Capítulo 1
Por qué la gente se estanca
Crecer significa cambiar y el cambio implica riesgo,
ir de lo conocido a lo desconocido.
GEORGE SHINN
Eres una persona notable con un potencial extraordinario. Tu cerebro contiene un millón de células, cada una conectada a cerca de 20 mil otras células. Esto significa que los posibles pensamientos que puedes tener, positivos o negativos, son mayores que la cantidad de moléculas en el universo conocido.
En este momento eres capaz de vivir una vida maravillosa llena de significado y propósito, teniendo un efecto positivo en muchas personas.
Pero antes de que puedas darte cuenta de todo tu potencial para la grandeza personal, necesitas comprender quién eres y cómo llegaste a donde estás hoy.
No hay un manual de instrucciones
para la vida, ¡así que crea el tuyo!
Imagina que compras la computadora más sofisticada que existe, más accesorios.
La llevas a tu casa, la sacas de la caja y descubres, para tu sorpresa, que no hay ningún manual de instrucciones. Tienes una súper computadora moderna que podría realizar muchas tareas complicadas, pero no sabes cómo configurarla o usarla adecuadamente.
Naces de manera muy similar. Vienes al mundo con una mente maravillosa, cargada de talentos y habilidades sin explotar, con el potencial de hacer cosas extraordinarias con tu vida. Pero no tienes un manual de instrucciones. Tienes que resolverlo todo por ti mismo. Y esto generalmente lleva años, si no toda una vida.
¿Te has preguntado cómo te convertiste en la persona que eres hoy, con tu combinación única de pensamientos, sentimientos, ideas, habilidades, miedos, esperanzas, ambiciones y aspiraciones?
La magia de cambiar tu pensamiento
Thomas Edison dijo alguna vez: “Hay tres tipos de personas: quienes piensan. Quienes piensan que piensan. Y luego están aquellas que prefieren morir antes que pensar”.
La gran mayoría de las personas va por la vida sin pensar quién es ni cómo llegó a donde está hoy. Como resultado, la vida simplemente les sucede, como una serie de eventos aleatorios, sin explicación y con pocas conexiones entre ellos.
Toman el primer trabajo que les ofrecen, hacen lo que se les dice, y luego otras personas que les ofrecen otros trabajos en gran medida determinan su carrera. Se casan con la persona que está parada cerca cuando deciden que ya no quieren estar solteras. Gastan su dinero en lo que les atrae e invierten en lo que alguien les sugiere. Para la persona promedio, la vida es como la defensa de un coche en un carnaval: continuamente golpeada en diferentes direcciones, con muy poco control.
Pero el hecho es que tu mundo se crea en gran medida por los pensamientos que tienes, y las cosas que haces como resultado de tu pensamiento. Cuando mejoras tu forma de pensar, mejoran tus acciones y tus resultados. Cuando cambias tu forma de pensar, cambias tu vida.
Unas palabras de Christina
Un ejemplo poderoso de cómo cambiar tu forma de pensar puede cambiar tu vida proviene de una experiencia con un cliente. Un hombre de cuarenta años vino a verme porque se dio cuenta de que estaba cansado de no sentirse feliz con su vida. Tenía una buena relación con su esposa y dos hijos felices, un trabajo bien remunerado y un grupo de apoyo de familiares y amigos.
Simplemente sentía que algo faltaba y no podía apreciar su situación. Lo que noté al trabajar con él fue que tenía una actitud general pesimista que estaba directamente relacionada con su creencia de que no tenía el control de su vida. Este patrón de pensamiento lo estaba haciendo sentir ansioso y deprimido por una condena inminente y desconocida que no podía evitar. Separamos su vida en partes e identificamos cómo y dónde él controlaba su vida.
Le di ejercicios para reforzar esta nueva creencia. Comenzó a practicar la toma de decisiones y a llevar a cabo acciones que demostraban que él tenía el control. Con el tiempo se volvió más relajado y tolerante. Eventualmente, toda su actitud cambió por completo. Se volvió mucho más optimista y positivo acerca de su vida. El punto de inflexión para él fue cuando cambió su percepción y optó por interpretar las cosas de manera diferente. Se percibía como el que tenía el control de sus elecciones y decisiones y, por lo tanto, tenía el control de su futuro. Su vida cambió completamente.
Las leyes mentales
Hay una serie de leyes y principios mentales que se ha descubierto y redescubierto a lo largo de la historia. Estas leyes explican en gran medida quién eres y todo lo que te sucede. Como escribió la autoridad en éxito Napoleon Hill: “Uno de los grandes secretos de la vida es nunca intentar violar las leyes naturales y ganar”.
LA LEY DE CAUSA Y EFECTO
A esta ley a menudo se le conoce como ley de hierro del universo. Fue explicada por primera vez por Aristóteles en el año 350 a.C., en su academia a las afueras de Atenas, y fue llamada “Principio aristotélico de causalidad”.
En un momento en que todos creían que la vida de los mortales estaba determinada por los dioses que jugaban en el monte Olimpo y que no era más que una serie de eventos aleatorios, Aristóteles en cambio proclamó que vivimos en un universo gobernado por el orden. Él dijo que todo sucede por una razón. Sólo porque no conocemos la razón, eso no significa que una razón no exista.
