La historia del bull terrier empieza en las primeras décadas del siglo XIX. En la Inglaterra de entonces las peleas entre animales eran una diversión muy apreciada.
A los perros se les hacía pelear contra osos, toros, ratas y tejones. Así era el gusto de la época: cualquier animal valiente y con instinto de lucha podía ser utilizado para entretener y divertir a personas de todas las clases sociales, a la vez que incrementaba los beneficios generados por las apuestas.
El bull-baiting (peleas entre varios perros y un toro), el bear-baiting (entre varios perros y un oso), y el dog-fighting (peleas entre perros) eran los pasatiempos más seguidos.
En estos crueles enfrentamientos predominaba el uso del bulldog, muy diferente del actual, que en la lucha demostraba un temple y un valor sin igual.
La práctica del bull-baiting y el bear-baiting se fue abandonando a partir de 1835, fecha en que el parlamento inglés prohibió las peleas entre animales. Sin embargo, el dog-fighting, más fácil de ocultar, se mantuvo de forma clandestina y se hizo muy popular.
Con la difusión del dog-fighting se planteó la necesidad de seleccionar otro tipo de perro, más ágil que el que se había utilizado hasta entonces, pero que conservara de este último la determinación y la resistencia al dolor, ya que el bulldog se mostraba ágil contra el toro, pero necesitaba una mayor soltura contra otros perros.
Representación de un bull-baiting fechada en 1820 (colección Audisio di Somma) |
|
Un dog-fighting en una ilustración de 1820 (colección Audisio di Somma) |
|
Grabado en donde se representa un bear-baiting (1820) (colección Audisio di Somma) |
Fue así como se empezó a cruzar el bulldog con los ágiles terrier, y en particular con el old black and tan terrier (el antiguo manchester terrier), muy apreciado por su velocidad y ferocidad en el exterminio de presas pequeñas.
El resultado del cruce fue óptimo, porque se obtuvieron perros que conservaban la fuerza y la resistencia del bulldog, y heredaban del terrier la rapidez y la desenvoltura. Así nació el bull and terrier, que hasta 1860 fue el rey de los perros de pelea.
Criado con el único objetivo de pelear, el bull and terrier era un perro de aspecto bastante feo (parecido a un perro bastardo), con una cabeza corta y ancha, un cuerpo membrudo y patas arqueadas. El manto era de varios colores (negro y fuego, atigrado, rojo, blanco), pero la distribución de los colores era imprevisible.
Con el paso del tiempo se acentuaron las características terrier en el bull and terrier, pero el verdadero cambio tuvo lugar a partir del 1862, cuando James Hinks, un criador de Birmingham, presentó en la exposición de Londres (el Cremorne Dog Show) a Puss, una hembra totalmente blanca obtenida del cruce del bull and terrier con el white english terrier.
Hinks, en un intento por civilizar el aspecto del bull and terrier y hacer que fuera apreciado también por las características morfológicas, había cruzado el bull and terrier con el white english terrier y el dálmata (este último con el objetivo de darle una mayor elegancia).
Después de unos años de selección —en la que al parecer también intervinieron el greyhound, el foxhound y el spanish pointer— y de apareamientos en estrecha consanguinidad, Hinks creó un perro más pequeño y elegante que su antepasado, al que llamó bull terrier.
Respecto a su antecesor, el bull and terrier, el bull terrier tenía una cabeza más larga y de contorno más limpio, sin labio abundante ni papada, un cuerpo robusto pero más esbelto y agraciado, con extremidades rectas y era completamente blanco. En cambio, el temperamento seguía siendo el mismo del antiguo bull and terrier.
Se cuenta que Puss, para demostrar que la recién adquirida belleza no iba en detrimento del temperamento peleó contra un fuerte bull and terrier. No sólo ganó el combate, sino que además salió ilesa de él y al día siguiente pudo participar en la exposición. A partir de la victoria de Puss, la nueva raza se difundió rápidamente; todo el mundo quería un perro con el temperamento del bull and terrier de siempre pero con la belleza y la agilidad de los perros de Hinks.
