Primera parte
LA QUIROGNOMÍA

La piel

El primer elemento que habrá que examinar para obtener una impresión general del estado de salud y del temperamento de un individuo es la piel de su mano. Si posee un color sonrosado y es resistente al tacto, firme, de temperatura ni demasiado caliente ni demasiado fría, nos encontramos frente a una persona sana, bien equilibrada, capaz de controlar sus impulsos y emociones. Por el contrario, el individuo fácilmente excitable, aquel que se deja llevar por sus impulsos y que actúa y razona dominado por la cólera, tiene por lo general la piel de una coloración rosa fuerte con tendencia al rojo. Muy a menudo la violencia y la brutalidad se manifiestan por un color encendido de la piel; el indicio es todavía peor si se advierten en la mano venas nudosas y amoratadas. En cambio, las blancuzcas indican frialdad y egoísmo. Además, las manos pálidas son síntoma de mala salud, y lo mismo puede decirse de las manos sudorosas.

Naturaleza y forma de la mano

Un apretón de manos puede manifestar muchas cosas si atendemos, por ejemplo, a si la mano es dura o blanda. La mano firme que se resiste a la presión nos dirá que el sujeto es un individuo resuelto, un hombre de acción, dotado de un temperamento positivo y práctico. La mano blanda, al contrario, indica pereza, debilidad y algunas veces también sensibilidad, idealismo e incluso falta de sinceridad. La presencia o la falta de otros signos típicos confirmará la importancia de este o de aquel carácter sobre los demás. Pero mientras tanto la primera impresión ha de alertar al observador y ponerlo sobre más de una «pista».

Prosigamos en el examen. Si la mano además de ser blanda es rechoncha, regordeta en la base de los dedos, con hoyuelos en el dorso y con el dedo medio puntiagudo, es probable que nos encontremos frente a un hombre sensual, ansioso de sensaciones eróticas. En cambio, si la mano brilla, nos encontramos ante un glotón.

Después de estos análisis preliminares, es decir, después de haber observado el color de la piel y su naturaleza y forma, se examinará la palma para ver si resulta proporcionada en relación con la forma y longitud de los dedos. Debe recordarse que cuanto mayor es la proporción y la armonía tanto más favorable es el resultado. Si la palma es desmesuradamente más larga que los dedos y muy ancha puede manifestar un cierto grado de tosquedad y un carácter violento. Si la palma es larga y estrecha denotará una imaginación lenta y pesada, unida a una fuerte dosis de obstinación. Lo ideal es una palma de tamaño medio, de proporciones armoniosas, tanto por su forma como por su simetría con los dedos. Por lo demás, la armonía es uno de los elementos fundamentales que expresan el grado de positivismo de una mano.

Estudiemos, en primer lugar, la forma de la mano. Actualmente se reconocen siete tipos fundamentales, subrayados por grandes quirólogos como Desbarolles, mientras que en el pasado se llegó incluso a establecer más de un centenar.

1. Mano elemental (con palma ancha y dedos y uñas cortas).

2. Mano necesaria (con dedos en forma de espátula).

3. Mano útil (con dedos cuadrados).

4. Mano artística (con dedos delgados y bien formados).

5. Mano filosófica (con dedos nudosos).

6. Mano física (con dedos lisos).

7. Mano mixta (con caracteres de los diversos tipos).

La mano elemental

La palma de una mano elemental (fig. 1) está bastante desarrollada y es más bien gruesa, los dedos rígidos y generalmente muy cortos, las uñas cortas también y el pulgar casi truncado. Como estructura es la más corriente y se caracteriza además por la falta de delicadeza y de gracia en sus movimientos. Suele pertenecer a un individuo vulgar, aunque puede indicar también rudeza y hábito a los trabajos manuales sin un particular significado negativo. En este tipo de mano se observa que la unión con la muñeca es muy corta, los montes faltan o apenas se advierten, excepto los de Venus, Luna y Mercurio, que son siempre muy pronunciados.

Las líneas siempre son escasas y muchas veces existen sólo las tres principales, por lo que falta la de Saturno. La línea del corazón puede presentarse sin ramificaciones y la línea de la cabeza tiende a la horizontal.

El monte de la Luna está a menudo ligado con el de Marte.