La ley de causa y efecto dice que por cada efecto o resultado en tu vida hay una causa o causas. Nada sucede por casualidad. Incluso los eventos más aleatorios se pueden remontar a causas o factores específicos.
Esta ley también dice que si hay un efecto que deseas, como la salud, la felicidad, la prosperidad o el éxito, puedes lograr ese efecto creando las causas que lo provocan. La manera más fácil de tener éxito es encontrar a alguien que ya haya logrado lo que tú deseas lograr y luego hacer las mismas cosas que hizo esta persona, una y otra vez, hasta que obtengas los mismos resultados.
Ejercicio: anota los nombres de tres personas a las cuales admires, ya sea por quienes son o por lo que han logrado. ¿Qué cualidad admiras más de cada una? ¿Cómo puedes desarrollar estas cualidades?
Ésta es la primera regla de la ley de causa y efecto: si haces lo que las personas exitosas y felices hacen, una y otra vez, no habrá nada que te impida obtener finalmente los mismos resultados que ellas.
La segunda regla es: si no haces lo que hacen las personas exitosas y felices, nada podrá ayudarte.
El mundo está lleno de personas que hacen lo que hacen las personas infelices, fracasadas y frustradas, y luego se sorprenden por obtener los mismos resultados. Pero esto no es cuestión de mala suerte, azar o accidente. Es simplemente una cuestión de ley.
Si comes alimentos saludables, te ejercitas regularmente y cuidas bien de tu cuerpo, estarás en forma y saludable, y tendrás altos niveles de energía. Y si no haces esto, no estarás saludable. Todos entienden y están de acuerdo con esto. Es obvio. Es simplemente una cuestión de causa y efecto.
Tu pensamiento es creativo
La aplicación más importante de la ley de causa y efecto es ésta: los pensamientos son causas y las condiciones son efectos.
Tu pensamiento es creativo. Tú determinas qué te sucede con los pensamientos que tienes, especialmente con aquellos que están cargados con emoción, ya sea positiva o negativa. Tus pensamientos son como la computadora en un misil guiado. Ellos te conducen infaliblemente a tu objetivo.
Aquí hay un punto crítico: una vez que has iniciado la causa, el efecto tiene lugar por sí mismo. Una vez que has empujado la roca colina abajo, rueda por sí misma por la ley de la gravedad. Una vez que has plantado una semilla positiva o negativa en tu mente, las flores o las malas hierbas crecerán. Puedes controlar la causa, pero el efecto ocurre automáticamente, lo quieras o no.
Unas palabras de Christina
A menudo, cuando las personas vienen a terapia por primera vez, me gusta tomarme el tiempo para explorar su “jardín” y descubrir qué pensamientos, ideas y creencias positivas o negativas se han plantado y existen como parte de su historia personal. Las semillas son plantadas desde el momento en que una persona nace, por otros, y luego continúan siendo plantadas por nosotros.
Es vital identificar qué pensamientos e ideas ya existen para que el paciente pueda decidir qué plantas deben permanecer en el jardín y cuáles deben eliminarse porque ya no son verdaderas para él. A partir de ese momento, el jardín mental del paciente debe nutrirse. Contiene todos los pensamientos, ideas y emociones que componen la vida interior de una persona.
Piensa en el éxito
En un estudio de 22 años en la Universidad de Pensilvania, se entrevistó a 350 mil personas para descubrir qué pensaban la mayor parte del tiempo. Resultó que el 10% superior, el más feliz y el más exitoso de este grupo, pensó en dos cosas la mayor parte del tiempo: lo que querían y cómo obtenerlo. Pensaron en sus objetivos y las acciones que podrían tomar para alcanzarlos.
Ejercicio: elige algo que realmente quieras. Ahora imagina que ya lo has logrado. Describe cómo se siente haber alcanzado tu objetivo. ¿Cómo sería tu vida diferente si lograras algo que es importante para ti?
Cuanto más las personas exitosas pensaban acerca de lo que querían y cómo conseguirlo, más ideas e intuiciones les llegaban. Estas ideas las motivaron a tomar aún más acciones, lo que las movió más y más rápido hacia sus objetivos. Cuando lograron sus objetivos, se sintieron más felices, más motivadas y ansiosas por establecer objetivos aún más grandes y desafiantes. Al pensar la mayor parte del tiempo en lo que querían y cómo obtenerlo, pusieron su vida en una espiral ascendente de éxito y logro. Y tú también puedes hacerlo.
El principio básico
El principio básico de todas las religiones, la filosofía, la metafísica, la psicología y el éxito es éste: te conviertes en lo que piensas la mayor parte del tiempo.
Cuando tienes pensamientos claros y definidos sobre lo que quieres, respaldados por la emoción positiva del entusiasmo, diriges y canalizas tu energía y tus actividades hacia tus objetivos.
