Como el aleteo de una mariposa
El “efecto mariposa” se ha tratado de explicar con frases como “El aleteo de las alas de una mariposa pueden provocar un tsunami al otro lado del mundo” o “El simple aleteo de una mariposa puede cambiar el mundo”.
Esta idea nos hace tomar conciencia de que en el universo todos los elementos están relacionados, de tal forma que la más mínima causa puede provocar efectos abrumadores en la naturaleza. Este efecto también se puede aplicar al aspecto humano: Toda acción bondadosa provoca cambios hacia el bien, y toda acción negativa, hacia el mal. Este pensamiento se encuentra en el libro del Génesis.19 Afirma que el universo, el ser humano y el pueblo elegido de Israel tienen su origen en las manos de Dios. También hace reflexionar sobre el origen del pecado y cómo se ha extendido a lo largo de la historia. El pecado de origen o pecado que origina los demás o pecado original se puede comparar con lo que sucede al lanzar una piedra sobre un estanque de aguas tranquilas. Provoca una onda que crece paulatinamente y se expande hasta llegar a la orilla. El pecado de origen tiene repercusiones que no solo afectan a quien lo comete. En el caso del Génesis, el desorden que provocó el pecado de Adán y ocasionó que Caín asesinara a su hermano Abel,20 que la humanidad se llenara de maldad y fuera destruida por el diluvio universal,21 que surgiera la confusión de lenguas en Babel22 y todos los demás pecados. También hizo que se fuera acortando paulatinamente la vida del ser humano. Para indicar que el pecado es como un cáncer que va destruyendo a la persona, a la familia, a la sociedad e, incluso, a la creación, se afirma que el hombre antes vivía más años. Cristo nos enseñará que así como los efectos del mal son devastadores, también los efectos del bien, por mínimo que sea, pueden cambiar el rumbo del universo.
Si tu más mínimo mal tiene grandes repercusiones, imagínate lo que sucede cuando obras bien.
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