, la investigadora danesa Bente Pakkenberg, miembro del Departamento de Neurología del Hospital Municipal de Copenhague, probó que, en general, el hombre contaba con cuatro billones de células cerebrales más que la mujer, aunque las mujeres obtenían unos resultados un 3 % más elevados en los test de inteligencia general.

¿QUÉ HAY EN EL CEREBRO?

A continuación presentamos un diagrama sobre la visión más aceptada de las funciones cerebrales realizadas por cada hemisferio.

Si bien es cierto que la investigación cerebral y nuestro conocimiento sobre su funcionamiento aumentan a pasos agigantados y que existen ciertas áreas en las que los científicos y los investigadores coinciden, también hay muchos ámbitos de esta ciencia cuyos resultados quedan sujetos a numerosas interpretaciones. Uno de los campos en los que hay consenso es en el uso de imágenes por resonancia magnética (IRM), que miden la actividad eléctrica del cerebro y permiten identificar y delimitar con exactitud la localización de muchas funciones específicas de este órgano. Con equipos de escáner cerebral, se puede observar qué parte del cerebro está realizando una tarea concreta y, cuando el escáner muestra una zona que realiza una función, normalmente significa que la persona tiene aptitudes para desarrollar dicha tarea, que disfruta realizándola y que se siente atraída hacia este tipo de trabajos.

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Por ejemplo, en muchos hombres se destaca una zona específica del cerebro para orientarse, lo que quiere decir que esta tarea les resulta fácil, que disfrutan haciendo planos y que les gusta realizar trabajos en los que tienen que utilizar el sentido de la orientación. En las mujeres suele sobresalir la zona cerebral relacionada con el lenguaje, lo que implica que tienen cualidades para ello, les gusta, les resulta fácil y se suelen sentir atraídas hacia ámbitos laborales en los que tienen que utilizar esta habilidad, como, por ejemplo, la psicología o la enseñanza. Cuando no aparece destacada una zona cerebral relacionada con ciertas habilidades significa que la persona no disfruta desarrollando dicha tarea. De ahí que resulte tan difícil encontrar destacada el área cerebral de la orientación en las mujeres, cómo encontrar consuelo en un psicólogo masculino o cómo aprender un idioma «correctamente pronunciado» cuando el profesor es un hombre.

¿DÓNDE EMPEZÓ LA INVESTIGACIÓN CEREBRAL?

Las primeras investigaciones científicas registradas para subrayar las diferencias entre los sexos fueron llevadas a cabo por Francis Galton en el Museo de Londres en el año 1882. El investigador concluyó que los hombres mostraban mayor sensibilidad para los sonidos «llamativos» (como las tonalidades agudas y estridentes), tenían mayor habilidad con las manos y se mostraban menos sensibles al dolor que las mujeres. Por la misma fecha, en Estados Unidos, un estudio de similares características resolvió que los hombres preferían el color rojo al azul, su vocabulario era más formal y se inclinaban por resolver problemas técnicos antes que los domésticos. El estudio afirmó que las mujeres podían oír mejor, utilizaban más palabras que los hombres y preferían trabajar en problemas y tareas de forma individual.

Las primeras investigaciones sobre las áreas del cerebro relacionadas con funciones concretas se realizaron con pacientes que manifestaban daños cerebrales. Se descubrió que los hombres que tenían dañado el hemisferio cerebral izquierdo mostraban una gran pérdida, que en algunos casos era total, en la capacidad para hablar y en el vocabulario que utilizaban, mientras que las mujeres que tenían dañada la misma zona cerebral no mostraban una reducción similar de estas capacidades, lo que indicaba que las mujeres contaban con más de un centro cerebral dedicado al habla.

Los hombres eran de tres a cuatro veces más propensos a padecer problemas relacionados con el habla y también presentaban menos probabilidades de recuperar dichas habilidades. Los daños causados en el hemisferio cerebral izquierdo pueden dejar mudo a un hombre, pero si una mujer recibe los mismos daños, seguramente seguirá hablando.