Si tu mente es un revoltijo de pensamientos, como es el caso de la mayoría de las personas, pensarás en lo que quieres en algunas ocasiones, y en lo que no quieres en otras. Pensarás en lo que te hace feliz y en lo que te hace infeliz. Pensarás en el trabajo y en regresar a casa. Pensarás en dormir y en despertar. Pensarás en diversión a corto plazo ver televisión, escuchar música y socializar. Debido a que no tienes objetivos claros y específicos, tu vida simplemente da vueltas en círculos, a veces durante años. Con el tiempo, te conviertes en lo que piensas la mayor parte del tiempo, para bien o para mal.
LA LEY DE LA CREENCIA
La ley de la creencia dice que todo lo que creas con emoción se convierte en realidad. Tus creencias forman una pantalla de prejuicios a través de la cual ves tu mundo. En otras palabras, no ves el mundo como es, sino como eres.
William James, el psicólogo de la Universidad de Harvard del siglo XIX, dijo: “La creencia crea el hecho real”.
Siempre piensas y actúas con base en tus creencias básicas, ya sean positivas o negativas. Si tienes creencias positivas y constructivas, tomarás buenas decisiones, instrumentarás las medidas correctas y obtendrás buenos resultados. Si tienes creencias negativas, temerosas o enojadas, tomarás las acciones incorrectas o ninguna acción, y obtendrás resultados negativos. Esto es simplemente una cuestión de ley.
Ejercicio: consigue un cuaderno y tráelo contigo durante todo el día. Toma conciencia de cómo percibes las situaciones. Cuando te enfrentas a una decisión, ¿resaltas los aspectos positivos o consideras los negativos primero? Haz un seguimiento de estos patrones de pensamiento y realiza un esfuerzo consciente para ver las cosas de manera optimista. Luego haz un seguimiento de cómo te sientes en general sobre tu día. Asegúrate de anotar esto.
Todas las creencias son aprendidas
Afortunadamente, todas las creencias son aprendidas. Todo en lo que crees hoy te ha sido enseñado por alguien de alguna manera. Si tienes creencias positivas que afirmen la vida, tendrás una vida feliz y saludable. Serás popular y te llevarás bien con otras personas.
Si tienes creencias negativas y destructivas, serás dudoso, temeroso, sospechoso, negativo, y estarás en constante conflicto con otras personas en tu vida.
El punto de partida para la transformación personal es cuestionar tus creencias autolimitantes. Cualquier creencia que tengas que sugiera que tienes limitaciones en cuanto a talento, capacidad, personalidad u oportunidad no suele ser cierta. Son limitaciones que te has impuesto al creer en ellas. En el momento en que dejas de creer que estás limitado, de alguna manera tu vida entera se ilumina como un amanecer.
Unas palabras de Christina
Hace poco trabajé con una mujer que experimentaba una gran ansiedad cada vez que iba a tener una conversación con un compañero de trabajo en particular. Ella afirmó que se sentía pequeña e intimidada por este compañero y le costaba trabajo defender lo que necesitaba o quería en su presencia.
Le hice imaginar que se sentía muy pequeña, insegura e intimidada y luego le pedí que asociara esos sentimientos con un animal. Ella eligió un gatito porque a menudo son tímidos e inofensivos. Luego le pedí que pensara en un momento en que se sintiera firme, segura de sí misma y poderosa. Le pedí que asociara esos sentimientos con un animal. Ella eligió un tigre porque los tigres son poderosos y peligrosos. Luego le pedí que practicara imaginándose como un gatito y luego como un tigre. Hicimos esto varias veces hasta que sintió que podía conectarse fácilmente con los sentimientos que había asociado con cada animal. Comenzó a practicar ser su tigre en el trabajo y descubrió que la ansiedad de hablar con su compañero de trabajo desapareció por completo.
He llevado a cabo este ejercicio en particular con varios pacientes, y todas las veces he tenido éxito. Parece inusual, pero tomar tus creencias autolimitantes y crear un objeto o animal concreto para representarlos te permite exteriorizarlos y ser más consciente de la configuración mental desde la que estás operando.
Ser capaz de identificar cuándo te sientes inseguro y conscientemente cambiar a un estado de seguridad y empoderamiento te da una sensación de control y aumenta tu autoestima.
Ejercicio: ¿cuáles son las tres cosas que quieres hacer pero que piensas que no puedes hacer? ¿Por qué no puedes hacerlas? ¿Quién te dice que no puedes hacer esas cosas? ¿Quién cree que puedes? ¿Alguna vez has intentado hacer estas cosas, o simplemente estás asumiendo que no puedes hacerlas?
LA LEY DE LAS EXPECTATIVAS
La ley de las expectativas se ha discutido con frecuencia a lo largo de los años. Se usa para explicar muchas de las cosas que suceden en la sociedad, incluidas prácticamente todas las decisiones tomadas en el mercado de valores y en la economía. Dice: todo lo que esperas, con confianza, se convierte en tu propia profecía autocumplida.
Si esperas ser feliz y exitoso, probablemente lo seas. Si esperas ser popular y querido por otros, te comportarás de tal manera que lo hagas realidad. Si esperas tener una vida maravillosa, contribuir a la sociedad y ser respetado por tu familia, amigos y colegas, eso también se convierte en tu profecía autocumplida.