Grabado en el que se representan unos bull and terrier |
|
Una pelea entre un bull and terrier y un manchester terrier |
|
En un grabado de la época, Puss, pilar de la raza bull terrier, durante una pelea (colección Maurizio Marchetti) |
|
Ejemplares de white english terrier, raza actualmente extinguida, utilizada por Hinks por el color y por la armonía de las masas |
Dos años después, Hinks presentó otro bull terrier, Madman, que fue el primer gran show dog y el primer gran reproductor.
La fama de Madman se eclipsó cuatro años más tarde con la aparición de Old Victor, un perro de cuarenta y cinco libras de peso (unos 20 kg), «de forma perfecta, con un buen cuello, hombros y un precioso ojo negro» que representó un paso hacia delante en el desarrollo de la raza y fijó el tipo para el estándar. Sin embargo, no se conoce a ciencia cierta cómo se desarrolló el bull terrier y cuáles fueron los apareamientos de estos primeros años.
Los pocos pedigríes existentes y la costumbre de la época de llamar a los perros con los nombres de los vencedores y de distinguir a los hijos de los padres únicamente con los adjetivos joven, viejo, grande y pequeño hacen que cualquier afirmación acerca de la genealogía y la identidad de los perros sea cuestionable. En el libro Reproductores, editado por el Kennel Club en 1874, constan veinte Madman, seis Victor y siete Puss.
La cría de bull and terrier continuó durante cierto tiempo, por lo que el bull terrier moderno convivió con el antiguo hasta que en 1935 este se convirtió en una raza aparte: el staffordshire.
La afición por las peleas de perros fue disminuyendo, al tiempo que aumentaba el interés por las exposiciones; en la década de 1870 nacieron los primeros clubes y en 1887 se fundó el primer Bull Terrier Club.
En 1895 la raza sufrió un duro golpe al prohibirse la amputación de las orejas a los perros.
Con las orejas caídas el bull terrier parecía completamente distinto y muchos criadores y expositores abandonaron la raza.
Pasaron años hasta que se llegó al tipo actual. Al principio, pese a que el tipo lobuno era el más deseado, todas las orejas erguidas o semierguidas se consideraban correctas; poco a poco, y con un escrupuloso trabajo de selección, la oreja erguida pasó a ser normal y la raza recuperó la popularidad.
Los criadores se centraron a partir de ese momento en el perfil. Hasta aquel momento se habían realizado esfuerzos notables para suprimir el stop del tipo primitivo, marcado y feo. El primer indicio de curvatura apareció en las generaciones de perros producidos por los hijos de Hinks, James y Fred, que fueron también famosos criadores.
El primer resultado destacable se obtuvo al finalizar la primera guerra mundial con Lord Gladiator. Este perro, nacido en Londres en 1918 (C. Oaksford Gladiator x C. Lady Betty) y criado por Mr. Truck, tenía una cabeza extraordinaria, con un perfil tan vanguardista para la época, que fue considerado el origen de la cabeza del bull terrier moderno.
El perfil de la cabeza de Lord Gladiator representa el primer ejemplo de down face (ejes craneofaciales divergentes) y su evolución dio lugar al perfil curvilíneo actual peculiar de la raza.
Quick Snewitt, bull terrier de principios de siglo |
|
Los bull terrier en el 1900, antes de Lord Gladiator |
|
Lord Gladiator, progenitor de los bull terrier modernos. Constituye el primer ejemplo de cabeza sin stop |
|
C. Maximillian Bull Boy of Jobrulu, ejemplar de talla pequeña muy importante en la historia de la raza. Regent Trophy Winner 1982. Cría y propiedad de Mr. y Mrs. Kenway |
|
El ejemplo más reciente de los míticos Jobrulu. Princess Perdy of Jobrulu. Cría y propiedad de Mr. y Mrs. Kenway |
El bull terrier creado por Hinks era un perro completamente blanco. La variedad de color nació más tarde, cruzando el bull terrier blanco con el staffordshire (raza que, como ya se ha dicho anteriormente, corresponde al antiguo bull and terrier y que en aquella época todavía no estaba reconocida).