Los hombres con daños cerebrales en el hemisferio derecho perdieron parcial o completamente sus habilidades espaciales (la capacidad para pensar en tres dimensiones y para dar vueltas a los objetos mentalmente y observarlos desde diferentes ángulos). A modo de ejemplo citaremos que la mujer ve un plano arquitectónico en dos dimensiones, mientras que el cerebro masculino lo percibe tridimensional, es decir, percibe mayor profundidad. La mayoría de los hombres tienen la habilidad para visualizar cómo será un edificio cuando esté terminado.

Los estudios demostraban que las mujeres que sufrían daños cerebrales en las mismas áreas del hemisferio derecho que el hombre no manifestaban grandes alteraciones en sus habilidades espaciales.

Doreen Kimura, profesora de Psicología en la Universidad de Ontario, reveló que los desórdenes en el habla ocurren en los hombres que presentan daños únicamente en el hemisferio cerebral izquierdo, pero en las mujeres, para que la capacidad del habla se vea disminuida de forma similar, los lóbulos frontales de ambos hemisferios tienen que estar dañados. La tartamudez es un defecto en el habla casi exclusivo de los hombres y por cada niña que acude a clases de refuerzo de lectura hay de tres a cuatro niños. Se podría decir, de forma sencilla y clara, que los hombres tienen habilidades limitadas cuando se trata del habla y la conversación. Este resultado no sorprenderá a muchas mujeres, ya que los libros de historia demuestran que la falta de habilidad para comunicarse ha provocado que estas se desesperen y se tiren de los pelos durante miles de años.

¿CÓMO SE ANALIZA EL CEREBRO?

Desde principios de los noventa, los equipos de escáner cerebral se han desarrollado hasta llegar al punto en el que es posible ver el funcionamiento del cerebro directamente desde una pantalla de televisor utilizando escáneres de tomografía axial computarizada (TAC) e imágenes de resonancia magnética (IRM). Marcus Raichle, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, midió las áreas donde se presentaba mayor metabolismo en el cerebro para señalar exactamente las zonas responsables de habilidades concretas. Aquí mostramos los resultados:

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Zonas cerebrales específicas delimitadas mediante la utilización de IRM

En 1995, en la Universidad de Yale, un equipo de científicos dirigidos por Bennett y Sally Shaywitz llevó a cabo pruebas realizadas tanto a hombres como a mujeres para intentar establecer qué parte del cerebro se utilizaba para rimar palabras. Gracias a la utilización de las IRM para detectar cualquier pequeño cambio que se produjese en las distintas partes cerebrales, confirmaron que, en las tareas relacionadas con el habla, los hombres usaban casi exclusivamente el hemisferio izquierdo, mientras que las mujeres empleaban ambos hemisferios. Estos experimentos, junto con infinidad de pruebas realizadas hasta hoy, muestran un resultado uniforme: el cerebro del hombre y el de la mujer funcionan de forma diferente.

Haga la prueba y pregunte a hombres y mujeres si sus cerebros funcionan de forma distinta. Los hombres le dirán que creen que sí porque el otro día leyeron algo en el periódico o en internet que decía que... Las mujeres afirmarán tajantemente que sí que funcionan diferente.

Las investigaciones también demuestran que el hemisferio izquierdo de una niña se desarrolla más rápido que el de un niño y por esa razón hablará antes y mejor que su hermano, sabrá leer antes y aprenderá una lengua extranjera mucho más rápidamente. Esto también podría explicar por qué las consultas de los logopedas están llenas de niños pequeños que necesitan tratamiento.

Por el contrario, el hemisferio cerebral derecho se desarrolla más rápido en los niños, lo que les facilita el desarrollo espacial y lógico. De ahí que los niños sean excelentes en matemáticas, construcción, puzles, así como resolviendo problemas, capacidades que dominan mucho antes que las niñas.

Puede que esté de moda decir que las diferencias entre ambos sexos son mínimas o irrelevantes, pero los hechos científicos no apoyan esta opinión. Desgraciadamente, vivimos en una sociedad que insiste en la igualdad, a pesar de que las evidencias científicas demuestran que tenemos estructuras cerebrales diferentes y que hemos evolucionado por caminos divergentes que han provocado que nuestras capacidades e inclinaciones sean también distintas.