Tal vez la mejor actitud que puedes desarrollar es la de una expectativa positiva, en la cual vivas la vida con confianza esperando que todo salga bien. Y rara vez te decepcionará.
La mayoría de las personas infelices tiene una actitud de expectativa negativa. Esperan ser decepcionadas. Esperan ser engañadas o sobrecargadas. Esperan ser impopulares o poco queridas. Y sus expectativas también se hacen realidad.
Puedes decidir
La buena noticia es que puedes crear tus propias expectativas, ya sean positivas o negativas. La decisión es tuya. Lo único que puedes controlar en el mundo es tu forma de pensar. Si tomas el control de tu pensamiento, tomas el control completo de tus emociones, tus acciones y tu destino.
Tus expectativas están en gran medida formadas por tus creencias. Si crees que eres una buena persona, esperarás ser tratado de manera positiva. Y las personas responderán consciente o inconscientemente a tus expectativas, ya sea que las conozcan o no.
LA LEY DE LA ATRACCIÓN
Esta ley ha sido discutida por más de cinco mil años. La literatura popular sugiere que, con base en esta ley, puedes tener todo lo que deseas en la vida si visualizas y tienes pensamientos felices. Algunas personas piensan que por la ley de la atracción lo que sea que quieran inevitablemente se verá atraído hacia su vida.
Esta explicación es verdadera en parte. Es cierto que tu mente es un “imán viviente”. De manera inevitable atraes a tu vida a las personas, los recursos y las experiencias que tienen tu emoción o que están en armonía con tus pensamientos dominantes.
La emoción es la clave para entender esta ley. Tus emociones, positivas o negativas, son como una carga eléctrica que influye en tu magnetismo y te atrae hacia lo que sea que estés emitiendo.
La ley de la atracción en acción
Lo que esta ley significa para ti es que cuando tienes absolutamente claro lo que quieres, estableces un campo de energía de fuerza que lo atrae hacia ti y te atrae hacia eso. El componente esencial para que funcione esta ley es la creencia o la fe. La menor duda o la negatividad con respecto a lo que quieras saboteará el proceso de atraerlo a tu vida.
Ejercicio: imagina que vas a comprar un coche nuevo. Decide qué coche te gustaría tener y el color de tu elección. Durante los próximos días, observa la frecuencia con la que ves ese coche. Lo notarás en todas partes.
La ley de la resonancia simpática
También hay una subley: la ley de la resonancia simpática. De acuerdo con esta ley, si tocas una cuerda en un piano en un lado de la habitación y luego caminas hacia un piano al otro lado de la habitación, la misma cuerda vibrará como la que tocaste en el primer piano.
De la misma manera, a menudo conocerás a una persona con la que tienes una resonancia simpática desde el primer momento. Probablemente has experimentado esto en tu propia vida. Kahlil Gibran escribió, en su libro El profeta: “En el amor debe haber una comunicación instantánea en el primer momento de la cita, o nunca sucederá”.
Muchas personas se sienten atraídas por la persona que se convierte en su esposo o su esposa por resonancia simpática. Sus ojos se encuentran en medio de una habitación llena de gente y, como imanes, se sienten atraídos el uno hacia el otro. Esta experiencia explica por qué las parejas casadas casi siempre pueden recordar su primer momento de encuentro.
La ley de la vibración
Otra subley de la ley de la atracción es la ley de la vibración, que dice que todo el universo es energía en movimiento, con cada sustancia vibrando en diferentes frecuencias. Tus pensamientos también vibran, en un nivel tan fino que tus ondas de pensamiento pueden viajar a través de cualquier sustancia, y en largas distancias, de forma instantánea.
A lo largo de tu vida tendrás experiencias como ésta: estás hablando de un amigo que vive en otro país, alguien que no has visto en años. En medio de tu conversación, el teléfono suena y resulta que es tu amigo. Y le dices, con sorpresa: “¡Estábamos hablando de ti!”.
Éste es otro ejemplo de la ley de la atracción, basado en las leyes de la resonancia simpática y la vibración.
LA LEY DE LA REPULSIÓN
Lo opuesto a la ley de la atracción es la ley de la repulsión. Cuando tienes pensamientos negativos y aprehensivos sobre el dinero, sobre lo poco que tienes y cuánto cuesta todo, creas un campo de energía de fuerza negativa que aleja el dinero y las oportunidades de tu vida. Ésta es la razón principal por la cual muchas personas siguen siendo pobres toda su vida.
Quizá lo peor que puedes hacer si quieres tener éxito financiero es criticar a otras personas que lo están haciendo bien o que están ganando más que tú. Este comportamiento generalmente se basa en la envidia y el resentimiento, dos de las peores emociones negativas. Elimina todas las esperanzas de éxito de tu vida.
Pero cuando admiras a las personas exitosas creas ese campo de fuerza de energía que atrae a las personas exitosas hacia ti, lo que crea oportunidades para que tú también seas exitoso.
LA LEY DE CORRESPONDENCIA
Mi ley favorita es la ley de correspondencia, que dice: tu mundo exterior es un reflejo de tu mundo interior.
Creas el equivalente mental de lo que quieres ver, experimentar o disfrutar en el interior, y luego se materializa, como un reflejo, en tu vida. Es por eso que la Biblia dice: “Como es adentro, es afuera”.
