Un cántico
Comienza como un suave canturreo que se desliza con la marea, un sonido tan débil que podría ser el viento soplando a través de las persianas de madera, a través de los ojos de buey de los barcos pesqueros anclados en el puerto y por las angostas grietas de los umbrales arqueados por el tiempo. Pero después de la primera noche, la armonía de las voces se vuelve innegable. Un himno encantado que navega por encima del agua, fresco, suave y seductor. Las hermanas Swan han despertado.