¿POR QUÉ LAS MUJERES TIENEN MEJORES CONEXIONES?

El hemisferio cerebral derecho e izquierdo están conectados por un haz de fibras nerviosas denominadas «cuerpo calloso». Esta banda de fibras permite que los hemisferios se conecten ente sí e intercambien información.

Se puede realizar un símil con dos ordenadores que estuviesen situados en sus hombros y tuviesen un cable que los conectase entre sí. Este cable sería el equivalente al cuerpo calloso.

El neurólogo Roger Gorski, de la Universidad de California, confirmó que el cerebro de una mujer tiene un cuerpo calloso más grueso que el del hombre y por eso la mujer tiene un 30 % más de conexiones entre los hemisferios que el hombre. El prestigioso neurólogo también demostró que el hombre y la mujer utilizan diferentes zonas cerebrales para realizar una misma tarea. Estas cifras han sido incluso duplicadas por otros científicos.

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El cuerpo calloso

Las investigaciones revelan además que el estrógeno, la hormona femenina, impulsa las células nerviosas a establecer más conexiones entre los dos hemisferios cerebrales. Los estudios revelan que a más conexiones, más fluidez en el habla. Este hecho también es el responsable de la habilidad que muestran las mujeres para llevar a cabo dos tareas que no están relacionadas y, asimismo, pone sobre la mesa hechos que hasta ahora se habían incluido bajo la expresión «intuición femenina». Como ha sido expuesto, la mujer tiene mayor percepción sensorial, que combinada con el hecho de que cuenta con mayor número de conexiones de fibras que facilitan la transmisión de información entre los hemisferios, hace que pueda emitir juicios precisos sobre personas y situaciones a nivel intuitivo.

¿POR QUÉ LOS HOMBRES NO PUEDEN HACER DOS COSAS A LA VEZ?

Todos los resultados de investigaciones coinciden: el cerebro del hombre está especializado, dividido en secciones y configurado para concentrarse en una tarea específica. Esta es la razón por la que muchos hombres se quejan de que no pueden hacer dos cosas a la vez. Cuando un hombre aparca el coche para mirar una dirección en el mapa, ¿qué es lo primero que hace con la radio? ¡Baja el volumen! Muchas mujeres no entienden el porqué. Ellas pueden mirar el mapa, escuchar y hablar al mismo tiempo, entonces, ¿por qué no pueden hacerlo ellos también? ¿Por qué se pone tan pesado con lo de bajar el volumen de la tele cada vez que suena el teléfono? «Cuando está leyendo el periódico o viendo la televisión, ¿por qué no escucha lo que le digo?». Esta es una queja que todas las mujeres del mundo han pronunciado en algún momento. La respuesta es que el cerebro masculino está configurado para hacer solo una cosa porque tiene menos conexiones de fibras nerviosas entre los dos hemisferios cerebrales y porque su encéfalo está dividido en más secciones. Si se hace un escáner cerebral del hombre cuando lee se comprobará que está virtualmente sordo.

El cerebro de una mujer está configurado para realizar más de una tarea al mismo tiempo. Es totalmente capaz de hacer a la vez cosas que no tienen nada que ver entre sí y su cerebro siempre está activo. Así, puede estar hablando por teléfono y estar cocinando una nueva receta al mismo tiempo que ve la televisión. También puede estar conduciendo, poniéndose maquillaje y escuchando la radio mientras habla por el manos libres. Sin embargo, si un hombre está cocinando una receta nueva y se le ocurre hablarle, seguramente se enfadará porque no puede seguir las instrucciones y escuchar al mismo tiempo. Si se está afeitando y usted le está hablando mientras tanto, se hará un corte. Muchas mujeres han sido acusadas de ser las culpa bles de que el hombre no se haya percatado de la última salida de la autopista porque la mujer le estaba hablando. Una mujer nos contó que, cuando se enfada con su marido, le habla mientras está intentando clavar algo con el martillo.