Napoleon Hill escribió que para ser financieramente independiente debes desarrollar una “conciencia de prosperidad”. Una vez que tengas esta conciencia de prosperidad, comenzarás a ver todo tipo de oportunidades a tu alrededor para ganar más dinero. Conocerás nuevas personas, leerás libros o artículos relevantes, se te abrirán las puertas y tendrás grandes ideas que te llevarán a la prosperidad que deseas.
Desafortunadamente, la mayoría de la gente tiene una “conciencia de pobreza”. Se preocupa por el dinero todo el tiempo. Se preocupa por cuánto cuesta todo y piensa que cuesta demasiado. Es cautelosa con su dinero y desconfía de las intenciones de otras personas. A menudo, debido al condicionamiento de la infancia, su actitud es: “¡No me lo puedo permitir!”.
Buenos reflejos
Según la ley de la correspondencia, tu mundo exterior de relaciones será un reflejo de cómo te sientes por dentro. Cuanto más te gustes y te respetes, más te gustarán y respetarás a los demás. Cuanto más te gusten y respetes a los demás, más les gustarás y mejores serán tus relaciones en todas las áreas de tu vida.
Tu mundo exterior de salud será un reflejo de tu mundo interior de actitudes hacia la dieta, el ejercicio y el bienestar personal. Si te visualizas en forma, delgado y saludable por dentro, pronto serás una persona en forma, delgada y saludable en el exterior.
Tu mundo exterior de éxito será un reflejo de tu preparación interna y tu capacidad de utilizar tu conocimiento y tus habilidades. Esto se reflejará rápidamente en tu capacidad de lograr resultados mejores y más rápidos, lo que te hará avanzar en tu carrera.
Debido a estas leyes, te conviertes en lo que piensas la mayor parte del tiempo. Debido a estas leyes, cuando cambias tu forma de pensar, cambias tu vida. Y no hay otra manera.
El mundo está lleno de personas infelices y frustradas que están convencidas de que pueden cambiar los aspectos externos de su vida sin cambiar sus actitudes mentales internas. Esto simplemente no es posible.
El descubrimiento del autoconcepto
¿De dónde vienen tus pensamientos, sentimientos, creencias, expectativas y actitudes? El descubrimiento del autoconcepto en el siglo XX es el mayor avance en la comprensión y el desbloqueo del potencial humano que se haya realizado alguna vez.
La psicología del autoconcepto dice que cada niño viene al mundo sin autoconcepto. El filósofo David Hume lo llamó una “tabula rasa” o un “pizarrón en blanco”. Dijo que cada persona comienza sin pensamientos, sentimientos, creencias y opiniones. Todo lo que “sabes” que es cierto acerca de ti y de tu mundo ha sido enseñado y aprendido, tanto directa como indirectamente, desde la infancia en adelante.
Por supuesto, cada niño tiene cierto tipo de temperamento, lo cual es evidente a temprana edad. Cada niño posee talentos latentes y habilidades que pueden desarrollarse —o no— a medida que llega a la adultez. Pero en términos de atributos de personalidad, cada niño nace con un potencial ilimitado.
El recién nacido
El niño viene al mundo completamente indefenso e incapaz de mantenerse por sí mismo de ninguna manera. Desde el momento del nacimiento, el niño necesita un flujo ininterrumpido de amor incondicional para un desarrollo saludable, como las rosas necesitan lluvia.
La visión del mundo del niño, segura o insegura, está determinada en gran medida por la forma en que se le trata en los primeros tres a cinco años de vida. Cuando los padres le dan al niño un flujo continuo de amor, aprobación, tacto, calidez y seguridad, desarrolla la creencia de que vive en un mundo seguro.
SÉ ESPONTÁNEO Y DESINHIBIDO
El niño nace con sólo dos miedos: el miedo a los ruidos fuertes y el miedo a caerse. Todos los otros miedos deben ser enseñados al niño a través de la repetición, generalmente por parte de sus padres, a medida que crece.
Los niños llegan al mundo con dos características comunes: son desinhibidos y espontáneos. Como no temen a nada, se ríen, lloran, mojan o ensucian los pañales, abrazan, hacen ruidos fuertes o extraños, y hacen lo que les da la gana.
Debido a que los niños son espontáneos, no están atrapados por las preocupaciones sobre lo que otros podrían pensar o sentir acerca de sus acciones o sus decisiones. Hacen o dicen exactamente lo que piensan y sienten en el momento, sin preocuparse si es algo que “deberían” o “no deberían” hacer en función de lo que otros creen. Hacen lo que es correcto para ellos.
Éste es tu derecho natural: ser espontáneo y desinhibido cuando se trata de ti y de tus sueños. Cuando estás en tu mejor momento, en un entorno seguro, con personas que te agradan y en las que confías, a veces, después de una o dos copas de vino, regresas a tu estado natural infantil de intrepidez, sin preocuparte por nada. Vuelves a ser completamente espontáneo, expresándote de manera natural y abierta sin preocuparte demasiado por lo que las personas piensen o sientan, o por cómo reaccionarán.
