2. La inferencia

La inferencia puede caracterizarse como un proceso en el cual se obtiene una conclusión a partir de una o más proposi­cio­nes (premisas) —inferencia inmediata o mediata respectiva­mente— que hemos aceptado como su­puestamente verdaderas. Expresado más brevemente, digamos que la inferencia consiste en obtener una verdad a partir de otra. Algunos lógicos incluyen en la inferen­cia solo aquellos procesos en que la conclusión es necesaria y dejan fuera los razonamientos inductivos, porque sus conclusiones son solo probables, no necesarias. Pero pensamos que esta exclusión es difí­cil de sostener. Si entendemos la inferencia como una operación intelectual que conduce a una conclusión verdadera a partir de premisas aceptadas como verdade­ras, enton­ces, aceptamos la inducción como una forma de inferencia que produce conclusiones solo probables y provisorias, pues de otra manera esta­ríamos rechazando la posibilidad de trabajar con premisas que fueran, por ejemplo, hipótesis cientí­ficas, ya que su verdad es —por definición— provisoria y probable. Generalmente, la opera­ción que ejecutará un científico es muy semejante a la que llamamos infe­rencia deductiva, la única diferencia es que sus premisas son aceptadas, en rigor, como enunciados provisionales que deben ser contrastados, como probablemente verdaderos; en cambio, en la deducción —que sí es con­siderada inferen­cia sin mayor discusión—, si se aceptan las premi­sas, se aceptan como verdaderas. La diferencia que más importa consiste en que en la inferencia deductiva no puede ocurrir que a partir de premisas verdaderas y un argumento correcto se obtenga una conclusión falsa, lo que sí puede suceder en la inferencia inductiva. Esta distinción hace que induc­ción y deduc­ción sean diferen­tes, todo lo diferente que puede ser una operación intelectual que tiene validez lógica con una que no la tiene y que solo debe ser considerada como una forma de aproximación a un argumen­to, pero no lo suficiente para clasi­fi­carlas como opera­cio­nes inte­lectua­les completamente separa­das. Su diferencia solo permite conside­rar­las como dos tipos diferentes de inferen­cia. En todo caso, volvere­mos sobre los temas de la induc­ción y la deducción una vez que estemos más familiari­zados con algunos conceptos y operaciones lógicas. En lo que sigue, comenzaremos a exponer lo que se conoce como deducción.