Debido a la mayor interconexión entre los hemisferios del cerebro femenino, a las mujeres les suele resultar más difícil diferenciar la derecha de la izquierda. Alrededor del 50 % de las mujeres no puede reconocer instantáneamente cuál es su mano derecha o izquierda sin fijarse antes en un anillo o en algún lunar. Por el contrario, los hombres, que suelen operar solo con uno de los dos hemisferios, muestran mucha más facilidad para distinguirlas. Por consiguiente, en todo el mundo el hombre le reprocha a la mujer que le dijo que girase a la derecha cuando en realidad era a la izquierda.

HAGA LA PRUEBA DEL CEPILLO DE DIENTES

Haga la prueba de cepillarse los dientes. La mayoría de las mujeres pueden cepillarse los dientes mientras caminan y hablan sobre diferentes temas. Son capaces de cepillarse los dientes de arriba abajo con una mano mientras con la otra le quitan el polvo a una mesa haciendo movimientos circulares. A la mayoría de los hombres este ejercicio les resulta muy difícil, por no decir prácticamente imposible.

Cuando los hombres se cepillan los dientes, su estructura cerebral hace que se centren solo en realizar esa tarea y por eso se suelen situar enfrente del lavabo, a unos 30 centímetros de distancia, con el cuerpo curvado hacia la pica mientras mueven sus cabezas hacia delante y hacia atrás en sentido contrario al cepillo y normalmente al ritmo del agua.

¿POR QUÉ SOMOS QUIENES SOMOS?

En una época en la que criamos a los niños y a las niñas como si fuesen idénticos, la ciencia está probando que en realidad su forma de pensar es muy diferente. La conclusión a la que han llegado neurólogos e investigadores cerebrales de todo el mundo es que somos quienes somos debido a nuestras hormonas.

Somos quienes somos debido a las hormonas. Somos el resultado de nuestra química.

El pensamiento de finales del siglo XX sostenía que nacemos con una mente en blanco y que nuestros padres, profesores y entorno dictan nuestras actitudes y nuestras elecciones. Sin embargo, las investigaciones cerebrales han revelado que nuestra mente está configurada como un sofisticado ordenador hacia las seis u ocho semanas después de la gestación. En esa fase, el «sistema operacional» está en marcha y ya hay instalados numerosos «programas» para que al nacer estemos ya predeterminados, como si se tratase de un ordenador que viene equipado con programas de disco duro y otros complementos.

La ciencia también demuestra que el sistema operativo básico y su estructura solo se modifican limitadamente después del nacimiento. Nuestro entorno y los profesores solo pueden añadir datos y poner en marcha programas que sean compatibles con nuestra configuración. Además, hasta ahora no ha habido «instrucciones de uso» a nuestra disposición. Esto significa que cuando nacemos nuestras elecciones futuras y preferencias sexuales ya están determinadas. ¿Naturaleza versus crianza? Ya no hay cuestión. La naturaleza ganó la batalla desde el principio y ahora sabemos que criar y educar a un niño son conductas adquiridas, tal y como demuestran las madres adoptivas, que crían y educan a los niños como si se tratase de sus madres biológicas.

PROGRAMAR EL FETO

La mayoría de nosotros tenemos 46 cromosomas que serían como los ladrillos para un edificio o como la tinta para una pluma. De estos cromosomas, 23 provienen de la madre y los 23 restantes del padre. Si el cromosoma proveniente de la madre que hace el número 23 es X y el del padre también, el resultado es un bebé XX, es decir, una niña. En cambio, si el cromosoma número 23 del padre es una Y, se obtendrá un bebé XY, un niño. La plantilla básica del cuerpo del ser humano es femenina (todos somos creados en un principio como niñas) y por eso los hombres mantienen ciertos rasgos femeninos, como los pezones y las glándulas mamarias.

La ciencia demuestra que Eva fue la primera.

Entre las seis y ocho semanas después de la concepción, el feto todavía no tiene sexo y puede desarrollar potencialmente tanto genitales femeninos como masculinos.