Los principales dos patrones
de hábitos negativos
Debido a los errores que cometen los padres, especialmente la crítica destructiva y el castigo físico, los niños comienzan a aprender patrones de hábitos negativos a temprana edad. Estos patrones de hábitos negativos luego se alojan en la mente subconsciente del niño y determinan su personalidad a lo largo de la vida.
En psicología hay dos patrones de hábitos negativos principales: el patrón de hábito negativo inhibidor y el patrón de hábito negativo compulsivo. Los llamamos miedo al fracaso y miedo al rechazo. Son los principales obstáculos para el éxito y la felicidad para ti o para cualquier persona.
El primero de ellos, el miedo al fracaso, el patrón de hábito inhibidor negativo, se aprende cuando se le grita o se castiga físicamente al niño por intentar o probar cosas nuevas. Debido a que los niños son naturalmente curiosos, quieren tocar, probar, sentir y experimentar todo en su pequeño mundo. Ellos son completamente valientes. Tomarán cuchillos afilados, se pararán en los bordes de los edificios y correrán hacia los coches. Los padres deben pasar los primeros años de la vida de sus hijos evitando que se maten accidentalmente.
Con exasperación, los padres dicen cosas como: “¡Alto!, ¡No toques eso! o ¡Aléjate de ahí!”.
Peor aún, los padres a menudo castigan físicamente a los niños, dándoles nalgadas en un intento por disuadirlos de experimentar e intentar cosas nuevas.
“NO PUEDO HACERLO”
Esto pronto crea en el niño el miedo al fracaso, que se expresa en el pensamiento y sentimiento de “¡No puedo!”. Cuando el niño ha sido criticado destructivamente o castigado físicamente durante la primera infancia, este miedo al fracaso puede continuar en la vida adulta. Cada vez que el adulto se enfrenta a una nueva oportunidad para probar algo nuevo o diferente, la reacción automática, generalmente experimentada en el plexo solar, será: “¡No puedo!”.
Por el resto de la vida de la persona, el miedo al fracaso tendrá una gran influencia para determinar lo que hace, a dónde va, los trabajos que elige, el círculo social que construye a su alrededor, la forma en que cría a sus hijos y trata a su cónyuge, y casi cualquier otro factor de su vida. El miedo al fracaso se cierne sobre el adulto como una nube negra. Muchos adultos reaccionan ante la posibilidad de fallar exactamente como un niño que tiene miedo de recibir una paliza por hacer algo mal.
¿Recuerdas el ejemplo sobre el jardín? La idea de “No puedo” es una hierba que necesita ser arrancada del jardín. Esa reacción automática no significa que la idea sea verdadera. Significa que es un patrón de pensamiento que se ha convertido en un hábito, y los hábitos se pueden cambiar. A través de la conciencia y la decisión, puedes desarrollar nuevas y mejores formas de pensar y de reaccionar. Eventualmente puedes convertirte en una persona completamente positiva.
EL MIEDO AL RECHAZO
El segundo bloqueo para cumplir con tu potencial es el patrón compulsivo de hábito negativo, el miedo al rechazo o a la crítica. Este patrón de hábitos se aprende cuando el niño se convierte en la víctima del amor condicional.
En un intento por controlar y manipular a sus hijos, los padres a menudo condicionan su amor al hecho de que los niños hagan exactamente lo que el padre desea, cuando lo desea, de la manera en que lo desea. El niño en crecimiento, que depende del amor de sus padres por su sensación de seguridad, pronto descubre que está a salvo sólo cuando hace lo que mamá y papá quieren. Comienza a pensar: “Si no hago lo que ellos quieren, no me amarán y no estaré a salvo”.
Dado que la necesidad de seguridad del niño es la necesidad abrumadora en los años formativos de su vida, pronto comienza a ajustar su comportamiento a las demandas de sus padres. Esto se expresa en el pensamiento: “¡Tengo que hacerlo! Tengo que hacer lo que mamá y papá quieren. Tengo que hacer lo que les plazca. Tengo que hacer lo que ellos quieren que haga”.
EL PATRÓN CONTINÚA
Cuando el niño crece, el patrón de hábito negativo inhibitorio, el miedo al rechazo y a la crítica, desencadenado por la amenaza de retirada del amor o de la aprobación, hace que se vuelva hipersensible a las opiniones de los demás.
En casos extremos, el adulto no puede tomar una decisión sin estar seguro de que las otras personas en su vida aprueban por completo esa decisión. Siempre tiene que obtener la aprobación de alguien, o de varias personas, antes de que pueda comprar una prenda de vestir o un coche nuevo. Se siente muy incómodo ante la sola idea de tomar cualquier tipo de decisión en la que alguien más lo desapruebe o lo critique.
El patrón de hábito negativo compulsivo se siente en forma de estrés o dolor en la parte posterior del cuerpo. Cuando una persona piensa: “¡Tengo que hacerlo!”, sus músculos se tensan, comenzando por el cuello y moviéndose hacia abajo por la espalda.
Como adulto, cuando te sientes presionado para actuar, para complacer a alguien más, para hacer un trabajo a tiempo y que tu jefe no se enoje, es posible que comiences a sentir dolor en toda la columna vertebral. Pero cuando el trabajo está completo, el dolor desaparece.