La introducción del bull terrier de color no se hizo sin oposiciones. Los criadores de la variedad blanca no querían que el bull terrier, criado concienzudamente durante muchas generaciones, fuera utilizado para cruces experimentales, pues temían que se arruinara el trabajo realizado por Hinks para conseguir un perro totalmente blanco.
No obstante, a pesar de las antipatías, prejucios y oposiciones, el bull terrier de color captó el interés de muchos, a pesar de que el desarrollo de la variedad fuera lento. De cada camada se seleccionaba el ejemplar más típico, que se apareaba con otro perro de calidad, y así sucesivamente.
Sin embargo, para obtener el color, los criadores se veían obligados a recurrir continuamente al staffordshire, sacrificando así muchas características que ya habían sido conseguidas.
Años después, se hizo innecesaria la sangre de staffordshire, porque el tipo se había fijado, aunque diferente y muy inferior al del bull terrier blanco.
A principios del siglo XX tres criadores, Harry Tunmer, titular del afijo Doncas, Arthur Lyon, titular del afijo Sher y Mr. Ellis, dieron un gran impulso al desarrollo de los bull terrier de color y se dedicaron a su cría hasta la década de los treinta, con el objetivo de mejorar la calidad de la variedad, todavía entonces muy inferior. Su esfuerzo se dirigió principalmente a la obtención de cabezas mejores, de más osamenta, y en conjunto de una masa superior.
La primera victoria de un ejemplar de color tuvo lugar en la exposición de Londres en 1919 (la Great Joint Terrier Show) con Bing Boy. En cambio, el primer título de campeón de color fue logrado el año 1931 por Lady Winifred, una hembra atigrada criada por Mr. Dockerill. El primer macho campeón fue Broko Brock en 1935.
El éxito obtenido por los ejemplares de color, en parte debido a los frecuentes cruces con blancos para aumentar la calidad, replanteó el problema de los coloured breed white, es decir, de los bull terrier blancos nacidos de progenitores de color. Los criadores de la variedad blanca sostenían la idea según la cual si los coloured breed white se utilizaban con ejemplares blancos nacidos de padres blancos (pure white) podrían reintroducir en la variedad blanca defectos reducidos o ya suprimidos después de años de cuidada selección.
Con el fin de proteger la variedad blanca y de impedir montas entre blancos pure white y blancos coloured breed white, el Kennel Club instauró en el año 1937 un registro de reproductores en donde solamente podían ser inscritos los bull terrier blancos descendientes de blancos pure white. Las limitaciones impuestas a los coloured breed white, que afectaban también a su participación en las exposiciones, fueron abolidas a partir de los años cincuenta, cuando se reconoció oficialmente su gran valor para la raza.
El hecho más importante de los años treinta fue el trabajo aportado a la raza por Mrs. Dee Montague Johnstone, titular del afijo Romany. A esta criadora y a Mrs. Margaret Williams, que más tarde fue su socia en el criadero, se debe el mérito de haber dotado a la variedad de color de una morfología perfectamente comparable con la variedad blanca.
En el año 1938 Mrs. Montague Johnstone presentó a Romany Riverstone, un ejemplar de color rojo y blanco que disfrutó de un gran prestigio.
Romany Riverstone tenía una cabeza llena y fuerte, un ojo bellísimo, una osamenta verdaderamente excepcional para la época y representaba el punto de partida para el desarrollo de la variedad de color.
Un magnífico ejemplar de color de un célebre criadero italiano. Epithelium Entonyquenn. Criador y propietario: Amadori |
|
C. Lizette First Endeavour of Kearby y C. Lizette First Edition of Kearby. Cría y propiedad de Mrs. Youatt. Esta criadora, famosa por sus ejemplares de la variedad de color, ha entrado de pleno derecho en la historia de la raza |