Gunther Dorner, médico alemán y profesor de Neuroendocrinología, fue uno de los primeros en apoyar la teoría de que nuestra identidad sexual se forma entre las seis y las ocho semanas posteriores al momento de la concepción. Su investigación demostró que, si el feto es genéticamente masculino (XY), desarrollará células especiales que producirán grandes cantidades de hormonas masculinas, especialmente la testosterona, hasta formar los testículos y configurarán el cerebro siguiendo los rasgos masculinos, como, por ejemplo, la visión a larga distancia y las habilidades espaciales para facilitar la persecución, el tiro y la caza.

Supongamos que un feto masculino (XY) necesita al menos una unidad de hormona masculina para formar los genitales masculinos y otras tres unidades para configurar el cerebro de forma que funcione según los patrones masculinos, pero que por alguna de las razones que discutiremos más adelante, no recibe la dosis hormonal requerida. Imaginemos que necesita cuatro hormonas masculinas y solo recibe tres. En este caso, la primera hormona se utilizará para formar los genitales masculinos, pero el cerebro solo recibirá dos hormonas masculinas, resultando dos tercios de su estructura masculinos y un tercio femenino, por lo que el bebé será un niño, pero cuando vaya creciendo, aunque su cerebro será principalmente masculino, compartirá habilidades y patrones de pensamiento femeninos. Ahora supongamos que el feto masculino solo recibe dos unidades de hormonas masculinas. Una de ellas se utilizará para formar los testículos y, por esta razón, el cerebro solo podrá contar con una hormona en lugar de las tres necesarias para estructurar el cerebro masculino. De este modo, el bebé será genéticamente un niño, pero su forma de pensar será básicamente femenina.

Cuando se trata de un feto femenino (XX), hay muy poca (o inexistente) presencia de hormonas masculinas, por lo que se formarán genitales femeninos y las estructuras cerebrales serán femeninas. Más adelante, el cerebro se configurará con hormonas femeninas y desarrollará características de defensora del hogar, incluyendo centros neuronales que se encargarán de descodificar tanto las señales verbales como las de otro origen. El bebé será una niña y su conducta será femenina debido a su estructura cerebral. Hay ocasiones en que, normalmente por accidente, el feto femenino recibe dosis significativas de hormonas masculinas, por lo que, aunque el bebé sea una niña, tendrá un cerebro más o menos masculino según la dosis recibida.

Se estima que entre el 80 y el 85 % de los hombres tienen una estructura cerebral masculina, resultando un porcentaje de hombres con cerebros feminizados, en mayor o menor medida, de entre el 15 y el 20 %.

Entre el 15 y el 20 % de los hombres tienen cerebros feminizados, mientras que el 10 % de las mujeres tienen cerebros masculinizados.

Cuando en este libro se habla del sexo femenino, nos referimos al 90 % de las niñas y mujeres que cuentan con una estructura cerebral femenina. Alrededor del 10 % de las mujeres tienen una estructura cerebral que, en mayor o en menor medida, posee habilidades masculinas, puesto que recibieron una dosis hormonal masculina entre las seis y las ocho semanas posteriores a su concepción.

A continuación, presentamos un test muy sencillo, pero muy efectivo, que le mostrará hasta qué punto su cerebro está estructurado con pensamiento femenino o masculino. Las preguntas han sido extraídas de varios prestigiosos estudios sobre la sexualidad en el cerebro humano y el sistema de puntuación fue desarrollado por la genetista británica Anne Moir. No hay respuestas mejores o peores, pero el resultado le ofrecerá pistas interesantes sobre por qué usted toma ciertas decisiones y piensa de una determinada forma. Al final del test, puede anotarse el resultado en el gráfico posterior. Fotocopie el test y haga la prueba con sus familiares y compañeros de trabajo; el resultado será interesante para todos.

EL TEST DE LA ESTRUCTURA CEREBRAL

Este test está diseñado para indicar el grado de estructuración masculina o femenina de sus patrones cerebrales. Recordamos que no hay respuestas correctas o incorrectas y el resultado será simplemente una indicación de los niveles de hormonas masculinas que probablemente su cerebro recibió (o no recibió) entre las seis y las ocho semanas posteriores a su concepción. El nivel hormonal se refleja en sus preferencias, valores, conductas, estilo, orientaciones y elecciones.