Unas palabras de Christina
El miedo al rechazo y el deseo de una relación feliz con los demás es un tema importante en la terapia. Una vez trabajé con una joven de unos 20 años que no podía tomar decisiones porque tenía miedo de que fuera una decisión “incorrecta” y que alguien la desaprobara. La idea de tomar cualquier decisión causó su ansiedad extrema. Como resultado, tuvo problemas en sus relaciones. Era tan sensible a la aprobación o la desaprobación de la otra persona que nunca podía tomar una decisión de manera independiente.
El problema era que ella intentaba ser lo que creía que la otra persona quería que fuera. Inevitablemente, la relación se derrumbaba porque no había autenticidad entre ellos.
Con el tiempo, aprendió que para establecer una conexión auténtica con otra persona necesitaba tener una relación auténtica con su verdadero yo. Su miedo al rechazo estaba profundamente arraigado en ella; no podía aceptar que era una persona realmente valiosa e importante. La alenté a aceptar la idea de que quería estar con alguien que la quisiera tal como era, no a una versión falsa de ella.
Ella aceptó esta idea de todo corazón. Comenzó a salir con gente nueva y se mantuvo tan auténtica como le fue posible. Finalmente se encontró en una relación con un hombre genial que realmente la quiere y la respeta. Han estado juntos por más de seis meses.
Todavía tiene dificultades para afirmar sus gustos y sus aversiones, pero se siente mucho más cómoda con la idea de que si toma una decisión y no funciona, puede hacer otra elección la próxima vez.
Deficiencia de amor
En algunos países del Tercer Mundo, los niños crecen en áreas donde no hay suficiente calcio en su dieta. Debido a esta deficiencia de calcio, los huesos de sus piernas nunca se forman correctamente, dejándolos con las piernas arqueadas, incapaces de enderezar completamente sus miembros inferiores.
Un niño que ha experimentado deficiencia de calcio en la infancia puede ser claramente reconocido en la edad adulta por sus piernas arqueadas. Pero un niño que ha sido criado con una deficiencia de amor no lo muestra tan obviamente en el exterior. Sólo cuando interactúas con personas infelices, frustradas, enojadas o deshonestas te das cuenta de que algo anda mal.
Prácticamente todos los problemas de los adultos, y también los problemas de los adolescentes, se remontan a la retención o a la falta de amor durante los primeros años de la infancia. Cuando agregas crítica destructiva a la mezcla, muy a menudo produce un adulto que tiene los dos patrones de hábitos negativos, el inhibidor y el compulsivo, que va por la vida diciendo: “No puedo, pero tengo que hacerlo” o “Tengo que hacerlo, pero no puedo”.
Prácticamente todas las emociones negativas que hacen que una persona no avance en la edad adulta son plantadas como semillas por la crítica o la negligencia de los padres en los primeros años de vida, cuando el niño es muy sensible, está completamente indefenso e ignora lo que está sucediendo. Cuando ves a un adulto disfuncional, ves los resultados de una infancia disfuncional.
Cambiando tu autoconcepto
Una vez que conoces el origen de tus emociones negativas, ¿cómo vuelves a tu mente subconsciente y las corriges? Esto nos lleva al papel que juega tu autoconcepto en tu forma de pensar y sentir.
Tu autoconcepto se compone del paquete de creencias, principalmente de otros, que has asimilado acerca de ti y aceptado como verdadero. Estas creencias forman tu realidad, ya sea que estén basadas en hechos o no. Siempre actuarás en el exterior de acuerdo con lo que crees sobre ti en el interior.
Tu autoconcepto se compone de tres partes: tu yo ideal, tu autoimagen y tu autoestima. Examinemos cada una en orden.
TU YO IDEAL
Tu yo ideal está compuesto de los valores, virtudes y cualidades que más admiras en ti y en otras personas. Es un compuesto de la persona que te gustaría ser en el futuro. Tu yo ideal también está moldeado por tus esperanzas, tus sueños, tus planes, tus metas y tus aspiraciones. Cuantas más cosas quieras ser, hacer y tener en tu vida, más poderosa será la influencia que tu yo ideal tendrá en tu comportamiento.
Las personas exitosas y felices tienen muy claros sus objetivos y sus ideales. Se toman bastante tiempo para pensar sobre lo que más valoran, defienden y creen. Establecen la integridad como el principio organizador de su vida y continuamente se esfuerzan por ser mejores, para convertirse cada vez más en lo que son realmente capaces de llegar a ser.
Las personas infelices y fracasadas tienen un yo ideal poco claro o inexistente. No representan ni creen en nada en particular. Comprometerán sus valores y sus principios con la más mínima ventaja o beneficio. Ellos nunca son felices.
Ten claros tus valores
Uno de los ejercicios que hacemos en nuestros seminarios se llama “clarificación de valores”. Ayudamos a los participantes individuales a elegir los valores más importantes en su vida y luego desarrollamos planes para que vivan de acuerdo con esos valores cada hora de cada día. Una vez que las personas tienen claros sus valores y su yo ideal, toda su vida comienza a cambiar.