La mano necesaria

Estéticamente no es una mano agradable y a menudo provoca sensaciones de antipatía. Ello se debe en gran parte a la falta de gracia y a la irregularidad existente entre la palma y los dedos, que terminan en espátula, es decir, con la última falange mucho más ancha y chata (fig. 2). También el pulgar es largo y chato. Las uñas son más anchas que largas, y tienden a estar aplanadas. Este tipo de mano pertenece a individuos dotados de gran actividad física, de sentido práctico, de inteligencia aguda pero instintiva, poco adecuada a especulaciones abstractas. Se encuentran en este grupo hombres de negocios y deportistas (entre los primeros es fácil encontrar una palma blanda, mientras que suele ser dura entre los segundos). En los hombres de negocios la palma es más ancha en la base de los dedos y en la unión con la muñeca; el meñique es nudoso y no puntiagudo. Si los dedos tienen una acentuada forma de espátula, el individuo pertenece a aquella clase de personas dominadas por el ansia de actuar, que nunca se sienten satisfechas de sí mismas porque arden en deseos de alcanzar los máximos objetivos.

La mano útil

Su forma cuadrada (fig. 3), tanto de la palma como de los dedos, es una pista preciosa para reconocerlas. Las extremidades de las falanges parecen incluso haber sido aplastadas. Cuando se duda que una mano pertenezca a esta categoría, aun sospechándolo, puede medirse el dedo medio, cuya longitud debe corresponder a la de la palma, al mismo tiempo que es medio centímetro más corta que su anchura. A este tipo pertenecen los individuos prácticos, precisos, perseverantes, con gustos positivos, con dominio de sí mismos y razonadores. Su mayor defecto es la falta de intuición y fantasía. Generalmente son excelentes padres, buenos administradores, trabajadores íntegros y extremadamente correctos en todas sus relaciones. Sin embargo, su falta de fantasía les relega a veces a un segundo término y dificulta que la gente simpatice con ellos.

La mano artística

Tiene forma cónica, de tamaño medio. Los dedos son cónicos u ovoides, e incluso a veces ligeramente puntiagudos en la última falange. La palma se estrecha notablemente en la unión con la muñeca, pero sin perder sus proporciones. El pulgar es casi siempre grande y tiene las dos falanges de igual longitud (equilibrio entre capacidad lógica y voluntad). La mano artística corresponde a individuos impulsivos, amantes de lo bello, y a los dotados para las profesiones artísticas, en las que destaca su rica y sugestiva fantasía. El peligro en estos individuos radica en su indolencia, en su exagerada sensualidad, que puede llegar a comprometer sus cualidades naturales (fig. 4).

La mano filosófica

Es larga, más bien angulosa, con dedos que se abultan en las extremidades de las falanges y uñas largas y redondeadas (fig. 5). Su estructura se encuentra en una posición intermedia entre la mano cuadrada y la mano en forma de espátula.

Se llama mano filosófica porque es propia de muchas personas dotadas de equilibrio y amantes de la investigación abstracta y de la lógica.

No hay que olvidar esta particularidad: si las nudosidades se encuentran entre la primera y la segunda falange, prevalecerá el orden psíquico; cuando se encuentran entre la segunda y la tercera falange, prevalecerá el orden material.

En la mano de muchas amas de casa, por ejemplo, aparece a menudo de forma pronunciada el nudo sobre el dorso, a la altura de la unión con los dedos; a este nudo se le llama doméstico porque caracteriza la habilidad en atender las faenas caseras.

Los nudos demasiado pronunciados en la primera falange sugieren egoísmo y desconfianza.

La mano física

Puede decirse que este es el tipo estéticamente perfecto. La palma es más bien estrecha y ovalada; los dedos, incluido el pulgar, son largos, lisos, carecen de nudos aparentes y tienden a estrecharse. También las uñas son largas y ovaladas. A esta mano se le llama de los seres espirituales, porque según los quirólogos la falta de nudos favorece «el inmediato contacto con el fluido astral».

Muchos poetas, escritores y escultores tienen manos de este tipo (fig. 6). Pero esta misma mano puede representar a un individuo impresionable, incapaz de luchar o de someterse a un trabajo material, carente de todo concepto de disciplina y orden. Es también la mano de los idealistas y de los soñadores, aunque difícilmente es la mano de personas felices.

La mano mixta

Es un tipo de mano difícil de descubrir porque no posee más características especiales que la forma de los dedos: no acaba ninguno igual. En general, puede observarse que el índice y el anular terminan de forma cuadrada; además el índice tiene cierta tendencia a terminar en espátula. Los dedos medio y meñique suelen acabar en forma de huso. El pulgar casi siempre es bastante largo, sin que esto indique un predominio de la voluntad, ya que la primera falange termina en punta o se dirige hacia fuera (fig. 7).

El poseedor de manos mixtas conoce muchas cosas de manera superficial y también sabe utilizar muchas cosas, aunque ninguna de manera perfecta. No le falta el ingenio, pero sí otras cualidades como la constancia y la aplicación, cuya ausencia imposibilita el logro de lo que se ha propuesto. En este último tipo, una línea de la cabeza perfecta podría subsanar las diferencias indicadas.