Haga un círculo en las afirmaciones que suelen ser ciertas en su caso:

1. Cuando tiene que buscar una dirección en el mapa o en la guía, usted:

a. Tiene dificultades y casi siempre pide ayuda.

b. Tiene que darle vueltas al mapa hasta que lo orienta según su dirección.

c. No tiene ninguna dificultad para mirar mapas o guías.

2. Está cocinando una receta complicada mientras escucha la radio y, de repente, un amigo le llama por teléfono. Usted:

a. Deja la radio puesta y continúa cocinando mientras habla por teléfono.

b. Apaga la radio, sigue hablando por teléfono y cocinando.

c. Le dice que ya le llamará más tarde, cuando haya terminado de cocinar.

3. Unos amigos van a venir a su casa y le piden que les indique el camino. Usted:

a. Les hace un mapa indicando claramente el camino y se lo manda, o le pide a alguien que les indique exactamente cómo llegar.

b. Primero les pregunta si conocen algún punto de referencia por la zona y después les explica cómo llegar.

c. Les explica verbalmente cómo llegar: «Toma la M3 hasta llegar a tal pueblo, gira a la derecha, ve hasta el segundo semáforo...».

4. Cuando intenta explicar una idea o un concepto, usted seguramente:

a. Utilizará un lápiz, un papel y gestos.

b. Explicará la idea verbalmente, utilizando el lenguaje corporal.

c. Explicará la idea verbalmente, siendo claro y conciso.

5. Cuando vuelve a casa después de haber visto en el cine una película fantástica, usted prefiere:

a. Recordar mentalmente las escenas de la película.

b. Hablar de las escenas y de lo que se dijo en la película.

c. Citar casi literalmente las palabras utilizadas en la película.

6. En una sala de teatro, prefiere sentarse:

a. A la derecha del teatro.

b. Le da absolutamente igual.

c. A la izquierda del teatro.

7. Un amigo tiene un problema técnico con algún aparato. Usted:

a. Le compadece y le dice cómo se siente usted cuando le pasa lo mismo.

b. Le recomienda a alguien fiable para que se lo repare.

c. Intenta averiguar cómo funciona el aparato y reparárselo usted mismo.

8. Se encuentra en un lugar desconocido y alguien le pregunta dónde está el norte. Usted:

a. Reconoce que no tiene ni idea.

b. Reflexiona un poco y averigua dónde está.

c. Puede señalar el norte sin ninguna dificultad.

9. Ha encontrado un lugar para aparcar el coche, pero es bastante pequeño y tiene que dar marcha atrás. Usted:

a. Intentará encontrar otro aparcamiento.

b. Intentará dar marcha atrás y aparcar cuidadosamente.

c. Hará las maniobras necesarias sin problema.

10. Está viendo la televisión y suena el teléfono. Usted:

a. Descolgará el teléfono con el televisor en marcha.

b. Bajará el volumen del televisor y contestará.

c. Apagará el televisor, ordenará a la gente que se calle y entonces contestará.

11. Acaba de oír la nueva canción de su cantante favorito. Después de que la canción acabe, usted:

a. Puede cantar gran parte de la canción sin dificultad.

b. Puede cantar algunas partes solo si se trata de una canción muy sencilla.

c. Encuentra realmente difícil acordarse de cómo sonaba la canción, pero puede acordarse de algunas palabras.

12. Cuando tiene que dar resultados:

a. Emplea su intuición.

b. Toma una decisión basada en la información que tiene a su disposición y en lo que le parece bien.

c. Utiliza hechos, estadísticas y datos.

13. Ha extraviado las llaves. Usted:

a. Decide hacer otras cosas hasta que alguien las encuentre.

b. Hace otras cosas, pero intenta recordar al mismo tiempo dónde puede haberlas puesto.

c. Intenta rebobinar mentalmente hasta recordar dónde las ha dejado.