Una persona con ideales claros se involucra en comportamientos específicos (causa y efecto), cambia sus creencias (su realidad), altera sus expectativas (más positivas) y comienza a atraer a su vida a más personas y más recursos que estén en armonía con el ideal de la mejor persona que puede ser.
TU AUTOIMAGEN
La segunda parte de tu autoconcepto es tu autoimagen. Esto a menudo se llama tu “espejo interior”. Es lo que observas antes de cualquier evento en tu vida para determinar cómo debes comportarte.
Las personas felices tienen autoimágenes positivas. Cuando se visualizan y se imaginan a sí mismas en cualquier parte de su trabajo o su vida personal, se ven seguras, competentes, amadas y efectivas. En la psicología de la autoimagen se dice: “La persona que ves es la persona que serás”.
Toda mejora en tu vida comienza con una mejora en tus imágenes mentales, y tus imágenes mentales están completamente bajo tu control. Puedes cambiar tu autoimagen alimentando tu mente con imágenes positivas de la persona que te gustaría ser, actuando de la manera que te gustaría actuar.
El trabajo realizado en psicología de la autoimagen por Maxwell Maltz, en la década de 1950, transformó la vida de miles de personas. Aprendieron que cuando se visualizaban a sí mismas lo mejor que podían, su mente subconsciente alteraba el lenguaje corporal, el tono de voz y la personalidad para ser coherentes con la nueva imagen mental.
Cuando estás mentalmente sano, siempre hay una tensión dinámica entre la forma en que te ves hoy, tu autoimagen y tu yo ideal, de la forma en que quieres ser en el futuro. Cuando tienes un yo ideal claro, es más fácil mejorar continuamente tus pensamientos, tus conductas y tus actividades para que estén cada vez más en armonía con la mejor persona que puedes ser.
TU AUTOESTIMA
La tercera parte y la más importante de tu autoconcepto es tu autoestima. Es la base de tu personalidad. Es el “núcleo del reactor” de tu generador de energía emocional. Determina la calidad, la energía y la fuerza de tu personalidad.
La mejor definición de autoestima es: cuánto te gustas. Cuanto más te gustes, mejor estarás en cada parte de tu vida. Cuanto más te gustes, más te gustarán los demás. Cuanto más te gusten los demás, más les gustarás y más querrán comprarte, estar asociados contigo, estar casados contigo y tenerte como amigo.
A lo largo de tu vida encontrarás que las personas con la mayor autoestima tienen las personalidades más positivas y son las más populares donde quiera que vayan. Parece haber una correlación directa entre la autoestima, el éxito y la felicidad en cada área de la vida.
Tiempo de reacción rápido
Aquí está el gran avance: así como te conviertes en lo que piensas la mayor parte del tiempo, también te conviertes en lo que te dices la mayor parte del tiempo. La mayoría de tus emociones está determinada por la forma en que hablas contigo a lo largo del día.
Cuando hablas contigo de una manera fuerte y positiva, utilizando afirmaciones positivas sobre la persona que idealmente te gustaría ser, estos comandos son aceptados por tu mente subconsciente y de inmediato influyen en tus pensamientos, tus sentimientos y tus comportamientos.
Las palabras más poderosas que puedes usar para desarrollar tu autoestima son: “¡Me gusto a mí mismo!”.
Cada vez que dices: “¡Me gusto!”, tu autoestima se incrementa. A medida que tu autoestima aumenta, tu autoimagen mejora. A medida que mejora tu autoimagen, sientes que avanzas hacia la persona ideal que deseas ser. Tu personalidad completa entra en equilibrio. Comienzas a evolucionar y a crecer de una manera positiva.
Toma el control de tu evolución como persona
Maravillosamente, no importa qué te haya pasado en la primera infancia para disminuir tu autoestima o dañar tu autoimagen, pues como adulto puedes tomar el control completo de la evolución de tu propia personalidad. Puedes tomar una decisión, ahora mismo, para convertirte en una persona completamente positiva.
Comienza hoy repitiendo las palabras mágicas “Me gusto” una y otra vez, diez, 20, 50 veces al día.
Siempre que te sientas infeliz, preocupado o angustiado por cualquier motivo, puedes cancelar las emociones negativas repitiendo: “¡Me gusto!” hasta que los sentimientos negativos desaparezcan.
No importa lo que te haya pasado cuando eras niño, puedes volver como adulto y reprogramar tus sentimientos inconscientes acerca de ti al aumentar tu autoestima cada vez más. Cuanto más te gustes, mejor estarás en cada área de tu vida. Cuanto más te gustes, más feliz y más seguro te volverás. Cuanto más te gustes, más optimista y alegre serás. Cuanto más te gustes, más cambiará tu vida para mejorar.
Ejercicio: escribe una lista de las tres cualidades que más te gustan de ti. Por ejemplo: ¿por qué eres una buena persona? ¿Cuáles son tus mejores cualidades? ¿Qué te hace ser un valioso amigo, cónyuge o padre? Siempre que pienses en estas cualidades, puedes mirarte en el espejo y decir con convicción: “¡Me gusto!”.