14. Usted está en un hotel y, de repente, oye el ruido de una sirena. Usted:

a. Puede señalar inmediatamente de dónde procede el ruido.

b. Si se concentrase seguramente averiguaría el origen del ruido.

c. No podría identificar de dónde viene el ruido.

15. Usted va a una reunión social y le presentan a siete u ocho personas. Al día siguiente, usted:

a. Puede acordarse fácilmente de sus caras.

b. Solo recordaría algunas caras.

c. Seguramente recordaría los nombres antes que las caras.

16. Usted quiere pasar las vacaciones en el campo, pero su pareja quiere ir a la playa. Intenta convencerla de que su idea es mejor y para ello usted:

a. Le dice de forma emotiva lo que esas vacaciones significan para usted: le encanta el campo, y los niños y la familia siempre se divierten allí.

b. Le dice que si accede a ir al campo usted le estará agradecido/a y no le importará ir a la playa la próxima vez.

c. Utiliza hechos: el lugar donde usted quiere ir está más cerca, es más barato y hay muchas actividades deportivas y de ocio organizadas.

17. Cuando planea sus actividades diarias, usted normalmente:

a. Hace una lista para ver qué hay que hacer.

b. Piensa en las cosas que necesita hacer.

c. Crea mentalmente un dibujo de la gente que tiene que ver, de los lugares a los que irá y de las cosas que hará.

18. Un amigo tiene un problema personal y ha recurrido a usted. Usted:

a. Se muestra comprensivo.

b. Le dice que los problemas nunca son tan graves como parecen en un principio y le explica por qué.

c. Le ofrece sugerencias u opiniones lógicas para solucionar el problema.

19. Dos amigos suyos que están casados tienen amantes. Usted:

a. Se dio cuenta casi al principio.

b. En un caso se dio cuenta y en el otro no.

c. No se dio cuenta en ninguno de los dos casos.

20. A su parecer, ¿qué es lo más importante en la vida?

a. Los amigos y vivir en armonía con todos cuantos le rodean.

b. Ser amable con los demás y mantener su independencia personal.

c. Conseguir objetivos valorados por otros, como su respeto, prestigio y escalar posiciones.

21. Si le diesen a escoger, usted preferiría trabajar con:

a. Un equipo en el que los integrantes fuesen compatibles.

b. Trabajar con gente, pero manteniendo su propio espacio.

c. Trabajar por su cuenta, independientemente.

22. Los libros que prefiere leer son:

a. Novelas y ficción.

b. Revistas y periódicos.

c. Libros que no sean de ficción, como las autobiografías.

23. Cuando va de compras, usted suele:

a. Comprar impulsivamente, en especial cuando hay ofertas.

b. Tiene ya un plan, pero lo puede cambiar sobre la marcha.

c. Lee las etiquetas y compara los precios.

24. Usted prefiere ir a la cama, levantarse y comer:

a. Cuando le apetece.

b. Siguiendo un horario bastante flexible.

c. A la misma hora cada día.

25. Acaba de empezar en un nuevo trabajo y ha conocido a mucha gente nueva del personal. Uno de ellos le llama a casa. Usted:

a. Reconocería la voz sin problemas.

b. No está seguro de si reconocería la voz.

c. Tiene graves dificultades para identificar las voces.

26. ¿Qué es lo que más le afecta cuando discute con alguien?

a. Su silencio, que no responda.

b. Cuando no entienden su punto de vista.

c. Sus retos y comentarios fundamentados y demostrados.

27. Cuando iba al colegio, ¿cómo se le daban los ejercicios de deletrear y de escribir?

a. Le parecían unos ejercicios muy fáciles.

b. Uno de los dos ejercicios se le daba bien, pero el otro no.

c. No se le daban muy bien.

28. Cuando tiene que bailar o hacer ejercicios con ritmo, usted:

a. Puede «sentir» la música una vez se ha aprendido los pasos.

b. Puede hacer algunos ejercicios o bailes, pero otros le cuestan un poco.

c. Tiene dificultades para compaginar los pasos con el ritmo.

29. ¿Se le da bien identificar e imitar sonidos animales?

a. No muy bien.

b. Regular.

c. Muy bien.

30. Al final de un largo día, usted normalmente prefiere:

a. Hablar con sus amigos o su familia sobre su día.

b. Escuchar a otros y hablar sobre el día que han tenido.

c. Leer el periódico y ver la tele antes que hablar.

CÓMO HACER LA PUNTUACIÓN DEL TEST

Primero debe sumar el número de respuestas a, b y c, empleando las siguientes tablas para llegar a un número final.

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En las preguntas en las que las respuestas no reflejaban su opción y que, por lo tanto, ha dejado en blanco, anótese cinco puntos.

EL TEST DE LA ESTRUCTURA CEREBRAL

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ANÁLISIS DEL RESULTADO

El resultado de la mayoría de los hombres se situará entre 0 y 180 puntos, mientras que el de las mujeres se encontrará entre 150 y 300 puntos. Los cerebros que tienen estructuras de pensamiento masculino suelen situarse por debajo de los 150 puntos, y cuanto más próximos están al 0, más masculinas son sus estructuras y mayor es su nivel de testosterona. Este tipo de hombres demuestran notables facultades lógicas, analíticas y verbales, y suelen ser disciplinados y organizados. Normalmente, cuanto más cercanos al 0 se sitúen, mejores serán sus habilidades contables y estadísticas, y en el ámbito emocional mantendrán sus sentimientos bajo control. Los resultados que se sitúan en la línea bajo 0 corresponden a estructuras mentales altamente masculinas, que prueban que altas dosis de testosterona estuvieron presentes en la primera etapa del desarrollo fetal.

En el caso de las mujeres, los cerebros con estructuras mentales femeninas suelen conseguir una puntuación superior a 180. A mayor puntuación, más feminidad en las estructuras mentales y, por lo tanto, más talento creativo, artístico y musical. La mayoría de las mujeres que poseen estructuras mentales femeninas toman sus decisiones en función de la intuición o de lo que les parece más adecuado y suelen ser bastante eficientes a la hora de reconocer problemas utilizando los mínimos datos disponibles. También muestran facultades para solucionar problemas recurriendo a su creatividad e ingenio.

Los hombres que obtienen una puntuación por debajo de los 0 puntos y las mujeres que obtienen más de 300 puntos tienen una estructura mental tan opuesta que se podría decir que lo único que tienen en común es que viven en el mismo planeta.

EL SOLAPAMIENTO

Los resultados entre 150 y 180 puntos demuestran compatibilidad de pensamiento en ambos sexos. Las personas clasificadas en esta zona tienen un pensamiento que no es ni típicamente femenino ni masculino y suelen mostrar gran flexibilidad en sus opiniones, lo que puede ser una gran ventaja a la hora de resolver cualquier tipo de problema y de relacionarse con ambos sexos.

EL PUNTO FINAL...

Desde principios de la década de los ochenta, nuestro conocimiento sobre el cerebro ha sobrepasado las previsiones más esperanzadoras. El presidente estadounidense George Bush denominó la década de los noventa como la «década del cerebro» y ahora estamos en el «milenio de la mente». En la investigación cerebral y sus diversas áreas funcionales, hemos intentado simplificar la ciencia de la neurología evitando excesivos tecnicismos, a pesar de ser conscientes de que las estructuras cerebrales forman complejos entramados neuronales y celulares que conforman las diferentes áreas encefálicas.

Sin embargo, usted no quiere ser neurólogo, sino que probablemente solo quiera entender el funcionamiento cerebral básico y aprender algunas estrategias que le ayuden en sus relaciones con el sexo opuesto. Resulta sencillo detectar la zona cerebral responsable de las habilidades espaciales en los hombres y, por lo tanto, desarrollar estrategias para esta zona, pero resulta mucho más difícil apreciar qué zona se activa en el cerebro en relación con las sensaciones. Aun así, intentaremos desarrollar estrategias efectivas para solucionar los problemas emocionales.